AÇ-ÇAKÂT |
Introducción
El tema del Çakât dentro del Islam constituye algo bastante complejo con
numerosos matices, aspectos, y consideraciones especiales, por ello no vamos a
entrar en un estudio pormenorizado del mismo, que sería ya objeto de tratados
de Fiqh con otro alcance, con otros objetivos. El propósito que nos guía en la
confección de estos apuntes de Fiqh es proporcionar una herramienta básica
para todo musulmán de habla hispana, quedando la profundización en el estudio
del mismo para aquellos especialmente interesados en esta materia, y por tanto
se impone el estudio de cualquier manual de Fiqh existente dentro del mundo
musulmán. Por lo ante dicho nos ceñiremos a los aspectos más básicos, que a
nuestro entender debe conocer todo musulmán, e In shâ Allah, esperamos que así
quede cumplido nuestro objetivo.
El Çakât constituye
uno de los cinco pilares del Islam, y su importancia viene atestiguada por el
hecho de que aparece en el Corán como fundamento del Din de todo musulmán.
Nada menos que en ochenta y dos Ayats coránicas es mencionado asociado al Salât;
vemos pues la importancia que cobra el Çakât en la vida del musulmán.
El Çakât tiene muchas connotaciones y matices que vamos a ir tratando
de desentrañar; una de estas connotaciones es la de propiciar el
establecimiento de una verdadera sociedad musulmana que permita el desarrollo
del individuo dentro de una colectividad que posee un mismo
sentido del Din de la existencia, basado en la enseñanza del Corán y en
la Sunna de nuestro Profeta (s.a.s.).
Rebajar el Çakât a un mero "impuesto económico", semejante
al existente en las sociedades occidentales, es no sólo reducir su espectro,
sino una tergiversación del mismo, y esto lo aseveramos teniendo en cuenta que
su importancia en el Corán es equiparable a la del Salât.
Muchas de las características del Çakât, entre ellas, que es el
individuo mismo el que hace una determinada partición sobre sus bienes, que el
que lo recolecta se limita a recibir lo que aquel le aporta, y que además la
persona encargada de su recolección debe hacer algún du'â
sobre el que lo entrega para que sus bienes se vean incrementados, como
decimos estas y otras características hacen del Çakât algo que en nada tiene
que ver con un impuesto, una tasa, al estilo de las de Hacienda.
En todo sistema fiscal al estilo de los que conocemos hoy en día existe
un conflicto de intereses entre el Estado recaudador, y el ciudadano de a pie;
este conflicto que se trata de minimizar por todos los medios, permanece siempre
como telón de fondo. En este sentido el Çakât carece de esta tensión, pues
no se trata del Estado gendarme y el ciudadano que trata de evadir los
"impuestos", que los siente como algo ajeno, que no sabe muy bien para
que se emplea, y que siempre tiene esa amarga sensación de estar siendo extorsionado
por un Estado plenipotenciario al cual no puede soslayar bajo pena de sufrir un "castigo" por
una inflación cometida.
Quiero presentar unas palabras esclarecedoras al respecto, de uno de los
pensadores occidentales musulmanes más lúcidos que he podido conocer, me
refiero al Sr. 'Ali Izetbegovic,
presidente de la República musulmana de Bosnia, que en su libro "Islam entre el Este y el Oeste", dice así:
Toda solución social debe estar
sustentada por una solución también humana. No sólo deberían cambiar las
relaciones
económicas, sino también las relaciones entre los hombres. No sólo
se trata de hacer una repartición justa de
los bienes, sino establecer unas relaciones basadas en la educación, el
amor y la solidaridad. La pobreza no es sólo un problema, sino una situación
social injusta. La pobreza no se arregla con el traspaso de bienes de unas manos
a otras, sino con el esfuerzo personal en la consecución de objetivos justos.
Ningún cambio, en el auténtico sentido del término, puede ser hecho con el
simple traspaso de las riquezas de unas manos a otras, mientras siga existiendo
el odio, la explotación y el yugo en las almas de los seres humanos. Esta es la
causa por la que han fracasado las revoluciones basadas en el
Cristianismo
y el
Socialismo.
La situación llega a ser tan radical en Islam, que si el sistema falla
en la erradicación de la pobreza, el pobre y necesitado está autorizado para
tomar del pudiente aquello que la haga falta para cubrir sus necesidades básicas,
no pudiéndosele penar por tal actuación.
No queremos que por todo lo dicho hasta ahora se sobreentienda que el
Islam pueda ser equiparado en su sistema de distribución de la riqueza a
cualquiera de los sistemas conocidos en Occidente, ya sea socialista o
capitalista, el Islam por contra es un paradigma de vida que en nada tiene que
ver con los conceptos acuñados en Occidente en el último siglo, sino que como
organismo vivo que es posee sus propios mecanismos que le capacitan para
estructurar un tipo de sociedad basada en el Din que Allah (s.t.) reveló al último
de sus Profetas, Muhammad (s.a.s.), y el Çakât tal como lo entiende el
Islam es uno de esos mecanismos de cohesión social, y no sólo esto, sino de
profundización del musulmán en la senda individual de su Islam. Cumple así
una doble función, social e individual, acercando a la persona a su Señor,
pues no olvidemos que el término Çakât, proviene de la raíz árabe cuyo
significado es, "depuración", "limpieza", por tanto el
hombre a través del mismo aligera el fardo que le separa del Señor de los
Mundos, y es por ello que siempre aparece asociado al Salât en el Corán.
Valga esto como pequeña introducción al tema que pasaremos ahora a
desarrollar con más amplitud en algunos de sus aspectos.
Las referencias Coránicas al el Çakât podemos encontrarlas en la sura
At-Tawba (1o3), donde se le autoriza
al Profeta (s.a.s.) a tomar una determinada cantidad de los bienes de los
musulmanes bajo la forma de Çakât obligatorio, o bien una cantidad no
estipulada, voluntaria, denominada Çakât Tataw'.
También pueden encontrarse referencias al mismo, entre otras ayats, en At-Tawba
(71); Adz-Dzariyat (15-19); Al-Hayy (41), etc.
En cuanto a hadices At-Tirmidzî narra de Abu Kabsha al-Anmârî que el
Profeta (s.a.s.) dijo,: "Tres cosas
os declaro, y quiero que las memoricéis: la Sadaqa (aportación
voluntaria de bienes que puede hacer cualquier musulmán) no disminuye la
propiedad de aquel que la aporta; aquel que sufre la injusticia y no se
impacienta Allah lo fortalecerá; aquel que mendiga, Allah lo empobrecerá".
'Â-isha narró que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo,:" Juro por tres cosas: Allah no considera igual a aquel que tiene una parte en el Islam y aquel que no la posee. Las partes en el Islam son tres: el Salât, el Ayuno, y el Çakât. Si Allah preserva a uno de sus siervos en este mundo también lo hará en el día del Qyyâm".