A continuación, se expone
una breve mirada a los grados de los Conocedores en el Islam, expuesta por
uno mismo de entre ellos, Shayj Ahmad Ibn Ayiba
(1747-1809), en su clásico Libro del Sufismo (Kitab at-Tasawwuf):
En cuanto a los Sâlijûn son aquellos que han depurado sus acciones
externas, y han rectificado sus estados interiores.
En cuanto a los Âwliyâ, estos son la gente de la Ciencia de Allah,
con la calificación de la visión del cara a cara, esta e la cercanía. Y se
ha dicho:
En cuanto a los Budalâ, son aquellos que cambian los defectos por las
virtudes, y que cambian sus cualidades por las cualidades de su Amado.
En cuanto a los Nuqabâ, son aquellos que dejan atrás el universo y
salen al espacio de la contemplación del Formador de los mundos.
En cuanto a los Nuÿabâ, son los que preceden en el conocimiento hacia
Allah, a causa de su nobleza, y son la gente de la diligencia y el talento
entre los muridines.
En cuanto a los Âwtâd, son aquellos que están asentados en el
conocimiento de Allah, y son cuatro, que son los cuatro pilares del
universo.
En cuanto al Qutb, es aquel que se yergue con la verdad del universo
y con el Formador del universo, y es uno, y es aquel aquel que ha realizado
un Maqâm [una estancia espiritual específica].
Según esto pueden ser considerados en un tiempo único distintos Aqtâb
[plural de Qutb] en diferentes estados, rangos, y ciencias. Se ha dicho
Fulano es qutb en las ciencias, o qutb en los estados, o qutb en los rangos,
si predomina en él alguna de estas cosas. [...]
Si hablamos del Maqâm que no puede ser descrito más que como único, este es
expresado con el término de Ghawz [o Qutb al Aqtab, el Polo de
los Polos]; de él proviene el auxilio espiritual a los círculos de los
Awliya; de él es el Imamato, la herencia, el califato interior, él es el
espíritu del universo el cual gira a su alrededor.
Tal como se expresa cuando se dice de él que es la “pupila del ojo”; no
conoce esto sino aquel que posee justicia, rectitud, y posee parte del
secreto de la permanencia en Allah.
Por lo que se refiere a su denominación con el término de Ghawz se hace
referencia al amparo que supone para los mundos debido a la especificidad de
su sustancia y de su rango espiritual. El posee signos por lo que es
reconocido.
Dijo el famoso qutb Abu-l-Hasan ash-Shâdzlî (que Allah esté complacido con
él):
“el qutb tiene quince signos, quien los reivindique en su totalidad o en
parte, que lo demuestre. Prolongación de la rahma, la infalibilidad, el
califato, la representatibilidad, y hamala al-’arsh al-’adîm, y le es
revelado el núcleo de la realidad de la Esencia, y el dominio de las
Cualidades, y es honrado con la sabiduría y la acción(?) entre las dos
existencias, wa infisâl al-âwal ‘an al-âwal wa man ‘anhu ilà muntahâhu wa mâ
zabat fîhi, y la sabiduría de lo que es anterior, y la sabiduría de lo que
es posterior, y de lo que no tiene ni anterioridad ni posterioridad. Has de
conocer lo que es el principio: este es la Ciencia que abarca todas las
ciencias, y todo lo conocido está subordinado a ella (la Ciencia)”.
El signo primero es:
que esté revestido por las cualidades de la rahma [misericordia], según lo
heredado del Profeta (s.a.s. – que la bendición y la paz de Allah sean sobre
él); convirtiéndose en poseedor de la benevolencia, de la compasión, de la
piedad, del perdón, de la inteligencia, de la prudencia, de la existencia, y
de la valentía, tal como lo fue su heredero ([aquel a quien hereda, el
Mensajero de Allah Muhammad, s.a.s.).
El signo segundo es:
que le sea concedido el favor de la infalibilidad, que es la preservación
iláhica y la infalibilidad señorial, tal como fue heredado por el Profeta (s.a.s.);
no obstante esto es una obligatoriedad en los profetas, mientras que en los
awliya es algo posible, y se le denomina "preservación" (hifd), con la que
no va más allá de ningún límite ni traiciona ningún pacto.
El signo tercero es:
el califato: que consiste en ser califa [Khalifa, representante] de Allah en
la tierra, siendo Amin [digno de confianza] para todas las criaturas de
acuerdo al califato profético; le han reconocido como jefe los espíritus, y
le han obedecido los cuerpos.
El signo cuarto es:
la delegación, la representación: que consiste en ser representante o
delegado de la Verdad, en la gestión y dirección de las leyes, en la medida
de las exigencias de la sabiduría iláhica [sabiduría divina]; en realidad no
existe más que el poder eterno.
El signo quinto es:
que propicie el auxilio propio de los portadores del Trono en cuanto a
alimentos y a proximidad, pues él transporta el Trono de los universos, de
la misma manera que los Malaikas [ángeles] portan el Trono del Rahman [del
Misericordioso, Allah glorificado sea].
El signo sexto es:
le es revelada la realidad de la Esencia, y se convierte en un gnóstico de
Allah ma’rifa al-’iyàn. En cuanto al que es ignorante de Allah, no tiene
ninguna participación en la función del qutb.
El signo sétimo es:
le es revelado el carácter oceánico de las Cualidades de Allah abarcando a
las criaturas, pues no hay Formador más que Él, fundamentador de las
Cualidades y de los secretos de la Esencia. El conocimiento del qutb del
carácter abarcador de las Cualidades, es más perfecto que el de otro, pues
su conocimiento es en realidad una cuestión de saboreo y no de razonamiento.
El signo octavo es:
que sea ennoblecido con el gobierno y la discriminación entre las dos
existencias, es decir entre la existencia primera antes del taÿallî, [la
manifestación divina] lo cual es designado con el término Eternidad, y
tesoro antiguo; y entre la segunda con la que aconteció el taÿallî, y la
separación entre ambas dos. Haz de saber que la primera es rububía, sin
‘ubudía, significado espiritual sin sensorio, poder sin relación causa
efecto, a diferencia de la segunda la cual es descrita como la oposición
entre los contrarios: rububía y ‘ubudía, significado espiritual y
sensorialidad física, poder y relación causal, para que así se realice Su
Nombre ad-Dâhir [el Nombre de Allah, el Externo], y Su Nombre al-Bâtin; [el
Nombre de Allah, el Interno] los contrarios pertenecen al ámbito del taÿallî.
En cuanto a la Grandeza abarcadora es lo que permanece oculta en ella, es la
que permanece en su origen (?). Comprende.
Signos 9 y 10:
que sea ennoblecido con el gobierno con la separación primera de la primera.
En cuanto a lo significado por biinfisâl al-Âwal: es la separación de la Luz
de al-qabda (el Puño) de la Luz eterna oculta, que es el océano del Yabarût.
Lo significado por infasala ‘anhu (se separó de él): lo que se ramificó del
qabda hasta su finalización, en cuanto a las ramificaciones de los Tayalliat,
es decir en el estado presente; en cuanto al futuro no hay fin para él,
porque los Tayalliat de lo Real no cesan nunca, pues cuando pasa esta
existencia mundanal, se manifiesta con la existencia en la Otra vida, y no
hay final para él.
El signo número 11 es:
que conozca aquello que permanece, que perdura en los separados, tanto en
las apariencias como en en los prodigios, o lo opuesto a aquello, es decir
en la totalidad, y en cuanto a la particularización, pertenece al ámbito de
la rubûbîa.
El signo número 12 es:
que posea el conocimiento de la anterioridad, es decir antes del Taÿallî y
su sabiduría, así como el Tançîh absoluto [la trascendencia absoluta],
porque este permanece oculto en su interioridad sin que llegue a formar
parte de los opuestos.
El signo número 13 es:
que posea el conocimiento de la posterioridad, el cual consiste en conocer
aquello que está impuesto (?) en la exterioridad de los límites, o de .os
contornos (del mundo formal), establecido como la orden o la relación de
sabiduría que gobierna las cosas, y conteniendo los secretos del Poder (qudra).
El signo 14 es:
que conozca aquello que no tiene ni anterioridad ni posterioridad, es decir
aquello que a lo que no le precede nada ni le sigue nada, que es el Vino
eterno, la Esencia original, tal como dijo ibn al-Fârid:
Esencia que no tiene anterioridad ni posterioridad
La anterioridad es el sello de todo contingente.
El signo 15 es:
obtener la Ciencia del comienzo, la intención u objetivo es alcanzar Su (t.)
Ciencia Eterna, aquella que precede a las cosas antes de que estas sean.
Aquella es la Ciencia oceánica que abarca a toda ciencia y a todo lo
conocido, pues nada escapa a Su (t.) Ciencia, y toda ciencia y todo
conocimiento está subordinado a Ella, esto es el secreto del Poder, del que
Allah ha revelado partes al Qutb, pero no está condicionado su dominio o su
perfección, a la generalidad y a las particularidades de las cosas, pues
esto es una de las funciones de la Rubûbîa, pues Allah solo da a conocer
acerca de partes específicas, determinadas.
A esto aludió el Shayj Abû al-’Abbâs al Mursî (r.a.), cuando dijo: “No hay
habido, ni hay, Walî de Allah del que no me haya sido informado en cuanto a
su nombre, genealogía, o destino”; y dijo esto otro: “No hay semilla que
asiente en los úteros, de la que Allah no me informe, y de si será varón o
hembra”.
Esto es parte de la totalidad de los prodigios con los que Allah obsequia a
algunos de sus Allegados, que pueden llegar a ser un Qutb perfecto, aunque
sin saber sobre estas cosas, pero siempre es un gnóstico de Allah, bien
asentado en la Gnosis. Si Allah quiere desvelarle algo de su reino lo hace,
o puede que no lo haga.
Dijo el Profeta (s.a.s.), “Por Allah que yo no se más que aquello que mi
Señor me enseña”, dijo aquello cuando su camella se extravió, y no sabía a
donde había ido, después intervinieron alguno de los munâfiqîn acerca de
este asunto, y a continuación Allah le enseñó.
En resumen: no es una condición que el Walî para ser Qutb posea el karisma
del desvelamiento de lo oculto, pero Allah sabe más.
Que las Bendiciones y la Paz sean con nuestro señor Muhammad, su Familia y
sus Compañeros.