AT-TAHÂRA LA PURIFICACIÓN |
At-Tahâra
Antes que nada hay que hacer una precisión terminológica en lo que se
refiere a la purificación dentro de un contexto islámico, pues puede llevarnos
a un malentendido, si al término se le carga de connotaciones éticas o morales
provenientes de otras concepciones ajenas al Islam.
Con el término purificación no estamos indicando la redención de
ninguna "mancha", o "culpa", que haya que purgar, conceptos
todos ellos muy próximos y pertenecientes a otros ámbitos culturales
diferentes al Islam; si empleamos esta traducción es por no encontrar términos
más apropiados dentro de nuestra lengua que pudieran dar cuenta del significado
real del término "Tahâra";
si recurrimos a una perífrasis para dar con un contenido más apropiado del
mismo, debemos entender la Tahâra
como "un estado" que le permite al musulmán acceder a otros planos de
la experiencia, debiendo para ello "salir" de su estado habitual a
través de una serie de actos y gestos que le predisponen para acceder a esas
otras realidades. Por todo ello a partir de ahora evitaremos dar la traducción
al castellano, dejando el término original árabe tal cual, teniendo en mente
la precisión ya antes comentada.
El estado de Tahâra se
adquiere a través de dos vehículos materiales, a saber: el agua, y la tierra
en su defecto.
La sharî'a ha dividido el agua
en cuatro clases o categorías:
(a) agua mutlaq,
(b) agua usada (es decir, aquella que ha sido empleada para realizar
alguna ablución),
(c) agua mezclada con elementos puros y
(d) agua mezclada con elementos impuros.
Trataremos cada apartado por separado.