VOCABULARIO

SUFI

 

KITÂB AT-TASÁWWUF

de Ibn 'Aÿîba

 

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5ª PARTE

 

 

AL-‘AQL  

 

         Al-‘Aql es una luz que permite discriminar entre lo útil y provechoso y lo nocivo, e impide al poseedor de la misma cargar con fardos inútiles; o también podemos definirlo como una luz espiritual (rwhanî) con la que el hombre percibe las Ciencias metafísicas y trascendentales, o bien puede entenderse como una fuerza que capacita para la recepción de la Ciencia, apartando al poseedor de la misma de aquello que no le conviene.

         Se puede dividir en dos apartados: 1) al-‘aql mayor y 2) al-‘aql menor. En cuanto a la primera es la primera luz con la que Allah ha manifestado la existencia, y se le ha llamado “ar-rwh al-‘azam”, el espíritu inmenso, y también se le ha denominado “al-qabd al-Muhammadîa”, el puño Muhammadiano, y de esa luz se extiende al-‘aql menor, de igual manera que la luz lunar es una prolongación de la luz solar, su luz no de cesa de crecer y desarrollarse con los actos de obediencia y purificación, hasta que el siervo entra en el rango del “ihsân”, y se eleva sobre él el sol de la Gnosis, y su luz se repliega en la luz del ‘aqal mayor, de igual manera que la luz lunar se repliega ante la salida del sol, contemplando los secretos y los mundos ocultos, a los cuales no tenía acceso con anterioridad, puesto que al-‘aql menor es una luz demasiado débil como para que pueda percibirlos, no alcanzando a comprender más que la necesidad de un Creador ante la obra creada, y no “ve” lo que hay tras esta a diferencia de al-‘aql mayor, que percibe al Creador eterno, tanto antes del taÿallî como después del mismo, y todo ello debido a la pureza de su luz y a la intensidad de su energía.

         En algunos hadices se ha dicho: “Lo primero que ALLAH ha creado ha sido el intelecto, al que le dijo: “Sé”, y “fue”, luego le dijo: “Gobierna”, y “gobernó”, luego le dijo: “Siéntate”, y se “sentó”, y luego le dijo: “Levántate”, y se “levantó”, y después dijo: Por mi Fuerza y Majestad no te depositaré mas que en aquellos a los que ame de entre mis siervos.”

         Por tanto el Intelecto mayor no se aplica más que a los “amantes”, a los que ALLAH ha elegido para que alcancen Su conocimiento particular.

         En cuanto al Intelecto menor lo ha dado tanto a la Élite como a la generalidad de los hombres, y puede ser clasificad en dos apartados: 1) el Intelecto otorgado, y 2) el Intelecto adquirido. El primero ha sido depositado por ALLAH como instinto o naturaleza, mientras que el segundo es el que el ser humano adquirir a través de la experiencia y el esfuerzo, junto con la práctica de las ‘ibadas.

         Algunos han dicho: “Tres son los indicios del Intelecto: 1)Tener presente a ALLAH (t.), 2) Sinceridad en la acción, y 3) Abandonar lo superfluo” (¿); y dijo el Profeta (s.a.s.): “Tres son los signos del Intelecto:1) apartarse de la morada de la ilusión, y dirigirse a la morada de la eternidad, 2) aprovisionarse para la estancia en la tumba, y 3) prepararse para el Día de la resurrección”.

         Algunos sabios han dicho: “El intelecto es un bien concedido al hombre con el que apartarse de lo nocivo; si no lo posee la vida se le niega, la riqueza se le oculta, el rayo de la muerte lo abrasa, y es repudiado por los países y lo hombres”.

         ¿Acaso los Espíritus antes de poseer las formas tenían Intelecto? En resumidas cuentas podemos decir que poseían intelectos prestados del Intelecto mayor, y de ahí que reconocieran la “rububîa”, como signo de sabiduría ante las cosas, tal como dijera ibn al-Bannâ. Por tanto la Gnosis y la Comprensión competen al Intelecto, y cuando apareció el mundo de las formas ALLAH suprimió de las mismas el Intelecto que era parte del Intelecto mayor, e hizo desarrollar en las mismas el Intelecto menor, en el momento en que el feto es depositado en el interior de la madre, desarrollándose ininterrumpidamente hasta la pubertad, o también según otras opiniones hasta los cuarenta años, y si el siervo contacta con el “médico” este lo curará capacitándolo para adquirir el Intelecto mayor, y llegará a ser uno de los íntimos de ALLAH. Y en ALLAH confiamos.       

 

 

AT-TAWHÎD  

 

         Se puede dividir en dos apartados:

1) la Unicidad de la Argumentación (Tawhîd al-Burhân), que consiste en la singularización de la Verdad (haqq) en las “acciones” (af’âl), en las “cualidades” (sifât), y en la “esencia” (dzât), empleando el camino de la lógica discursiva (burhân).

         2) la Unicidad de la Visión directa (Tawhîd al-‘iyan), que consiste en la singularización de la Verdad (haqq) en la Existencia eterna si Principio y sin Final.

         Al-Yunaîd (r.a.) ha dicho: “El Tawhîd es un significado espiritual en el que se diluyen los contornos del mundo formal, y en el que están insertas las Ciencias, y en el que ALLAH es tal como nunca ha dejado de ser. Se fundamenta en cinco principios: 1) elevarse por encima de lo contingente, 2) singularización de lo Eterno, 3) el abandono de la compañía, 4) el abandono de las patrias (las seguridades), y 5) el abandono de lo aprendido, y de la ignorancia”.

         Y yo digo que el significado en el que se diluyen los contornos del mundo formal consiste en la depuración de los “Secretos de la Esencia”, y cuando acontece el “desvelamiento” de esta, a través del ausentamiento de la percepción sensorial de los universos, que no son más que receptáculos o recipientes para aquel “significado espiritual” entonces se produce la singularización de la Verdad (haqq) en la existencia, y “es” aquello que nunca dejado de “ser”, tal como era en la Eternidad sin Principio, “ALLAH era y nada había con Él, y Él es ahora tal como era”; y otros fundamentos según Yunaîd son, trascender el mundo de las contingencias múltiples para singularizar al Eterno, emigrar hacia a aquel que posee la ciencia de este “saboreo”, y emigrar de todas las compañías excepto de aquellos que se sostienen en su Señor, separarse o distanciarse de las seguridades (awtân) en la búsqueda de la Verdad (haqq), porque la emigración (hiÿra) es sunna que hace olvidar lo sabido y la ignorancia, que le oculta el tesoro escondido depositado en él. Y también se le preguntó (r.a.) acerca del Tawhîd y dijo: “El color del agua es el color del recipiente”, el significado de sus palabras (r.a.) es el siguiente: ciertamente la Esencia elevada es una sutileza oculta luminosa, y cuando se manifiesta a través de las figuras y las formas se colorea con los colores de estas, ¡comprende!, y acéptalo si no puedes saborearlo.

         Los rangos del Tawhîd son infinitos, ya que se van incrementando con el incremento del desvelamiento y el ascenso gradual en el conocimiento, y sobre el Tawhîd está at-Tafrîd, que es un estado más sutil y elevado que el primero, pues este se aplica a la gente del conocimiento, mientras que el segundo se aplica especialmente a la gente del “saboreo”, y por encima de at-Tafrîd podemos considerar los siguientes grados: al-Ahadîa, al-Iîhâd, al-Fardanîa, al-Wahdânîa, y al-Infirâd, que son grados en intensidad y en fuerza, así al-Ahadîa es la Unidad (wahda) intensificada, al-Iîhâd es un masdar de la forma verbal Awhada, para significar la unicidad de algo, y el significado de los términos fardânîa, wahdânîa, e infirâd, es singularizar la Verdad (haqq) en la existencia, y no puede ser aplicado sino tras sumergirse totalmente en el mar de la Unicidad (ahadîa), pues no permanece otra existencia que la Suya, y él (el siervo) saborea este estado intensamente, ahogándose completamente en Él. Se ha dicho de la gente de este rango que son los “singulares”, los “únicos”, son los más perfectos entre los qutb en el conocimiento de ALLAH, tal como dijo al-Jâtimî, aquellos que han salido del círculo de la cotidianidad, pero ALLAH (t.) sabe más.  

 

 

HAQÎQA AD-DZÂT AL-‘ALÎA  

 

         La Realidad de la Esencia elevada es una Esencia trascendente, eterna, sutil, escondida, que se exterioriza o manifiesta a través de formas y figuras, es decir el mundo formal, caracterizada aquella Esencia por cualidades perfectas o íntegras, única sin principio y sin final; esta descripción suya la hace particular, especial, y en cuanto a su “quididad”, no la abarca más que Él (t.).  

 

 

AL-‘AMÂ  

 

         Su significado es el de nube, y es una expresión acerca de la cualidad de la Esencia Trascendente en la Eternidad sin principio antes de su manifestación (Taÿallî), y su realidad es una Pureza sutil y escondida, reservada, sin nada que la limite por arriba o por abajo, ni en las cuatros direcciones del espacio; no posee extremo en su principio ni en su final; exenta de formas o figuras, calificada con las cualidades de la perfección: Poder, Voluntad, Ciencia, Vida, Oído, Visión, Palabra, las cuales ha reunido ibn al-Fârid en su Jamrîa.

         Luego se manifestó a través de formas y figuras, por lo que la sutileza se convirtió en algo denso, y lo escondido en algo manifiesto, y lo oculto en evidente, y lo que era en la Eternidad es lo mismo que se ha manifestado en la posteridad. ALLAH “era” y nada había con Él, y Él es ahora tal como era.

         Según el hadiz de Tirmidzî, de ibn Raçim al-‘Uqaihy: “Yo le dije: ¡Oh Enviado de ALLAH!, ¿Dónde estaba nuestro Señor antes de que creara Su creación?, y dijo: Estaba en la nebulosa (‘Amâ), no había nada por encima ni por debajo de Él, es decir estaba en un estado de ocultación y sutileza, no había aire ni por encima ni por debajo de Él, pues la Majestad de su Esencia abarcaba toda espacialidad, y todo vacío. 

         Le fue dicho a nuestro señor ‘Alî, que ALLAH ennoblezca su faz, “¡Oh primo del Enviado de ALLAH!, ¿dónde estaba nuestro Señor?, ¿lo contenía algún espacio?; el color de su rostro cambió y calló durante un instante, y después dijo: vuestra pregunta acerca de donde estaba ALLAH, es una cuestión acerca de un “espacio”, pero ALLAH”era” y no había espacio o lugar, y sólo después creó el tiempo y el espacio y EL es ahora tal como era sin tiempo ni espacio”. Es decir, ALLAH era y nada había con ÉL, y ahora nada hay con ÉL. ¡Comprende!.  

 

 

AL-FANÂ WA AL-BAQÂ

 

         Si nos referimos al Fanâ, estamos refiriéndonos al Fanâ en la Esencia, y su realidad es la abolición del mundo formal por la contemplación del Excelso, el Elevado, junto con la extinción de la percepción sensorial e la contemplación del Significado espiritual.

         Abu-l-Mawâhib ha dicho: “Abolición, desaparición, cesación y ausencia de ti”. Abu Sa’id ibn al-‘Arabî ha dicho: “Consiste (al-fanâ) en que la Grandeza y la Majestad se manifiesten sobre el siervo, y en el olvido de esta vida, la otra vida (al-Ajira), los estados, los grados, y los adzkar, ausentándose a todo objeto, a su reflexión, a sí mismo, a las cosas, y ausentándose a la ausencia misma (fanâ ‘an al-fanâ), porque se ha sumergido en la Magnificencia”. Es decir, ALLAH le ha manifestado la Majestad de la Esencia, y esta le ha ausentado de la percepción del mundo formal, y en general de sí mismo, llegando a convertirse su sí mismo en el Sí mismo, sumergiéndose en el Océano de la Unicidad.

         Si aplicamos el término Fanâ al ámbito de las acciones, entonces (el siervo) no ve otro Agente (en la existencia) que no sea ALLAH; y si aplicamos el término Fanâ a las Cualidades (Sifât), (el siervo ve) que no hay poder, audición, y visión excepto que las de ALLAH; es decir ve la creación extinguida, muerta, pues para él no hay poder, audición y visión más que las de ALLAH.

        En cuanto al Baqâ, es la vuelta a la contemplación del mundo fenoménico tras haberse ausentado al mismo, lo que es lo mismo, vuelta a la percepción sensorial tras la desaparición en el siervo de la “contemplación de los Significados”, pero verá ya permanentemente por ALLAH, iluminado por la luces de Sus manifestaciones, pues gracias a lo sensorial se manifiesta el Significado espiritual, y si no fuera por el medio no hubiera sido conocido el Mawsût, ya que la Verdad (t.) se manifiesta entre los opuestos: entre lo sensorial y lo espiritual, entre le poder y la sabiduría, entre la síntesis y la discriminación, y la ausencia a uno de los dos opuestos es fanâ, y la percepción conjunta de ambos es baqâ. La ausencia a lo sensorial, a la sabiduría y a la discriminación es fanâ, y la consideración conjunta de sus respectivos opuestos es baqâ, ya que esta es una amplificación del fanâ, pues la síntesis o reunión (implícita en el baqâ) no le impide al siervo ejercer su capacidad discriminatoria, del mismo modo que su fanâ no le impide su baqâ, o la contemplación del Poder no le impide ver la Sabiduría, pues a todo le da su justa medida y su justa realización.

         De igual modo el término Fanâ puede ser aplicado al Tajallî y al Tahallî, refiriénose a la extinción en el siervo de las cualidades censurables y adoptando en su lugar las cualidades nobles, pero ALLAH sabe más.  

 

 

AL-QUDRA WA AL-HIKMA

 

         Al Qudra es un término que hace referencia a la manifestación de las cosas de acuerdo o conforme a la Voluntad. Al Hikma es un término que hace referencia a la ocultación del Poder por el establecimiento de la relación causal en el mundo formal, y por tanto podemos decir que al-Qudra es “manifestación”, mientras que al-Hikma es “ocultación”.

         El Poder (Qudra) rara vez se separa de la Sabiduría (Hikma) como ocurre en el caso de los portentos sobrenaturales.

         También puede aplicarse el término Qudra a la Esencia (Dzat) tras la manifestación de una de sus Cualidades en lo cualificado, y la Hikma como aquello que lo oculta (al Qudra) a la percepción sensorial, por el establecimiento de las leyes de la servidumbre; por tanto Su exteriorización  conforme a Su Nombre ad-Dâhir (el Exteriormente manifiesto) recibe el nombre de Qudra,  mientras que su ocultamiento en su manifestación, de acuerdo a Su Nombre al-Bâtin (el Interiormente oculto), recibe el nombre de Hikma, y podemos decir que Su manifestación (Taÿallî) (t.) desde el mundo de lo oculto al mundo de lo sensorial es Qudra, mientras que Su ocultación en Su manifestación formal es Hikma. A esto ha aludido en su obra al-Hikam, ibn ‘Atâ Allah, “Exaltado sea Aquel que ha velado el Secreto de la singularidad con la manifestación de lo humano, y que ha manifestado la Majestad del Señorío con la manifestación de la servidumbre”.  

 

 

AL-FARQ WA AL-YAMA’  

 

         Farq es un término que hace referencia a la contemplación sensorial de las criaturas, así como el establecimiento de las leyes y normas que las rigen de acuerdo con la naturaleza de “servidumbre” característica de las mismas.

         Yama’, por el contrario, hace referencia a la visión de los Significados espirituales que sustentan a las cosas, y que comunican con el Océano abarcador del Yabarut.

         También puedes decir: Faqr es visión de los recipientes, y Yama’ es visión de aquello que posibilita la manifestación; los recipientes son el ámbito de las normas y las regulaciones, mientras que lo que posibilita la existencia es lo mismo que las Realidades.

         Dijo Abû ‘Alî ad-Daqâq: “Al-Farq es aquello que tiene que ver contigo, mientras que al-Yama’ es aquello que te arrebata de ti mismo”.

         El Farq sin Yama’ es disolución, anquilosamiento e ignorancia acerca de ALLAH (t.); por otro lado, Yama’ sin Farq es maniqueísmo y kufr, pues no ha habido embriaguez espiritual, ya que quien así se conduce califica de inutilidad las normas de la Shari’a que fueron reveladas por el Profeta (s.a.s.), y no ve que el Poder (Qudra) no está separado de la Hikma (las normas y leyes por las que se rigen los seres creados) y por tanto la obligación del siervo es que sea capaz de sintetizar en su discriminación y que sea capaz de discriminar en su síntesis.

         Así pues Yama’ pertenece al ámbito de lo interior, mientras que Faqr pertenece al ámbito de la exterioridad.  

 

 

AL-HISS WA AL-MA’ANÀ  

 

         Con el término Hiss nos estamos refiriendo a la densidad aparente de las cosas, mientras que Ma’nà es una sutileza que reside en el interior de estas, y la densidad sensorial de las criaturas es recipiente para los significados sutiles insertos en las mismas.

         Dijo ash-Shustarî (r.a.): “No mires los recipientes...penetra en el Océano de los Significados...tal vez Me veas”.

         Al igual que el hielo es la forma externa que adopta el agua, de igual manera el mundo formal es la materialización externa del Significado sutil.

         El Significado espiritual es por tanto los Secretos de la Esencia sutil que conforma las cosas, y que las penetra de igual manera que el agua al hielo, y sobre esto dice el polo de los polos, el Shayj al-Yilanî (r.a.): “El universo no es más que una imagen, como el hielo, y Tu eres el agua que le da vida”. Para nuestra realidad el hielo no es más que agua.

         El mundo formal no tiene más sustento que el Significado espiritual, y este no puede exteriorizarse, manifestarse, más que a través del mundo formal. El Significado espiritual es una sutileza que no puede ser percibida más que a través de los recipientes del mundo formal, al igual que la manifestación del Significado espiritual sin mundo formal es imposible, y la visión de lo sensorial sin Significado es ignorancia y oscuridad.

         Dijo ibn ‘Atà Allah en sus Hikam: “Todo el universo es tiniebla, la manifestación de la Verdad (t.) lo ha iluminado la Verdad (t.) no es percibida más que a través de sus manifestaciones en este mundo”. A propósito de esto, han dicho algunos: “La Esencia no es percibida a través de su exteriorización”.  

 

 

AL-MULK, AL-MALAKÛT, AL-YABARÛT  

 

         El Mulk es aquello percibido por los sentidos; el Malakût es los Secretos de los Significados que residen en las criaturas, y por último el Yabarût es el Océano abarcador del cual fluyen tanto la sensorialidad como los Significados espirituales.

         En resumen, podemos decir que el aspecto sensorial que primeramente emanó del ámbito de la “nebulosa” (al-‘amâ) recibe el nombre de Mulk, y el Significado que lo habita el nombre de Malakût, y al Océano abarcador y sutil del que fluyen ambos, el nombre de Yabarût.

         El Jardín de los Gnósticos son los Secretos de los Significados, en el que encuentra el placer y la dicha sus espíritus. No cabe duda de que los Significados son una sutileza, cuyo esplendor y hermosura se manifiesta a través del mundo formal, es decir el Mulk.

         Por lo que se refiere al ámbito de lo sensorial fue este quien acogió a nuestro Profeta (s.a.s.), y sólo a él se le ha manifestado, y los Secretos de la Esencia han brotado de su luz, y por esto dijo el Qutb ibn Mashîsh (r.a.): “Los Jardines del Malakût con las flores de su belleza resplandecen”, es decir resplandecen con una hermosura sorprendente, pero el recuerdo del Mulk es una obligación, porque las bellezas de las flores de los Significados no se muestran mas que a la percepción sensorial de los Universos (criaturas), y esto es el Mulk.

         Sidi ‘Abd-Salam al Mashîshî ha dicho: “Los estanques del Yabarût gracias a la efusión de sus Luces resplandecen”, aludiendo a la manifestación del “Puño Muhammadiano”, a partir de del Océano de su Luz sutil.

         Con el término Hyad (estanque) se indica aquello que es apropiado para un jardín, de igual modo la Luz del Puño se ramifica en múltiples luces, al igual que hay muchos mundos a pesar de que el mundo es uno, a pesar de la diversificación en diferentes clases, pero ALLAH sabe más.

         Podemos decir que la realidad del Mulk es lo que puede ser percibido por los sentidos y la fantasía, que la realidad del Malakût es lo que puede ser percibido por la Ciencia y el saboreo y que la realidad del Yabarût es lo que puede ser percibido por el “desvelamiento” y la pasión (Wuÿdân), pero la existencia es única.

         La diferenciación en cuanto a su denominación es acorde con el grado de percepción y elevación del sujeto, pues quien permanece anclado en la percepción sensorial de las criaturas, queda velado por las mismas del Significado espiritual de ellas, y recibe por tanto el nombre de Mulkan, y quien penetra hasta la contemplación de los Significados recibe el nombre de Malakût, y quien mira al fundamento del Puño del que ha emergido este, se le denomina Yabarût.

         Si todas las ramificaciones se reunifican en su fundamento y los recipientes se sutilizan, hasta que todos ellos se convierten en Significados, entonces el Océano de la Unicidad lo recubre todo, y todo el conjunto se convierte en Yabarût y todo Maqâm previo queda ocultado, pues la contemplación del Malakût vela la percepción del Mulk, de igual forma que el Yabarût vela el Malakût, illa bitanaççul fî hâl as-sulûk, pero ALLAH sabe más.

 

Continuación