Y
para cada momento de nuestra existencia dependemos de un sinfín de cosas que
tampoco están en nuestras manos. ¿O lo está el aire que respiramos o el
latido de nuestros corazones?.
Se llama en árabe ´Ubudía a la dependencia del ser humano, a su sujeción a Allah. La ´Ubudía nos ata a nuestro señor interior, a la Verdad que nos rige y nos relaciona, y también es lo que tenemos en común con todo lo que existe. En la ´Ubudía queda integrado el universo entero: Allah es, como dice el Qur'an, el señor de los mundos.
Allah
quiere y nosotros resultamos. Él decide y nosotros somos y actuamos. Es decir,
no hacemos sino traducir en actos su Querer. Somos sus traductores. Cada gesto
que realizas es fruto de una voluntad que escapa a tu voluntad. La Voluntad de
Allah es el motor secreto que mueve a las estrellas y a los átomos. Es la
Voluntad-Una manifiesta a través de incensables voluntades pequeñas. El Islam
consiste en reducirlo todo a lo Uno, a Allah, es relativizarlo todo en su Fuente
de la que mana.
Por
lo tanto, todos los seres son ´Ibâdullâh, servidores de Allah. Son servidores
porque le sirven de expresión: todo habla de Allah, todo lo señala a Él.
Servidor es ´Abd, que quiere decir esclavo. Ser consciente de tu condición de
´Abd es reunificarte, cobrar una dimensión en la que conectas con todo bajo
ese dominador común que integra a la existencia entera. El Qur'an llama ´Abd a
Muhammad en el momento cumbre de su vida cuando recibe la Revelación, porque
fue el instante de su mayor pasividad ante la Verdad que todo lo contiene.
La
razón nos invita a creer en nuestra libertad, y desmiente todo lo dicho hasta
aquí. Pero en realidad no hay ninguna contradicción: el hombre es libre
precisamente porque reproduce a Allah, que es esencialmente Libre. Todo es
infinitamente libre. Pero para serlo realmente es necesario sumergirse en la
fuente, es decir, realizarse plenamente en la ´Ubudía, en la sujeción al
Absolutamente Libre, en la Rubûbía o Imperio de Allah.
El
ser humano se educa en ello con la ´Ibâda. La ´Ibâda consiste en un
ejercicio disciplinado que devuelve nuestro ser a Allah, que lo sujeta a Él. La
´Ibâda convierte nuestra ´Ubudía esencial en algo de lo que nos hacemos
conscientes. Se llama ´ibâda a las prácticas musulmanas. No son un acto de
sumisión, como se interpreta normalmente, sino de reintegración. Con la ´ibâda
te vuelves hacia Allah, es decir, vuelves a Él, y te sumerges en su inmensidad.
Allah no es un dios ni un “otro”, no es alguien ajeno a ti hacia el que te
diriges, sino la Esencia de todas las Esencias, y está en ti. Dicen los sufíes:
“El camino parte de ti y en ti acaba”.