El libro del guerrero

(III)

 

Por Abdullah Shamil Abu Idris

(Shamil Basayev)

 

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BISMILLAH, ALABANZAS A ALLAH SEÑOR DE LOS MUNDOS, QUIEN NOS CREÓ MUSULMANES Y LAS PAZ Y LAS BENDICIONES SEAN CON EL PROFETA MUHAMMAD, SU FAMILIA, SUS COMPAÑEROS Y TODOS AQUELLOS QUE SIGUEN SU RECTA SENDA HASTA EL DÍA DEL JUICIO

 

         

TÁCTICAS

 

        Allah Todopoderoso dice: “Y di: Trabaja; y así Allah verá tu trabajo”

       

        Antes de emprender una batalla, la cual depende de muchos factores, un Guerrero se pregunta a sí mismo: “¿Qué haría si tuviera que combatir con mi propio ser?, ¿he conseguido desarrollar en mi mismo la maestría y la destreza?”Y de esta manera aprende cuales son sus puntos débiles. Sabe que al menos aprendió algo de sus anteriores batallas. Pero al mismo tiempo las lecciones que aprendió le hicieron sufrir más de lo que debía.

       

    Cuando la hora del combate se aproxima, el Guerrero trata de estar listo para cualquier imprevisto que pudiera surgir. Siempre trata de golpear primero al enemigo y así imponerle su propio plan de batalla al enemigo. Cuando el enemigo es superior, tanto en fuerza como en medios, el Guerrero utiliza las tácticas de sus gloriosos antepasados: “las tácticas de la abeja”. Al igual que las abejas, los Guerreros rodean constantemente al enemigo inflingiendo débiles pero múltiples y repetidos golpes en cualquier punto posible. De esta forma el enemigo se desgasta y lo numérico pasa a ser cualitativo.

Umar Ibn al-Jattab le dijo a Saad Ibn Abu Waqqas:

    “Te ordeno a ti y a tus hombres que tengáis más miedo ante vuestras faltas que al enemigo. Porque las faltas y transgresiones de los hombres que componen las tropas son mucho más dañinas que el propio enemigo. Los musulmanes vencerán gracias a las faltas y transgresiones del enemigo ante Allah. Si esto no fuese así, entonces sería imposible derrotarle, puesto que nuestro número es inferior al suyo y nuestras armas no son como las que ellos tienen. Si le igualáramos en faltas y transgresiones ante Allah, ellos nos vencerán. Pero nosotros venceremos gracias a nuestra dignidad, y no a nuestro poder. Sabed que los ángeles de Allah estarán siempre con vosotros en vuestro camino; ellos saben lo que estáis haciendo. Sentid vergüenza ante ellos. No cometáis errores mientras estéis en el camino de Allah. No digáis, ‘Nuestro enemigo es peor que nosotros, no nos vencerán’. A veces una nación gobierna a otra, siendo peor que ésta, tal y como les sucedió a los Hebreos cuando fueron gobernados por los paganos al provocar la ira de Allah. Pedid ayuda a Allah contra vuestros deseos de la misma manera en que Le pedís la victoria sobre vuestros enemigos. Tratad con amabilidad a los musulmanes en vuestras campañas. Dadles un día de descanso cada semana. Permaneced tan lejos como podías de las villas y pueblos donde se haya firmado un pacto y donde los Dimmíes (gente de otras creencias bajo gobierno musulmán y que mantiene un pacto con los musulmanes) viven. No dejéis a nadie allí excepto aquellos de mayor confianza, excepto la gente de más espiritualidad. Si queréis derrotar al enemigo, no permitáis ninguna injusticia hacia la gente con la que se firmó un tratado o pacto. Cuando entréis en la tierra del enemigo, enviad a hombres de reconocimiento para que os faciliten información. Mantened con vosotros a algunos de los hombres del lugar, a aquellos que os sean fieles y a aquellos en los que confiéis. Pues los mentirosos no son de utilidad, aunque a veces digan la verdad. Los mentirosos siempre te espiarán para perjudicarte y nunca en tu beneficio. Envía a menudo destacamentos avanzados. Elige a los más hábiles y a los de mayor experiencia para tales destacamentos. Dales los mejores caballos. A la hora de elegir no te dejes llevar por tus propias simpatías; no envíes destacamentos y grupos a los lugares de evidente peligro. Procura conocer el terreno y a la gente del lugar. Cuando veas al enemigo, reúne todas las tropas, destacamentos y grupos. Concentra todas tus fuerzas, no entres en combate hasta que sea necesario. Vigila cuidadosamente tu armamento, ten cuidado con los ataques nocturnos. Si un prisionero trata de escapar cortadle la cabeza, de esta manera atemorizarás a vuestros enemigos y a los enemigos de Allah. Allah os protege y a aquellos que están con vosotros. Allah es el Único que da la victoria sobre el enemigo y al Único a Quien debéis pedir ayuda.”

       

        Un Guerrero sabe que es imposible vivir en un estado de total relajación o de total tensión. Él es como el arquero que ha de tensar el arco. Él contempla como el caballo tensa todos sus músculos cuando salta el obstáculo. Pero de la misma manera sabe distinguir la tensión de la agitación sin propósito y nunca confunde las dos cosas.

       

        Él sabe que un gamo es fuerte en sus patas y que la fuerza de la gaviota reside en su agudeza visual para detectar el pez bajo el agua y de su habilidad para sacarlo de ella. El Guerrero sabe que el tigre no siente miedo ante la hiena, pues el tigre confía en su poder. Y entonces el Guerrero trata de comprender con que puede contar. Comprueba su munición, que consiste en tres cosas: confianza en Allah, esperanza en Su Misericordia y su amor por el Islam. Si estas tres cosas las encuentra en sí mismo, entonces, el Guerrero sigue y continúa su camino.

       

        Pues después de todo, el Más Sublime dice en el Venerable Corán: “Y la ayuda a los musulmanes es siempre incumbencia Nuestra.”

 

 

PERSEVERANCIA

 

        El Más Sublime dice: “Y con toda seguridad os pondremos a prueba hasta que Nosotros hayamos sabido quienes de entre vosotros se han esforzado, y quienes son los pacientes, y se haga manifiesto vuestro caso.”

        Un Guerrero honra el principal postulado del libro chino I Ching: “La perseverancia es saludable”.

       

        Él sabe que la testarudez nada tiene que ver con la perseverancia. Habrá momentos en los que las batallas se prolongarán más de lo normal y desgastarán tu fuerza y reducirá tu inspiración. Y es entonces cuando el Guerrero cambia sus tácticas. Entiende que su habilidad para resistir se está viniendo abajo, así se retira de la batalla y se toma un respiro. Es perseverante en la realización de su objetivo, espera el momento favorable y reanuda de nuevo la ofensiva.

       

        Un Guerrero siempre retorna a la batalla no a causa de la testarudez.

        Un Guerrero siempre recuerda estas palabras: “Hubo un tiempo en el que yo escuchaba las historias de hazañas acerca de alguien. Hubo un tiempo en el que vivía: simplemente porque tenía que seguir viviendo. Y ahora vivo porque soy un Guerrero y porque un día quiero presentarme ante el Uno por Quien estuve luchando tanto tiempo.

 

 

SUFRIMIENTO

 

        Allah Todopoderoso dice: Y entre la gente hay quienes están listos para venderse a sí mismos con el objeto de satisfacer a Allah; y Allah está lleno de compasión hacia Sus siervos.”

       

        El Profeta (s.a.s.) dijo: “Por todo aquello que le acontece al musulmán, ya sea el cansancio, una ligera enfermedad, ansiedad, tristeza, pena, y aún el simple pinchazo de una espina, Allah con toda certeza le dispensará de alguna de sus faltas por aquel sufrimiento padecido.” (Transmitido por Bujari y Muslim)

       

        Los Guerreros procuran que el brillo de sus ojos no se desvanezca. Son gente que viven en este mundo, no rehuyen a los demás, empiezan su andadura con un corazón abierto.  A menudo el miedo les sobrecoge. No siempre hacen lo correcto. A veces sufren por insignificancias, a veces sus mentes se muestran pequeñas e insustanciales, y a veces piensan que no pueden crecer. Muy a menudo tienen la convicción de que no son dignos de recibir la gracia ni un milagro. No siempre se muestran confiados en sí mismos. Pasan noches enteras sin dormir y sufren por haber hecho algo mal.

       

        Pero los Guerreros siempre buscan la calma y la fuerza en el Salat.

       

        Cuando el Guerrero experimenta una injusticia hecha sobre su persona, trata de permanecer a solas, de forma que nadie le vea sufrir. Esto es tanto bueno como malo. Pues una cosa es cuando permites a tu corazón sanar las heridas por sí mismo, y otra cosa es pasar todo el día en reflexiones profundas y tener miedo de mostrar tu debilidad a todo el mudo.

       

        Pero cuando tal cosa sucede, el Guerrero se retira en el silencio y no malgasta sus energías con las palabras, pues las palabras pueden carecer de ayuda. Es mucho mejor ahorrar tus energías para la Resistencia, armarte de paciencia y tener siempre en mente que Allah ve que estás sufriendo injustamente y que de esta forma Él te está poniendo a prueba.

       

        Un Guerrero dice: “¡Oh Allah, Tú ves todo!, ¡Todo es por Tú amor!, ¡mi recompensa está en Ti!

        Y Allah le da al Guerrero lo que más necesita: tiempo, y tarde o temprano todo se tornará en beneficio para él si demuestra tener paciencia.

       

        El Profeta (s.a.s.) dijo: “Sentid temor ante el Salat de alguien ofendido porque no hay barrera entre él y Allah.” La desesperación es familiar al Guerrero.

        Algunas veces siente no tener el poder de despertar en sí mismo el sentimiento deseado de la inspiración en su alma. Durante muchos días y noches tiene que soportar su estado de ánimo depresivo, y ninguno de los nuevos acontecimientos pueden devolverle a su estado de inspiración previa.

       

        “Su lucha está acabada”, dicen sus amigos.

        El Guerrero se siente herido y avergonzado cuando escucha tales palabras, pues sabe que no ha alcanzado el objetivo por el cual ha estado luchando. Es perseverante y no se queda a medio camino. En tales momentos se dirige al Más Elevado en su Salat y una nueva puerta se abre ante él cuando menos se lo espera.

       

        El Guerrero es aconsejado: “No levantes una tormenta en una taza de te.”

        No siente inclinación alguna a exagerar las dificultades y siempre trata de mantener la calma necesaria. Pero nunca comienza evaluando la medida del sufrimiento de alguien.

       

        Algo sin importancia cualesquiera que sea, puede actuar como mecha, y la desesperación que se ha estado acumulando en el alma de su hermano puede estallar. El Guerrero respeta el sufrimiento de sus seres amados y no lo compara con su propia pena.

        Cada persona tiene su propia medida de dolor.

 

 

DIFICULTADES

 

        Allah Dice: “Y en verdad Nosotros os pondremos a prueba con el miedo, el hambre, la pérdida de las propiedades, de las vidas y de los frutos; pero da buenas noticias a los perseverantes”

 

        A veces el Guerrero no tiene donde dormir, nada que comer, ni siquiera armas ni municiones. A veces la enfermedad le abate y no encuentra asistencia médica. “Todo está bien”, piensa –“Todo ello forma parte de mi trabajo. Nadie me obligó a tomar este camino. Fue una decisión mía.” Estas palabras encierran todo su poder: él eligió su Camino, y para él no hay nada de lo que quejarse y nadie a quien lamentarse.

 

        El Profeta (s.a.s.) dijo: “A quien Allah le desea un bien, le pone a prueba.” (Transmitido por Bujari)

        Un Guerrero admira la firmeza que demostró la tía del Profeta (s.a.s), Safía. Fue la primera mujer de entre 8 mujeres musulmanas en matar al enemigo en defensa del Islam. Durante la batalla de Uhud luchaba desesperadamente para defender al Profeta (s.a.s.), cuando finalizó la batalla descubrió a su hermano Hamza con el vientre abierto, su hígado destrozado, su nariz y sus orejas amputadas y su rostro terriblemente desfigurado, y ella dijo: “Todo ello por el nombre de Allah, y soy feliz por el destino que Allah le ha preparado. Juro por Allah que permaneceré firme y que Allah le otorgue la recompensa merecida.”

 

 

SABIDURÍA

 

        Allah dice: “Llamad al camino de vuestro Señor con sabiduría y buenos modales...”

        El Profeta (s.a.s.) dijo: “El sabio es aquel que vigila su alma y realiza acciones virtuosas para lo que será su Otra vida. El débil es aquel que permite que su alma sea guiada por sus pasiones, mientras que mantiene la esperanza en Allah.” (Transmitido por Tirmidi)

       

        Un Guerrero aprendió hace ya mucho tiempo que Allah envía la soledad para enseñar al hombre el arte de la vida en común.

        Allah utiliza la cólera para demostrar el infinito valor del mundo y Él utiliza el aburrimiento para hacer comprender la importancia del riesgo y de la falta de egoísmo.

        Allah usa el silencio para sugerir cuan de responsable ha de ser cada palabra.

        El cansancio sirve para hacer deleitar y manifestar el descanso.

        La enfermedad sirve para que apercibamos la dicha de una salud plena.

        Con el fuego Allah nos da la idea del agua. Con la tierra Él nos enseña qué es el aire. Y con la muerte Allah nos muestra cuan importante es la vida.

        Un Guerrero no malgastará su tiempo en criticar las decisiones de otros.

        Las cosas importantes permanecerán y las fútiles se desvanecerán.

        Para creer en tu Camino, no hay necesidad de probar que alguien eligió el sendero incorrecto para sí mismo.

       

        El filósofo y sabio chino Lao-Tse dijo: “El camino del Guerrero incluye el respeto hacia todo lo pequeño y frágil. Siempre trata de atrapar el momento correcto en el que debes dar los pasos apropiados. Aunque hubieras alcanzado la maestría en el arte del arco, aún así pon atención en como colocas la flecha y tensas el arco. Al final, el novicio que se da cuenta plenamente de cuales son sus necesidades termina siendo más sabio que el sabio distraído. Concentrar el amor dentro de ti mismo significa felicidad; concentrar odio conlleva la desazón. Aquel que no puede discernir una dificultad deja la puerta abierta y da entrada a la calamidad. Una batalla nada tiene que ver con una reyerta!”

       

        Los hábitos implantados no pueden determinar los pasos importantes.

        Un Guerrero recuerda las palabras expresadas por otro sabio: “Las consecuencias de las acciones que tomamos aturden a los cobardes, pero para el hombre sabio son como rayos de luz. El mundo es como un tablero de ajedrez. Las piezas son nuestros hechos diarios: las reglas del juego son las así llamadas leyes de la naturaleza. No podemos ver a Aquel con Quien estamos jugando, pero sabemos que: Él es justo, paciente y honesto.”

       

        Un Guerrero se regocija al cumplir en totalidad con el pacto firmado con Allah. Sabe que Él no omitirá ni un solo error hecho por aquellos a los que Él ama, y no permitirá a aquellos a los que Él prefiere que no sean conscientes de las reglas de aquel pacto.

        Un Guerrero es sabio y por tanto nunca pierde el tiempo hablando y hablando de sus derrotas.

 

 

RIESGO

 

        El Más Elevado dice: “Si hubiera habido una ventaja cercana y un corto viaje, en verdad ellos te habrían seguido, pero el dificultoso viaje era demasiado largo para ellos; y ellos juran por Allah: si hubiéramos sido capaces, hubiéramos ido contigo; (pero al cometer un perjurio) hacen perecer a sus propias almas, y Allah sabe con toda certeza que están mintiendo”

       

        Un Guerrero estudia atentamente el objetivo de su ataque. Cualquiera sea la dureza del camino hasta el objetivo, siempre hay medios y astucias para vencer los obstáculos. Un Guerrero no busca caminos que den un rodeo. Afila su espada y trata de que su alma esté repleta de firmeza sin la cual no puedes entablar una batalla que merezca la pena. Pero una vez que se pone en movimiento a lo largo del camino, se da cuenta de que hay dificultades y obstáculos con los que no contaba.

       

        Si decide esperar para un momento más oportuno, nunca se pondrá en movimiento; un poco de locura es necesaria par dar el primer paso. Un Guerrero puede poner esta locura a su servicio.

        Pues es imposible prever todo de una sola vez, especialmente durante una guerra.

 

 

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