EL ISLAM

Guía básica

TAHÂRA

 

Tahâra es la purificación necesaria a la que hemos aludido, y es indispensable para empezar en el camino. Se corresponde a la primera parte de la Shahâda. Con la Tahâra realizamos en acto, la simplificación que nos abre hacia Allah a la vez que renunciamos a lo que no somos y a lo que no es Él. Esta reproducción física de lo que queremos, es una forma de hacerlo participar íntegramente en nuestro deseo. No marginaremos ninguna parte de nuestro ser. Por ello, el Islam insistirá en que se realice frecuentemente.

A- La primera Tahâra que haremos será el Ghusl. Consiste en:

l- Declarar nuestra intención diciendo. bísmi llah, con el nombre de Allah, es decir, absolutamente entregados a Él.

2- Bañamos por entero con el deseo de que ese baño nos reintegre por completo en Allah.

3- Pronunciar al final la Shahâda.

El Ghusl debe hacerse.

1- Para iniciarse en las prácticas del Islam.

2- Después de las relaciones sexuales.

3- Una vez acabada la menstruación.

4- Para entrar en Meca.

5- Se aconseja todos los viernes por la mañana.

B- No obstante, las abluciones más frecuentes son a las que se llama du.

El Wúdu consiste en:

1- Decir: bísmi llâh.

2- Lavarse tres veces las manos.

3- Enjuagarse tres veces la boca.

4- Lavarse tres veces la nariz, aspirando un poco de agua y expulsándola.

5- Lavarse tres veces la cara.

6- Lavarse tres veces el brazo derecho, desde el codo a la mano.

7- Lo mismo con el izquierdo.

8- Pasarse las manos mojadas por el pelo, desde la frente a la nuca y a la inversa, sólo una                   vez.

9- Lavarse las orejas, una vez.

10- Lavarse el pié derecho, una vez.

11 - Lavarse el pié izquierdo, una vez

12- Pronunciar la Shahâda.

 

El du debe hacerse antes del Salat. Un du sólo se rompe quedando invalidado:

1- Cuando se realizan necesidades físicas (defecar, orinar, despedir gases).

2- Cuando se duerme.

3- Cuando se sufre una hemorragia.

Es decir, un du puede seguir siendo válido para varios Salats si no se han dado las circunstancias anteriores, aunque se aconseja renovarlo para cada Salat.

 

Ejemplos: si se han mantenido relaciones sexuales, deberemos hacer un Ghusl, no bastando el Wúdu. Si después del Ghusl lo rompemos con otra práctica sexual, deberemos repetirlo. Si sólo se da algunas de las circunstancias que rompen el Wúdu, bastará con un Wúdu. Es decir, cada Tahâra tiene su campo de efectividad que habrá que tener en cuenta.

Es bueno mantenerse en estado de Tahâra constantemente, incluso si no se va a hacer el Salat. También es muy aconsejable estar en estado de Tahâra antes de tocar un ejemplar del Corán o bien para recitarlo, o bien para entrar en una mezquita. Durante la menstruación, una mujer deberá esperar a que se le pase el periodo, estando exenta del Salat y del ayuno mientras dure.

 

C- Es importante señalar lo siguiente:

Se llama estado de Tahâra aquél al que se accede una vez realizado convenientemente el Ghusl o el Wúdu, según corresponda. Y se llama Yanâba o Naÿâsa al estado anterior. Sería tentador traducirlos por estado de pureza e impureza respectivamente, pero no se trata de eso. En el Islam no se consideran impuras o negativas las prácticas sexuales, defecar, dormir, desmayarse o sufrir una hemorragia. Se considera que esas circunstancias implican o simbolizan un trastorno del que hay que recuperarse. En cierta manera, la Tahâra se corresponde al acto de despertar de todo aquello que entretiene o altera la atención y la vigilia del corazón enfocándolo decididamente hacia Allah. Esta es su simbología espiritual que hay que respetar no extrapolando su significación a sentidos que no tiene en absoluto. Y ello implica que esos distintos estados de Tahâra o Naÿâsa deben ser vigilados para hacer de esa atención todo un gesto de intención que haga efectiva nuestra andanza hacia Allah. Repetir las abluciones cuando sea necesario y mantener viva la atención educa en una sensibilidad necesaria que nos hará permeables ante Allah en todo momento.

 

D- Existe una tercera ablución que puede sustituir las dos anteriores cuando se da el caso de que no se encuentre agua, sea escasa o no se pueda usar porque se esté enfermo u otra circunstancia. A esta ablución seca se la llama Tayámmum.

Se realiza con tierra limpia o con una piedra lisa sin pulir:

1- Se dice: bísmi llâh.

2- Se toca la tierra o la piedra, y se hace como si se limpiaran las manos.

3- Se pasan las manos por la cara, como si se la estuviera lavando.

4- Se pronuncia la Shahâda.

 

El Tayámmum se hace antes del Salat y queda inmediatamente anulado, teniéndolo que repetir antes del siguiente Salat.

 

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