COLECCIÓN DE HADICES

 

 

KITAB AL-FADA’IL

 

LIBRO DE LAS CUALIDADES DEL PROFETA (s.a.s.) Y DE SUS COMPAÑEROS

 

3ª PARTE 

 

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XXX

DESCRIPCIÓN DEL PROFETA (s.a.s.), EDAD AL RECIBIR LA PROFECÍA Y SUS AÑOS DE VIDA

 

        Anas ibn Malik relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) no era ni muy alto ni bajo, su piel no era extremadamente blanca ni oscura, ni su cabello demasiado ondulado o lacio. Allah lo encargó de la profecía cuando tenía cuarenta años. Y estuvo diez años en Meca y diez en Medina. Y Allah se lo llevó a los sesenta años. Y en su cabeza y en su barba no tenía ni veinte cabellos blancos.

        Este hadiz ha sido relatado por Anas ibn Malik con un pequeño cambio de palabras.

 

        Anas ibn Malik relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) falleció cuando tenía sesenta y tres años. Y Abu Bakr y Umar también fallecieron a la misma edad.

 

        A’isha relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) falleció cuando tenía sesenta y tres años. Un hadiz como este ha sido relatado por Sa’id ibn al-Musaiib.

        Este hadiz ha sido relatado por Ibn Shihab a través de la misma cadena de transmisores.

 

 

XXXI

CUANTO TIEMPO ESTUVO EL PROFETA (s.a.s.) EN MECA Y EN MEDINA

 

            Amr relató: Le dije a Urua: ¿Cuanto tiempo estuvo el Profeta (s.a.s.) en Meca? Dijo: Diez años. Yo le dije: Pero Ibn Abbas dice: (Estuvo) trece años.

 

        Amr relató: Le dije a Urua: ¿Cuanto tiempo habitó el Profeta (s.a.s.) Meca? Dijo: Diez años: Dije: Pero Ibn Abbas dice: Más de diez años. Entonces (Urua) pidió perdón para él y dijo: Eso lo tomó del verso del poeta. ([1])

 

        Ibn Abbas relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) vivió en Meca por trece años y falleció cuando llegó a los sesenta y tres años.

 

        Ibn Abbas relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) estuvo en Meca durante trece años después de recibir la revelación y en Medina diez años. Y murió cuando tenía sesenta y tres años.

 

        Abu Ishaq relató: Estaba sentado con Abdullah ibn Utba mencionando la edad del Mensajero de Allah (s.a.s.). Alguna gente decía: Abu Bakr era mayor que el Mensajero de Allah (s.a.s.). Abdullah dijo: El Mensajero de Allah (s.a.s.) falleció a los sesenta y tres años, Abu Bakr murió a los sesenta y tres años y Umar fue asesinado a los sesenta y tres años. Un hombre entre la gente llamado Amir ibn Sa’d relató que Yarir dijo: Estábamos sentados con Muauiia mencionando la edad del Mensajero de Allah (s.a.s.) y Muauiia dijo: El Mensajero de Allah (s.a.s.) falleció a los sesenta y tres años, Abu Bakr murió a los sesenta y tres años y Umar fue asesinado a los sesenta y tres años.

 

        Yarir relató que escuchó Muauiia durante un sermón decir. El Mensajero de Allah (s.a.s.) murió a los sesenta y tres años y también Abu Bakr y Umar. Y yo ahora tengo sesenta y tres años. ([2])

 

        Ammar, el esclavo liberado de los Banu Hashim, relató: Le pregunté a Ibn Abbas: ¿Qué edad tenía el Mensajero de Allah (s.a.s.) cuando murió? Dijo: No creí que alguien como tu, que eres de su gente, no supiese eso. Yo dije: Es que le pregunté a la gente pero disentían conmigo. Entonces quise conocer tu opinión sobre ello. Dijo: ¿Sabes contar? Dije: Si. Dijo: Ten en cuenta que fue encargado (de la profecía) a los cuarenta, estuvo en Meca quince ([3]), (a veces) en seguridad y (a veces) con temor, y luego, después de la Emigración, diez en Medina.

        Este hadiz ha sido relatado por Iunus con la misma cadena de transmisores.

 

        Ammar, el esclavo liberado de los Banu Hashim, relató que Ibn Abbas dijo que el Mensajero de Allah (s.a.s.) falleció cuando tenía sesenta y cinco años.

        Este hadiz ha sido relatado por Jalid con la misma cadena de transmisores.

 

        Ibn Abbas relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) estuvo en Meca quince años. Escuchaba su voz y veía su luminosidad, pero no veía su forma. Y recibió la revelación ocho años y estuvo en Medina diez. ([4])

 

 

XXXII

RESPECTO A LOS NOMBRES DEL PROFETA (s.a.s.)

 

            Yubair ibn Mut’im relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Yo soy Muhammad y yo soy Ahmad ([5]). Y yo soy Al-Mahi (El Aniquilador), aquel que aniquila la incredulidad. Y yo soy Al-Hashir (El Unificador), aquel que reunirá a la humanidad bajo sus pies. Y yo soy Al-Aqib”. Y Al-Aqib es aquel después del cual no habrá otro profeta.

 

        Yubair ibn Mut’im relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Yo tengo muchos nombres. Yo soy Muhammad. Yo soy Ahmad. Y yo soy Al-Mahi, a través del cual Allah aniquila la incredulidad. Y yo soy Al-Hashir, bajo cuyos pies se reunirá la humanidad. Y yo soy Al-Aqib, después del cual no habrá otro”. Y Allah lo llamó Clemente y Misericordioso.

        Este hadiz ha sido relatado por Ma’mar. En el transmitido por Aquil dice: Le pregunté a Zuhri: ¿Qué significa Al-Aqib? Dijo: Aquel después del cual no habrá otro profeta. Y en los transmitidos por Ma’mar y Uqail hay una pequeña variación de palabras.

 

        Abu Musa al-Ash’ari relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) nos mencionó muchos de sus nombres, dijo: “Yo soy Muhammad, Ahmad, Al-Muqaffi (El Último), Al-Hashir, El Profeta del Arrepentimiento y El Profeta de la Misericordia”.

 

 

XXXIII

EL CONOCIMIENTO QUE EL PROFETA (s.a.s.) TENÍA DE ALLAH, EXALTADO SEA, Y SU EXTREMO TEMOR DE ÉL

 

            A’isha relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) hizo una acción y dio permiso para realizarla. Y esto fue contado a algunos de sus Compañeros. Y fue como si ellos lo desaprobasen y lo rechazasen. Entonces le contaron esto y él les dirigió un sermón diciéndoles: “¿Qué le pasa a la gente a la que le han comunicado de parte mía un asunto para el cual yo he dado permiso y ellos lo han desaprobado y rechazado? ¡Por Allah! Yo soy el que tiene más conocimiento de Allah entre ellos y soy el que Le teme más entre ellos”.

            Este hadiz ha sido relatado por A’mash a través de una cadena diferente de transmisores.

 

        A’isha relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dio permiso para hacer una cosa, pero alguna gente no lo hacía. Le contaron esto al Profeta (s.a.s.) y se enojó tanto que se le notaba en su rostro. Luego dijo: “¿Qué le pasa a la gente que evita aquello que me ha sido permitido? ¡Por Allah! Yo conozco a Allah más que ellos y Le temo más que ellos”.

 

 

XXXIV

ES OBLIGATORIO SEGUIR AL PROFETA (s.a.s.)

 

            'Urua ibn Zubair relató que Abdullah ibn Zubair le narró que un hombre de los Ansares se peleó con Zubair frente al Mensajero de Allah (s.a.s.) respecto a las fuentes de agua de Al-Harra con las que regaban las palmeras. El Ansar dijo: Deja correr el agua. Pero (Zubair) rechazó esto. Entonces llevaron la disputa al Mensajero de Allah (s.a.s.). Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) le dijo a Zubair: “Riega (tus palmeras) ¡oh Zubair! Luego deja que el agua fluya hacia tu vecino”. El Ansar se enojó y dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! El es el hijo de la hermana de tu padre”. El rostro del Profeta de Allah (s.a.s.) cambió de color, luego dijo: “¡Oh Zubair! Riega, luego reténla hasta que se eleve hasta las paredes”. Y Zubair dijo: ¡Por Allah! Yo creo que esta aleya fue revelada por esto: “¡No, por tu Señor! No creerán hasta que te hayan hecho juez de su disputa; entonces ya no encontrarán en si mismos dificultad en aceptar tu decisión y se adherirán plenamente”. (4:65)

 

 

XXXV

RESPETO POR EL PROFETA (s.a.s.) Y NO HACER DEMASIADAS PREGUNTAS ESPECIALMENTE CUANDO NO HAY UNA NECESIDAD GENUINA

 

            Abu Huraira relató que escuchó al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “Evitad aquello que os he prohibido y haced lo que podáis de lo que os he ordenado. Ciertamente lo que destruyó a los que os precedieron fueron las demasiadas preguntas y las diferencias con sus profetas”.

            Este hadiz ha sido relatado por Ibn Shihab con la misma cadena de transmisores.

            Este hadiz ha sido relatado por Abu Huraira a través de otra cadena de transmisores y en este el Profeta (s.a.s.) dice: “Abandonad lo que os he pedido, ya que lo que destruyó a los que os precedieron...”.

 

        Amir ibn Sa’d relató de su padre que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ciertamente el más grande pecador entre los musulmanes es aquel que pregunta por una cosa que no ha sido prohibida para los musulmanes y se prohibe para ellos a causa de la insistencia de su pregunta”.

 

        Amir ibn Sa’d relató de su padre que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “El más grande pecador entre los musulmanes es el que pregunta por una cosa que no ha sido prohibida y se prohibe para la gente a causa de su pregunta”. Este hadiz también ha sido relatado por Zuhri con la misma cadena de transmisores pero en este agrega: “Una persona pregunta por una cosa de manera excesivamente minuciosa”.

 

        Anas ibn Malik relató: Le transmitieron al Mensajero de Allah (s.a.s.) algo sobre sus Compañeros, entonces se dirigió a ellos diciendo: “Me fueron mostrados el Paraíso y el Infierno. Y nunca había visto el bien y el mal como lo he visto hoy. Y si supierais lo que yo sé reiríais poco y lloraríais mucho”. Y no hubo un día más difícil para los Compañeros del Mensajero de Allah (s.a.s.) que éste. Ellos cubrieron sus cabezas y se escuchaba el sonido de sus llantos. Entonces Umar se paró y dijo: Estamos complacidos con Allah como nuestro Señor, con el Islam como nuestra religión y con Muhammad como nuestro Profeta. Y un hombre se paró y dijo: ¿Quién es mi padre? Dijo: “Tu padre es fulano”. Y entonces fue revelado: “¡Oh creyentes! No preguntéis por cosas que, si se os dieran a conocer, os dañarían”. (5:101) ([6])

 

        Anas ibn Malik relató: Un hombre dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! ¿Quién es mi padre? Dijo: “Tu padre es fulano”. Entonces fue revelada: “¡Oh creyentes! No preguntéis por cosas que, si se os dieran a conocer, os dañarían”.

 

        Anas ibn Malik relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) salió después de que el sol pasó el zenit y rezó la oración del mediodía. Luego de dar los saludos (salams) subió al púlpito y habló de la Hora (el Día del Juicio) y de los importantes hechos que la precederán. Luego dijo: “El que quiera preguntarme algo que lo haga. ¡Por Allah! No me moveré de este lugar hasta informarlos sobre todo lo que me preguntéis”. Anas ibn Malik dijo: Cuando la gente escuchó esto del Mensajero de Allah (s.a.s.), comenzó a llorar profusamente. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) repitió: “Preguntádme”. Entonces Abdullah ibn Hudhafa se levantó y dijo: ¿Quién es mi padre? ¡Oh Mensajero de Allah! Dijo: “Tu padre es Hudhafa”. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) siguió diciendo: “Preguntádme”. Umar se arrodilló y dijo: Estamos conformes con Allah como nuestro Señor, con el Islam como nuestra religión y con Muhammad como nuestro Profeta. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) se quedó callado mientras Umar decía esto. Luego el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “El fin está cerca. ¡Por Aquel es cuyas manos está la vida de Muhammad! Me fueron mostrados el Paraíso y el Infierno en un rincón de este recinto y nunca he visto el bien y el mal como hoy”. Ibn Shihab dijo: Ubaidullah ibn Abdullah ibn Utba me informó que la madre de Abdullah ibn Hudhafa le dijo a Abdullah ibn Hudhafa: Nunca escuché de un hijo más desobediente que tu. ¿Crees estar a salvo de que tu madre cometa el pecado que hacían las mujeres antes del Islam, entonces la avergüenzas frente a la gente? Abdullah ibn Hudhafa dijo: ¡Por Allah! Si mi paternidad fuese atribuida a un esclavo negro me conectaría con él.

        Este hadiz ha sido relatado por Zuhri con una pequeña variación de palabras.

 

        Anas ibn Malik relató que la gente preguntó al Profeta de Allah (s.a.s.) hasta que él se sintió presionado por las preguntas. Entonces un día salió, subió al púlpito y dijo: “Preguntádme que no dejaré de explicar ninguna de vuestras preguntas”. Cuando la gente escuchó esto se aterrorizó como si fuese a suceder algo (trágico). Anas dijo: Comencé a mirar a la derecha y a la izquierda y vi que toda la gente se cubría la cabeza con sus mantos y lloraba. Y entonces en la mezquita un hombre con el que solían argumentar atribuyéndole otro padre rompió el hielo y dijo: ¡Oh Profeta de Allah! ¿Quién es mi padre? Dijo: “Tu padre es Hudhafa”. Luego fue Umar ibn al-Jattab quien se atrevió a decir algo y dijo: Estamos conformes con Allah como nuestro Señor, con el Islam como Religión y con Muhammad como Profeta. Y nos refugiamos en Allah del mal del Disturbio. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Nunca como hoy vi el bien y el mal. El Paraíso y el Infierno tomaron forma frente a mi, cerca de este pozo”.

        Este hadiz también ha sido relatado por Qatada.

 

        Abu Musa relató: Le preguntaron al Profeta (s.a.s.) cosas que le disgustaban. Y cuando insistieron con estas preguntas se enojó y le dijo a la gente: “Preguntádme lo que queráis”. Entonces un hombre dijo: ¿Quién es mi padre? Dijo: “Tu padre es Hudhafa”. Y se paró otro y dijo: ¿Quién es mi padre? ¡Oh Mensajero de Allah! Dijo: “Tu padre es Salim liberto de Shaiba”. Y Umar vio el enojo en el rostro del Mensajero de Allah (s.a.s.) y entonces dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Ciertamente pedimos perdón a Allah ([7]). Y en la transmisión de Abu Kuraib: Dijo: ¿Quién es mi padre? ¡Oh Mensajero de Allah! Dijo: “Tu padre es Salim liberto de Shaiba”.

 

 

XXXVI

EN LOS ASUNTOS DE LA RELIGIÓN ES OBLIGATORIO SEGUIR AL PROFETA (s.a.s.), PERO EN LOS ASUNTOS MUNDANALES SE PUEDE SEGUIR LA OPINIÓN PERSONAL

 

                Musa ibn Talha relató de su padre: Pasamos con el Mensajero de Allah (s.a.s.) cerca de una gente que estaba en las palmeras. Y él dijo: “¿Qué están haciendo?”. Dijeron: Fertilizando o sea injertando el macho con la hembra para obtener más frutos. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “A mi me parece que eso no tiene ninguna utilidad”. La gente se enteró de esto y abandonó esa práctica. (Luego) informaron esto al Mensajero de Allah (s.a.s.) que dijo: “Si eso los beneficiaba que lo hagan. Ya que lo mío fue solo una opinión y no os debéis dejar llevar por mis opiniones. Pero si os digo algo relacionado con Allah, tomadlo. Ya que yo no mentiré respecto a Allah, Exaltado y Majestuoso”.

 

        Rafi’ ibn Jadiy relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) llegó a Medina. Y la gente solía fertilizar las palmeras. Dijo: “¿Qué están haciendo?”. Dijeron: Las estamos fertilizando. Dijo: “Quizás si no lo hacéis es mejor”. Entonces dejaron de hacerlo. Y comenzaron a tener menos frutos. Se lo mencionaron a él y dijo: “Yo no soy más que un ser humano. Si os ordeno algo relacionado con vuestra religión aceptadlo. Pero si os ordeno algo de mi propia opinión recordad que solo soy un ser humano”. Ikrama relató: O dijo algo parecido.

 

        Anas relató que el Profeta (s.a.s.) pasó cerca de una gente que estaba fertilizando palmeras. Y dijo: “Si no lo hacéis quizás sea mejor”. (Entonces dejaron de hacerlo) y bajó la cosecha. (Luego) pasó cerca de ellos y les dijo: “¿Qué pasa con vuestras palmeras?”. Dijeron: Tu dijiste esto y esto otro. Dijo: “Vosotros conocéis mejor vuestros asuntos mundanales”.

 

 

XXXVII

EL MÉRITO DE MIRAR AL PROFETA (s.a.s.) Y EL DESEO DE ELLO

 

        Abu Huraira relató numerosos hadices entre ellos este: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “¡Por Aquel en cuyas manos está la vida de Muhammad! Llegará un día en el que no podréis verme y entonces mirarme será más querido para vosotros que vuestra familia y todos vuestros bienes”.

 

 

 

continuación

 


[1] El nombre del poeta es Abu Qais Sarma ibn Abu Anas y el verso es: Vivió entre los Quraish durante más de diez años, exhortándolos (al bien) para tener colaboradores.

[2] Muauiia tenía la idea de que iba a morir como sus ilustres antecesores a la edad de sesenta y tres años pero lo hizo a los ochenta años.

[3] Los años en Meca son trece, Ibn Abbas está contando el año en que fue encargado de la profecía y el año de la Emigración y así llega a los quince años.

[4] El ángel Gabriel tuvo contactos con el Profeta (s.a.s.) antes de que fuese confirmado como tal, pero no lo vio en forma humana hasta cumplir los cuarenta o sea cuando fue encargado de la profecía.

[5] Tanto el nombre Muhammad (El digno de alabanzas) como Ahmad (El más digno de alabanzas) vienen de la misma raíz, la única diferencia entre ambos es que el primero es aquel que es muy alabado por sus cualidades supremas y el segundo es aquel que es alabado de la mejor forma y en el mejor estilo. 

[6] Este aleya implica que el demasiado preguntar pude llevar a agregar obligaciones o prohibiciones a las ya existentes. Allah ha puesto en claro lo que se debe hacer y lo que no, los asuntos sobre los que el Profeta (s.a.s.) guardó silencio entran en la categoría de lo permitido (mubah) y no es bueno estrechar el círculo de lo permitido aumentando la carga sobre los musulmanes.

[7] El Profeta (s.a.s.) se enojó porque esa pregunta no es pertinente. No es bueno dudar sobre hechos establecidos. La paternidad de un hijo es atribuida al marido de su madre y no se debe dudar al respecto.