Sobre la carne Halal
(2ª parte)
Traducción de 'Abd l-Wahid Gutiérrez
Pasamos a continuación a ofrecer a nuestros lectores una segunda parte prometida en relación a la licitud para el musulmán de comer carne sacrificada por un no musulmán. Queremos reiterar que las opiniones aquí vertidas no constituyen “fatwas” ni dictámenes personales para los cuales no nos consideramos preparados; no pretendemos, “inventar” ni “reinventar” nada, sino simplemente ser el vehículo portador de pensadores musulmanes más calificados, (de un reconocido prestigio, si no total, cosa imposible dentro de la humanidad, sí al menos, de un prestigio de amplio consenso), que nosotros que han expresado sus puntos de vistas en determinados asuntos como el que nos ocupa en estos momentos; in sha Allah iremos tocando otros puntos conflictivos en el futuro similares al actual. Por tanto, como todo en la vida, la responsabilidad ha de recaer sobre aquellos que detentan el conocimiento y son capaces de expresarlo, el resto, aquellos que se dedican a “reelaborar” el fiqh, o a inventarse “escuelas” nacidas desde el ámbito del capricho y la ilusión de sus egos, habrán también de rendir cuentas de sus insensateces; nuestro objetivo, ofrecer información para que cada musulmán y musulmana reflexione, medite y sopese, y en consecuencia actúe. Ni que decir tiene que estamos abiertos a la crítica constructiva y dispuestos a aprender de todo aquel que tenga cosas valiosas que enseñarnos para construir una Umma de gente sabia e instruida, siguiendo las enseñanzas del Profeta (s.a.s.) de buscar el conocimiento hasta en la China.
Ofrecemos hoy la opinión al respecto del Shayj Yusuf Al-Qaradawi, recogida en su libro, “The Lawful and the prohibited in Islam” (Al-Halal wal Haram fil Islam):
Hemos visto que el Islam
enfatiza en que el animal debe ser sacrificado en cierta forma prescrita. Los
politeístas de Arabia y otras naciones habían hecho del acto de sacrificar un
animal un acto de adoración, o más bien una parte integral de su sistema de
creencias y un pilar de sus diferentes religiones, buscando el agrado de sus
deidades a través del sacrificio de animales en altares especiales dispuestos
para la ocasión o bien mencionando los nombres de sus deidades sobre las víctimas
a sacrificar. El Islam abolió estos ritos paganos y ordenó que sólo el nombre
de Allah debiera ser mencionado en el acto del sacrificio, y prohibió por tanto
todo animal sacrificado en un altar o inmolado a otro que no fuera Allah (s.t.).
Ahora bien, aunque la Gente del Libro: judíos y cristianos. Creen
esencialmente en un solo Dios, no obstante algunos musulmanes supusieron que en
materias relacionadas con la alimentación la Gente del Libro debían ser
tratadas de la misma manera que los idólatras. En consecuencia, Allah (s.t.)
concedió un permiso especial a los musulmanes en el tema de comer con la Gente
del Libro y en el tema del casamiento con sus mujeres. En la sura Al-Maida, la
última sura del Corán en ser revelada, Allah dice:
“Hoy día aquello que es bueno ha sido hecho lícito para vosotros. Y el alimento de aquellos a los que les fue otorgada la Escritura antes que a vosotros es lícito para vosotros y vuestra comida es lícita para ellos.. (5:6)”
El significado de esta aya, en resumen, es que de hoy en adelante, todo lo bueno, puro y sano son cosas permitidas para vosotros los musulmanes; desde el momento en que Allah no lo prohibió, el alimento de los judíos y de los cristianos es lícito para vosotros sobre la base del permiso original de las cosas, y de igual forma vosotros podéis compartir vuestros alimentos con ellos. Por lo tanto, podéis comer la carne de los animales que ellos han sacrificado o cazado, y ellos pueden comer lo que vosotros habéis sacrificado o cazado.
Mientras que el Islam se muestra inflexible hacia los politeístas, se
muestra indulgente hacia la Gente del Libro, pues están más cerca de los
musulmanes en sus creencias, en cuanto a la revelación, la profecía y otros
fundamentos de la religión. El Islam nos permite comer con ellos, casarnos con
sus mujeres, y en general, tener relaciones sociales con ellos. Pudiera suceder,
que gracias al trato con los musulmanes, al ambiente islámico, al conocimiento
de sus creencias, sus prácticas y sus formas de ser, lleguen a darse cuenta de
que el Islam en verdad es su propia tradición espiritual, pero con un nivel más
elevado de espiritualidad, una shari’a más perfecta, y libros con una
autenticidad mayor, a la vez que una mayor depuración de influencias paganas,
conceptos humanos y falsedades.
La frase, “el alimento de aquellos a los que les fue otorgada la Escritura”, tiene un sentido general, e incluye sus carnes, sus productos y otros alimentos. Todo esto es halal para nosotros, salvo lo estrictamente haram por sí mismo, por ejemplo, la carne de un animal muerto, el cerdo, la sangre que fluye, pues todo esto es haram independientemente provenga de un cristiano, un judío o un musulmán.
Pasamos ahora a cuestiones lo suficientemente importantes para un musulmán como para que nos ocupemos en detalle aquí de las mismas:
Animales
sacrificados para iglesias y fiestas cristianas
Si uno no escucha de un cristiano o un judío que el nombre de otro que
no sea Allah, por ejemplo de Jesús o un santo, fuera pronunciado a la hora del
sacrificio, la carne ofrecida es halal. Sin embargo, si él dice que ha
sido mencionado otro nombre diferente al de Allah, la carne es haram, según
la opinión de algunos juristas que arguyen que en este caso dicha carne caería
bajo el rubro de aquello que ha sido dedicado a alguien diferente de Allah.
Otros sin embargo sostienen que el alimento de la Gente del Libro nos ha sido
permitido por Allah, Quien sabe perfectamente lo que estos dicen cuando
sacrifican un animal.
Alguien le preguntó a Abu Darda si podía comer la carne de un cordero
sacrificado para la Iglesia de San Jorge, que le habían regalado. Abu Darda
contestó:: “¡Oh Allah, perdónanos!, ¿acaso no son ellos la Gente del
Libro, cuyo alimento es halal para nosotros y los nuestros para ellos?, a
continuación le dijo a la persona que comiera del cordero.” (Transmitido por
At-Tabari)
Al Iman Malik se le preguntó en cierta ocasión sobre la carne de los
animales sacrificados por cristianos para sus fiestas e iglesias, y él respondió:
“Yo califico esto como makruh (desaprobado) pero no haram:
makruh porque temo que haya sido dedicado a alguien que no sea Allah,
pero no haram, porque quizás, con respecto a la Gente del Libro, el
significado de la aya ‘aquello que ha sido dedicado a otro que no sea Allah’
se aplica tan solo a aquellos animales a los que sacrificaron con el solo propósito
de complacer a sus deidades (refiriéndose tal vez a Jesús, María o algún
otro santo, Nota del Traductor) y no con el propósito de comer. En cuanto a lo
que sacrifican con el objetivo de comer, es su alimento, y Allah dice:: ‘El
alimento de aquellos a los que les fue otorgada la Escritura es lícito para
vosotros’ (5:6)”.
Esta sentencia por parte del Iman Malik demuestra su modestia, su
humildad y precaución en asuntos referentes al Din. No se atrevió a calificar
esto de haram, tal como algunos juristas hacen hoy en día, sino que se
limitó a decir que era makruh. Tal como podemos ver, enfrentado al
dilema de resolver dos categorías generales contradictorias, la de sacrificar
en nombre de otro que no sea Allah y la de la licitud de comer los alimentos de
la Gente del Libro, optó por la precaución y la reflexión.
Animales
sacrificados por electro-shock y otros métodos
La segunda cuestión que se plantea es la siguiente: ¿Es necesario que
el método de sacrificio del animal empleado por la Gente del Libro considerado halal
en su religión ha de ser el mismo que el nuestro, que es cortar la garganta?.
Una mayoría de juristas estipula esto como una condición, mientras que un número
de juristas malikíes han dictaminado que esto no constituye una condición.
El Qadi Ibn Al-Arabi, en su comentario a la aya de la sura Al-Maida,
“El alimento de aquellos a los que les fue otorgada la Escritura es lícito
para vosotros,” dice:
“Esta es una prueba decisiva de que el juego y el alimento de la Gente
del Libro están entre las cosas buenas que Allah nos ha permitido. Él, el Más
Elevado, lo ha repetido dos veces para mitigar dudas y sellar las bocas de
aquellos que objetan con malas intenciones, aquellos que buscarían preguntas y
polémicas interminables. Se me preguntó en cierta ocasión: ‘Si un cristiano
mata un pollo cortándole la cabeza y luego lo cocina, ¿es lícito comer con él
y participar de su alimento?’, yo le dije: ‘Cómelo, pues aquel es su
alimento y el alimento de sus sacerdotes y monjes. Aunque éste no es el método
nuestro de sacrificio, no obstante, Allah nos ha hecho lícito sus alimentos de
forma incondicional al igual que otras cosas de su religión excepto aquellas de
las que Allah ha dicho que han falsificado.’ Nuestros juristas han dicho: Nos
es lícito casarnos con sus mujeres y tener relaciones sexuales con las mismas.
En cuestiones relativas a lo halal y lo haram, la relación sexual
es de una importancia superior que el comer; ¿qué sentido tiene entonces decir
que sus alimentos no son halal?”
Esta es la opinión de Ibn Al-Arabi. En otra ocasión dice: “Aquello
que comen sin la intención de hacerlo legal para el consumo, por ejemplo,
estrangulando al animal o machacándole la cabeza, es haram.” No hay
contradicción alguna entre estos dos dictámenes suyos. Lo que se quiere decir
aquí es que lo que ellos consideran como religiosamente legal para comer es halal
para nosotros, aunque el método de sacrificio del animal en su religión pueda
diferir del nuestro, y lo que no es religiosamente legal para ellos es haram
para nosotros. Esta es la opinión de un grupo de juristas malikíes.
A la vista de esto, sabemos que las carnes importadas, tales como el
pollo o la ternera enlatada, cuyo origen es la Gente del Libro, son halal
para nosotros, aun cuando el animal haya podido ser sacrificado por medio de
electro-shock o métodos similares. En tanto en cuanto ellos lo consideren como
legal en su religión, es halal para nosotros. Esto constituye la
explicación de la aya anterior de la sura Al-Maida.