Occidente está condenado al fracaso

 

 

         No se trata de una amenaza de un fundamentalista, o un chiste, sino el diagnóstico hecho a la civilización Occidental proveniente de un sociólogo y filósofo americano, de origen japonés y asesor en materia política en los Estados Unidos, Francis Fukuyama. Con toda seguridad este autor está libre de sospecha de mostrar alguna simpatía con los enemigos de Occidente. Alcanzó la fama mundial en 1989 después de publicar su escandaloso libro “El Fin de la Historia”, escrito bajo el punto de vista  liberal Hegeliano. Por aquel entonces Fukuyama escribía que el final de la Guerra Fría significaba la incontrovertible victoria del liberalismo occidental sobre el resto de los valores y sistemas conocidos.

 

         La derrota de los enemigos significa, desde el punto de vista histórico Hegeliano, el final de las contradicciones, que según Hegel son el motor de la Historia. Pero pasados 10 años Fukuyama escribe otro libro llamado “The Great Disruption”. Gráficos, diagramas y bibliografías suman unas 100 páginas de este libro. El principal asunto del libro es que Occidente está enfermo de una enfermedad social mortal denominada “The Great Disruption” (El Gran Trastorno), cuyos primeros síntomas aparecieron en la década de los años 60. La enfermedad no ha desaparecido a pesar de que han transcurrido 40 años, sino que por el contrario se ha agravado. Los síntomas son los siguientes:

         -Incremento de la tasa criminal. “No había depresión económica en el periodo transcurrido entre 1960 y 1990 que explicase el rápido incremento del crimen; en realidad, la ola criminal americana después de la guerra comenzó en un periodo de pleno empleo y de prosperidad general”.

 

         -Crisis familiar. “Han disminuido los matrimonios y los nacimientos y se han disparado los divorcios; uno de cada tres niños en los estados Unidos y más de la mitad de todos los niños en los países Escandinavos nacieron fuera del matrimonio”.

 

         -Despoblación. Fukuyama escribe que tan solo el Tercer Mundo hace frente a una explosión demográfica, mientras que “la fertilidad ha disminuido tan dramáticamente” en los países desarrollados. El alargamiento del periodo de vida conducirá tan solo a que sean los jubilados el factor dominante en la sociedad, sin que halla por otra parte quien los pueda mantener. La estimulación artificial de la tasa de natalidad en Francia ha demostrado ser costosa e ineficaz. La inmigración ha causado tensiones culturales entre los ‘nativos’ y los ‘extranjeros’.

 

         -“Una sociedad dedicada constantemente a infringir normas y reglas en nombre de la expansión de la libertad individual de elección llegará a encontrase a sí misma en un estado de desorganización, atomización, aislamiento e incapaz de llevar a cabo objetivos y tareas comunes”.

 

         Por tanto, ¿cuál es la razón para esta enfermedad?, se pregunta el sociólogo americano. Después de analizar numerosas páginas de datos estadísticos llega a la conclusión de que la enfermedad social es causada por la crisis familiar, pues la familia es la llave del capital social, es decir, es la familia la que posee la base moral de los ciudadanos, y la ausencia de reglas morales nunca puede ser compensada por ninguna ley. Las madres en las oficinas, los niños en las escuelas y los abuelos y abuelas en los asilos. Pero aunque las oficinas, los colegios y los asilos pueden simular a los hogares, nunca pueden reemplazarlos.

 

         Fukuyama entra en polémica con los sociólogos que piensan que la crisis familiar es un mito conservador y con quienes sostienen que la familia tan solo ha entrado en una nueva fase de su evolución –hacia una mera cohabitación. El libro cita un estudio sociológico realizado sobre un grupo de 4.300 mujeres suecas nacidas entre 1936 y 1960. Así, el resultado que arroja este estudio es que la probabilidad de disolución de una relación no matrimonial, es decir, de cohabitación, cuando hay un niño involucrado, es tres veces superior a un divorcio en un matrimonio con similares características. La razón de esto según el autor es que las parejas que mantienen una relación de cohabitación no confían plenamente mutuamente desde el comienzo de sus relaciones, además un niño con tan solo un padre se ve privado de una educación plena al tenerse que ausentar la madre lejos del hogar por motivos laborales.

 

         Pero la crisis familiar también tiene una razón interna. El Sr. Fukuyama dice que la razón fundamental radica en un cambio cultural ocurrido cuando los valores Occidentales empezaron a destruirse a sí mismos.

 

         “Al nivel más alto de pensamiento, el racionalismo occidental comenzó a minarse a sí mismo al concluir que no había fundamentos racionales que apoyaran normas universales de conducta”.

 

         La revolución sexual, el movimiento feminista, y los movimientos de las décadas de los 80 y 90 a favor de los derechos de los gay y lesbianas que explotaron a lo largo del mundo Occidental, así como los planteamientos biológicos de la psicología y antropología, tenía un solo objetivo: legitimar “la búsqueda individual del interés personal racional”. El individualismo se convirtió en autismo y la libertad en inutilidad; la libertad se ha tornado el mayor de los desastres, pues ha hecho de la existencia un sin sentido.

 

         En otras palabras, Occidente está siendo devorado por el Kufr, y no se trata de una aseveración metafísica, sino de una aseveración sociológica. En este contexto, el Yihad en todos sus aspectos es una ayuda humanitaria, una operación de rescate, pues la principal misión del Yihad es la eliminación del Kufr y la expansión de una base firme de normas morales.

 

Alexei Ivanenko (Rusia), para Kavkaz-Center

Traducción: Musulmanes Andaluces