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Powerpoint
presentado
en una
conferencia
que el
almirante
Cebrowski
impartió en
el
Pentágono,
el 23 de
julio
de 2003.
A la izquierda
puede verse,
en color
malva, la
zona
designada
como “Mostly
Non-Integrating
Gap”.
La estrategia
del
almirante
Cebrowski
estipula la
destrucción
de los
Estados y
sociedades
en
los países
de esa zona.
La Casa Blanca y Rusia llegaron a un
acuerdo para poner fin a la guerra impuesta a Siria, guerra
desatada mediante el uso de yihadistas. A pesar de ese acuerdo,
la paz se hace esperar. ¿Por qué?
El por qué de la guerra
contra Siria
Contrariamente a la idea inculcada a
la opinión pública occidental en 7 años de propaganda, la guerra
contra Siria no es una «revolución que perdió su rumbo».
La guerra contra Siria es fruto de una decisión tomada en
el Pentágono, en septiembre de 2001, y de una larga preparación
ulterior que encontró varias dificultades.
Una guerra preparada durante
toda una década
-
La preparación de la
guerra se describe detalladamente en el más reciente
libro de Thierry Meyssan –ya publicado en francés,
en español, en ruso y en turco. En septiembre de 2018
aparecerá también en inglés, árabe e italiano.
Es necesario recordar rápidamente las
principales etapas de esa planificación:
En
septiembre de 2001, el secretario de Defensa de Estados Unidos,
Donald Rumsfeld, adopta la estrategia del almirante Arthur
Cebrowski. Habrá que destruir los Estados en los países de
la mitad del mundo. Estados Unidos controlará el acceso de
los demás Estados –los Estados de los países con economías
globalizadas– a los recursos naturales de las regiones
no conectadas a la economía globalizada. El Pentágono comenzará
“remodelando” el «Medio Oriente ampliado» o «Gran
Medio Oriente» [1].
El
12 de diciembre de 2003, George Bush hijo firma la Syria Accountability
and Lebanese Sovereignty Restoration Act (Ley sobre la
Restauración de la Soberanía Libanesa y para Exigir Cuentas
a Siria). Esa ley abre al presidente de Estados Unidos
la posibilidad de entrar en guerra contra Siria sin consultar
su decisión con el Congreso [2].
En
2004, durante la Cumbre de la Liga Árabe en Túnez, el presidente
tunecino Ben Alí trata de obtener la adopción de una moción que
autorizaría la Liga Árabe a legitimar el uso de la fuerza contra
los países miembros que no respeten la Carta de Derechos Humanos
de la Liga, de reciente adopción.
En
2005, la CIA organiza en Líbano una revolución de color: la «revolución
del Cedro». La operación comienza con el asesinato del líder
sunnita y ex primer ministro libanés Rafic Hariri, para provocar
una revuelta sunnita contra la Fuerza Siria de Mantenimiento de
la Paz [3].
Estados Unidos está listo para intervenir militarmente con un
desembarco de marines en Beirut. Pero Siria retira
su fuerza de paz. La retirada siria elimina el pretexto que
Estados Unidos necesitaba para justificar su intervención
militar [4].
En
2006, Dick Cheney pone en manos de su hija Liz la tarea de crear
el Irán Syria Policy and Operations Group (Grupo para la
Política y las Operaciones en Irán y en Siria). Liz Cheney
organiza el ataque israelí contra el Hezbollah libanés. Creyendo
que el Hezbollah no podrá resistir por mucho tiempo ante
la invasión israelí, Liz Cheney prepara un desembarco
estadounidense en Beirut. O sea, Israel se encargará de invadir
Líbano y aplastar el Hezbollah, los marines
estadounidenses desembarcarán en Beirut y, desde allí,
continuarán su avance “liberador” hacia Damasco, la capital
siria. Toda la operación fracasa porque el Hezbollah resiste
la invasión israelí. Al cabo de 33 días de combates en suelo
libanés, las tropas israelíes se ven obligadas a batirse
en retirada [5].
En
2008, Washington trata nuevamente de provocar un conflicto
desde Líbano. El primer ministro libanés Fouad Siniora intenta
cortar las comunicaciones internas de la Resistencia libanesa e
interrumpir los vuelos hacia Teherán. El Hezbollah desbarata en
pocas horas el dispositivo militar occidental y toda la maniobra
y recupera su infraestructura.
En
2010, Washington adopta el llamado «liderazgo desde atrás»
(leading from behind). La administración Obama confía
el ataque contra Libia y Siria al Reino Unido y a Francia,
lo cual conduce a la firma de los acuerdos de Lancaster House
entre Londres y París.
En
2011, comienzan las operaciones militares en Siria.
Todo lo anterior demuestra que es
absurdo ver la guerra contra Siria como un hecho espontáneo y
sui generis [6].
Une guerra indirecta
La originalidad de la guerra
contra Siria está en que fue declarada por países que se hacen
llamar «Amigos de Siria» pero sobre todo en que se ha
desarrollado casi exclusivamente a través de ejércitos
no estatales, o sea de los yihadistas.
Durante los 7 últimos años de esta
guerra más de 250 000 individuos llegaron a Siria desde
el extranjero para luchar contra la República Árabe Siria. Eran
carne de cañón con poco entrenamiento, pero en los 4 últimos
años ya tenían mejor armamento que las tropas regulares sirias.
De hecho, el tráfico de armas más importante de toda la historia
se organizó para garantizar el equipamiento militar de los
yihadistas que debían destruir el Estado sirio [7].
Desde el Renacimiento europeo,
los occidentales nunca habían utilizado tanto mercenarios
a la vez [8].
Es por lo tanto absurdo hablar
en Siria de «revolución que perdió su rumbo».
-
Ilustración
del
desmantelamiento
del Medio
Oriente,
planificado
por
el Pentágono
como parte
de la
estrategia
del
almirante
Cebrowski.
Este mapa
fue
publicado
en 2006 por
el coronel
estadounidense
Peters, pero
este mismo
militar ya
lo había
comentado
anteriormente,
justo antes
de los
atentados
del 11 de
septiembre
de 2001.
Une guerra supervisada por
aliados que tienen cada uno sus objetivos propios
Al recurrir a Israel para atacar el
Líbano y al poner después las guerras contra Libia y Siria
en manos del Reino Unido y de Francia, y finalmente, al utilizar
en esas guerras las instalaciones de la OTAN en Turquía,
el Pentágono dio pie a que esos aliados desordenaran sus planes.
Como en todas las guerras, el país
líder se ve obligado a prometer a sus aliados que van a obtener
algún tipo de beneficio. Pero la entrada de Rusia en la guerra
hizo imposible la victoria que esperaba Occidente. Cada uno de
los aliados de Estados Unidos volvió entonces paulatinamente a
su propia estrategia en esta región. Con el paso del tiempo, los
objetivos particulares de cada uno de esos aliados acabaron
haciéndose más importantes que el de Estados Unidos, que
a su vez se negaba a implicarse militarmente tanto como querían
sus aliados.
Israel
Siguiendo la ideología colonialista de
varios de sus fundadores, Israel aplica una política tendiente a
dividir los países vecinos –de grandes dimensiones
territoriales– en pequeños países mucho menos extensos,
explotando para ello las diferencias étnicas o confesionales de
las poblaciones de los países actuales. Israel apoyó
infructuosamente la división del Líbano en un Estado musulmán y
otro Estado cristiano. Más recientemente, Israel apoyó la
independencia del Kurdistán iraquí y la creación de un Kurdistán
en Siria. No disponemos de documentos estratégicos israelíes
pero el análisis retrospectivo permite ver que la línea política
que Israel ha seguido corresponde a lo planteado en el «Plan Yinon»
de 1982 [9]
o a la estrategia del Institute for Advanced Strategic and
Political Studies, de 1996 [10].
La estrategia israelí corresponde, en
sus aspectos esenciales, al «rediseño del Medio Oriente
ampliado» de Rumsfeld y Cebrowski. Pero su objetivo es
totalmente distinto: el Pentágono quiere controlar el acceso de
los países desarrollados a las riquezas de la región mientras
que Israel pretende garantizar que ninguno de sus vecinos sea
lo bastante fuerte como para levantarse contra el Estado hebreo.
El Reino Unido y Francia
El Reino Unido y Francia vuelven a sus
políticas coloniales, como la que caracterizó el momento de la
caída del imperio otomano y la división del Medio Oriente –los
acuerdos Sykes-Picot.
Los británicos reeditan la «Gran
Revuelta Árabe de 1915», orquestada por Lawrence de Arabia
en contra de los otomanos. En aquella época los británicos
prometieron a todos los árabes que serían libres si acababan con
el yugo otomano y ponían a los wahabitas en el poder. Ahora
les prometen la libertad si derrocan todos los gobiernos
nacionales y los sustituyen por la Hermandad Musulmana.
Lo cierto es que en 1915 el imperio británico tomó el lugar del
imperio otomano y los árabes siguieron sin ser libres. En 2011
tampoco fueron libres. Ese es el plan de la «primavera árabe
de 2011» [11].
Mientras tanto, los franceses tratan
de restablecer el mandato que la Sociedad de las Naciones había
otorgado a Francia en Siria. Así lo explica el ex presidente
francés Giscard d’Estaing, descendiente de Picot (el de los
acuerdos Sykes-Picot) [12].
Y eso es lo que reclama, en septiembre de 2015, el presidente
francés Hollande cuando viaja a la sede de la ONU. Como en 1921,
Francia defiende la separación étnica entre kurdos y árabes.
Defiende así la creación de un Kurdistán, pero no en el
territorio histórico de los kurdos –que es Turquía– sino en
cualquier lugar, en tierras árabes de Siria.
Turquía
Turquía, por su parte, sueña con
concretar la promesa de su fundador, Mustafá Kemal Ataturk, el «Juramento
Nacional» (Misak-i Milli) [13],
adoptado por el Parlamento otomano el 12 de febrero de 1920.
O sea, Turquía pretende anexar el norte de Siria, incluyendo
Alepo, y eliminar a los cristianos, incluyendo a los católicos
de Maalula y los armenios de Kessab.
Turquía entra así en conflicto con los
demás países coaligados contra Siria:
con
Israel porque Ankara pretende anexar el norte de Siria en vez de
convertirlo en un territorio autónomo;
con
el Reino Unido porque Ankara pretende restablecer el Califato
otomano;
y
con Francia porque Ankara rechaza la creación de un Kurdistán
independiente en suelo sirio.
Lo más importante es que Turquía entra
en conflicto incluso con Estados Unidos, que no oculta su
intención de destruirla cuando haya desmantelado Siria [14].
¿Cómo salir de esta guerra?
Al cabo de 7 años de combate, el
Estado sirio sigue en pie. La República Árabe Siria y
sus aliados (Rusia, Irán y el Hezbollah) han resultado
victoriosos. Las fuerzas extranjeras (los yihadistas) han
sufrido una durísima derrota… pero no han sido derrotados
quienes dan las órdenes (Estados Unidos, Israel, el dúo Reino
Unido-Francia, y Turquía).
La guerra no sólo ha despertado
ambiciones que datan del inicio del siglo XX sino que los
protagonistas que no han sufrido la derrota en carne propia
no están dispuestos a abandonar la lucha.
Parece estúpido reiniciar a partir
de cero una guerra ya perdida por los yihadistas. La presencia
rusa en el terreno hace ahora imposible la confrontación
directa. Siria no ha podido ser barrida, su población es ahora
más aguerrida y está más dispuesta a continuar la resistencia
frente a la agresión exterior, además los sirios están ahora
mucho mejor armados que antes. Pero lo fundamental es que la
población siria ha reflexionado mucho y es ahora mucho
menos manipulable que en 2011. Sin embargo, la retórica política
occidental ha vuelto nuevamente a su antiguo mantra de «Bachar
tiene que irse».
Lo lógico sería que el conflicto pase
ahora a otro terreno. El almirante Cebrowski planeaba llevar
la guerra, en una segunda fase, al Asia Central y el sudeste
asiático. Pero sus sucesores tienen que acabar antes con el
Medio Oriente ampliado. En este momento están tratando de
reavivar el incendio iraquí, como puede verse con el
espectacular cambio de posición del gobierno del presidente
iraní Hassan Rohani [15]
y los motines registrados en Basora.
[1]
«El
proyecto militar de Estados Unidos para el mundo», por
Thierry Meyssan, Haïti Liberté (Haití), Red Voltaire,
22 de agosto de 2017.
[2]
“Syria
Accountability and Lebanese Sovereignty Restoration Act”,
Voltaire Network, 12 de diciembre de 2003.
[3]
La guerra civil libanesa (1978-1990) se había terminado con la
firma de los Acuerdos de Taif. A pedido de la Liga Árabe y con
la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, el Ejército
Árabe Sirio acudía entonces en auxilio del Ejército libanés,
para ayudarlo a desarmar las milicias surgidas durante la
guerra civil, y posteriormente estabiliza el país actuando como
Fuerza de Mantenimiento de la Paz. Pero más tarde,
Israel acusará a Siria de haber ocupado el Líbano, lo cual es
una falsedad. Nota del Autor.
[4]
«Revelaciones
sobre el asesinato de Rafic Hariri», por Thierry Meyssan,
Оdnako (Rusia), Red Voltaire, 29 de noviembre
de 2010.
[5]
L’Effroyable Imposture, Tome 2, Thierry Meyssan,
éditions Alphée, 2007. Existe una edición en español de este
libro, el mejor y más documentado sobre la invasión israelí
de 2006 contra el Líbano. Una reedición actualizada se publicará
próximamente en francés. El autor no aconseja la lectura de la
edicion en árabe, que adolece de graves problemas de traducción.
Nota de la Red Voltaire.
[6]
Es importante recordar que la expresión latina sui generis
significa algo así como sin igual, único, inclasificable o
incomparable con otra cosa. Nota del Autor.
[7]
«Armamento
por miles de millones de dólares utilizado contra Siria»,
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 18 de julio de 2017.
[8]
Según un testigo presente en el lugar, ese es el verdadero
sentido de la declaración de Laurent Fabius, entonces ministro
de Exteriores de Francia, en la conferencia de los «Amigos de
Siria», realizada en Marrakech. Fabius declaró el 13 de
diciembre de 2012 que «al-Nusra está haciendo un buen trabajo»,
en otras palabras “nuestros mercenarios de al-Qaeda están
prestándonos –a Francia y al Consejo de Cooperación del Golfo–
el servicio que nosotros estamos pagándoles”. Nota del Autor.
[9]
“A
Strategy for Israel in the Nineteen Eighties (The “Yinon Plan”)”,
por Oded Yinon, Kivunim (Israel), Voltaire Network,
1º de febrero de 1982.
[10]
«A Clean Break, a New Strategy for Securing the Realm»,
Institute of Advanced Strategic and Political Studies,
Jerusalén-Washington.
[11]
Ver los emails del ministerio británico de Exteriores revelados
en 2005 por Derek Pasquill.
[12]
«Il
faut envoyer l’ONU pour pacifier la Syrie», Declaraciones de
Giscard d’Estaing a Henri Vernet y Jannick Alimi, Le Parisien,
27 de septiembre de 2015.
[13]
«Serment
national turc», Réseau Voltaire, 28 de enero de 1920.
[14]
“Stability,
America’s Ennemy”, Ralph Peters, Parameters, invierno
de 2001-02, de la página 5 a la 20. «Blood borders:
How a better Middle East would look», Ralph Peters, Armed
Forces Journal, junio de 2006.
[15]
«Espectacular
giro del presidente-jeque Hassan Rohani», Red Voltaire,
9 de septiembre de