HISTORIA DE CHECHENIA

III

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La aparición del Shayj Shamil

 

 

         Los Rusos, encolerizados, salieron en desbandada por todo el sur de Chechenia quemando los cultivos y destruyendo sesenta y una villas. Lentamente los “murids” (con este término se designa a los seguidores de un Shayj sufi) Chechenos y Daguestaníes se retiraron a las montañas. Ghazi Mullah y el líder de sus discípulos ,Shamil, decidieron hacerse fuertes en Ghimri. Después de un amargo asedio, con numerosas bajas en ambos bandos, las tropas Rusas entraron en la villa encontrando entre los muertos a Ghazi Mullah. Sentado en su alfombrilla del Salat, el Imam, extrañamente, permanecía con una mano en su barba, mientras que con la otra señalaba al cielo. Mientras tanto, su discípulo, luchaba con sesenta “murids” defendiendo dos torres que parecían invencibles, rechazando con toda infalibilidad a cualquier Ruso que osara acercarse. Finalmente, cuando tan solo dos “murids2 quedaron vivos, Shamil apareció como la figura heroica en el combate cuya fama resonaría en todo el Cáucaso Musulmán. Un oficial Ruso describió el incidente en los términos siguientes:

 

         “Era de noche: a través de la luz de la antorcha bajo la techumbre de paja vimos un hombre que permanecía de pie a la entrada de la puerta sobre un pequeño relieve del terreno sobresaliendo por encima de nosotros. Este hombre, quien era muy alto y de una complexión fuerte, permanecía completamente inmóvil, como dándonos tiempo para que percibiéramos sus intenciones. Entonces, y de forma repentina, con el brinco de una bestia salvaje, saltó limpiamente por encima de las cabezas de los soldados que estaban dispuestos a dispararle, y cayendo delante de ellos, blandiendo su espada con su mano izquierda, atravesó a tres de ellos, no obstante el cuarto consiguió herirlo con su bayoneta, cuya punta profundizó en su pecho. Sorpresivamente, su cara permanecía sin gesto de dolor, agarró la bayoneta, y se la arrancó de sus propias carnes, atravesó con la espalda al soldado y con otro brinco más allá de lo humano, saltó por encima de la pared desvaneciéndose en la oscuridad. Todos quedamos mudos de asombro.”

 

         Los Rusos prestaron poca atención a la fuga de Shamil, seguros de que con la destrucción de la capital de los “murids” habían conseguido la victoria final. No podían imaginar que treinta años de guerra, con un precio de medio millón de vidas Rusas, les esperaban.

 

         Después de esta fuga dramática de Ghimri, el herido Shamil penosamente recorrió su camino hasta Sakli, una villa rural junto a los ríos helados del alto Daguestán. Un pastor consiguió enviar un mensaje a su esposa Fátima, quien secretamente fue hasta su encuentro, cuidándole de una prolongada fiebre y curándole de dieciocho heridas de bayonetas y espadas. Meses más tarde, Shamil se encontraba de nuevo en disposiciones de viajar, y tras la muerte de Ghazi Mullah fue aclamado por los Musulmanes como su sucesor y como el Imam al-Azam, Líder de todo el Cáucaso.

 

 

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