LA
LITERATURA ALJAMIADA
Los musulmanes
de al-Ándalus llamaban al-‘ayamía (aljamiado) a las hablas de origen latino de la península
ibérica. (portugués, gallego, castellano, aragonés o catalán, según las
regiones). También la lengua románica que se hablaba en al-Ándalus
propiamente dicha recibía el nombre de al-‘ayamía (nombre en árabe que
designa a cualquier lengua no árabe y que se empleó en oriente especialmente
para las hablas persas). La lengua románica que se hablaba en al-Ándalus está
bastante bien documentada, y la empleaban todas las clases sociales, si bien las
más elevadas se fueron arabizando, permaneciendo siempre vigente el aljamiado
entre las clases rurales.
Esas
lenguas aljamiadas fueron fijadas en la escritura, no en caracteres latinos,
sino en caracteres árabes, sobretodo tras la conquista cristiana que fue
imponiendo el castellano. La literatura conservada de esa manera recibe, en
consecuencia, el nombre de literatura aljamiada. La literatura aljamiada, de la
que se conserva un cierto número de testimonios manuscritos, fue, sobre todo a
finales del siglo XIX, el objeto de bastantes estudios. La mayoría de los
tratados aljamiados que se conservan tienen una temática religiosa o jurídica
(Fiqh), pero también hay composiciones poéticas, en general de carácter
edificante, y algunas obras de imaginación en prosa.
Es
importante distinguir desde el principio en esta producción literaria las obras
compuestas en la península ibérica, antes de la expulsión de los moriscos por
Felipe III en 1609, y otros libros aljamiados, más numerosos, que fueron
redactados después de esa fecha, en particular en el seno de comunidades
moriscas instaladas en Túnez.
En el primer grupo, la producción más importante, que
parece remontar al siglo XIV, es el anónimo “Poema de Yusuf”, en el que su
editor y comentador, R. Menéndez Pidal (Poema
de Yuçuf: materiales para su estudio, Universidad de Granada, 1952) creer
poder afirmar que es la obra de un morisco aragonés, es la puesta en versos
castellanos de la sura XII del Corán (Sûrat Yûsuf), adornada con elementos
tomados de la ‘leyenda dorada’ musulmana.
En el segundo grupo, hay que mencionar especialmente las
composiciones poéticas de otro morisco aragonés, originario de Rueda de jalón,
y llamado Muhammad Rabadán, composiciones que se sitúan alrededor del año
1603: se trata de poemas estróficos que retratan, en general siguiendo los
relatos de Hasan al-Basri, la vida del Profeta Muhammad (s.a.s.). Hacia la misma
época (principios del siglo XVII), una relación de la peregrinación a Meca
fue compuesta, igualmente en estrofas rimadas, por un morisco designado bajo el
nombre de Alhichante (del árabe, al-hâyy) de Puey Monzón. También se
puede citar un poema de polémica anticristiana compuesto en 1627 por un morisco
originario de Alcalá de henares y emigrado a Túnez, Juan Pérez, cuyo nombre
original era Ibrâhîm Taybili.
Del mismo periodo datan igualmente ciertas apologías del
Islam escritas en aljamiado, como la que fue redactada en 1615 por ‘Abd al-Karîm
ibn ‘Ali Pérez. Hay también novelas en prosa que relatan la vida del Profeta
o algunos de sus Compañeros. Otros narran episodios bíblicos, biografías o
historias más o menos legendarias (especialmente, la vida de Alejandro Dzû l-Qarnáin).
Señalemos finalmente que se han encontrado cartas particulares escritas en aljamiado: la más característica -a penas posterior a la conquista de granada en 1492 por los Reyes Católicos. ha sido publicada con una reproducción, por I. de las Cagigas, Una carta aljamiada granadina, en la revista Arabica, I, 1954.