LA ALIANZA CON NO MUSULMANES
ES HARAM
A nadie ha de sorprenderle ya a estas alturas una nueva arremetida de la “Cruzada” emprendida por el judeo-cristianismo occidental abanderado por el poder militar de los Estados Unidos y diseñado por la entidad Sionista, junto con algunos estados payasos europeos, como es el caso del estado español, ávidos de repartirse las migajas que el gigante sionista deje tras expoliar a las tierras musulmanes. Es la vieja historia que se viene repitiendo desde los tiempos de las Cruzadas, después fue Al-Andalus, el Califato Otomano, los Balcanes, etc., etc. En realidad el judeo-cristianismo no ha dejado de estar ojo avizor par asestar un golpe de muerte al islam a poco que la situación le sea propiciatoria. Lo que sí debe sorprendernos y helarnos la sangre, es la actitud de aquellos que dicen ser representantes y líderes de los musulmanes, pero que no son más que coautores de la vieja Cruzada reemprendida hoy en día con virulencia y saña. Estos que dicen ser líderes musulmanes están enviando al cadalso a millones de musulmanes inocentes para salvaguardar las prebendas que Occidentes les ha facilitado. A estos usurpadores va dedicado este artículo que nos ha parecido de candente actualidad, dada la inminente agresión que va a sufrir de nuevo otro pueblo musulmán.
Cuando fue hecha pública la declaración por parte del presidente
americano Bush, “o están con nosotros o están con los terroristas”,
muchos tomaron la expresión como una retórica vacía que venía bien con la
situación del momento. La expresión podía ser vista como un mero despotricar
delirante, un lapso intelectual ante una audiencia emocionalmente cargada
dispuesta a ver las cosas en un tono blanco o negro. Sin embargo, algunos
tomaron dicha expresión en su auténtico valor. De esta forma se trataba de
elegir entre la opción negra y la blanca. El General Musharraf fue uno de los
muchos militares que detentan el poder en la tierras islámicas en optar por la
opción negra. La opción negra consistía en asistir a América en su declarada
“guerra contra el terror”. Esta guerra puede haber sido declarada en la
nebulosa abstracta del concepto de terror, pero, aquellos que sufren este
proceso no serán conceptos abstractos colaterales. Será gente real. Serán
musulmanes. Por tanto, Musharraf y todos aquellos que ayuden a los USA están
respaldando esta planificada carnicería.
Es de esperar que los miembros de la OTAN se alíen de corazón con los
USA. Tampoco es de sorprender que tanto Rusia como Japón den su apoyo a los
USA. ¿Pero deberíamos sorprendernos del apoyo de los líderes islámicos?.
Probablemente no, ya que poseen un amplio record de alianzas con los Kuffar para
ayudar a matar a los musulmanes. Debemos tener un sentimiento de “déjà vu”.
Aunque deberíamos esperarnos esto de semejantes tiranos y opresores, que hacen
oídos sordos a las leyes de Allah y a las advertencias de los musulmanes
honestos. Debemos recordarnos a nosotros mismos que está prohibido formar
alianzas con los Kuffar. Nos está prohibido entregar la autoridad a los Kuffar.
Allah ordena en el Corán:
“Oh vosotros los creyentes, no aliaros con mi enemigo y vuestro
enemigo, no concededles vuestro agradecimiento porque rechazaron la verdad que
habéis seguido.” (Corán 60:1)
“Allah tan solo os prohíbe relacionaros con aquellos que os
combaten y que combaten vuestro din, y que os expulsan de vuestras casas, y que
ayudan a otros a echaros de las mismas. Aquellos que se vuelven hacia ellos son
los que actúan mal” (Corán 60:9)
“Los musulmanes no entablarán alianzas con los kuffar...”
(Corán 3:28)
Está claro por tanto que no se puede buscar ayuda en los kuffar.
Anas narró que el Profeta (s.a.s.) dijo: “No buscad el poder de los
mushrikin (idólatras), no buscad la luz en el fuego de los mushrikin”.
Sin embargo, a veces se nos presentan argumentos pseudoislámicos para
justificar la alianza con los kuffar en determinadas circunstancias.
Habitualmente son argumentos retorcidos y confusos. No obstante debemos estar
alertas de las diferentes discusiones presentadas en relación a la alianza con
los kuffar.
Está permitido buscar la ayuda de un káfir basándose en su capacidad
como individuo e incluso en varios individuos siempre que no se presenten a sí
mismos como clan, ejército, partido o cualquiera otra estructura de poder bajo
cualquiera señal ya sea literal o simbólica como una bandera. Se sabe que
Ghazma, un mushrik de la época del Profeta (s.a.s.), peleó y combatió a favor
de los musulmanes en la batalla de Uhud. De igual forma los miembros de la tribu
de Juza’a lucharon junto con el Profeta (s.a.s.) en el año en que se abrió
Meca. Esto por un lado. También parecen existir evidencias que pudieran
contradecir esto, pero en realidad clarifican la legalidad en relación a buscar
ayuda de los kuffar. En cierta ocasión, Aisha (r.a.) narró que cuando el
Profeta (s.a.s.) se hallaba de camino a la batalla de Badr, un hombre de
reputado valor se le unió en el lugar llamado Harratul Wabra, y los Sahaba (r.a.)
se alegraron al verlo. Cuando el hombre vio al Profeta (s.a.s.) le dijo, “He
venido a luchar contigo y obtener parte del botín de guerra”,
y el Profeta (s.a.s.) le preguntó “¿Crees en Allah y Su
Mensajero?”, el hombre le contestó, “No”, después de lo cual
el Profeta (s.a.s.) le dijo que se volviera para atrás ya que nosotros los
musulmanes no buscamos la ayuda de los mushrikin, y siguió su camino a Badr
hasta que llegó al lugar denominado Ash-Shajara. Entonces el hombre vino de
nuevo y le volvió a decir lo que ya dijo la primera vez. El Profeta (s.a.s.)
volvió a hacerle la misma pregunta y le dijo de nuevo que se marchara porque
los musulmanes no buscan la ayuda de los mushrikin. Después de esto el hombre
volvió de nuevo y alcanzó al Profeta en Baida’a, éste le repitió de nuevo
la pregunta y esta vez el hombre replicó “Sí”, tras lo cual el
Profeta (s.a.s.) le dijo que se diera prisa y se sumara a ellos para combatir.
(Transmitido por Muslim y Ahmad)
Esta historia no contradice el hadiz anterior, pues éste hombre insistía
en tomar parte en el botín. “Vine para seguirte y tener parte en el botín”,
y el botín tan solo puede ser repartido entre los musulmanes. Los kuffar
no pueden imponer ninguna condición para unirse a los musulmanes.
En otra ocasión, se dice que el Profeta (s.a.s.) se hallaba en camino a
la batalla de Uhud hasta que alcanzó el lugar denominado Thanniyatul Wada’a,
aquí encontró a un regimiento y preguntó quienes eran, los Sahabas (r.a.) le
respondieron que procedían de Banu Qaynuqa’a, una facción de Abdullah Bin
Salaam, entonces el Profeta (s.a.s.) dirigiéndose a ellos les preguntó si se
harían musulmanes, y ellos declinaron el ofrecimiento, a resultas de lo cual el
Profeta (s.a.s.) ordenó dejarlos diciendo, “No buscamos la ayuda de los
mushrikin”. Después, se harían musulmanes. (Transmitido por Al-Baihaqi)
El Mensajero de Allah (s.a.s.) en cierta ocasión buscó la ayuda
individual de un judío de Jaybar e incluso permitió que un mushrik pelease con
ellos. Estos hadices fueron utilizados en su día para justificar la presencia
de tropas americanas en la península arábiga durante la Guerra del Golfo. Sin
embargo, es fácil comprobar que la cita de estos hadices en la situación de la
Guerra del Golfo, y en la situación actual, está bastante lejos de la
realidad. Si revisamos el último hadiz podemos comprobar que citarlo en el
contexto actual es una verdadera tergiversación del mismo. Baihaqi explicó a
través de una narración de Hafidh Abu Abdullah, recibida a su vez de Abu Hamid
As-Saidi que el Mensajero de Allah (s.a.s.) los rechazó (a los Banu Qaynuqa’a)
porque venían bajo una bandera propia como batallón representante de la tribu
de Qaynuqa’a. La cuestión de la bandera fue de vital importancia para el
Mensajero de Allah (s.a.s.), y fue esto lo que él rechazó y no a los
individuos, ya que la bandera simbolizaba la entidad de la tribu recogida en un
emblema, y esto constituía la base del tribalismo y del nacionalismo, formas de
vida ancladas en el sistema de vida de los kuffar; éste era el caso entonces y
éste sigue siéndolo ahora.
Es interesante ver que los USA hoy en día se han envuelto a sí mismos
en su bandera estrellada. Esta bandera, de dudosa viejas glorias, ha servido
para atar las manos de Musharrraf, de Mubarak, a través del alivio de la deuda,
y del rey Fahd a través de las promesas de protección contra Saddam en la década
de los 90 de igual manera que Clinton y muchos otros presidentes usaron la
bandera de las viejas glorias para atar las manos de muchos gobernantes islámicos.
Aunque estos gobernantes aceptaron de buena gana verse envueltos en la bandera
de los USA, nosotros, como Umma (Nación del Islam) tenemos el deber de arrojar
lejos esto manto del imperialismo de los USA.
La Shari’a estipula que los pueblos islámicos no pueden estar bajo la
protección de los estados kuffar. La seguridad de los musulmanes y de sus
tierras debe depender en exclusiva de los propios musulmanes.
“Allah no permite que los kuffar ejerzan autoridad sobre los
musulmanes” (Corán 4:14)
La Shari’a estipula que los musulmanes no pueden luchar junto a los
estados kuffar. El Mensajero de Allah (s.a.s.) despidió a un regimiento de judíos
que querían luchar junto con él, y también dijo que nosotros no buscamos la
ayuda de los mushrikin. Por tanto, es un deber sobre la Umma cumplir con la ley
islámica de rechazar cualquier alianza con los kuffar.
Fuente: www.khilafah.com