ISLAM, CAMINO HACIA LA LUZ
Autor: Abdel-Karim Mullor
Bismi-l-Lâhi-r-Rahmâni-r-Rahîm
Allâhumma sallî ‘alâ sayyidinâ Muhammadin ‘abdika wa rasulika nabiyyi-l-’umiyyi
wa ‘alâ ‘alihi wa sahbihi wa sallîm
Introducción
Invocando la ayuda de Allah (subhanahu wa ta’ala), me he propuesto escribir unas
pocas líneas sobre un sujeto que se me antoja de un carácter elemental en cuanto
a su comprensión. No obstante su exposición es necesaria, y es indispensable el
que sea enérgica, todo ello debido a la confusión que ha arrojado y es
susceptible de arrojar en determinados espíritus de nuestra ‘Ummah.
Cuando un europeo deja toda su educación y cultura detrás de sí para adoptar la
religión del ‘Islam, es necesario que sea lo suficientemente inteligente y
voluntarioso para renunciar, tanto en su mente como en su espíritu, a todas las
ideas falsas relativas al concepto del ser humano y a su naturaleza, así como a
cualquier concepto de orden social y político que pueda haber adquirido con
anterioridad. Estas ideas deben salir con el agua de su primera ablución. Ha de
saber que en su religión se encuentra una guía y una luz para todos los aspectos
que son susceptibles de ser considerados en el ser humano. “En el Libro de
‘Allâh no hemos dejado nada que no sea explícito” (Qur’an) ‘”Yo he venido para
concluir vuestra religión” (hadiz). Aquí, ‘nada’ quiere decir, que todo sin
excepción está en el Libro. En resumidas cuentas, es necesario tener una
independencia absoluta de todas las corrientes de pensamiento que existen en la
actualidad en nuestro mundo confuso y agitado. Ser musulmán, debe significar por
definición, ser sabio. “Nos les hemos hecho salir de las tinieblas a la luz.” (Qur’an).
Para mantener esta absoluta independencia intelectual, es necesario estudiar
nuestra religión con dedicación e intensidad. De esta manera, si esto es así, no
habrá persona en el mundo capaz de rivalizar con nosotros en cualquier tipo de
argumentación, y de esta manera nadie será capaz de separarnos de la verdad.
Estos tiempos son comparables a los que precedieron a la venida del Rasûl (sobre
él la Plegaria y la Paz de Allâh). “Los incrédulos dicen: ‘Nosotros solo hacemos
lo que vimos hacer a nuestros padres’”(Qur’an). Las palabras del Quraich se
repiten como un eco en nuestra época.
No os ilusionéis musulmanes, con falacias tales como ‘derechos humanos’ o
‘democracia’ o ‘voluntad del pueblo’. El ‘Islam está por encima de todo eso y da
una solución adecuada para todos los asuntos.
La diferencia que existe entre el Islam y todas las doctrinas laicas es la misma
diferencia que existe entre la Sabiduría de Dios y la sabiduría humana. Es la
misma diferencia que existe entre la Verdad y la ignorancia; es decir, UN ABISMO
INMENSO.
Por encima de la Democracia el ‘Islam posee una forma de vida mucho más sabia.
Frente a los escasos y tacaños diez derechos fundamentales del ser humano, el
‘Islam tiene miles y todos ellos ‘fundamentales’ para el hijo de ‘Adam (sobre él
la Paz). Otras tantas obligaciones son necesarias para él. La decisión de la
mayoría no tiene poder alguno ante la Decisión y el Mandato Divinos.
En las líneas que siguen voy a demostrar todo esto que acabo de decir, además de
dejar claro que el sistema de vida democrático está diseñado para favorecer al
capital en su expansión, así como para servir de base para todo tipo de mentiras
y de ideas falsas, que al no tener algo que prohíba su desarrollo tienen el
camino libre para corromper todo lo que se les acerca. “Allâh puede perdonar
todo salvo la mentira” (hadiz).
“La religión es el buen consejo” (hadiz). He de decir que este tema sobre el que
escribo no tiene para mí una importancia intelectual relevante. Sin embargo debo
remarcar que, como he escuchado a algunos musulmanes decir: ‘La democracia está
bien”, o “la democracia es islámica” y algunas cosas por el estilo, considero
necesario describir algunos conceptos elementales de nuestra religión.
Quiero animar a todos los musulmanes a comenzar la Revolución Intelectual que
significa el retorno a los principios de nuestra Religión, revolución necesaria
para darnos luz a todos nosotros y al mundo que nos rodea, el que queremos todos
se regenere y retorne a nuestro Señor. Amín.
Visión islámica de la democracia
Para comprender como es considerada la Democracia en el ‘Islam, es necesario,
como siempre, retornar a los principios, es decir, al Kitab y a la Sunnah:
“La ilâha illâ Huwa inna-d-Dîna inda-l-Lâhi-l-‘Islam”. (Qur’an) ‘No hay dios
sino Él (Allâh), en verdad la religión de Allâh es el ‘Islam.
El ‘Islam significa: la sumisión a la Voluntad de Allâh. El cómo se aplica dicha
sumisión en la vida cotidiana viene claramente especificada en el Haddiz, de
todos conocido, en el que Sayyidinâ Yibril (sobre él la Paz) pregunta al
respecto a nuestro Profeta (sobre él la Plegaria y la Paz de Allâh).
Todo en el Islam gira sobre el Libro y los Hadices. Todo lo que se explica en
ambos viene de Dios y no del ser humano. El hombre pues, sólo debe obedecer y
seguir. Debe además estudiar y comprender para adquirir sabiduría. Nosotros no
hemos diseñado democráticamente nuestra religión, es Allâh quien la ha diseñado
para nosotros porque es nuestro Señor y por lo tanto nos conoce, conoce asimismo
nuestra naturaleza y necesidades, y además porque al ser nuestro Señor hace lo
que Él quiere con lo que ha creado.
“Aquel que no sigue el Libro y nuestra Sunna no es de los nuestros”.(hadiz)
“Si podéis aportar algo mejor que este Libro hacedlo” (Qur’an).
La democracia, es un sistema de vida laico, un invento del ser humano, y una
rebeldía contra Dios, en tanto que no se tiene en cuenta Su Voluntad, sino la
voluntad de la mayoría de las gentes, sea cual sea su nivel y su inteligencia.
Su estructura está enmarcada en el Kufr, la incredulidad, y sus raíces se
encuentran en la enemistad que enfrenta al Shaytán contra las órdenes de Dios:
“Puesto que me has extraviado, déjame acosarles en su camino y extraviaré a casi
todos”. (Qur’an)
Ninguna construcción humana puede compararse a la Sabiduría de Dios. Podemos
decir que cualquier manifestación política o social que no se ilumina en la
Sabiduría de Dios es una falacia inconsistente.
“Vosotros sois la mejor comunidad sobre la Tierra” (Qur’an). El Libro de Dios
indica que si alguien debe enseñar algo al mundo, estos son los musulmanes al
resto de la humanidad, y no al contrario. Es con este talante que los musulmanes
debemos conducirnos en nuestra vida hacia aquellos que no lo son, lo cual no
impide, ni muchísimo menos, el tratarlos con respeto y educación y el desear
para ellos el que Allâh los guíe como así lo ha hecho con nosotros. Esto último
en honor a la Sunnah del Rasûl (sobre él la Plegaria y la Paz) hacia el Quraych.
Pero para esto, antes debemos de ser sabios, sabios en nuestra religión y no en
cualquier otra cosa.
Conocer el Islam es conocer el mundo, el ser humano, el Universo, a nosotros
mismos, conocer las cosas de Dios, conocer y amar a nuestros hermanos y ser con
ellos hermanos de verdad. Quien ama a su hermano ama para éste el que se
conduzca en el cumplimiento de la Voluntad de Dios. Amar al Profeta (sobre él la
Plegaria y la Paz de Allah) es amar a Dios y amar a nuestros hermanos. Quien ama
a Dios y al Profeta ama el Libro y la Sunna y con ello se satisface y se
contenta. “El bien que os llega viene de Dios y el mal que os toca viene de
vosotros mismos.” (Qur’an).
La Comunidad musulmana ha de ser el estandarte de la verdad, la luz del mundo.
No nos escondamos hermanos, tenemos ante nosotros esta responsabilidad. La
piedra filosofal para esto es la sabiduría. “No seas como aquella que cosía por
la mañana y deshacía por la noche lo que había hecho” (Qur’an).
La invención de la Democracia, no es el producto de un deseo de bien para la
humanidad, sino antes bien el de preparar un lecho para el provecho de los
capitalistas y de los oportunistas sin escrúpulos. Si somos inteligentes,
veremos que todos estos movimientos sociales tales como socialismo, democracia,
comunismo, dictadura, etc. han sido siempre creados por la oligarquía (quien
sirviendo al Dayyal) los crea y utiliza para darse cobertura a ella misma y
adaptar las estructuras del poder a las circunstancias de los tiempos y de los
países, como siempre quienes son favorecidos por este modelo de sociedad son los
poderosos y los oportunistas que se acomodan al lado de estos.
La así llamada ‘’libertad de expresión’’ da derecho a expresar no importa que
brutalidad y no importa que mentira más o menos refinada. Esta libertad, que no
existe por cierto, solamente es ejercida si se tiene dinero y poder, las otras
voces, verídicas o no, no son escuchadas por no disponer de medios. El capital
así tiene libertad para escoger lo que debe pensar el ser humano, lanzar
programas de ‘’lavado de cerebro’’ a través de los medios de información que les
pertenecen, y así cercenar aquellas ideas que no les convienen o bien exponerlas
de una forma esperpéntica y ‘’arreglada’’.
Las gentes al no tener la sabiduría que les proteja contra este ridículo
vandalismo ideológico, caen y piensan como ha estado programado. De esta manera
la dictadura no es necesaria, y cuando se está seguro de que la gente ha picado
el anzuelo y se tiene el pez enganchado se les da una ilusión de libertad y de
poder de decisión, decisión esta que ellos saben está dirigida y programada de
antemano por la más dañina de las sectas que navegan en el proceloso mar de la
ignorancia.
El pueblo tiene la ilusión de escoger entre uno y otro mentiroso, entre uno y
otro ignorante. Para llegar a la coyuntura de que el pueblo te pueda elegir es
necesario luchar como un tiburón contra tus rivales, y en esta lucha no hay
compasión. Las gentes escogen a personas que no conocen de cerca y luego es
esquilmado y engañado, pero no importa, elegirán a otros que también les
engañarán.
La redacción de las leyes es producida por la votación de dichos elegidos, cuya
media intelectual, por cierto mediocre, puede organizar los más dramáticos
embrollos, que en cierto sentido no dejan de ser cómicos. De esta manera podemos
hablar aquí de tragicomedia parlamentaria.
La ejecución de las leyes es ralentizada para que nadie se pueda ver satisfecho
de haber sufrido injusticia alguna. Es decir todo está montado para crear una
estructura bien específica donde cualquier asunto está controlado y dirigido,
mucho más que si se tratara de una monarquía absolutista o lo que se ha dado en
llamar una dictadura. El pobre se contenta con su pobreza porque se ilusiona que
tiene libertad. Si tuviera libertad tendría también acceso fácil a una vida
holgada y sin penas. ¿No os parece?.
Queridos hermanos, nuestra religión no es democrática, ni pueden entrar en ella
elementos de esa naturaleza. Ella no obstante es completa, perfecta y verdadera
y no necesita la adición de elemento alguno que la ensucie. Está muy por encima
de cualquier otra cosa, como el cielo está por encima de la tierra.
Por otra parte, el integrar elementos democráticos o de otra índole en nuestras
comunidades, significa el dar ante los no musulmanes una imagen de debilidad, y
es más, en cierto modo de sumisión. Es como si nosotros fuéramos un elemento más
en su mundo, algo que puede ser tolerado porque “hay que respetar el derecho de
las minorías”. Nosotros no somos eso. Como musulmanes, somos la Comunidad
favorecida e iluminada por Dios. Es, no obstante nuestro Señor, Quien se muestra
tolerante con ellos a pesar de su rebeldía manifiesta. Como musulmanes debemos
ser la luz de este mundo y enseñar a los otros como se debe vivir, y todo esto
con la ayuda de Dios, la cual obtendremos sin duda si nos aplicamos en sabiduría
y constancia en seguir el Camino Recto.
Los cuervos vuelan muy alto y nos ofrecen sus estridentes graznidos; las
palomas, sin embargo, vuelan bajo, pero son mansas y humildes y su arrullo es
sereno y tranquilo.
Unas palabras a aquellos que no son musulmanes:
Comprendo que mi exposición puede causarles molestia e incluso cólera. Debo de
decirles, respetados lectores, que ustedes están acostumbrados a pensar que
todas las cosas están al mismo nivel, o que incluso son cuestión de opinión.
Esta es la costumbre que ustedes han adquirido desde pequeños. Pero todo esto no
quiere decir que esta idea que ustedes tienen sea correcta.
Antes bien existe Una Verdad Absoluta que debe dirigir todo y nosotros somos una
expresión de esta Verdad. “¿Acaso la mentira está al mismo nivel que la
Verdad?”. (Qur’an)
Quiero invitaros a la aventura intelectual de descubrir esto, y compararlo con
lo que tenéis ahora, y entonces vuestras palabras reconocerán la gran diferencia
existente entre vuestros conocimientos actuales y los que después obtendréis.
Habéis sido seducidos por cuatro o cinco palabras expresadas por los medios de
información y por algún que otro libro y no reconocéis todavía esta droga en
vuestra sangre. Quien tenga valor para estudiar el ‘Islam, de una forma seria y
completa y compararlo con le que ha aprendido hasta ahora, encontrará una
diferencia como la existente entre el tamaño de un elefante y un mosquito.
Además, debo expresaros que no propongo aquí una revolución social y política,
sino una revolución intelectual que nos saque de la ignorancia.
También propongo un reto; el de aprender el ‘Islam para hablar de él con
conocimiento, y no con palabras prestadas en nombre de la ‘’libertad’’ de
expresión o de otras bobadas. Probad, y después hablemos. Aquel que no conoce
una cosa no está capacitado para hablar de ella.
La sociedad islámica
Debemos definir como sociedad: “La vida en común de un grupo más o menos
numeroso de personas y la organización de dicha vida para que su convivencia sea
armónica y beneficiosa para todos sus miembros”. “Todos sus miembros” no la
“mayoría de los miembros”. Dios, que nos ha creado, es el Único que tiene poder
y conocimiento para conseguir que todos los miembros de una sociedad tengan sus
derechos y necesidades satisfechos. Para ello ha establecido una ley que debe
ser seguida por todos sus componentes, por todos los estratos.
La sociedad musulmana está basada en el cumplimiento por cada uno de sus
miembros de los mandatos divinos, en el cumplimiento colectivo de estos, en la
ayuda mutua, y el apoyo a los menos afortunados. “La limosna es para los
pobres”. (Qur’an)
Puesto que el Profeta (sobre él la Plegaria y la Paz de Dios) era desprendido de
los bienes de este mundo y daba siempre a los necesitados, el resto de los
musulmanes debe hacerlo. Los ricos están obligados a dar cada año el 2.5% de su
riqueza a los necesitados y a otros fines necesarios de carácter social.
La sociedad islámica está basada en la solidaridad. Ninguna otra sociedad de la
tierra ha tenido nunca una igualdad tan grande entre ricos y pobres. Todos sus
miembros tienen importancia, y su voz debe ser escuchada en función de su
sabiduría, no en función de su posición social.
Las familias ricas no deben gozar de privilegios con respecto al resto.
Los dirigentes no son elegidos democráticamente. Son los más sabios de la
Comunidad que han de elegir al gobernante y este debe ser un ejemplo de
sabiduría, honestidad y desprendimiento de las cosas de este mundo. Podrá ser de
clase pobre o rica.
Toda la sociedad debe cumplir la Shari’a (ley islámica).
Solamente en las aplicaciones prácticas de los mandatos de ‘Allâh debe entrar la
voz de los expertos en cada materia. La opinión de la mayoría no cuenta, cuenta
el conocimiento de los sabios.
En el área económica el dinero no se estanca y se invierte siempre, puesto que
no existe el interés y sí la orden divina que obliga a los ricos a dar el 2.5%
anual de su riqueza. Cuando un hombre comete una falta normalmente debe expiarla
dando de comer a los pobres.
Entre los miembros de la comunidad existe el amor desinteresado, el apoyo, la
compasión, el buen concepto mutuo. Resumiendo, la sociedad es un cuerpo, y si
alguno de los miembros está dañado, todo el cuerpo se resiente.
¿Dónde está aquí la democracia? Aquí todo es luz y no hay lugar para la
ignorancia. ¿Vamos a cambiar el oro por la hoja de lata?.
La voluntad del pueblo, siempre que esté dentro de la ley del Libro de ‘Allâh y
de la Sunna, sirve para que sus gobernantes le atiendan debidamente en sus
necesidades.
La libertad de expresión está taxativamente prohibida en el ‘Islam, cuando esta
expresión ataca los principios de la Religión y a nuestros hermanos.
La libertad de reunión no existe sino para hacer el bien, y no, no importa qué.
En la sociedad islámica todo hombre con una demanda justa debe ser satisfecho
con diligencia. Todo débil debe ser atendido.
Las mujeres pueden ser sabias y tienen acceso al estudio de la religión, al
igual que los hombres. Este estudio es lo que los musulmanes valoran más en su
vida. De esto podemos deducir, que las diferencias entre el hombre y la mujer
son cuestión de detalles, pero que en lo fundamental no existe tal diferencia.
No quiero extenderme más sobre este apartado. Hacer un análisis exhaustivo sería
un tema objeto de un libro, no de un artículo. Aquel que quiera leer sobre el
asunto tiene en su mano el Qur’an y los Hadices. Sólo trato de dar unas
pinceladas lo suficientemente netas como para comprender el claro mensaje que os
quiero hacer llegar. ‘’Sed íntegros, firmes y serios en vuestras creencias’’.
Situación actual: ¿es posible un gobierno islámico?
En las circunstancias actuales en las que se encuentra el mundo es una quimera
hablar de un gobierno islámico. ¿Dónde están ahora los musulmanes?. En los
países árabes el número de practicantes disminuye de más en más, de tal forma
que se ha convertido en actual el Haddiz: Caeréis en el mismo agujero que han
caído vuestros predecesores (cristianos y judíos), de tal manera que si ellos se
metieran en la madriguera del escorpión vosotros les seguiréis. El ‘Islam
comenzó como un extraño y llegarán momentos en los que será un extranjero.
Bienaventurados los extranjeros.
Conozco que existen determinados grupos que proponen un gobierno islámico en un
tal o cual país o en todo el mundo árabe. Es posible que para algunos de los
dirigentes que proponen esto haya una atracción irresistible de tener poder, y
así quitar a unos para poner a otros. En algunos de estos grupos esta propuesta
viene acompañada de una forma cerrada, encogida y mezquina de ver la religión,
de esta forma al adecuar todos su forma de pensar a la suya adquieren poder y
control. La Religión Musulmana no se basa en cosas tales como el Hiyab de las
mujeres ni el pedir, o no hacerlo, crédito a un banco, o el recibir una herencia
de un kafir, o no. Estas cosas tienen su importancia cuando se les trata, pero
en ese momento y nada más. No obstante es una locura convertirlas en pilares
fundamentales de la religión. “Arruinados serán aquellos que se dejan llevar por
la puntillosería (repitió esto tres veces)” (Hadiz). Otros grupos tienen una
buena intención, pero esta no es suficiente si está desprovista de sabiduría.
Asimismo estaría en contradicción con lo que se está exponiendo aquí el entrar a
valorar la política de un tal o cual país, valoración por cierto, no exenta de
numerosas dificultades y siempre susceptible de ser errónea. Aquí hermanos sólo
estamos hablando de los principios que deben sustentar la vida de un musulmán.
Estamos tratando de conseguir que determinadas ideas y actitudes erróneas salgan
del corazón de los musulmanes.
¿No os dais cuenta, hermanos, que las características de estos tiempos son tan
extraordinariamente complicadas que para ser enderezadas necesitan de hombres
que estén a la altura de las circunstancias en sabiduría y buena guía?. Esta
clase de hombres no se puede encontrar no importa donde.
Dice el Rasûl (sobre él la Plegaria y la Paz de ‘Allâh): No estará la tierra
exenta de, al menos, cuarenta hombres con el corazón del Jalîl (Abraham, el
amigo de Dios) de tal forma que cuando uno muere es sustituido por otro.
Otro Hadiz aún: Allâh traerá cada siglo un hombre que renovará la religión.
Es en estos dos hadices que debemos buscar la clave para un enderezamiento de la
actualidad islámica. En la actualidad, y es un hecho que conozco perfectamente,
estos hombres están en el más absoluto incógnito. Para que salgan a la luz es
necesario la formación de una élite intelectual basada en los Principios y el
Conocimiento de la religión. Y ‘Allâh sabe más.
El punto de mira para un enderezamiento de la realidad islámica no debe ser la
política. Es necesario un retorno a los principios. Un retorno firme y sin
traumas sociales. Es necesario una Comunidad de sabios que aprendan cada vez más
y animen a los otros a aprender. Aquel que no sabe, nada puede enseñar. La
comunidad islámica no tiene necesidad de innumerables dirigentes que estén
celosos unos de otros para tener más adictos.
La comunidad, hermanos, tiene necesidad de sabios y de hombres dispuestos a
escuchar y aprender. Si salimos a la palestra de la política seremos una más de
las voces que se oyen por todas partes, pero si salimos a la palestra del saber,
ahí hermanos, tendremos ventaja. Este es nuestro Yihad, la lucha contra la
ignorancia, primero dentro de nosotros mismos y luego por todas partes. Si
nosotros ponemos nuestro cerebro a disposición de Dios, Él pondrá a nuestra
disposición multitud de oídos que nos deseen escuchar.
Olvidemos el dinero, evitemos la dispersión de la Umma en múltiples comunidades
cada una con una idea diferente y en múltiples ocasiones enemigas entre sí. No
busquemos el poder y la gloria, sino antes bien busquemos actuar con el permiso
de ‘Allâh.
Seamos sinceros hermanos, ¿no es esta la situación de nuestra ‘Ummah? debilitada
y dividida en mil comunidades siguiendo la estructura política de no importa que
asociación o comunidad de vecinos, antes de seguir la estructura social del
‘Islam.
Aquellos que detentáis la ‘’presidencia’’ (término cómico por cierto) de estas
comunidades. ¿Os habéis preguntado si estáis lo suficientemente formados para
ello? ¿Sois más sabios que ignorantes o sois más ignorantes que sabios?. ¿Estáis
formados en el Libro y la Sunna? ¿Sabéis aplicar estos cuando es necesario? ¿O
antes bien buscáis el poder y el control aunque fuera de una pequeña comunidad?
¿Extendéis el ‘Islam o impedís su extensión con vuestra actitud?
La ‘Ummah ha de ser una, y esto es tawhid. Su ‘Imam ha de ser el mejor de la
comunidad. El mejor, y no otro.
En otro artículo daré las claves, con la ayuda de Dios, para formar una
Comunidad única, como debe estar estructurada y que fines debe perseguir.
Si algún día esta Comunidad única es una realidad y su Imam es un sabio, y es
elegido por su sabiduría, y no democráticamente, hermanos, os vais a dar cuenta
de los resultados que puede generar. Seremos fuertes ¡por Allâh! Si seguimos la
voluntad de ‘Allâh, Él estará con nosotros. Si seguimos los hábitos de no
importa quien estaremos muy lejos de ‘Allâh, y haremos las delicias del enemigo
de ‘Allâh (lapidado sea). Sed sabios y actuad con sabiduría. ¿Qué es preferible,
Badr o Uhud?.
“Combatid a la forma de Dios’’
En otro artículo además diré, (in cha’a Allah), como conceptúa el Islam las
otras religiones y como se debe conducir un Muslim hacia los adeptos de otras
confesiones.
Mahabba
La expresión árabe ‘’Mahabba’’ significa Amor.
¿Qué clase de amor?. El amor del ser humano a su Señor y al resto de Su
creación, en particular al ser humano, en especial a los musulmanes, y entre
estos, sobre todo, al Enviado (sobre él la Plegaria y la Paz de Allah).
La aplicación de la Mahabba a nuestro Señor es la adoración (‘ibada). El que
adora a Allah a causa de su amor a Él, es cien veces mejor que aquél que Le
adora a causa de su miedo al infierno y su esperanza en el paraíso. No obstante
estos dos últimos sentimientos son justos y loables.
El amor a Rasul (sobre él la Plegaria y la Paz de Allah) debe ser superior al
que tenemos por nuestras familias y nuestros próximos. Él es el hombre perfecto,
el hombre que ha llegado al culmen del desarrollo de las facultades humanas y
espirituales, es nuestro modelo y será nuestro intercesor en el Día de la
Verdad. ¿Quién se puede permitir el no amar a Muhammad (sobre él la Plegaria y
la Paz de Allah)?. ¡Oh Rasul, nuestro guía, los creyentes llevamos el signo de
tu amor impreso en nuestro corazón. Que Allah te bendiga, a ti, a tu familia, a
tus compañeros, ¡ Oh luz de nuestros ojos.
El amor a los seres humanos se compone de desear para ellos lo mejor. Lo mejor,
hermanos, es el desear para ellos el que se conviertan al ‘Islam, pues Allah ha
dicho en el Libro. “El Día del Juicio no aceptaré a aquel que venga a Mí con
otra religión que el ‘Islam”.
El amor a los musulmanes, es el desear para ellos lo que deseamos para nosotros
mismos. El que los critica por amor es mejor que el que calla por cobardía. Pero
ésta crítica es mejor si la empezamos por nosotros mismos. Criticar a los
hermanos cuando están en un extravío manifiesto es un deber, y es amor,
Criticarlos con el ánimo de sobresalir, o de humillarlos, es orgullo.
Hermanos, no puede haber una comunidad sin Mahabba. Allá donde nos encontremos,
no olvidemos a nuestros hermanos. Ellos son el espejo de nuestro corazón. No
escuchemos las calumnias de aquellos que vienen a nosotros, quienes, Muawiyas de
nuestro tiempo, hacen lo posible para indisponernos contra las gentes de Allah.
Las gentes de Allah de todos los tiempos, se caracterizan porque siempre han
tenido calumniadores acechando como el lobo acecha su presa. Y los lobos nunca
atacan solos, siempre lo hacen en grupos.
El que ama a Allah, estudia Su Din. Allah se complace en el sabio.
El que ama a Rasul (sobre él la Plegaria y la Paz de Allah) sigue la Sunnah.
El que ama a sus hermanos, sufre cuando ellos sufren y se alegra con ellos.
Que Allah nos haga sabios, pacientes, valerosos, humildes, agradecidos, que nos
guíe en el Sirata-l-Mustaquin, y nos haga constituirnos en una Comunidad Unica
con el mejor de los Imames. Amín.
¿Qué dones de vuestro Señor negaréis?