VOCABULARIO SUFI |
KITÂB AT-TASÁWWUF
de Ibn 'Aÿîba
2ª PARTE
AL-MUHÂSABA
Es la vigilancia atenta que
realiza el nafs ante el empleo de las
facultades humanas y ante el empleo del tiempo diario en acciones que no sean
aquellas relacionadas con la "obediencia" (at-tâ'ât),
es decir: en el cumplimiento estricto de la shari’ia a lo largo del día.
Este acto de conciencia se puede hacer al final del día, o bien al comienzo del
mismo estableciendo un pacto consigo mismo en el que el sujeto se dice a sí
mismo: “este nuevo día es un testigo sobre tí, esfuérzate en ocupar sus
momentos en todo aquello que te aproxime a Allah, ya que de haber muerto ayer no
hubieras obtenido el bien que alcanzarías con el día de hoy”. También puede
hacerse en la noche, en el momento de retirarse, en un acto de reflexión sobre
lo realizado durante el día. Esta acción debe
continuar un día tras otro hasta afianzarse en la "Presencia"
(al-hadra), entonces se unifica el tiempo, y se
produce la inmersión en la “Contemplación” (shuhûd); en ese
momento deja de existir la
diferencia entre "examinador" de conciencia y "examinado".
En
resumen, lo primero es establecer el pacto, el acuerdo (mushârata),
y lo último la muhâsaba; en cuanto a la murâqaba existirá
siempre en tanto en cuanto permanezca el estado de “viaje espiritual", pues cuando se produce "la
llegada" (wusûl) desaparece tanto la muhâsaba como
la mushârata.
AL-MAHABBA
Es la inclinación
permanente del corazón absorto y estupefacto. Esta inclinación se manifiesta
primero en la obediencia del cuerpo, como el rango (maqâm)
de la obediencia (al-abrâr); en segundo lugar se manifiesta en
los corazones anhelantes, como la depuración de las cualidades censurables y
viles, aquellos que lo realizan son los adelantados en el camino espiritual; y
en tercer lugar se manifiesta sobre los Espíritus y Secretos puros, como el
afianzamiento en la contemplación del Amado, y aquellos que lo realizan son los
adelantados entre los Gnósticos ('arifín).
El comienzo de la mahabba
se manifiesta a través de sus efectos, que son la servidumbre; en su
desarrollo se manifiesta a través de la borrachera y el amor apasionado, y en
su final se expresa como la calma y la sobriedad en el rango del Conocimiento
supremo.
Por esto la gente se dividen
en tres grados:
a) aquellos que están
ligados a la servidumbre.
b) los que están atados a
los estados.
c) los atados a los rangos.
La mahabba en
sus comienzos es peregrinaje y servidumbre, en su desarrollo arrebato y extinción,
y en su final sobriedad y permanencia.
AL-MUSHÂHADA Y AL-MU'ÂYANA
La Mushâhada es
la visión de la Esencia sutil (adz-Dzat al-Latîfa) en la
manifestación y exteriorización de la densidad formal; su resultado es la
densificación de lo sutil (al-Latîf), pero cuando el amor (widâd)
se sutiliza e intensifica y la densidad de las luces se sutiliza, entonces surge
mu'âyana, cuya consecuencia es la sutilización de lo denso. La mu'âyana,
por tanto, es más sutil y completa que la mushâhada. En resumen, la
contemplación de la Esencia (adz-Dzat) no es posible más que a través
de la densificación de sus Secretos sutiles (asraru al-Latîfa)
en la manifestación de los mismos en el mundo formal, pues no es posible
la percepción de lo Sutil en tanto en cuanto permanezca
como tal; así pues a la visión de de las manifestaciones formales se le
denomina mushâhada, y la restitución de aquellas manifestaciones a su
origen, haciéndolas partícipe de las características del océano de la
Unicidad (Ahadîa), es a lo que se denomina mu'âyana,
aunque también se ha dicho que ambas son los mismo.
AL-MA'RIFA
Es el afianzamiento y
continuidad de la mushâda. Su resultado es una contemplación permanente
a través de un corazón enamorado, que no contempla más que a su Señor, y que
no se entrega a otro que no sea Él, junto con el establecimiento de la rectitud
y el cumplimiento de las normas de la Sharî'a.
AT-TAQWA
Consiste
en el acatamiento de aquello que ha sido ordenado, junto con la evitación
de aquello que ha sido desaprobado, tanto en lo exterior como en lo interior,
manteniéndose en la obediencia y evitando las transgresiones.
En cuanto a la taqwa
de la generalidad de los musulmanes consiste en evitar los errores; la taqwa
de la élite consiste en librarse de defectos y
vicios censurables; y la taqwa de los elegidos entre la élite
consiste en retirarse de todo aquello que no sea la contemplación de las señales
de la presencia del mundo espiritual.
AL-ISTIQÂMA
Es el empleo de la
Ciencia a través de las palabras del Profeta (s.a.s.), sus hechos, sus estados
y sus rasgos de carácter, a través de un estudio profundo y exhaustivo de los
mismos, junto con la retirada de toda fantasía y susurro (al-waswâs,
con este término se está haciendo referencia a la última sura del Corán,
entendiéndose por waswâs los susurros que, bien por parte de los hombres o del
mundo sutil, se insinúan en los pechos de los seres humanos apartándolos del
camino recto), abandonando los convencionalismos y las cosas consabidas, presentándose
ante Allah sobre la realidad de la sinceridad (as-sidq) en
todo estado.
En lo referente a los
palabras consiste en el abandono de la calumnia y la maledicencia; en lo
referente a los hechos consiste en el abandono de la innovación (al-bida'a),
y en cuanto a los estados consiste en el
seguimiento de la Sunna establecida por la sharî'a.
La Istiqâma de la
generalidad de los musulmanes consiste en actuar de acuerdo a la Sunna; la Istiqâma
de la élite consiste en la imitación de los rasgos y características proféticas,
y la Istiqâma de los elegidos entre la élite en la imitación de las
características del Rahmân junto con la inmersión en la
Presencia de la Contemplación (hadra al-‘iyân).
AL-IJLÂS
Es la salida de la
creación (al-jalq) ante el trato con lo Real (al-haqq); o
también puede entenderse como el orientarse hacia Allah, no teniendo otro
objetivo o meta que Él en todos los actos prescritos por la sharî'a; o
bien se puede decir que consiste en no depositar el corazón en nada como no sea
su Señor (ar-rabb).
En cuanto al-Ijlâs
del común de los musulmanes consiste en la depuración de las acciones de toda
consideración que provenga de las criaturas; al-Ijlâs de la élite
consiste en la abolición de toda búsqueda de gratificación o recompensa en
esta vida o en la otra; en cuanto al-Ijlâs de los elegidos entre
la élite consiste en desprenderse de sí de toda fuerza o poder, así como de
toda consideración de lo contingente, ya sea como meta o acción, hasta que
esta última tenga lugar a través de Allah, desde Allah, y hacia Allah, ausentándose
a todo aquello que no sea Él.
AS-SIDQ
Es la renuncia a la
felicidad del yo en la orientación hacia Allah, apoyándose en la frescura de
la certeza; o bien puede entenderse como la existencia de una correspondencia
entre lo exterior y lo interior tanto en las palabras, en la acciones, como en
los estados; en resumen, podemos decir que es la depuración de lo interior de
toda inclinación hacia la alteridad de forma absoluta.
La
diferencia entre as-sidq y al-Ijlâs radica en que este último
niega el shirk (por este término se entiende el atribuir a algo creado
aquello que sólo le pertenece a Allah) tanto externo como oculto, mientras que as-sidq
elimina la hipocresía y el disimulo de forma completa. El poseedor del Ijlâs
no está exento de las trampas del ego, ni de hacer concesiones al mismo, a
diferencia de aquel que posee el sidq el cual ha eliminado todos
los recovecos de su yo y ha acabado con toda indulgencia hacia su ego, pues no
huele la brisa del sidq aquel que se autoengaña o engaña a otro,
ya sea en poco en mucho.
La
marca o señal del sidq es el nivelamiento entre el secreto (as-sirr,
entendido como lo interior) y lo exterior; aquel que lo posee no le afecta lo
que la gente pueda pensar de él ni se avergüenza de su manifestación ante
otros, pues sólo le basta la Ciencia de Allah.
En cuanto al sidq
de la generalidad de los musulmanes consiste en no buscar el interés en las
acciones; el sidq de la élite consiste en la depuración de los
estados (al-ahwâl) no teniendo otro objetivo que Allah; y el sidq
de los elegidos entre la élite consiste en la depuración de la fuente del tawhîd
de toda inclinación que no sea Allah.
Se ha dicho que al poseedor
del primer rango se le denomina sâdiq, y al segundo y tercero siddîq.
AT-TUMA-NÎNA
Consiste
en el reposo del corazón que se dirige hacia Allah, librándose de toda
fluctuación y desasosiego, poniendo su confianza en El, bastándole Su Ciencia,
y enraizándose en su Conocimiento. Esta calma o sosiego puede obtenerse detrás
del "velo" (es decir tras la creación formal) a través de la
argumentación y la reflexión, los actos de 'ibada y el esfuerzo, o bien puede
conseguirse tras la extinción del "velo" con el afianzamiento de la
Visión (an-Nadra) y la Gnosis (al-ma'arifa). Hay quienes
han encontrado esa calma en Allah a través del argumento y la prueba (es decir
por medio del discurso racional); otros la han encontrado con la visión de
Allah en alguna de sus manifestaciones a través de la Contemplación (al-‘yân).
La primera vía está reservada para los 'ulama, la segunda para aquellos
dedicados a las ‘ibada (los actos prescritos por la sharî'a que conducen
hasta la presencia de Allah), y para los sâlihîn (los rectos), y
la tercera para los gnósticos.
AS-SHAWQ, WA AL-ISHTIYÂQ
As-shawq es el
vaciamiento del corazón en su camino hacia el encuentro con el Amado.
Al-ishtiyâq es la
disposición del corazón para permanecer y continuar en la presencia del Amado.
As-shawq cesa con la
visión y encuentro del Amado, mientras que al-ishtiyâq no cesa nunca,
como consecuencia de la búsqueda del espíritu (ar-Rwh) en ir
aumentando el desvelamiento de los Secretos (al-Asrar), y
consecuentemente en su cercanía a la Eternidad (al-Abad).
El shawq de la
generalidad de los musulmanes hace referencia al deseo por parte del musulmán
de los adornos de Su jardín; el shawq de la élite busca la consecución
de Su complacencia (ar-Ridà), y el de los elegidos entre la élite
consiste en la búsqueda de la presencia de la Visión cara a cara (al-‘yân).
AL-GAÎRA
Es la aversión que siente el amante ante otro
que no sea él, estableciéndose la rivalidad por la posesión del sujeto amado.
Dijo Shibli: "al-Gaîra puede dividirse en dos categorías: los celos humanos,
que son aquellos que se establecen sobre los egos, y los celos de Allah, que son
los que se establecen sobre los corazones. Y es que a la naturaleza humana le disgusta ver a su amado con otro que
no sea él, como es el caso que se establece en el matrimonio; de igual modo a
Allah le disgusta ver los corazones de sus amados dependientes de otro que no
sea Él. Según se recoge en el hadiz transmitido por ibn Mas'wd, Bujâri, Ahmad
y Tirmidzi, el Profeta (s.a.s.) dijo: "No hay nadie más celoso que Allah". Por eso ha sido
prohibido el adulterio, tanto en lo exterior como en lo interior".
En la creación no hay más que los celos de Allah fluyendo en las manifestaciones e irradiaciones del mundo formal.
A la generalidad de los
musulmanes les compete los celos sobre los egos, que se expresan como la
inviolabilidad de la persona amada; los celos de los corazones son para la élite,
y los celos de los Espíritus y los Secretos son para los escogidos de entre la
élite. En este asunto elevado el siervo tiene derecho a sentir celos tal como
dijo el poeta: "Si no compito y
siento celos por Tí ojala supiera entonces por quien competir. No detestes mi
yo, pues Tu eres su Amado. Pues todo hombre aspira a aquel que le es
semejante".
Puede ocurrir que Allah
sienta celos de sus Awliâ (sus íntimos) y que se vengue de sus enemigos
cuando estos dañen a aquellos. También los celos de Allah por sus Íntimos
puede manifestarse recubriéndolos a estos en el anonimato para que pasen
desapercibidos al resto de la creación, pues ellos son las novias ante Su
presencia.
AL-FUTUWWA
Es la inclinación del yo
ante aquello digno de ser amado, así como la buena acción dirigida a la creación
en todo aquello que es digno de amarse. Por esto se ha dicho que la futuwwa
no es completa más que en el Profeta (s.a.s.).
El generoso y valiente es
aquel que no tiene rival y su origen es la liberalidad, la modestia y la valentía
en la situación adversa.
La futuwwa del común
de los musulmanes está referida a sus propiedades y riquezas, la de la élite
está referida a sus egos, y la de los escogidos entre la élite está referida
a sus Espíritus y al don de sus corazones al lado del Amado.
AL-IRÂDA
Es la intención
de llegar al Amado a través del esfuerzo, o bien la búsqueda del amor de Allah
en aquello que Le complace, así como la sinceridad en el consejo; la intimidad
a través del retiro; la paciencia ante el sufrimiento; la inclinación a todo
asunto que provenga de Él; el pudor ante Su mirada; el empleo del esfuerzo en
obtener su Amor; exponerse a todo aquello que conduzca a Él; frecuentar la
compañía de quien apunta hacia Él; la satisfacción con el jumûl (el
ocultamiento de la condición de sufi ante el resto de las personas); la
ausencia de calma del corazón en todo aquello que no sea la llegada (al-wusûl)
ante Allah.
Este
el primer rango de los qâsidîn (aquellos que han enfocado a
Allah como su objetivo) y el comienzo del camino de los sâlikîn
(aquellos que ya se han puesto a caminar dentro de la senda de la búsqueda
espiritual).
AL-MURÎD
Es aquel que no tiene
voluntad más que la de su Señor. Tiene tres niveles o grados: 1º- La voluntad
de conseguir bendiciones e inviolabilidad; este nivel es apto para aquel que
posee una aspiración espiritual débil, o bien posee muchos apegos; 2º- La
voluntad de llegar hasta la Presencia (al-Hadra) incluyéndose
aquí la gente del ascetismo y de resolución fuerte, y 3º- La voluntad del
califato y perfección de la Gnosis; corresponde a quien ha manifestado su
nobleza y ha perfeccionado sus capacidades; su autorización ha de provenir de
un Shayj completo.