PALESTINA

 TIERRA DE LOS

MENSAJES DIVINOS

 

ROGER GARAUDY

ÍNDICE

 

SEGUNDA PARTE: Historia de un mito

 

             III.   LAS RAZONES DEL ÉXITO DEL SIONISMO POLÍTICO

1.   El sionismo y las rivalidades coloniales en el Problema de Oriente

El primero que se dio cuenta del interés de la creación de un Estado judío en Palestina para resolver, en beneficio de una potencia colonial, el «problema de Oriente», ante la perspectiva del desmoronamiento del Imperio turco, fue el secretario par­ticular de Napoleón III. Laharanne, que en 1860, en un folleto titulado «El nuevo problema de Oriente», exhortaba a los judíos a la resurrección de su patria «bajo la sagrada égida de la Francia emancipadora»[1].

Preocupaciones similares se expresan en Inglaterra, donde un escritor y diplomático, Laurence Oliphant, preconiza una implantación de los judíos en TransJordania, en su libro The Land of Gilead, with Excursios in the Lebanon, en 1880.

El 14 de noviembre de 1873, Oliphant escribe al Marqués de Salisbury:

«Más de un intento ha sido efectuado en este sentido (establecer una colonia judía en Palestina), pero han fracasado inevitablemente, debido al hecho de que se basaban en un fondo sentimental y religioso, antes bien que en razones de orden político y económico. Actualmente la ocasión parece propicia, ya que la viva simpatía de una amplia mayoría del público británico podría garantizar ventajosamente importantes ambiciones políticas y sustanciosos resultados finan­cieros...

»Esto era típico de la forma de maniobrar en el contexto de los motivos aducidos en este período de expansión colonial»[2].


 

[1] Citado por Ferdinand Zweig, Israel. The Sword and the Harp, Lon­dres, 1969

[2] Philippe Henderson, The Ufe of Laurence Oliphant, Ed. Robert Hale. Londres, 1956, pp. 203-205