La doctrina y la práctica del Dzikr

4ª Parte

                                                                 

Abdel ‘alim Lara Llobet  

 

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LA PRÁCTICA DEL DZIKR  

 

Quienes crean, aquellos cuyos corazones se tranquilicen con el recuerdo de Allah -¿cómo no van a tranquilizarse los corazones con el recuerdo de Allah?-, (Sura Ar-Ra’d, 13:28)

 

 

        El dzikr es una práctica muy bendecida, ensalzada en el Corán y en los hadices.[i]

Que Allah nos ayude para obtener satisfacción en nuestros corazones a través de rememorarLe.

 

        El Imam Nawâwî escribió[ii]: “Todos los sabios del Islam están de acuerdo en la aceptación y la permisividad del Dzikr con el corazón y con la lengua, para los hombres y mujeres adultos, para los niños, para el que ha hecho la ablución y para el que no la ha hecho; incluso para la mujer durante su menstruación. Además, el dzikr está permitido por todos los sabios en la forma de tasbih, tahmid, takbir y alabanzas y súplicas para el Profeta (s).”

 

 

Sin límites para hacer dzikr

 

        Ibn ‘Abbas (r) dijo: “Allah, Todopoderoso y Exaltado, puso un límite en todas las obligaciones que ordenó a los seres humanos excepto en el dzikr. Para él no hay límite.”

 

        Algunos critican a los que siguen la vía sufí por hacer demasiado dzikr, sin embargo queda claro por lo que dejó dicho Ibn Abbas que no existe límites para el dzikr.

 

Hay más dichos de Ibn Abbas a este respecto:

“Ali b. Abi Talha relató que Ibn Abbas decía, “Todas las obligaciones impuestas a los hombres por Allah están claramente delimitadas y una entre ellas está exenta en presencia de una causa genuina. La única excepción es la obligación del dzikr. Allah no ha fijado límites específicos para él, y bajo ninguna circunstancia está permitido ser negligente con él. Se nos ha mandado ‘recordar a Allah de pie, sentados, y acostados de lado’[iii], por la mañana, durante el día, en tierra firme o en alta mar, de viaje o en casa, en la pobreza y en la prosperidad, en la salud y en la enfermedad, abierta o reservadamente, y, de hecho, en todo momento a lo largo de la vida y en todas las circunstancias.”[iv]

 

        A Ibn al-Salâh (r) se le preguntó sobre el criterio por el cual el siervo está considerado entre los que recuerdan mucho a Allah. Respondió: “Si persevera en hacer (las formas de) dzikr transmitido (en la Sunna) por la mañana y al anochecer (y) en los diversos momentos (del día), entonces es de los que recuerdan mucho a Allah.”

 

        Musa dijo: “ ¡Oh, Señor! ¿Estás cerca, para que pueda hablarte íntimamente, o estás lejos, de manera que tengo que llamarte en voz alta?” Allah le inspiró: “Estoy sentado al lado de quien Me recuerda.” Dijo: “Oh Señor, a veces estamos en estado de impureza mayor (janâba) y Te exaltamos por recordatorio o por miedo a recordarTe.” Él respondió: “Recordadme en cualquier estado.”[v]

 

        El imâm Ahmad Ibn Hanbal escribió en su libro titulado “El ascetismo”: “Husayn Ibn Mamad, según al-Mas’ûdî, que lo sabía del  emir Ibn Shaqîq, el cual lo oyó de Abi Wa’il, lo siguiente: ‘Los que pretenden que ‘Abd Allah prohibía el dzikr, mantienen una falsedad. Nunca me reuní con Ibn Mas’ûd que no lo oyera invocar a Allah’.”[vi]

 

 

La postura y el movimiento durante el dzikr

 

        En el Corán queda establecido:

Aquellos que recuerdan a Allah mientras están de pie, sentados, y acostados de lado …”(Corán, 3:191)

        Lo que significa que la postura no es importante a la hora de hacer dzikr –de pie, sentado o tumbado-, probablemente cualquier postura sea válida si nos basamos en lo dicho más arriba: hay que hacer dzikr en cualquier momento, en cualquier estado y en cualquier circunstancia de la vida.

 

        El movimiento que puede acompañar al dzikr es apreciado porque estimula el cuerpo en el cumplimiento del ritual de la invocación. Está legalmente permitido. La prueba fue dada por el imâm Ahmad en su musnid y por al-Hâfiz al-Muqaddasî, según un testimonio de Anas: “Los abisinios danzaban delante del Enviado de Allah (s.) pronunciando con su lengua:

-Muhammad es un servidor virtuoso (de Allah).

-¿Qué dicen?-preguntó el Profeta (s.)

-Dicen: Muhammad es un servidor virtuoso (de Allah).”

Cuando el Profeta (s.) los vio en ese estado, no desaprobó sus cantos en movimiento. Al contrario, los dejó que continuaran con ellos.[vii]

 

        El imâm ‘Alî, al describir a los Compañeros del Profeta (s.), dijo, según testimonio de Abû Arâkat: “Bismillah; he visto a los Compañeros del Profeta (s.) y no veo hoy nada que se les pueda comparar: terminaban la noche, con el rostro pálido, las cabellos desgreñados y el cuerpo cubierto de polvo. Se arrepentían a Allah, en estado de postración (suyud) o de pie o leyendo el Libro de Allah. Por la mañana temprano, invocaban a Allah balanceándose como se balancea un árbol en un día de fuerte viento. Sus ojos se llenaban de lágrimas hasta mojar sus vestidos.”[viii]

 

        En sus escritos el sheik ‘Abd al-Ganî an-Nâbulusî se basaba en este acontecimiento para declarar que el movimiento durante el dzikr es recomendado; dijo que era evidente que los Compañeros del Profeta (s.) se balanceaban con fuerza durante el dzikr.

 

Por lo tanto, no se le puede reprochar nada a alguien que se mueva, se levante o se siente o que adopte cualquier otra posición mientras hace dzikr.[ix]

 

        Al imâm al-Junayd se le preguntó sobre este tema: “¿Hay gente que se reúne y en grupo balancean sus cuerpos?” Respondió: “Dejadlos expresar su gozo con Allah. Son gente cuyo avance hacia Allah les ha cizallado las entrañas y cuya pena sufrida ha desgarrado su corazón (impaciente por reunirse con su Señor). Se sofocan un poco. Tampoco hay ningún inconveniente si retoman su aliento para apaciguar su estado. Si hubieras degustado lo que ellos han degustado, seguro que los excusarías …”[x]

 

        “En la misma línea de pensamiento mencionada por el imâm al-Junaydî, el sabio ilustre Ibn Kamâl Pacha respondió a una cuestión concerniente a este tema, citando estos dos versos:

        No hay ningún mal en experimentar estados espirituales intensos, cuando estás seguro que se trata de eso; y no hay ningún mal en el balanceo si es puramente (la expresión del amor de) Allah.[xi]

 

        El muftî de los shâfi’itas en La Meca, el gran erudito Ahmad Zaynî Dahlân ha descrito, en su célebre libro sobre la sîra del Profeta (s.)[xii], una escena de estos estados. Comentando el hecho, dijo: “Después de la toma de Jaybar, Ja’far Ibn Abî Tâlib había vuelto de Abisinia, acompañado por veintiséis musulmanes que vivían con él. Se encontró con el Profeta (s.), besó su frente y le dio un abrazo. El Enviado de Allah (s.) se levantó, por respeto, para ir hacia él. Hizo lo mismo a la llegada de Safwân Ibn Ummiyya y de ‘Adî Ibn Hâtim. Dijo a continuación: ‘No sé lo que me hace feliz: si la toma de Jaybar o la llegada de Ja’far’. Dijo a Ya’far: ‘Te me pareces en el físico y en el carácter’. Tras estas palabras, Ya’far se puso a bailar para saborear ese momento. El Profeta (s.) no lo desaprobó. La ‘danza’ de los sufíes se basa en este acontecimiento. Es lo que ellos hacen cada vez que tienen una sensación que saborear en su amor apasionado cuando se reúnen para invocar a Allah.”

 

        También Al-Gazâlî (r)[xiii] avala la licitud de la sama’ (concierto espiritual sufí), “excluyendo de su práctica a quienes no están maduros para ella, a impuros e impresionables, a los que rasgan sus vestiduras y son incapaces de dominar sus manifestaciones histéricas.”

 

        En conclusión, el objetivo del musulmán al incorporarse a un círculo de dzikr consiste en adorar a Allah a través de sus invocaciones; la oscilación del cuerpo no es una condición, sino un medio para dinamizar su culto y acentuar su amor ardiente, en la medida en que su intención es pura.

 

 

Tipos de dzikr: silencioso y en voz alta

 

        Existen dos tipos de dzikr: el dzikr jali, que se recita en voz alta (audible), y el dzikr jafi, que se realiza en voz baja o mentalmente (silencioso).

El Profeta (s.) alentaba a la gente a realizar ambos tipos de dzikr. Entre los sabios de la shari’ah y los shaijs sufíes, algunos prefieren el dzikr audible y otros el dzikr silencioso. Sin embargo, parece haber mayor preferencia por el dzikr en voz alta, siempre y cuando esté desprovisto de ostentación, y no se moleste con él a los que hacen la plegaria (en las mezquitas), a los que leen el Corán o incluso a los que duermen (cerca del invocador).

Veremos una serie de hadices en los que se sustentan estas prácticas invocatorias.

 

        Hay dos aleyas de la azora al-Araf del Corán que se refieren específicamente a esta cuestión:

Invocad a vuestro Señor con humildad y discreción; es cierto que Él no ama a los que se exceden” (Corán, 7:55)

Recuerda a tu Señor en ti mismo, con humildad y temor, sin subir la voz …” (Corán, 7:205)

 

        La primera azora, según algunos autores [xiv], se referiría más bien a la práctica de la súplica (du’a) y no al dzikr propiamente dicho, cosa que se corrobora en esta otra aleya, “Cuando invocó a su Señor en secreto” (Corán, 19:3)

De las dos azoras anteriores parece deducirse la recomendación de invocar y recordar al Señor con discreción, en voz baja; así es como lo interpreta Jalâl ad-Dîn as-Suyutî: “Invoca a tu Señor en tu alma –es decir, en secreto- con humildad y temor de Él, o con un tono de voz que no sea ni silencioso ni claro y distintivo –dicho de otro modo, de un nivel intermedio-…[xv].

La segunda azora, ciertos autores, la relacionan con la del viaje nocturno revelada en La Meca (v. más abajo), donde recomienda: “Y no subas la voz en tu oración ni la silencies sino que busca un camino intermedio.” (Corán, 17:110)

 

        El gran sabio Jalâl ad-Dîn as-Suyutî reunió 25 hadices sobre este tema[xvi], y en su presentación dice: “Alabanzas a Allah y que dé Su paz a Sus servidores elegidos. Me has preguntado sobre lo que los sufíes tenían costumbre de hacer en sus reuniones en círculo en las mezquitas para invocar a Allah en voz alta. Me has pedido si alzar la voz en tahlil[xvii] está desaconsejado (makruh) o no.” La respuesta fue: “No hay nada desaconsejable en todo esto. Hay hadices que recomiendan alzar la voz en el dzikr. Existen otros que recomiendan de hacerlo en silencio. Pasar de uno a otro depende de las situaciones en que uno se encuentra y de las personas que lo realizan. Aquí te adjunto los detalles a este propósito.”

 

A continuación enumera los hadices que apoyan uno y otro procedimientos, y luego continúa: “Si reflexionas sobre lo que nos ha sido legado en materia de hadices, sabrás que en su conjunto no hay absolutamente nada detestable en invocar a Allah en voz alta, al contrario, tal como algunos de ellos lo recomiendan, ya sea de forma clara o por deducción.

 

En cuanto a los que desaconsejan el dzikr en voz alta, apoyándose en el hadiz que dice ‘el mejor dzikr es el que se hace discretamente’, en cambio para la recitación del Corán lo hacen en voz alta, pues hay un hadiz que dice ‘quien lee discretamente el Corán es como quien da limosna discretamente’.”[xviii]

 

        El sabio at-Tahtâwî dijo a propósito de esta polémica: “Hay divergencia sobre este tema: ¿Es preferible la discreción en el dzikr? La respuesta es sí, porque numerosos hadices lo atestiguan, entre ellos el que dice ‘El mejor de los dzikr es el discreto y la mejor subsistencia es la que basta’. Porque la obra discreta es más profunda a nivel de sinceridad y más cercana de la respuesta de Allah.

 

        Otros dicen: al contrario, es preferible el dzikr en voz alta. Numerosos hadices lo justifican, entre los cuales el de Ibn az-Zubayr que dice, ‘El Enviado de Allah (s), después del taslîm final de la plegaria, decía en voz alta: No hay otro dios que Allah Único sin asociado, Suyo es el Reino, Suya es la alabanza; en todo es Omnipotente; no existe fuerza ni poder si no es por Allah….

 

        El Enviado de Allah (s) ordenaba a quien recitaba Corán en la mezquita, alzar la voz para que se oyera su lectura. Por su parte, Ibn ‘Umar pedía que le leyeran Corán en voz alta para que lo oyeran todos los que le rodeaban. Esto porque este procedimiento es más eficiente y predispone mejor a la reflexión. Es tan útil que despierta el corazón de los despreocupados.

 

De hecho, uno y otro procedimientos dependen de las personas en cuestión y de los estados de su alma. Así, para quien teme dejarse llevar por la duplicidad o provocar prejuicios a alguien, es más razonable el dzikr silencioso. En caso contrario, la preferencia será para el dzikr en voz alta.”[xix]

 

        El imâm Nawâwî ha conciliado las dos posturas diciendo: la discreción es preferible por temor a la duplicidad, o la molestia que podría ocasionar a los que rezan o duermen. En cambio, el dzikr de Allah en voz alta es mejor fuera de estas circunstancias pues produce más efecto en los invocadores y, además, es de provecho para los que lo escuchan. Además, este método mantiene en vigilia al invocador. Éste concentra su pensamiento en el dzikr y pone el oído atento para captar su sentido.[xx]

 

        Musa dijo: “ ¡Oh, Señor! ¿Estás cerca, para que pueda hablarte íntimamente, o estás lejos, de manera que tengo que llamarte en voz alta?” Allah le inspiró: “Estoy sentado al lado de quien Me recuerda.”[xxi]

 

Dzikr silencioso

        Allah menciona en la sura Al-A’raf: “Y recuerda a tu Señor en ti mismo con humildad y temor, sin alzar la voz, al comenzar y al terminar el día. Y no seas de los negligentes.[xxii]

 

Este versículo tiene varias consideraciones. La primera consideración es que esta sura fue revelada en La Meca, al igual que la sura del viaje nocturno (al-Isrá): “Di: Llamad a Allah o llamad al Misericordioso, como quiera que Le invoquéis, El tiene los nombres más hermosos. Y no subas la voz en tu oración ni la silencies sino que busca un camino intermedio.[xxiii] Esta aleya fue revelada cuando el Profeta (s.) mientras recitaba el Corán en voz alta durante el salat, era escuchado por los asociadores que insultaban al Corán y a Allah; por ello Allah ordenó bajar la voz para eliminar cualquier pretexto que justificara los insultos.[xxiv] También se dice que descendió en relación a la oración de súplica. Y también, que se refiere a las oraciones preceptivas que se dicen en silencio y las que se dicen en voz alta. Y también que se refiere a no subir la voz demasiado en la oración para evitar la ostentación ante la gente ni silenciarla por miedo a ellos.[xxv]

 

        La segunda consideración es que un grupo de comentadores del Corán, entre ellos ‘Abd ar-Rahmân Ibn Zayd Ibn Aslam[xxvi], han entendido que en esta aleya se trata del lector del Corán, a quien Allah le presenta el dzikr (por la recitación del Corán) en voz baja con el designio de magnificar el Libro de Allah. Esta interpretación viene reforzada por estar esta aleya a continuación y por tanto en relación con la inmediata precedente: “Y mientras el Corán se esté recitando, prestad atención y callad, tal vez obtengáis misericordia.[xxvii]

 

La tercera consideración: Los sufíes dicen que esta aleya concierne en particular al Profeta (s.) que es perfecto. En los demás el dzikr silencioso puede ser alterado por las sugestiones de Satán y por pensamientos perniciosos.

 

        El sheik Amin al-Kurdi dejó escrito [xxviii]: “El dzikr con la lengua, que combina sonidos y letras, no es fácil de realizar en todo momento, porque hay actividades como comprar y vender que distraen la atención del dzikr. Lo contrario es cierto para el dzikr del corazón, que se llama así por estar libre de letras y sonidos. De esta forma nada lo distrae a uno de su dzikr.” Por este motivo los maestros de la tariqat Naqshbandi han elegido el dzikr del corazón.

 

        El Imâm Ahmad contaba que “Abu Huraira refirió que el Profeta (s) decía que Allah dice, ‘Yo estoy con mi siervo cuando Me recuerda y su recuerdo de Mí hace mover sus labios’.” Comentando esta hadiz, el imâm Nawâwî (r) decía, “Allah está con quien Le recuerda y Le llama con su corazón, y Le llama con su lengua, pero debemos comprender que el dzikr del corazón es más perfecto. Y esto significa que el recordador hace dzikr de la lengua para reflejar la ocurrencia del dzikr en su corazón. Cuando el amor de Allah y Su Recuerdo inundan el corazón y el espíritu esa persona se lleva bien con Él, sentándose en Su Presencia.”

 

        Al-Bayhâqî contó que según ‘A’isha (r): “Allah favorece dzikr sobre dzikr hasta setenta veces (queriendo decir, el dzikr silencioso sobre el dzikr audible). El Día de la Resurrección, Allah devolverá los seres humanos a Su recuento, y los Ángeles Registradores llevarán lo que hayan registrado y escrito, y Allah Todopoderoso dirá: ‘Mirad si algo que pertenezca a mi siervo ha sido olvidado’. Los ángeles dirán:’No hemos olvidado nada de lo que concierne a lo que hemos aprendido y registrado, salvo que lo hemos valorado y escrito’. Allah dirá:’Oh, siervo mío, tengo algo bueno de ti, sólo por lo cual voy a recompensarte, se trata de tu recuerdo escondido de Mí’.”

 

Bayhaqi también contó que según ‘A’isha: “El dzikr que no es oído por los Ángeles Registradores equivale a setenta veces al que oyen.”

 

Dzikr en voz alta

        Que el dzikr y el du’a no se aconseje hacerlos en voz alta, no debe tomarse al pie de la letra.

 

        El imâm an-Nawâwî escribió en sus fatawâs: “El tono elevado en el dzikr si no causa ningún malestar es legal y recomendado. Más aún, es mejor que el dzikr secreto, según la escuela shâfi’ita. Esta valoración es igual de clara en la escuela del imâm Ahmad. Y también según dos versiones del imâm Mâlik, referidas por al-Hâfiz ibn Hajr en su obra ‘Fath al-Bârî’.”

 

        Esto es también lo que piensa al-Qâdîjân en sus fatawâs relativas a las diferentes maneras de recitar el Corán. En el capítulo dedicado al lavado del cadáver, dice: “Es detestable elevar la voz en el dzikr”. Pero, es evidente que aquí se trata de quien acompaña al cortejo fúnebre. También es éste el punto de vista de la escuela shâfi’ita, aunque no de forma absoluta.[xxix]

 

        Al-Alûsi también dijo: “Algunos grandes sabios han explicado el tono elevado, refiriéndose a un tono exageradamente elevado, por encima de lo necesario. Así pues, según la necesidad, el tono debe ser moderado. [Cosa que concuerda con la moderación general recomendada en todas las prácticas islámicas] Ahora bien, en caso de necesidad, la voz elevada entra en el cuadro de prescripciones imperativas. Más de veinte hadices autentifican el hecho de que el Enviado de Allah (s) elevaba la voz en el dzikr en varias ocasiones. Esto también está autentificado por Abû az-Zubayr, que oyó a ‘Abd Allah Ibn az-Zubayr decir: ‘El Profeta (s) después de los saludos al final de la plegaria decía en voz alta: “No hay otro dios que Allah, único y sin asociado, a Él pertenece el Reino y a Él pertenece la alabanza; Él es Omnipotente en todo. No hay fuerza ni poder sino es por Allah. Sólo a Él adoramos. Para Él son todos los beneficios y para Él todos los méritos”.[xxx]

 

        Bujari contaba que Abu Huraira (r) refirió que el Profeta (s) dijo, “Si Mi siervo Me menciona en sí mismo, Yo le mencionaré en Mí mismo. Si Me menciona en un grupo, Yo le mencionaré en un grupo en Mi presencia.” Entendemos de este hadiz que mencionar a Allah en un grupo indica el dzikr en voz alta. Algunos sabios, a partir de este hadiz, han determinado que el uso del dzikr en voz alta está permitido.

 

Bujari cuenta en su libro de hadices que Ibn ‘Abbas (r) decía, “En tiempos del Profeta (s) la gente acostumbraba a alzar la voz al hacer dzikr.”

 

También Bujari cuenta que Abu Ma’bad (r), el esclavo liberado de Ibn ‘Abbas (r), decía: “Ibn ‘Abbas me dijo, ‘En tiempos del Profeta (s) era costumbre celebrar las alabanzas a Allah en voz alta después de las plegarias obligatorias colectivas’.” Ibn ‘Abbas (r) continúa, “Cuando oía el dzikr, sabía que la plegaria colectiva había acabado.”

 

        Según otros recopiladores de hadices [xxxi], as-Sa’ib (r) contaba que el Profeta (s) dijo, “Gabriel vino a mí y me ordenó que ordenara a mis Compañeros que elevaran sus voces en el takbir.”

 

        ‘Ali bin Abi Talib (r) dijo, “Una vez le pregunté al Profeta (s), ‘Oh, Mensajero de Allah, guíame por el camino más corto a la Presencia de Allah, y la manera más fácil para adorar, y la mejor manera para Allah, el Todopoderoso y el Ensalzado’. El Profeta (s) dijo, ‘Oh,  ‘Ali, tienes que hacer dzikr continuamente, en silencio y en voz alta’. Yo repliqué, ‘Oh, Profeta (s), todos los seres humanos hacen dzikr. Dame algo especial’. El Profeta (s) dijo, ‘Oh, ‘Ali, lo mejor que yo y todos los profetas anteriores a mí han dicho es la ilaha illallah. Si todos los cielos y la tierra se colocaran en un lado de la balanza y la ilaha illallah en el otro, la ilaha illallah pesaría más. El Día del Juicio nunca llegará mientras haya gente en esta tierra que diga la ilaha illallah.’ Luego pregunté, ‘¿Cómo debo recitar?’ El Profeta (s) contestó, ‘Cierra tus ojos y escúchame mientras recito la ilaha illallah tres veces. Después lo dices tú tres veces y yo te escucharé’. Luego el Profeta (s) lo dijo y yo lo repetí en voz alta.”[xxxii] En otras colecciones de hadices [xxxiii], este hadiz continúa, describiendo cómo enseñó el dzikr el Profeta (s) a sus compañeros. “Ibada bin Samit contó que el Profeta (s) preguntó, ‘¿Hay algún extranjero entre vosotros?’ Y le contestamos, ‘No, Ya Rasul-Allah’. Él dijo, ‘Cerrad la puerta’. Luego siguió, ‘Levantad vuestra mano y repetid después de mí la ilaha illallah’. Levantamos nuestras manos y dijimos, la ilaha illallah. Luego el Profeta (s) dijo, ‘Que las alabanzas sean para Allah, que Me envió a este mundo con sus kalimah, y Me mandó con él, y Me prometió el Paraíso con él, y Él nunca cambia Sus Promesas.’ Después de esto, el Profeta (s) dijo, ¡Que seáis felices! Allah os ha perdonado’.”

 

        Ash-Sha’râni dejó escrito, a propósito del dzikr: “Los sabios, antiguos y contemporáneos, son unánimes al recomendar invocar a Allah en grupo en las mezquitas y en otros lugares, a condición de que sus voces no molesten a los que duermen, hacen su plegaria o leen el Corán, tal como está indicado en los libros de fiqh.”[xxxiv]La misma idea es referida por al-Hamawî a partir del imâm ash-Sha’râwî.[xxxv]

 

        Fuera de esas excepciones, los sabios han dicho: “El dzikr en voz alta es preferible porque es más eficiente, es útil a quien lo oye y despierta el corazón del invocador. Éste concentra su pensamiento en lo que dice, obliga a su oído a escuchar, aleja el sueño y aumenta su dinamismo.[xxxvi]



 

 

[i] V. la primera parte de este trabajo sobre “La doctrina del dzikr”.

[ii] Futahat ar-Rabbani ‘ala-l-Adzkar an-Nawawiyya, vol.1, p.106-109.

[iii] Corán 3:191.

[iv] ‘Abd Allah Ibn ‘Abbas.- Nûr at-tahqîq, p.147. As-Sayyid  Sabiq.- Fiqh us-Sunnah.

[v] Gazâli.- Ihya.

[vi] Jalâl ad-Dîn as-Suyutî.- al hawi lil fatawi.

Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.53. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[vii] Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.111-112. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[viii] Al-bidâya wa an-nihaya fî at-tarîj, t.8, p.6.

[ix] Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.114. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[x] Ibn ‘abidîn.- Shifâ al-‘Alîl (La curación del enfermo)

Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.115-116. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xi] [xi] Ibn ‘abidîn.- Shifâ al-‘Alîl (La curación del enfermo)

Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.116-117. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xii] Assirah annabawiya wa al athar al Muhammadia (La vida y la obra del Pofeta).- Zini Dahlane. Al margen del libro ‘la vida del Profeta’ llamado Assira al halabia, t.2, p.252.

El hadith es referido por Bujari en su sahih.

Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.120-121. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xiii] Imam Abu Hamid Al-Gazâlî.- Revivificación de las ciencias religiosas. Comentario aparecido en  ‘Aproximaciones a Gaudí en Capadocia’ de Juan Goytisolo. p. 47 y 150. Ed. Península. Barcelona, 1990.

[xiv] Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.51-52. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xv] Tafsir al-Jalalayn (L’exégèse simplifiée du Coran).- Jalaleddine Mamad Ben Ahmad Al-Mahali et Jalaleddine Abdul Arman Ben Abi Bakr As-Siouti. Vol. I, p. 348. Dar El Fiker. Beyrouth (Liban), 2000.

[xvi] Jalâl ad-Dîn as-Suyutî.- Natîjatu l-fikr fî l-jahr fî adz-dzikr (El resultado del pensamiento en relación a la elevación de la voz durante el dzikr).

[xvii] El hecho de cantar la fórmula sagrada ‘la illaha illa Allah’.

[xviii] Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.46-47. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xix] Marâqî al-falâh.- At-Tahtâwî.

   Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.56. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xx] Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.47-48. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xxi] Gazâli.- Ihya.

[xxii] El Corán. Sura al-A’raf, 7:205.

[xxiii] El Corán. Sura al-Isrá, 17:110.

[xxiv] Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.48. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xxv] El Corán. Traducción comentada por Abdel Gany Melara Navío. Nota a la Sura del Viaje Nocturno, 17:110, p.248. Nuredduna Eds. Palma de Mallorca, 1998.

[xxvi] Maestro del imam Mâlik y de Ibn Jarîr.

[xxvii] El Corán. Traducción comentada por Abdel Gany Melara Navío. Sura al-Araf, 7:204, p.152. Nuredduna Eds. Palma de Mallorca, 1998.

[xxviii] Sheik Amin al-Kurdi.- The Enligtenment of Hearts (Tanwir al-Qulub), p.522.

[xxix]Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.54. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xxx] Sheik Mamad al-Alûsî.- Rûh al-Ma’ânî. T.16, p. 147-8.

   Les vertues du Dzikr.- Shaij Abdelkader Aïssa. p.55. Ed. IQRA. Paris, 1996.

   Al-Alûsî en esta obra da la referencia de un autor, Ibrâhim al-Kawrâni, que dedicó dos escritos magistrales a       este tema, titulados: “El dzikr en voz alta” y “El embellecimiento del hombre piadoso, que se arrepiente hacia    Allah, por las virtudes del recuerdo de Allah”.

[xxxi] Imâm Ahmad, Abu Dawud y Tirmidzi.

[xxxii] Hadiz referido por Bujari y Muslim, y mencionado por Jalaluddin as-Suyuti.

[xxxiii] Imâm Ahmad y Tarabani.

[xxxiv] Comentario de At-Tahtâwî en Marâqî al-falâh.

    Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.58. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xxxv] Al-Hamawî.- Hachiatu ibn âbidin, t. 5, p. 263.

    Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.59-60. Ed. IQRA. Paris, 1996.

[xxxvi] Les vertues du Dzikr.- Cheij Abdelkader Aïssa. p.59. Ed. IQRA. Paris, 1996.

 

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