Los Mitos Fundacionales
del Estado de Israel

Roger Garaudy

índice

 

I.- LOS MITOS TEOLÓGICOS

    3. El mito de Josué: la limpieza étnica

De Lachis pasó Josué y todo Israel con él a Eglón;
y pusieron sitio contra ella, y combatiéronla.
Y la tomaron el mismo día, y pasáronla
a cuchillo y aquel día mató a todo lo que en ella había vivo,
como había hecho en Lachis.
Subió luego Josué, y todo Israel con él,
de Eglón a Hebrón, y combatiéronla.
(Libro de Josué X, 34)

 

La lectura integrista del sionismo político

El 9 de abril de 1948, Menahem Beghin, con sus tropas del Irgún; masacró a los 254 habitantes del pueblo de Deir Yassin, a hombres, mujeres y niños.

No estudiaremos este pasaje de la fosilización del mito en historia y de las pretensiones de este bricolage histórico en la justificación de una política que en este caso particular ha instrumentalizado sus relatos bíblicos. Estos no han dejado de desempeñar un papel determinante en el futuro de Occidente cubriendo sus acciones más sangrientas y convirtiendo al pueblo judío en uno de los más perseguidos de la historia. Fueron perseguidos por los Romanos, después por los cretienses, por las Cruzadas, por la Inquisición, por las Santas Alianzas, por las dominaciones coloniales ejercidas por los pueblos elegidos y hasta por las exacciones del Estado de Israel no sólo por su política de expansión en Oriente Medio sino por las presiones de sus lobbies en el que el más importante, Estados Unidos, ha jugado un papel de primer orden en la política de dominación y agresión mundial.

La Biblia narra, junto al relato de las matanzas ordenadas por un Dios de los ejércitos; el gran profetismo de Amós, el de Ezequiel, de Isaías y de Job, y la Anunciación de una nueva alianza con Daniel. Esta nueva alianza (este nuevo Testamento) marcará, a la vez, la mayor mutación en la historia de los hombres y los dioses, con la elevación de Jesús, en la cual, como dicen los Padres de la Iglesia Oriental: Dios creó al hombre para que este pudiese llegar a ser Dios. Después vino el regreso con San Pablo, a la visión tradicional del Dios soberano y todopoderoso, dirigiendo desde fuera y desde lo alto, la vida de los hombres y de las comunidades, no ya por la ley judía, sino por una gracia cristiana.

No trataremos de la Biblia en general, sino sólo de la parte en la que pretende inspirarse hoy el régimen teocrático israelí y el movimiento sionista: La Thora (que los cristianos denominan el Pentateuco, es decir los cinco primeros libros: Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio) y sus anexos llamados históricos, los libros de Josué, los Jueces, los Reyes y Samuel. De la Thora judía no forma parte la grandiosa crítica profética recordando constantemente que la alianza de Dios con los hombres es universal y unida a la observancia de la ley divina y abierta a todos los pueblos y a todos los hombres.

La Thora (el Pentateuco) y los libros histór1cos (como desde hace más de un siglo han demostrado los exégetas) son una compilación escrita de tradiciones orales que fueron hechas por cronistas del siglo IX y por los escribas de Salomón que tenían, como preocupación central, la de legitimar, magnificándolas, las conquistas de David y de su imperio, del que no existe por otra parte ninguna posibilidad de comprobación histórica, ni por vestigios arqueológicos, ni por otros documentos que no sean los relatos bíblicos. El primer acontecimiento confirmado por la historia externa concierne a Salomón, del cual se encuentran vestigios en los archivos asirios. Hasta el presente, no existe ninguna fuente exterior a los relatos de la Biblia para controlar su historicidad. Por ejemplo, los restos arqueológicos de Ur, en Irak, no nos proporcionan más información sobre Abraham, que la que nos puedan aportar las excavaciones de las ruinas de Troya sobre Héctor o Príamo.

En el libro de los Números (53) se nos relatan las proezas de los hijos de Israel que, vencedores de los Medianitas, como Jehová lo mandó a Moisés, mataron a todo varón, hicieron prisioneras a las mujeres e incendiaron todas las ciudades. Cuando se volvieron hacia Moisés, Moisés se enojó. ¡Quién os ha dicho que dejarais con vida a las mujeres! Pues bien, matad ahora a todos los varones entre los niños y matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente y a todas las niñas, entre las mujeres que no hayan conocido carnalmente a varón, os las quedáis para vosotros (54). El sucesor de Moisés, Josué, prosiguió después de la conquista de Canaán, de forma sistemática, esta política de limpieza étnica mandada por el Dios de los ejércitos.

En aquel mismo día se apoderó Josué de Maqqeda y la pasó a cuchillo, mató a su rey; y a todo lo que en ella tenía vida, sin quedar nada: más con rey de Maqqeda hizo como había hecho con el rey de Jericó.

Y de Maqqeda pasó Josué y todo Israel con él, a Libna; y peleó contra Libna. Y Jehová entregó también a ella y a su rey, a manos de Israel; y pasó por el filo de la espada a todo lo que en ella había vivo, sin quedar nada; más con su rey hizo lo mismo que había hecho con el rey de Jericó.

Y Josué, y todo Israel con él, paso de Libna a Lachis, y puso sitio contra ella, y combatióla. Jehová entregó a Lachis en manos de Israel, y tomóla al día siguiente, y la pasó a cuchillo, con todo lo que en all había vivo, como había hecho en Libna. Entonces Horan, rey de Gezer, subió en ayuda de Lachis; más a él y a su pueblo hirió Josué, hasta no quedar ninguno de ellos.

De Lachis pasó Josué, y todo Israel con él, a Egión; y pusieron sitio contra ella, y combatiéronla: Y la tomaron el mismo día y la pasaron a cuchillo; y aquel día mató a todo lo que en ella había vivo, como había hecho en Lachis.

Subió luego Josué, y todo Israel con él, de Eglón a Hebrón, y combatiéronla (55)

La letanía continua enumerando los exterminios sagrados perpetrados en Cisjordania. Debemos, ante estos relatos, plantearnos dos cuestiones [31] fundamentales: la de su verdad histórica y la de las consecuencias de una imitación literal de esta exaltación de una política de exterminio.

A) Sobre el primer punto

Topamos aquí con la arqueología ya que las excavaciones parecen haber demostrado que los israelitas, llegado el final del siglo XIII antes de J.&nbspC., no pudieron tomar Jericó porque en esa fecha Jericó ya estaba deshabitada. La ciudad, en la Edad del Bronce Medio, fue destruida hacia el 1550 e inmediatamente después abandonada. Durante el siglo XIV volvió a poblarse pobremente: se han encontrado vasijas de este período en tumbas de la Epoca del Bronce Medio que fueron reutilizadas, y una casa donde se hallaron restos de loza de mediados del siglo XIV. Nada hay que se pueda atribuir al siglo XIII, no quedan restos de fortificaciones de la Nueva Edad de Bronce. La conclusión de la Sra. K. M. Kenyon es que resulta imposible asociar la destrucción de Jericó con una entrada de los israelitas a finales del siglo XIII antes de J.&nbspC. (56).

Lo mismo se puede decir sobre la toma de 'Ay: De todos los relatos de la conquista, éste que es el más detallado y que no aporta ningún elemento milagroso y aparece como el más verosímil, ha sido desgraciadamente desmentido por la arqueología.

El lugar ha sido excavado por dos expediciones diferentes. Los resultados son concordantes: Et-Tell era en la antigua Edad del Bronce una gran ciudad de la que no sabemos su nombre y que fue destruida en el curso del Tercer Periodo de la Edad antigua del Bronce, hacia el 2400 antes de J.&nbspC. Quedó desierta hasta después del 1200 cuando una mínima población, no fortificada, se instaló sobre parte de las ruinas. Esta no subsistió más que hasta los inicios del siglo X antes de Cristo a más tardar; después el lugar fue definitivamente abandonado. En el momento de la llegada de los israelitas no existía ya ciudad alguna en 'Ay, ni había rey de 'Ay. No quedaban allí más que unas viejas ruinas del año 1200 (57).

B) Sobre el segundo punto

En consecuencia, ¿por qué, un judío piadoso e integrista (es decir que tome la Biblia al pie de la letra) no puede seguir el ejemplo de personajes tan prestigiosos como Moisés o Josué? ¿No se dice en Números, cuando se inicia la conquista de Palestina (Canaán): Y Jehová escuchó la voz de Israel y entregó al cananeo, destruyendo a ellos y a sus ciudades (58), y más adelante refiriéndose a los Amoritas y a su rey: E hirieron a él y a su gente, sin que quedara uno, y poseyeron su tierra ? (59).

El Deuteronomio repite, no exigiendo solamente la expoliación de la tierra y la expulsión de los autóctonos, sino incluso su matanza: Cuando Jehová tu Dios te hubiera introducido en la Tierra en la cual tú has de entrar para poseerla y los hubiera arrojado delante de ti, y los derrotes Ios destruirás del todo (60) los arrasarás (61).

Desde Sharon al Rabino Meïr Kahane, ésta es la prefiguración en que los sionistas se comportan al respecto con los palestinos.

¿No fue la senda de Josué la que siguió Menahem Beghin cuando, el 9 de abril de 1948, los 254 habitantes del pueblo de Deir Yassin, hombres, mujeres y niños, fueron masacrados por sus tropas del Irgún, para tratar de que huyeran, aterrorizados los árabes? (62) Invitaba a los Judíos no sólo a repeler a los árabes sino a aduenarse de toda Palestina. ¿No fue la senda de Josué la que trazaba Moshé Dayan cuando de cía : Si tenemos la Biblia y nos consideramos como el pueblo de la Biblia, deberíamos también poseer las tierras bíblicas (63). ¿No era la senda de Josué la que marcaba Yoram Ben Porath en el gran rotativo israelí Yediot Aharonoth, el 14 de julio de 1972 al escribir: No hay sionismo y colonización del estado judío sin el despojo a los árabes y la expropiación de sus tierras?

En cuanto a los medios para la desposesión de estas tierras fueron fijados por Rabin cuando era General en jefe de los territorios ocupados: romper los huesos a los que lanzan las piedras de la Intifada. ¿Cuál ha sido la reacción de las escuelas talmúdicas de Israel? Colocar en el poder a uno de los responsables más directos de Sabra y Chatila: al general Rafael Eytan que exige el refuerzo de las colonias judías existentes.

Animado por las mismas convicciones, el Dr. Baruch Goldstein, colono de origen americano, de Kiryat Arba (Cisjordania), causó 27 muertos y más de 50 heridos víctimas del ametrallamiento de Palestinos cuando se encontraban rezando en la Mezquita de la Tumba de los Patriarcas. Miembro de un grupo integrista fundado bajo el patrocinio de Ariel Sharon (bajo cuya protección fueron perpetradas las matanzas de Sabra y Chatila), más tarde fue recompensado por sus crímenes con una promoción. Se le nombró Ministro de la Vivienda encargado de desarrollar la implantación de las colonias en los territorios ocupados. Baruch Goldstein es hoy objeto de un verdadero culto por parte de los integristas que acuden a llevar flores y besar su sepultura, pues fue rigurosamente fiel a la tradición de Josué exterminando a todos los pueblos de Canaán para apropiarse de sus tierras.

Esta limpieza étnica que ha llegado a ser sistemática en el Estado de Israel de hoy, deriva del principio de la pureza étnica que prohibe la mezcla de sangre judía con la sangre impura de todos los demás. En las líneas siguientes la orden de Dios de exterminar a las poblaciones que Él les entrega, se amplía cuando el Señor recomienda a Moisés que su pueblo no se mezcle con las mujeres de esos pueblos (64). En el Deuteronomio, el pueblo elegido (65) no debe mezclarse con los demás: no emparentarás con ellos: no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo (66). Este apartheid es la única forma de impedir la mácula de la raza escogida por Dios, la fe que le une a Él. Esta separación del prójimo ha permanecido como ley: en su libro sobre el Talmud (67) el rabino Cohen escribe: Los habitantes que pueblan la tierra se dividen en: Israel y las demás naciones consideradas en bloque. Israel es el pueblo elegido: dogma capital. A su regreso del Exilio, Esdrás y Nehemías se preocupan por el restablecimiento de este apartheid. Esdrás llora porque la simiente santa (sic) ha sido mezclada [33]

con las gentes de estas tierras (68) Pinhas es empalado por haber contraído un matrimonio mixto Esdrás ordena la selección racial y la exclusión de: todos aquellos que habían tomado mujeres extranjeras y cuyas mujeres hubieran parido hijos (69). Nehemías dice de los judíos: Les limpié de todo elemento extranjero (70).

Esta mixofobia y este rechazo al prójimo exceden de la dimensión racial. Si se rehusa la sangre del otro para el matrimonio mixto, se rehusa también su religión, su cultura y su manera de ser. De esta forma Yahvé fulmina a los que se apartan de su verdad, cualquiera que sea. Sofonías lucha contra las formas de vestir extranjeras; Nehemías contra las lenguas extranjeras: Vi asimismo en aquellos días a Judíos que habían tomado mujeres de Azoto, Ammonitas y Moabitas y sus hijos la mitad hablaban azoteo o la lengua de éste o el otro pueblo; y no sabían hablar judaico. Y reñí con ellos, y les maldije, y herí a alguno de ellos y les arranque los cabellos (71) Los infractores son juzgados duramente. Rebeca, mujer de Isaac y madre de Jacob, afirma: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las hijas de Heth. Si Jacob toma mujer de las hijas de Heth, de las hijas de esta tierra ¿para qué quiero la vida? (72) Los padres de Sanson que, crispados por el matrimonio de su hijo con una Filistea, exclaman: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo mi pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los Filisteos incircuncisos? (73)

Haïm Cohen, que fue juzgado por el Tribunal Supremo de Israel, constata: La amarga ironía del destino ha querido que las mismas tesis biológicas y racistas propagadas por los nazis y que inspiraron las infamantes leyes de Nuremberg, sirvan de base para la definición de la judaicidad en el seno del Estado de Israel (74). Durante el proceso contra los criminales de guerra de Nuremberg, en el curso del interrogatorio al teórico de la raza, Julius Streicher, le formularon la siguiente pregunta: En 1935 en el Congreso del Partido en Nuremberg fueron promulgadas las leyes raciales. Durante la preparación de este proyecto de ley ¿fue llamado a consultas y participó de alguna manera en la elaboración de estas leyes?

Acusado Streicher: - Si, creo haber participado en el sentido de, que desde hacía años, venía escribiendo que sería necesario impedir en el futuro toda mezcla de sangre alemana y de sangre judía. Escribí artículos en este sentido y siempre repetí que debíamos tomar a la raza judía o al pueblo judío, como modelo. He repetido siempre en mis artículos que los judíos debían estar considerados como un modelo para las otras razas, pues ellos se dieron una ley racial, la ley de Moisés que dice:

Si vais a un país extranjero, no debéis tomar mujeres extranjeras. Y esto, Señores, es de una importancia extraordinaria para juzgar las Leyes de Nuremberg. Fueron estas leyes judías las que se tomaron como modelo. Cuando siglos más tarde el legislador judío Esdrás constata que, a pesar de ello, muchos judíos se habían casado con mujeres no judías, estas uniones fueron deshechas. Este fue el origen de la judería que, gracias a sus leyes raciales, ha subsistido durante siglos, mientras que las demás razas, y todas las otras civilizaciones, han sido aniquiladas (75).

Fue así como los juristas, consejeros del Ministerio del Interior nazi, elaboraron las Leyes de Nuremberg, del derecho de la población del Reich y de la protección de la sangre alemana y del honor alemán. Estos juristas consejeros, Bernard Losener y Friedrich Knost, comentan así el texto, en el libro Las Leyes de Nuremberg:

Conforme a la voluntad del Führer, las Leyes de Nuremberg no implican verdaderamente medidas tendentes a acentuar el odio racial o a perpetuarlo; por el contrario, tales medidas significan el principio de una pacificación en las relaciones entre el pueblo judío y el pueblo alemán.

Si los judíos tuvieran ya su propio Estado, en el que se sintieran en su casa, la cuestión judía podría ser considerada resuelta, tanto para los judíos como para los alemanes. Es por esta razón por la que los sionistas más conspicuos no han manifestado la menor oposición contra el espiritu de las leyes de Nuremberg. Este racismo, modelo de todos los demás racismos, es una ideología que sirve para justificar el dominio de diferentes pueblos. La literalidad conduce a la perpetración de las mismas matanzas que las cometidas por Josué.

Los colonos puritanos de América, en su caza al indio para apoderarse de sus tierras, invocaban a Josué y los exterminios sagrados de los Amalecitas y de los Filisteos (76).

Intermediaria entre la shoah cananea y la mixofobia existe en la actualidad la ideología de la deportación de poblaciones, que apoyan la mayor parte de los rabinos de Judea-Samaria. Esta política se funda en una lectura integrista de los textos sagrados. La letra del Levítico prescribe a los judíos no practicar la mezcla de especies (77) y les ordena diferenciar al puro del impuro (78) como se distingue a Israel de los demás pueblos (79), para operar una discriminación racial. Estableceré distinción entre mi pueblo y tu pueblo (80). De esta manera, en 1993, el gran Rabino Sitruk pudo decir sin temor de ser llamado al orden por cualquier instancia:

Quisiera que los jóvenes judíos no se casasen nunca más que con muchachas judías.

Así Israel que será santo (81) no se debe mancillar (82) por el contacto con las demás naciones a las que Dios ha tomado asco (83). La prohibición fue millones de veces repetida. No emparentarás con ellos (las naciones cananeas); no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo (84). Porque si os apartáis de Él y os ligáis con los restos de estas gentes que han quedado entre vosotros, y concertáis con ellos matrimonios, y os mezcláis con ellas, y ellas con vosotros sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas gentes delante de vosotros; sino que serán un lazo, y una trampa, azote en vuestros costados, y espinas para vuestros ojos, hasta tanto que desaparezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado (85).

El 10 de noviembre de 1975, en sesión plenaria, la ONU consideró que el sionismo era una forma de racismo y de discriminación racial. Después de la fragmentación de la URSS, los Estados Unidos han actuado bajo cuerda en la ONU y obtuvieron el 16 de diciembre de 1991 la abolición de la justa resolución de 1975. En lo que respecta a los hechos, nada ha cambiado desde 1975, o mejor dicho: la represión, el genocidio lento del pueblo palestino y la colonización han tomado una amplitud sin precedente.