EL PROFETA DEL ISLAM
SU VIDA Y OBRA
La despedida del Profeta (s.a.s.)
“Alabado sea Allah; nosotros lo alabamos, nosotros le
pedimos socorro, le imploramos su perdón, y nos volvemos a él; y buscamos
protección ante Allah contra los vicios de nuestras almas y contra la maldad de
nuestras acciones. Quien quiera que sea guiado por Allah no se perderá; y quien
quiera Allah que se pierda, nadie lo guiará. Yo atestiguo que no hay otro dios
sino Allah el cual no tiene asociados con él; y atestiguo que Muhammad es su
siervo y enviado.
Yo os recomiendo, OH siervos de Allah, el temor de
Allah y os incito a obedecerlo. Yo busco de esta forma comenzar por lo que es
mejor.
Así pues, OH pueblo, escuchad lo que os digo, pues no
se si podré encontraros aquí después de este año.
OH pueblo, en verdad vuestra sangre, vuestros bienes y
vuestro honor son inviolables hasta el reencuentro con vuestro Señor, tan
inviolable como este mismo día, en este mes, en esta región ; -¿He conseguido
hacer llegar (el mensaje)? Oh Allah, se testigo de esto. Así pues el que reciba
unos bienes en depósito que los devuelva a aquel que se los confió.
Y la usura del tiempo de la ignorancia esta abolida,
sin embargo vosotros tenéis derecho sobre vuestros capitales: no seáis ni
opresores ni oprimidos. Allah ha decretado que no haya más usura. Y la primera
usura por la cual comienzo es la usura de mi tío ‘Abbas ibn ‘Abd al-Muttalib.
Y la venganza por los asesinatos del tiempo de la
ignorancia queda suprimida; y la primera venganza a la que renuncio es la sangre
de mi sobrino ‘Amir ibn Rabi’ah ibn al-Harith ibn ‘Abd al-Muttalib (cuyo
hijo ha sido asesinado).
Y los cargos del tiempo de la ignorancia quedan
abolidos, menos la custodia de la Kaaba y el de aguador (los peregrinos).
Y el asesinato intencional será castigado por el talión
y la muerte casi intencional, producida por el palo o la piedra, costará cien
camellos (como precio de sangre) quien exigiera más, será como las gentes del
tiempo de la ignorancia -¿He conseguido hacer llegar el mensaje? OH Allah, se
testigo de esto.
Así pues, OH pueblo, Satán está en verdad
desesperado de ser adorado en vuestra tierra; pero sería dichoso de ser
obedecido en otras cosas: en esos pequeños actos vuestros que vosotros consideráis
sin valor. Estad pues en guardia contra él por bien del Islam.
Oh pueblo,
en verdad, que la intercalación (de un mes profano en medio de los meses de la
tregua de Allah) en un añadido a la
incredulidad; están perdidos por este
añadido aquellos que se han vuelto incrédulos: convierten profano este mes
durante un año, y lo convierten en sagrado en otro año, para observar
exteriormente el número (de los meses), que Allah ha hecho sagrados; profanan
lo que Allah ha hecho sagrado y convierten en sagrado lo que Allah ha hecho
profano. Y, en verdad, el tiempo debe volver a la situación en que Allah lo creó
el día que él creó los cielos y la tierra. Y en efecto, el número de meses
según Allah es de 12, en el libro de Allah, el día que él creó los cielos y
la tierra. De estos 12 meses, cuatro son sagrados; de los que tres son
consecutivos y uno está aislado:
Dhu’l-Qa’dah.
Duh’l-Hiyya y Muharram, y Rayabdes- que se encuentra entre el mes de Yumâda y
Cha’bân.-¿He conseguido hacer llegar el mensaje? OH Allah, se testigo de
ello.
Ahora bien, OH pueblo, en cuanto a vuestras mujeres,
ellas tienen un derecho sobre vosotros, y vosotros tenéis un derecho sobre
ellas: en favor vuestro les compete a ellas no dejar pisar vuestro lecho por
nadie salvo por vosotros mismos, y que ellas no dejen entrar en vuestra casa a
nadie que vosotros no queráis, excepto con vuestro permiso; y que ellas no
cometan promiscuidades. Si ellas son promiscuas Allah os ha dado en verdad
permiso para reprenderlas, y establecer camas separadas y de amonestarlas, pero
suavemente. Si ellas cesan y os obedecen, os compete a vosotros suministrarle
alimentos y vestidos adecuados, y asegurar a vuestras mujeres el mejor trato.
Porque en verdad, ellas son como prisioneras vuestras, y no pueden hacer nada
por ellas mismas. Y en verdad, vosotros las habéis tomado como un regalo de
Allah y os está permitido acercaos a ellas por voluntad de Allah. Temed pues a
Allah en lo que concierne a las mujeres y aseguradles el mejor
trato -¿He conseguido hacer llegar el mensaje?
OH Allah, se testigo de ello.
OH pueblo, en verdad, los creyentes son hermanos. Y los
bienes de un hermano son intocables salvo que él esté de acuerdo. -¿He
conseguido hacer llegar el mensaje?.
OH Allah se testigo de ello.
No os volváis incrédulos después de mi muerte los
unos que se apoyen en los otros. Y en verdad, he dejado ante vosotros medios que
impidan vuestro descarrilamiento: el libro de Allah y la conducta de su
profeta.- ¿He conseguido hacer llegar el mensaje?
OH Allah, se testigo de ello.
OH Pueblo, en verdad, vuestro Señor es uno, y vuestro
antepasado es uno: todos descendéis de Adán, y Adán fue hecho de la tierra.
El más digno ante Allah es aquel que más le tema. Y ningún árabe tiene
superioridad sobre un no árabe salvo en la piedad. ¿He conseguido hacer llegar
el mensaje? OH Allah se testigo de ello”. Y él añadió: OH vosotros, todos
los presentes, haced llegar este mensaje a los ausentes. OH pueblo, en verdad,
Allah ha fijado para cada heredero su porción de herencia: no está pues
permitido hacer un testamento en favor de un heredero (en más de lo que le
corresponda). Y el testamento en favor de un extranjero no puede sobrepasar el
tercio (de la totalidad de la herencia). Y el niño pertenece a la cama (¿a la
madre?) y el hombre que ha cometido adulterio es lapidado.
Cualquiera que, reclame (la paternidad) de otro que no
sea su padre y cualquiera que reclame la propiedad más que de lo que es
propietario, caiga sobre ellos la maldición de Allah, de los ángeles y de
todos los humanos. No se aceptará de ellos (el día del juicio final) ningún
pago ni equivalente (rescate). ¡Y la paz esté con vosotros!.
El Profeta había puesto cuidado que todas las muchedumbres pudieran oír su gran discurso, y unos “altavoces” humanos habían sido colocados de trecho en trecho para repetir cada frase que él pronunciaba. Este discurso no tenía aparentemente ningún carácter político, pero hacía falta preparar la opinión pública musulmana para un régimen supra-racial, ¿no es revolucionario declarar y enseñar que un árabe no tiene ninguna superioridad sobre un no árabe?. Dirá además: hay que obedecer a la autoridad legal detentada incluso por un negro con la nariz cortada".
El discurso fue pronunciado en
‘Arafât, el viernes 9 Dhu’l Hiyya, y la revelación de un verso del Corán,
que data del mismo día, anunció en efecto que la misión de Muhammad estaba
completamente acabada: “Hoy os he perfeccionado vuestro Din y he completado Mi
gracia con vosotros y os he elegido el Islam como Din.
Los musulmanes celebran el aniversario de este día memorable como la
Fiesta Grande (‘îd al-Kabir). O más exactamente, al día siguiente de ese día,
ya que es el 10 de ese mes, en Mina, cuando se pone fin al estado de sacralización,
y cuando se sacrifica un animal cuya carne es consumida o distribuida entre los
amigos o peregrinos más pobres. Esperando la afluencia de centenares de miles
de peregrinos, ese año, el Profeta había llevado con él un gran número de
camellos para dar una fiesta sobre todo a los peregrinos más pobres (un camello
es suficiente para alimentar a una centena de personas durante una jornada); y
parece ser que había pedido a ‘Ali, entonces de viaje oficial en Yemen, que
trajera consigo de allí tantos camellos como pudiera y que se reuniera con él
en la peregrinación. Según al-Baihaqi y ad-Diyarbakri, el Profeta tenía en
ese momento una centena de camellos en total, de los cuales degolló con su
propia mano 63, pidiendo a ‘Ali que se ocupara del resto. Las mismas fuentes añaden
que ese día, el Profeta liberó también 63 esclavos; “precisamente un
camello y un esclavo por cada año de su vida”. Muslim y Abû Dawud y otros
entre las mejores fuentes hablan de un milagro que observaron entonces: esos
animales eran conscientes de la suerte que les esperaba, y estaban tan
encantados que cada uno de ellos se precipitaba hacia el Profeta, para que éste
pudiera sacrificarlos primero. Según Abû Dawud (12/14), fue durante la
peregrinación del Adiós y según otros en Hunain, cuando el Profeta prohibió
la práctica de mut’a (matrimonio por tiempo limitado). Si es que esto no
proviene de un pequeño lapsus calami
o lapsus linguae por parte del narrador –Ya que en árabe las grafías
“Jaibar” y “Hunain” se diferencian en muy poco sobre todo si carecen de
puntos diacrílicos- se puede pensar que el Profeta renovó en la conquista de
Meca y en su última peregrinación la prohibición que él había ya promulgado
en Jaibar en el año 7 H., y esto a instancias de otros detalles en sus
discursos de parecidas ocasiones históricas.
Algunos días más tarde, Muhammad dejó Meca para volver a Medina. Por
el camino, cortó un pequeño equívoco que había surgido entre su yerno ‘Ali
y algunos musulmanes: Cuando acampaba en Jumm,
donde había reservas de agua (cerca del puerto de Rabigh) él dio la razón a
‘Ali diciendo: “Para quien quiera que yo sea su amigo (maulá), ‘Ali, es
su amigo; OH Allah, sed amigos de aquel que él es mi amigo y sed enemigos de
aquel que él es mi enemigo”. El incidente quedó cerrado, pero el día quedó
marcado sobre todo en la secta chií, que ve en ello la nominación de ‘Ali
por el Profeta como su sucesor. No hay ni que decir que los demás no dieron
ningún sentido político a estas palabras.
La decisión del Profeta de volver a Medina es un ejemplo de la manera en
la que el Islam separa el culto y la política:
Meca quedará como centro cultural y espiritual del Islam, las capitales políticas
se cambiarán de
vez en cuando, pero las unas y las otras quedarán sujetas siempre a las mismas leyes coránicas, para crear la unidad en la diversidad, característica en la enseñanza de Muhammad.