COLECCIÓN DE HADICES

 

KITAB AL-LIBAS WA Ç-ÇINA

 

LIBRO DE LA VESTIMENTA Y LA DECORACIÓN

 

 

I

LA PROHIBICIÓN DEL USO DE VASIJAS DE ORO Y PLATA PARA HOMBRES Y MUJERES Y TAMBIÉN LA PROHIBICIÓN DE BEBER EN ELLAS

 

        Umm Salama, la esposa del Profeta (s.a.s.) relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “El que bebe en recipientes de plata ciertamente está bebiendo el fuego del Infierno”.

        En otra versión transmitida por Ubaidullah a través de otra cadena de transmisores dice: “Ciertamente el que come o bebe en recipientes de plata u oro”. Solo en esta versión se menciona el comer y el oro.

 

        Abd al-Rahman relató de su tía materna, Umm Salama que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Quien beba en recipientes de oro o plata ciertamente está bebiendo el fuego del Infierno”.

 

        Muauiia ibn Suaid ibn Muqarrin relató: Visité a Al-Bará ibn Azib y lo escuché decir: El Mensajero de Allah (s.a.s.) nos ordenó siete cosas y nos prohibió siete. Nos ordenó visitar al enfermo, seguir la procesión fúnebre, contestar el estornudo ([1]), cumplir las promesas, ayudar al oprimido, aceptar las invitaciones y saludar a todos. Y nos prohibió usar anillos o anillos de oro, beber en plata, usar tela de seda roja para montar, usar ropa hecha de al-qasi ([2]), vestimentas de seda, brocado o terciopelo.

         Este hâdîz ha sido relatado por Ash’raz ibn Sulaim con la misma cadena de transmisores, con un cambio de palabras que en lugar de: cumplir las promesas, dice: encontrar las cosas perdidas.

 

        Ash’az ibn Abu ash-Sha’za con la misma cadena de transmisores y dice: No hay dudas sobre (las palabras): cumplir las promesas. Y agrega: (El Profeta (s.a.s.) prohibió) beber en (recipientes de) plata, ya que el que bebe en ellos en este mundo no beberá en ellos en el otro.

        Este hâdîz ha sido relatado por Ash’az ibn Sulaim con la misma cadena de transmisores pero con la diferencia de que en lugar de la palabra: saludar a todos, dice: responder los saludos. Y dice: Prohibió el uso de anillos de oro.

         Este hâdîz también ha sido relatado por Ash’az ibn Sulaim con la misma cadena de transmisores pero es esta versión han sido relatadas, sin duda, las palabras: saludar a todos y anillos de oro.

 

        Abdullah ibn Ukaim relató: Estábamos con Hudhaifa en Mada’in. Y Hudhaifa tenía sed, entonces un campesino le trajo de beber en un recipiente de plata. El (Hudhaifa) la tiró y dijo: Os informo que le he ordenado que no me de beber en eso, porque el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “No bebáis en recipientes de oro o plata y no os vistáis con brocados o sedas, ya que en este mundo son para ellos (los incrédulos) y son para vosotros en el otro mundo el Día de la Resurrección.

        Este hâdîz ha sido relatado por Abdullah ibn Ukaim con una pequeña variación de palabras.

        Este hâdîz ha sido relatado por Ibn Ukaim a través de otra cadena de transmisores, pero en esta versión no se menciona: el día de la Resurrección.

 

        Shu’ba relató de Al-Hakam que escuchó a Abd al-Rahman (o sea Ibn Abu Laila) diciendo: Yo vi a Hudhaifa pedir agua en Mada’in y un hombre le dio de beber en un recipiente de plata. El resto del hâdîz es el mismo.

        Este hâdîz ha sido relatado por Shu’ba a través de otra cadena de transmisores, pero en este no dice: Yo vi a Hudhaifa. Y dice: Hudhaifa tenía sed.

        Este hâdîz ha sido relatado por Hudhaifa con la misma cadena de transmisores.

 

        Abd al-Rahman ibn Abu Laila relató: Hudhaifa pidió agua y un mayus le dio de beber en un recipiente de plata.  Entonces dijo: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “No os vistáis con seda o brocado y no bebáis en recipientes de oro o plata ni comáis en platos hechos de ello, ya que en este mundo les pertenecen a ellos (los incrédulos)”.

 

        Ibn Umar relató que Umar ibn al-Jattab vio (a alguien) vendiendo vestimentas de seda en la puertas de la mezquita. Entonces dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Podrías comprarlas y usarlas para la gente los viernes y para recibir las delegaciones que vengan a ti. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ciertamente el que las use no recibirá su parte en la otra vida”. Luego le enviaron estas vestimentas al Mensajero de Allah (s.a.s.) y él le dio una de ellas a Umar. Y Umar dijo: “¡Oh Mensajero de Allah! ¿Me das una de ellas después de haber dicho de la vestimenta de seda de Utarid (el que las vendía) lo que has dicho? Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Yo no te la he dado para que la uses”. Entonces Umar se la dio a su hermano idólatra que estaba en Meca.

        Este hâdîz ha sido relatado por Ibn Umar a través de otra cadena de transmisores.

 

        Ibn Umar relató: Umar vio a Utarid at-Tamimi parado en el mercado vendiendo vestimentas de seda. El era un hombre que iba a los reyes y les vendía estas vestimentas muy caras. Y Umar dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! He visto a Utarid vendiendo vestimentas de seda en el mercado. Si las comprases podrías usarlas para recibir a las delegaciones de árabes que te visitan. Y creo que también dijo: y vestirlas el día viernes. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) le dijo: “Ciertamente el que se vista con seda en este mundo no recibirá su parte en el Más Allá”. Luego de esto le dieron al Mensajero de Allah (s.a.s.) unas vestimentas de seda. Y él le envió una a Umar, otra a Usama ibn Zaid y otra se la dio a Ali ibn Abu Talib y le dijo: “Córtala y haz pañuelos para cubrir las cabezas de tus mujeres”. Umar llegó trayendo su vestimenta y dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Tu me has enviado esto a mi y sin embargo ayer dijiste sobre las vestimentas de Utarid lo que dijiste. Entonces dijo: “No te la he enviado para que te la pongas sino que te la envié para que obtengas algún beneficio de ella”. En cuanto a Usama, había donado su vestimenta y estaba animado, pero el Mensajero de Allah (s.a.s.) lo miró con una mirada tal que éste se dio cuenta que el Mensajero de Allah (s.a.s.) no aprobaba lo que había hecho. Entonces le dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! ¿Porqué me miras así? Fuiste tu quien me la envió. Y él le dijo: “Yo no te la envié para que te vistieras con ella sino para que la cortases en pedazos e hicieras pañuelos para cubrir las cabezas de tus mujeres”.

 

        Abdullah ibn Umar relató: Umar ibn al-Jattab encontró una vestimenta de seda que se vendía en el mercado y la compró y se la llevó al Mensajero de Allah (s.a.s.). Y le dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Toma esto y úsalo para las fiestas y para recibir a las delegaciones. Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ciertamente esta vestimenta es de aquel que no tendrá participación (en la otra vida)”. Umar se quedó allí el tiempo que Allah quiso. Luego el Mensajero de Allah (s.a.s.) le envió una túnica de seda. Y Umar volvió con ella al Mensajero de Allah (s.a.s.) y le dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Tu dijiste: “Ciertamente esta vestimenta es de aquel que no tendrá participación (en la otra vida)”. ¿Y después me la envías? Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) le dijo: “Véndela y satisface tus necesidades”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Ibn Shihab con la misma cadena de transmisores.

 

        Ibn Umar relató que Umar vio a un hombre de la tribu de Utarid vendiendo una vestimenta de brocado o seda y le dijo al Mensajero de Allah (s.a.s.): ¿Y si la compras? Entonces le dijo: “El que la viste no tendrá participación (en la otra vida)”. Y le regalaron al Mensajero de Allah (s.a.s.) una vestimenta rayada de seda. Y se la envió a él (a Umar). Entonces le dijo: ¡Me la envías a mi y te he escuchado decir lo que has dicho! Y dijo: “Te la he enviado para que saques beneficio de ella”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Ibn Umar a través de otra cadena de transmisores, excepto que en este dice: “Te la envié para que te beneficies con ella y no para que te la pongas”.

 

        Abdullah ibn Umar relató: Umar vio a un hombre con una vestimenta de brocado y se la llevó al Profeta (s.a.s.), el resto del hâdîz es el mismo. Excepto que dice: “Te la he enviado para que con ella consigas dinero”.

 

        Abdullah, el esclavo liberado de Asmá la hija de Abu Bakr y que era la tía materna de Ata, relató: Asmá me envió a Abdullah ibn Umar diciendo: Me han contado que tu has prohibido tres cosas: la túnica con rayas, la tela de seda roja para la silla de montar y ayunar todo el mes de Rayab. Entonces Abdullah me dijo: En cuanto a lo que mencionaste sobre Rayab, ¿qué pasa con el que ayuna siempre? ([3]) En cuanto a lo que mencionaste sobre la túnica con rayas, yo escuché a Umar ibn al-Jattab decir: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “El que usa vestimentas de seda no tendrá participación (en el más allá)”, entonces he temido que la túnica con rayas sea como ellas. Y respecto a la tela roja de seda de la silla de montar, es la tela de Abdullah y es roja. Entonces volví con Asmá y le conté esto y ella dijo: Esta es la túnica del Mensajero de Allah (s.a.s.). Y ella me trajo una túnica de tela persa con un borde de brocado y mangas bordadas con brocado y dijo: Esto estuvo en lo de A’isha hasta que ella murió. Cuando ella murió la tomé para mi. El Profeta (s.a.s.) solía usarla y nosotros la lavamos para que los enfermos se curen a través de ella.

 

        Jalifa ibn Ka’b Abu Dhubián relató: Escuché a Abdullah ibn Zubair dirigiéndose a la gente diciendo: Cuidado, no vistáis vuestras mujeres con seda, ya que escuché a Umar ibn al-Jattab decir: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “No os vistaís con seda ya quien la vista en este mundo no la vestirá en el otro”. ([4])

 

        Asim al-Ahual relató que Abu Uzmán dijo: Umar nos escribió cuando nosotros estábamos en Azerbaiján diciendo: ¡Oh Utba ibn Farqad! Ciertamente (esta riqueza) no es el resultado de tu esfuerzo, ni del de tu padre ni del de tu madre. Entonces alimenta a los musulmanes en sus lugares de residencia como lo haces contigo y con tu familia; y cuídate de los placeres, de vestirte como los idólatras y de las vestimentas de seda. Ya que ciertamente el Mensajero de Allah (s.a.s.) prohibió vestirse de seda. Excepto este poco y el Mensajero de Allah (s.a.s.) levantó su dedo índice y el del medio y los juntó (indicando así cuanta seda pude tener la ropa de un hombre). Asim dijo: esto es lo que decía la carta. Y Zuhair (uno de los narradores) (también) levantó sus dedos. ([5])

        Este hâdîz ha sido relatado por Asim.

 

        Abu Uzmán relató: Estábamos con Utba ibn Farqad cuando llegó una carta de Umar (diciendo que) el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Que nadie use seda excepto que no quiera tener nada de ella en la otra vida”. Abu Uzmán dijo: Hasta el ancho de los dos dedos que están cerca del pulgar. Y me mostraron los bordes (de seda) del manto taiialisa ([6]) y yo lo vi.

 

        Qatada relató: Escuché a Abu Uzmán al-Nahdi decir: Nos llegó una carta de Umar cuando estábamos en Azerbajián o en Siria con Utba ibn Farqad (y decía) que el Mensajero de Allah (s.a.s.) prohibió la seda excepto por esto o sea dos dedos. Abu Uzman dijo: Entendimos que se refería a diseños (de seda sobre la tela).

        Este hâdîz ha sido relatado por Qatada pero no menciona las palabras de Uzmán.

 

        Suaid ibn Ghafala relató que Umar ibn al-Jattab dio un sermón en Yabiia diciendo: El Profeta de Allah (s.a.s.) prohibió vestirse de seda excepto el ancho de dos dedos o tres o cuatro.

        Este hâdîz ha sido relatado por Qatada con la misma cadena de transmisores.

 

        Yabir ibn Abdullah relató: Un día el Profeta (s.a.s.) se puso una túnica de brocado que le habían regalado. Luego se la sacó rápidamente y se la envió a Umar ibn al-Jattab. Entonces le dijeron: ¡Oh Mensajero de Allah! ¿Porqué te la has sacado rápidamente? Dijo: “Gabriel me la prohibió”. Y llegó Umar llorando y dijo. ¡Oh Mensajero de Allah! Rechazaste una cosa y me la enviaste a mi. ¿Y entonces qué pasa conmigo? Dijo: “Yo no te la di para que la usases sino para que la vendieses”. Y la vendió por mil dirhams.

        Ali relató: Le regalaron un túnica de seda al Mensajero de Allah (s.a.s.) y él me la envió a mi. Y yo me la puse pero vi el enojo en su rostro. Entonces él dijo: “No te la envié para que la usases sino para que la cortes y hagas pañuelos para tus mujeres”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Muhammad ibn Ya’far con una pequeña variación en las palabras.

 

        Ali relató que Ukaidir de Duma ([7]) le regaló al Profeta (s.a.s.) una túnica de seda. Y él se la dio a Ali y le dijo: “Córtala y haz pañuelos para cubrir las cabezas de las Fátimas ([8])”. Abu Bakr y Abu Kuraib dijeron: Entre las mujeres.

 

        Ali ibn Abu Talib relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) me dio una vestimenta de seda. Yo salí usándola pero vi el enojo en

       

        Anas ibn Malik relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) le envió una túnica de seda a Umar. Y Umar dijo: ¿Me la envías a mi después de haber dicho lo que dijiste? Dijo: “Yo no te la envié para que la usases, yo te la envié para que te beneficies de su precio”.

 

        Anas relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “El que se vista con seda en este mundo no la vestirá en el Más Allá”.

 

        Abu Umama relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Aquel que se vista con seda en este mundo no se vestirá con ella en el Otro Mundo”.

 

        Uqba ibn Amir relató: Le regalaron una vestimenta de seda al Mensajero de Allah (s.a.s.), se la puso y luego hizo la oración. Luego regresó y se la sacó bruscamente, como despreciándola. Luego dijo. “No beneficia a los temerosos (de Allah)”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Iazid ibn Abu Habib con la misma cadena de transmisores.

 

 

II

ESTÁ PERMITIDO PARA EL HOMBRE USAR SEDA DEBIDO A PICAZÓN U OTRA RAZÓN

 

        Anas ibn Malik les relató (a sus compañeros) que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dio permiso a Abd al-Rahman ibn Auf y a Zubair ibn al-Auam para usar camisas de seda durante el viaje debido a una picazón que sufrían u otro malestar que ambos tenían.

        Este hâdîz ha sido relatado por Sa’d con la misma cadena de transmisores, pero no menciona: durante el viaje.

 

        Anas relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dio permiso o les fue dado permiso a Zubair ibn al-Auam y a Abd al-Rahman ibn Auf para usar seda por la picazón que sufrían.

        Este hâdîz ha sido relatado por Shu’ba con la misma cadena de transmisores.

       

        Anas relató que Abd al-Rahman ibn Auf y Zubair ibn al-Auam se quejaron al Mensajero de Allah (s.a.s.) a causa de los piojos. Entonces él les dio permiso para usar camisas de seda.

 

 

III

LA PROHIBICIÓN DE USAR ROPAS AMARILLAS

 

        Abdullah ibn Amr ibn al-As relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) me vio usando dos ropas teñidas con azafrán, entonces me dijo: “Esas ropas las usan los incrédulos así que no las uses”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Iahia ibn Abu Kazir con la misma cadena de transmisores.

 

        Abdullah ibn Amr relató: El Profeta (s.a.s.) me vio usando dos ropas teñidas con azafrán. Entonces me dijo: “¿Acaso tu madre te ordenó que hicieras eso?”. Yo dije: Las voy a lavar. El dijo: “Mas bien quémalas”.

 

        Ali ibn Abu Talib relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) prohibió usar ropas de seda o amarillas, anillos de oro y recitar el Corán en el ruku’ (inclinación durante la oración).

 

        Ali ibn Abu Talib relató: El Profeta (s.a.s.) me prohibió recitar el Corán durante el ruku’ y usar oro y ropas amarillas.

 

        Ali ibn Abu Talib relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) me prohibió los anillos de oro, las ropas de seda, la recitación del Corán durante la inclinación y la prosternación (de la oración) y usar vestimentas amarillas.

 

 

IV

LA EXCELENCIA DE USAR MANTOS DEL YEMEN

 

        Qatada relató: Le preguntamos a Anas ibn Malik: ¿Cuál era la ropa que más amaba el Mensajero de Allah (s.a.s.) o la que más le gustaba? Dijo: El manto de Yemen. ([9])

 

        Anas relató: La vestimenta que más le gustaba al Mensajero de Allah (s.a.s.) era el manto del Yemen.

 

 

V

LA MODESTIA AL VESTIRSE, LA PREFERENCIA DE USAR TELAS RÚSTICAS Y LA APROBACIÓN PARA USAR TELAS TEJIDAS CON PELO DE CAMELLO

 

        Abu Burda relató: Visité a A’isha y ella nos mostró el izar ([10]) (del Profeta) de tela rústica hecha en el Yemen y un manto hecho de una tela llamada mulabbada ([11]). Y ella juró por Allah que el Mensajero de Allah (s.a.s.) murió usando estas ropas.

 

        Abu Burda relató: A’isha nos mostró el izar y un manto hecho de mulabbada. Y dijo: En estas murió el Mensajero de Allah (s.a.s.). Ibn Hatim en su versión dijo: izar de tela rústica.

        Este hâdîz ha sido relatado por Aiiub con una pequeña variación de palabras.

 

        A’isha relató: Una mañana el Profeta (s.a.s.) salió usando una manta de pelo negro (de camello o de oveja) con diseños de monturas de camello en ella.

 

        A’isha relató: El almohadón en el que el Mensajero de Allah (s.a.s.) se recostaba era de cuero relleno de fibra de palmera.

 

        A’isha relató: El colchón en el que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dormía era de cuero relleno de fibra de palmera.

        Este hâdîz ha sido relatado por Hisham ibn Urua con una pequeña variación de palabras.

 

 

VI

ESTÁ PERMITIDO USAR ALFOMBRAS ([12])

 

        Yabir relató: Cuando me casé el Mensajero de Allah (s.a.s.) me dijo: “¿Tienes alfombra?”. Yo dije: ¿Cómo puedo tener alfombra? (soy demasiado pobre). Y él me dijo: “Pronto la tendrás” ([13]).

 

        Yabir ibn Abdullah relató: Cuando me casé el Mensajero de Allah (s.a.s.) me dijo: “¿Tienes alfombra?”. Dije: ¿Cómo puedo tener alfombra? Dijo: “Pues pronto tendrás”. Yabir dijo: Mi esposa tenía una alfombra y yo le dije: Sácala de aquí. Y ella dijo: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Pues pronto tendrás”. Este hâdîz ha sido relatado por Sufián a través de la misma cadena de transmisores con una pequeña variación de palabras.

 

 

VII

ES REPROBABLE POSEER MÁS CAMAS Y ROPAS DE LAS NECESARIAS

 

        Yabir ibn Abdullah relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) le dijo: “Una cama para el hombre, una cama para su esposa, una tercera para el invitado y la cuarta es para Shaitán”. ([14])

 

 

VIII

ESTA PROHIBIDO ARRASTRAR LAS ROPAS POR ORGULLO O VANIDAD

 

        Ibn Umar relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Allah no mirará al que arrastre su túnica por vanidad”. ([15])

        Este hâdîz ha sido relatado por Ibn Umar a través de otras cadenas de transmisores, pero agrega: “En el Día del Juicio”.

 

        Abdullah ibn Umar relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Aquel que arrastre su túnica por vanidad no será mirado por Allah en el Día de la Resurrección”.

 

        Ibn Umar relató este hâdîz a través de otra cadena de transmisores.

 

        Ibn Umar relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “El que arrastre su túnica por orgullo Allah no lo mirará el Día de la Resurrección”.

 

        Ibn Umar relató: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: el mismo hâdîz pero en lugar de túnica dice: sus ropas.

 

        Muslim ibn Iannaq relató de Ibn Umar que este vio a un hombre que arrastraba su izar. Y le dijo: ¿De dónde eres? Entonces el hombre explicó su conexión (con la tribu a la que pertenecía). Y él pertenecía a los Banu Laiz. E Ibn Umar lo reconoció y le dijo: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) con mis dos oídos decir: “El que arrastra su izar sin otra intención que el orgullo ciertamente Allah no lo mirará el Día de la Resurrección”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Muslim ibn Iannaq a través de otra cadena de transmisores paro con una pequeña variación de palabras.

 

        Muhammad ibn Abbad ibn Ya’far relató: Le ordené a Muslim ibn Iassar, el esclavo liberado de Nafi’ ibn Abd al-Hariz que le preguntase a Ibn Umar, mientras yo estaba sentado entre ellos dos, si había escuchado del Profeta (s.a.s.) algo relativo al que arrastra su izar por orgullo. Y él dijo: Lo escuché decir: “Allah no lo mirará el Día de la resurrección”.

 

        Ibn Umar relató: Pasé frente el Mensajero de Allah (s.a.s.) arrastrando mi izar y él me dijo: “¡Oh Abdullah! Levanta tu izar”. Lo levanté y me dijo: “Más”. Y lo levanté más y lo seguí levantando hasta que alguna gente dijo: ¿Hasta dónde? Dijo: “Hasta la mitad de la pantorrilla”.

 

        Abu Huraira relató que vio un hombre que arrastraba su izar y golpeaba la tierra con sus pies. El era el Emir de Bahrain y decía: Aquí llega el Emir, aquí llega el Emir. El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo. “Ciertamente Allah no mirará al que arrastre su izar por vanidad”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Shu’ba con la misma cadena de transmisores. En la versión de Ibn Ya’far dice: Abu Huraira era el representante de Maruán. Y en la de Ibn Muzanna: Abu Huraira era el gobernador de Medina.

 

 

IX

ESTA PROHIBIDO CAMINAR CON ORGULLO, COMPLACIDO DE USAR ROPAS FINAS

 

        Abu Huraira relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Había un hombre que solía caminar envaneciéndose de su espeso pelo y sus finos mantos. Y él fue hundido en  la tierra y seguirá hundiéndose en ella hasta que llegue la Ultima Hora”.

        Este hâdîz fue relatado por Abu Huraira a través de una cadena diferente de transmisores.

 

        Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Había un hombre que caminaba arrogantemente con su manto y complacido consigo mismo. Entonces Allah lo enterró en la tierra y lo seguirá enterrando hasta que llegue el Día de la Resurrección”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Abu Huraira pero con este cambio: “Había un hombre que se pavoneaba con sus dos mantos”. El resto del hâdîz es el mismo.

 

        Abu Huraira relató: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “Hubo un hombre antes de vosotros orgulloso de su capa”. Luego sigue el hâdîz como el anterior.

 

 

 

X

PROHIBICIÓN PARA LOS HOMBRES DE USAR ANILLO CON SELLO HECHO DE ORO

 

        Abu Huraira relató que el Profeta (s.a.s.) prohibió el uso de anillo con sello hecho de oro.

 

        Abdullah ibn Abbas relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) vio un anillo de oro con sello en la mano de un hombre y se lo sacó, lo tiró y dijo: “Algunos de vosotros desean ponerse un carbón ardiente del Infierno en la mano”. Después de que el Mensajero de Allah (s.a.s.) se alejó, se le dijo a este hombre: Toma tu anillo y saca beneficio de él. El dijo: No, ¡por Allah!, yo nunca lo tomaré si el Mensajero de Allah (s.a.s.) lo ha tirado.

 

        Abdullah relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) se hizo hacer un anillo de oro con un sello y lo usaba con el sello de piedra hacia el interior de la palma de su mano. Y la gente hizo lo mismo. Luego (un día) se sentó en el púlpito, se lo sacó y dijo: “Yo solía usar este anillo con el sello hacia adentro”. Entonces lo tiró y luego dijo: “¡Por Allah! Nunca más lo usaré”. Y la gente tiró sus anillos. ([16])

        Este hâdîz ha sido relatado por Ibn Umar a través de otras cadenas de transmisores  pero con pequeñas variaciones de palabras.

 

 

XI

EL USO POR EL PROFETA (s.a.s.) DE UN ANILLO DE PLATA QUE TENÍA GRABADAS LAS PALABRAS: MUHAMMAD MENSAJERO DE ALLAH Y DESPUÉS DE ÉL EL USO POR SUS SUCESORES

 

        Ibn Umar relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) se hizo hacer un anillo de plata que usaba en su mano, luego lo usó Abu Bakr, luego Umar, luego Uzmán hasta que se cayó en el pozo de Aris. Tenía grabado: Muhammad Mensajero de Allah. ([17]) Ibn Numair relató este hâdîz con una pequeña variación de palabras.

 

        Ibn Umar relató: El Profeta (s.a.s.) se hizo hacer un anillo de oro, luego lo descartó y se hizo hacer uno de plata que tenía grabado: Muhammad Mensajero de Allah. Y dijo: “Que nadie se grabe lo que yo tengo grabado en mi anillo”. Y cuando lo usaba lo hacía con la piedra (grabada) hacia dentro (de la mano). Y fue este el que se cayó (de las manos) de Mu’aiquib ([18]) en el pozo de Aris.

 

        Anas ibn Malik relató que el Profeta (s.a.s.) se había hecho un anillo de plata y grabó en él: Muhammad Mensajero de Allah. Y dijo a la gente: “Me he hecho un anillo de plata y he grabado en él: Muhammad Mensajero de Allah. Entonces que ninguno se grabe lo mismo”.

 

        Anas relató esta hâdîz a través de otra cadena de transmisores pero sin mencionar: Muhammad Mensajero de Allah.

 

 

XII

EL PROFETA (s.a.s.) SE HIZO HACER EL ANILLO CON EL SELLO CUANDO DECIDIÓ ESCRIBIR A LOS NO ÁRABES

 

        Anas ibn Malik relató: Cuando el Mensajero de Allah (s.a.s.) decidió escribir al Emperador en Bizancio le dijeron (sus Compañeros): Ellos no leerán una carta que no esté sellada. Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) se hizo hacer un anillo de plata. Es como si pudiera ver su brillo en la mano del Mensajero de Allah (s.a.s.). Su grabado era: Muhammad Mensajero de Allah.

 

        Anas relató que el Profeta de Allah (s.a.s.) quería escribirles a los no árabes. Entonces le dijeron: Los no árabes aceptan solo las cartas que están selladas. Entonces se hizo hacer un anillo de plata con sello. Es como si estuviera viendo su brillo en su mano.

 

        Anas relató que el Profeta (s.a.s.) quería escribir a Cosroes (Rey de Persia), a Cesar (Emperador de Roma) y al Negus (Emperador de Abisinia). Entonces le dijeron: Ellos aceptan solo las cartas que estén selladas. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) se hizo un sello en un anillo de plata que tenía grabado: Muhammad Mensajero de Allah. ([19])

 

 

XIII

RESPECTO A DESCARTAR LOS ANILLOS

 

        Anas ibn Malik relató que un día vio un anillo de plata en la mano del Mensajero de Allah (s.a.s.). Entonces la gente se hizo anillos de plata y los usaron. Luego el Profeta (s.a.s.) descartó su anillo y la gente descartó los suyos. ([20])

 

        Anas ibn Malik relató que un día vio en la mano del Mensajero de Allah (s.a.s.) un anillo de plata. Luego la gente se hizo anillos de plata y los usaron. Luego el Profeta (s.a.s.) descartó su anillo y la gente descartó los suyos.

        Un hâdîz como este ha sido relatado por Ibn Yuraij con la misma cadena de transmisores.

 

        Anas ibn Malik relató que el anillo del Mensajero de Allah (s.a.s.) era de plata y tenía una piedra de Abisinia.

 

        Anas ibn Malik relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) usaba un anillo de plata en la mano derecha que tenía en él una piedra de Abisisnia. Y él lo usaba con la piedra hacia la palma de su mano.

 

        Yunus ibn Iazid relató este hâdîz con la misma cadena de transmisores.

 

        Anas relató: El anillo del Profeta (s.a.s.) estaba en este. Y señaló hacia el dedo pequeño de la mano izquierda.

 

        Ali relató: Me prohibió, o sea el Profeta (s.a.s.), que usase mi anillo en éste (el dedo índice) o el que está al lado. Asim (uno de los narradores) no sabe cuál de los dos dijo. Y me prohibió vestirme con qasi (tela de seda) y sentarme al montar sobre maiazir (una tela de seda). Dijo: En cuanto al-qasi es una vestimenta jaspeada con figuras que se traía de Egipto y Siria. Y en cuanto al-maiazir es algo como una tela roja para la montura que las mujeres preparaban para sus esposos.

        Un hâdîz como este ha sido relatado por Ali a través de otra cadena de transmisores.

 

        Ali ibn Abu Talib relató: Prohibió o me prohibió, o sea el Profeta (s.a.s.). Y el resto del hâdîz es el mismo.

 

        Ali relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) me prohibió que usase anillo en este dedo o en este. Y se señaló el dedo del medio y el de al lado.

 

 

XIV

ES DESEABLE USAR SANDALIAS (O ZAPATOS)

 

        Yabir relató: Escuché al Profeta (s.a.s.) decir en una de las expediciones que participamos: “Que sea común el uso de sandalias ya que cuando las usa es como si estuviera montado”. ([21])

 

        Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Cuando uno de vosotros se pone sandalias que comience por el pie derecho y cuando se las saca que comience por el izquierdo. O que se las ponga al mismo tiempo o que se las saque al mismo tiempo”.

 

        Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Que ninguno de vosotros camine con una sola sandalia, que use las dos o que se saque las dos”.

 

        Abu Razin relató: Abu Huraira vino a nosotros se golpeó la frente con su mano y dijo: ¡Atención! Vosotros comentáis que yo miento respecto a (algunos dichos del) Mensajero de Allah (s.a.s.) para guiarlos por el sendero recto ([22]), así yo me voy a extraviar. Escuchad, yo atestiguo que escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “Si a alguno de vosotros se os corta la correa (de una sandalia) que no camine con la otra hasta que la arregle”. Este hâdîz ha sido relatado por Abu Huraira con una diferente cadena de transmisores.

 

 

XV

LA PROHIBICIÓN DE ENVOLVERSE EN UNA VESTIMENTA SIN DEJAR ABERTURAS PARA LOS BRAZOS ([23]) Y DE SENTARSE CON UNA SOLA TELA ENVUELTA ALREDEDOR DEL LAS RODILLAS ([24])

 

        Yabir relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) prohibió que una persona coma con la mano izquierda, que camine con una sola sandalia, que se envuelva en una ropa que no le permita sacar los brazos o que al sentarse se envuelva con una sola tela alrededor de sus rodillas que puede dejar al descubierto sus partes privadas.

 

        Yabir relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: o Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “Si a uno de vosotros se os corta la correa de la sandalia que no camine con solo una de las sandalias hasta que la repare, que no camine con un solo zapato, que no coma con la izquierda, que no se envuelva con una tela alrededor de las rodillas y que no se vista envolviéndose con una tela que no permita sacar sus brazos”.

 

 

XVI

LA PROHIBICIÓN DE ACOSTARSE SOBRE LA ESPALDA Y DE PONER UN PIE SOBRE EL OTRO

 

        Yabir relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) prohibió envolverse en una tela que impida sacar los brazos, ayudarse al sentarse con una sola tela envuelta alrededor de las rodillas y poner un pie sobre el otro cuando se está acostado sobre la espalda. ([25])

 

        Yabir ibn Abdullah relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “No caminéis con una sola sandalia, no envolváis vuestro izar alrededor de las rodillas, no comáis con la izquierda, no os envolváis sin dejar lugar para sacar los brazos ni pongáis uno de vuestros pies sobre el otro cuando estáis acostados sobre la espalda”.

 

        Yabir ibn Abdullah relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “No os acostéis sobre la espalda y pongáis un pie sobre el otro”.

 

 

XVII

ESTÁ PERMITIDO PONER UN PIE SOBRE EL OTRO AL ACOSTARSE

 

        Abbad ibn Tamim relató de su tío que él vio al Mensajero de Allah (s.a.s.) acostado en la mezquita y con un pie sobre el otro. ([26])

        Este hâdîz ha sido relatado por Zuhri con la misma cadena de transmisores.

 

 

XVIII

PROHIBICIÓN DE QUE LOS HOMBRE USEN ROPAS TEÑIDAS EN COLOR AZAFRAN

 

        Anas ibn Malik relató que el Profeta (s.a.s.) prohibió teñir (las ropas o el pelo) en color azafrán. Hammad dijo: Solo para los hombres.

 

        Anas relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) prohibió que los hombres usen ropas teñidas con azafrán.

 

        Yabir relató: Abu Quhafa llegó el Año de la Victoria o el Día de la Victoria y su cabeza y su barba estaban blancas como un hisopo. Entonces (el Profeta) ordenó o le fue ordenado a sus mujeres, les dijo: “Cambiadle el color con algo”. ([27])

 

        Yabir ibn Abdullah relató: El Día de la Conquista de Meca llegó Abu Quhafa con su cabeza y barbas blancas como el hisopo. Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Cambiádle el color con algo pero evitando el negro”.

 

        Abu Huraira relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Los judíos y los cristianos no se tiñen, así que haced lo contrario”. ([28])

 

 

XIX

LOS ÁNGELES NO ENTRAN EN LAS CASAS EN LAS QUE HAY PERROS O PINTURAS

 

        A’isha relató: Gabriel, la paz sea sobre él, prometió al Mensajero de Allah (s.a.s.) visitarlo a una hora determinada. Y llegó esa hora pero no apareció. Tenía un bastón en su mano y lo arrojó y dijo: “Jamás Allah y Sus Mensajeros (los ángeles) faltan a sus promesas”. Luego echó una mirada y vio un cachorro bajo la cama y dijo: “¡Oh A’isha! ¿Cuándo entró este perro aquí?”. Ella dijo: ¡Por Allah! No lo sé. Entonces él ordenó que lo sacaran y lo sacaron. Entonces llegó Gabriel. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Tu me prometiste (venir) y yo te esperé pero no viniste”. Dijo: Me lo impidió el perro que estaba en tu casa. Nosotros (los ángeles) no entramos en las casas en las que hay perros o pinturas.

        Ha sido relatado por Abu Hazim con la misma cadena de transmisores que Gabriel le prometió al Mensajero de Allah (s.a.s.) visitarlo. Y sigue el hâdîz pero es más corto que el anterior.

 

        Maimuna relató que una mañana el Mensajero de Allah (s.a.s.) amaneció preocupado. Maimuna le dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Hoy te encuentro cambiado. El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Gabriel me prometió visitarme esta noche pero no lo hizo. Y ¡por Allah! El nunca ha roto una promesa”. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) pasó el resto del día de ese modo. Luego descubrió un cachorro bajo su cama, entonces ordenó y lo sacaron. Luego tomó un poco de agua con su mano y roció el lugar. Y cuando llegó la noche, Gabriel lo visitó y él le dijo: “Tu me prometiste encontrarme ayer por la noche”. Dijo: Si, pero nosotros no entramos las casas en las que hay perros o pinturas. En la mañana de ese día el Mensajero de Allah (s.a.s.) ordenó que matasen los perros incluyendo los perros que cuidaban pequeños huertos y jardines y exceptuando los que cuidaban los grandes campos cultivados.

 

        Abu Talha relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Los ángeles no entran en las casas en las que hay un perro o una pintura”.

 

         Abu Talha relató: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “Los ángeles no entran en las casas en las que hay perros ni en las que hay pinturas”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Zuhri con la misma cadena de transmisores.

 

        Abu Talha, el Compañero del Mensajero de Allah (s.a.s.) relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ciertamente los ángeles no entran en una casa en la que haya una pintura”. Busr (uno de los narradores) dijo: Zaid se enfermó y fuimos a preguntar por su salud y en su puerta había una cortina con una pintura en ella. Y yo le dije a Ubaidullah al-Jaulani, que había sido un protegido de Maimuna, la esposa del Profeta (s.a.s.): ¿Acaso no fue Zaid quien nos informó antes sobre las pinturas? Entonces Ubaidullah dijo: Tu no lo escuchaste cuando dijo: Excepto las que están impresas en las telas.

       

        Abu Talha relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Los ángeles no entran en las casas en las que hay pinturas”. Busr dijo: Zaid ibn Jalid se enfermó y nosotros lo visitamos. Cuando estábamos en su casa vimos una cortina que tenía pinturas. Entonces le dije a Ubaidullah al-Jaulani: ¿No nos contó sobre (la prohibición) de las pinturas? Y él dijo: Ciertamente lo dijo y también dijo: Excepto las que estén impresas en telas. ¿No escuchaste esto? Yo dije: No. El dijo: Pues él mencionó eso.

 

        Abu Talha al-Ansari relató: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “Los ángeles no entran en las casas en las que hay perros o imágenes”. Yo fui a lo de A’isha y le dije: Me han informado que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Los ángeles no entran en las casas en las que hay perros o imágenes”. ¿Has escuchado al Mensajero de Allah (s.a.s.) mencionar esto? Ella dijo: No, pero te voy a contar lo que le he visto hacer. Lo vi salir para una expedición. Y tomé una alfombra y la puse como cortina en mi puerta. Cuando él volvió y vio la alfombra noté en su rostro gestos de desagrado. El la sacó y fue rota o cortada (en pedazos). Y dijo: “Ciertamente Allah no nos ha ordenado vestir las piedras y el barro”. Y nosotros la cortamos y preparamos dos almohadones rellenos de fibra de palmera. Y a él no le pareció mal.

 

        A’isha relató: Nosotros teníamos una cortina que tenía pintados unos pájaros. Cuando venía una visita se la encontraba frente a él. Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) me dijo: “Cámbiala, ya que cada vez que entro y la veo me recuerda las cosas de este mundo”. Y nosotros teníamos una sábana que tenía unas bordes de seda y solíamos usarla. Este hâdîz ha sido relatado por Ibn al-Muzanna, pero agrega: El Mensajero de Allah (s.a.s.) no nos ordenó que la rompiésemos.

 

        A’isha relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) volvió de un viaje. Yo había cubierto mi puerta con una cortina que tenía pintados unos caballos alados. El me ordenó (que la sacase) y yo la saqué.

        Uaki’ relató este hâdîz a través de la misma cadena de transmisores con un pequeño cambio de palabras.

 

        A’isha relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) me visitó y yo había colgado (en la puerta de mi departamento) una fina cortina que tenía unos dibujos. El cambió el color de su rostro. Luego tomó la cortina y la rompió. Luego dijo: “Ciertamente entre la gente que será castigada con más intensidad el Día de la Resurrección estarán los que tratan de parecerse a Allah en el acto de creación”.

        Este hâdîz ha sido relatado por A’isha a través de otra cadena de transmisores con esta variación en las palabras: Luego se inclinó hacia la cortina y la rompió con su mano.

        Este hâdîz ha sido relatado por Zuhri con la misma cadena de transmisores pero con una pequeña variación en las palabras.

 

        A’isha relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) me visitó y yo tenía un estante cubierto con una cortina que colgaba y que tenía unas imágenes. Apenas la vio, la rompió y cambió el color de su rostro. Y dijo. “¡Oh A’isha! La gente que será más atormentada por Allah en el Día de la Resurrección serán aquellos que tratan de imitar a Allah en la creación”. Nosotros la cortamos e hicimos con ella uno o dos almohadones.

 

        A’isha relató que ella tenía una tela con dibujos que colgaba de un estante. Y el Profeta (s.a.s.) rezaba ahí, entonces dijo: “Sácala de mi vista”. Ella dijo: La saqué e hice unos almohadones con ella.

        Este hâdîz ha sido relatado por Shu’ba con la misma cadena de transmisores.

 

        A’isha relató: El Profeta (s.a.s.) me visitó y yo había cubierto mi puerta con una alfombra que tenía unos dibujos. El la sacó y nosotras hicimos con ella unos almohadones.

 

        A’isha, la esposa del Profeta (s.a.s.), relató que ella había colgado una cortina que tenía unos dibujos. El Mensajero de Allah (s.a.s.) entró y la sacó. Ella dijo: Yo la corté e hice dos almohadones con ella. Un hombre que estaba en una reunión y que se llamaba Rabi’a ibn Atá, un esclavo liberado de los Banu Zuhra, dijo: ¿Has escuchado a Abu Muhammad mencionar que A’isha dijo: El Mensajero de Allah (s.a.s.) solía reclinarse sobre ellos? Ibn Qasim dijo: No, pero escuché a Qasim ibn Muhammad decirlo.

 

        A’isha relató que ella había comprado una cortina que tenía unos dibujos. Cuando el Mensajero de Allah (s.a.s.) la vio se quedó en la puerta y no entró. Yo me di cuenta o me hizo darme cuenta del disgusto en su rostro. Y ella dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Me arrepiento hacia Allah y a Su Mensajero. ¿Que falta he cometido? Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) le dijo: “¿Qué es esta alfombra?”. Ella dijo: La compré para ti, para que te sientes en ella y descanses. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ciertamente los dueños de estas pinturas serán atormentados y se les dirá: Dadle vida a lo que habéis creado”. Luego dijo: “Los ángeles no entran en las casas en las que hay pinturas”.

 

        Este hâdîz ha sido relatado por A’isha a través de otra cadena de transmisores Algunas versiones de este hâdîz son más completas que otras. Y en el narrado por el sobrino de Mayishun agrega que ella dijo: Yo la tomé e hice con ella dos almohadones y él solía reclinarse sobre ellos en la casa.

 

        Ibn Umar relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Aquellos que hacen pinturas serán castigados en el Día de la Resurrección. Y se les dirá: Dadle vida a lo que habéis creado”.

        Ibn Umar relató un hâdîz como este a través de otra cadena de transmisores.

 

        Abdullah relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Ciertamente la gente más atormentada en el Día de la Resurrección serán los que pintan o dibujan”. En la narración de Ashay no menciona: “Ciertamente”.

 

        Abu Muauiia relató este hâdîz a través de otra cadena de transmisores y sus palabras son: “Ciertamente la gente del Infierno que más atormentada en el Día de la Resurrección serán los que hacen pinturas”. El resto del hâdîz es el mismo.

 

        Muslim ibn Subaih relató: Estaba con Masruq en la casa en la que tenía un retrato de María (la madre de Jesús). Masruq dijo: Este es un retrato de Kisra. Yo dije: No, es un retrato de María. Y Masruq dijo: Yo escuché a Abdullah ibn Mas’ud decir: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “La gente más atormentada en el Día de la Resurrección serán los pintores (dibujantes)”. Sa’id ibn Abu al-Hasan relató: Un hombre fue a Ibn Abbas y le dijo: Yo soy el hombre que pinta estas pinturas. Dame un veredicto religioso sobre esto. Entonces (Ibn Abbas) le dijo: Acércate. El se acercó. Luego le dijo: Acércate (aún más). Y se acercó tanto que puso la mano sobre su cabeza y le dijo: Te voy a contar lo que escuché del Mensajero de Allah (s.a.s.): Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “Todos los pintores estarán en el Fuego. Toda pintura que haya pintado tendrá vida y lo torturará en el Infierno”. Si no puedes evitar hacerlo, pues pinta árboles y cosas que no tengan vida ([29]). Nasr ibn Ali lo confirmó.

 

        Al-Nadr ibn Anas ibn Malik relató: Estaba sentado con Ibn Abbas cuando daba veredictos religiosos sin decir esto lo dijo el Mensajero de Allah (s.a.s.). Hasta que cuando un hombre le dijo: Yo soy el que pintó estas pinturas. Entonces Ibn Abbas le dijo: Acércate. Y el hombre se acercó. E Ibn Abbas dijo: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “Quien pinta pinturas en esta vida será obligado a darles vida el Día de la Resurrección pero no será capaz de hacerlo”.

 

        Al-Nadr ibn Anas relató que un hombre fue a Ibn Abbas. El resto del hâdîz es el mismo.

 

        Abu Zur’a relató: Fui con Abu Huraira a la casa de Maruán y allí vio pinturas. Entonces dijo: Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) decir: “Allah, Exaltado y Majestuoso, dijo: ¿Quien es más perverso que el que trata de imitar Mi creación? Que cree un átomo o un que cree un grano de trigo o uno de cebada”. Este hâdîz también fue relatado por Abu Zur’a y dice: Fui con Abu Huraira a la casa que Sa’id o Maruán habían construido en Medina. Y vio a un pintor que había pintado pinturas en la casa. Entonces dijo: el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: Y mencionó lo mismo que en el anterior pero sin decir: “que cree un grano de cebada”.

 

        Abu Huraira relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Los ángeles no entran en una casa en la haya retratos o pinturas”.

 

 

XX

ES REPROBABLE VIAJAR CON PERROS Y CAMPANAS

 

        Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Los ángeles no acompañan a los viajeros que llevan perros o campanas”. ([30])

            Este hâdîz ha sido relatado por Suhail con la misma cadena de transmisores.

 

        Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “La campana es el instrumento musical de Shaitán”.

 

 

XXI

ES REPROBABLE COLGAR COLLARES ALREDEDOR DEL CUELLO DE LOS CAMELLOS

 

        Abu Bashir al-Ansari relató que él tuvo la oportunidad de acompañar al Mensajero de Allah (s.a.s.) en alguno de sus viajes. Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) envió a un mensajero. Abdullah ibn Abu Bakr dijo: Creo que (mandó) a decir mientras la gente descansaba: “No dejen collares de cuerdas en los cuellos de los camellos o collares que no estén rotos”. El Imam Malik dijo: Mi opinión es que los usaban para protegerse del mal de ojo.

 

 

XXII

ESTÁ PROHIBIDO GOLPEAR A LOS ANIMALES EN LA CARA O CAUTERIZARLOS EN ELLA

 

        Yabir relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) prohibió golpear (a los animales) en la cara o cauterizarlos en la cara.

 

        Yabir ibn Abdullah relató esta hâdîz a través de otra cadena de transmisores.

 

        Yabir relató que un burro cuya cara había sido cauterizada pasó frente al Profeta (s.a.s.) entonces dijo: “Allah ha maldecido al que lo ha cauterizado”.

 

        Ibn Abbas relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) vio un burro que había sido cauterizado en la cara. El desaprobó esto y dijo: “¡Por Allah! Si cauterizo un animal lo hago en la parte más lejana de su rostro”. Y ordenó que cautericen a su burro en las ancas. Y él fue el primero que cauterizó en las ancas. ([31])

 

        Anas relató: Cuando Umm Sulaim dio a luz me dijo: ¡Oh Anas! Cuida que no se le de nada al niño hasta que lo llevemos en la mañana con el Profeta (s.a.s.) y que él mastique unos dátiles y se los ponga en el paladar (al niño). Y fui en la mañana y lo encontré en el jardín. Tenía un manto de lana sobre él y estaba cauterizando unos camellos que le habían traído como botín por una victoria.

 

        Anas relató que cuando su madre dio a luz a un niño lo llevaron al Profeta (s.a.s.) para que masticase unos dátiles y tocase el paladar del niño con ello. Y el Profeta (s.a.s.) estaba ocupado cauterizando animales. Shu’ba dijo: Por lo que yo sé dijo: en las orejas.

 

        Anas relató: Fuimos al Mensajero de Allah (s.a.s.) cuando él estaba en el corral cauterizando los animales del rebaño. Dijo: Creo que dijo: En las orejas. Este hâdîz ha sido relatado por Shu’ba a través de otra cadena de transmisores.

 

        Anas ibn Malik relató: Vi en las manos del Mensajero de Allah (s.a.s.) un instrumento para cauterizar y él cauterizó a los camellos que se reunieron como Zakat.

 

 

XXIII

ES REPROBABLE AFEITARSE SOLO UNA PARTE DE LA CABEZA

 

 

        Ibn Umar relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) prohibió el qaza’. Yo le pregunté a Nafi’: ¿Qué es el qaza’? Dijo: Afeitar una parte de la cabeza de la cabeza del niño y dejar sin afeitar otra.

 

        Este hâdîz ha sido relatado por Ubaidullah con la misma cadena de transmisores. Y la explicación de qaza’ es la misma que en la versión de Abu Usama.

 

        Umar ibn Nafi’ relató este hâdîz con la misma cadena de transmisores. En la versión de Muhammad ibn Muzanna y en la de Umar ibn Nafi’ se da la misma explicación (de la palabra qaza’).

 

        Ibn Umar relató este hâdîz a través de otra cadena de transmisores.

 

 

XXIV

LA PROHIBICIÓN DE SENTARSE EN LOS CAMINOS Y EL HONRAR LAS OBLIGACIONES DE LOS CAMINOS  

 

        Abu Sa’id al-Judri relató que el Profeta (s.a.s.) dijo: “No os sentéis en los caminos”. Ellos dijeron: ¡Oh Mensajero de Allah! No podemos dejar de hacerlo ya que allí hacemos nuestras reuniones y hablamos de nuestros asuntos. El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Si no podéis evitar el sentaros allí entonces honrad las obligaciones de los caminos”. Dijeron: ¿Y cuáles son sus obligaciones? Dijo: “Bajar las miradas (para no estar viendo a las mujeres), no dañar a otros, intercambiar saludos (Assalamu alaikum) y ordenar el bien y prohibir el mal”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Zaid ibn Aslam con la misma cadena de transmisores.

 

 

XXV

LA PROHIBICIÓN DE AGREGARSE PELO FALSO AL PROPIO, DE DEPILARSE LAS CEJAS Y DE SEPARASE LOS DIENTES

 

            Asmá, la hija de Abu Bakr relató: Una mujer fue al Profeta (s.a.s.) y le dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! Tengo una hija recién casada. Tuvo un ataque de viruela y se le cayó el pelo. ¿Le puedo agregar pelo falso al suyo? Y él dijo: “Allah ha maldecido a la mujer que se agrega pelo falso y a la que lo pide”.

           Este hâdîz ha sido relatado por Shu’ba con una pequeña variación de palabras.

 

        Asmá, la hija de Abu Bakr relató que una mujer fue al Profeta (s.a.s.) y le dijo: He casado a mi hija y ella ha perdido el pelo de su cabeza. Y a su marido le gustaba (el pelo abundante). ¿Le puedo agregar pelo falso al suyo? ¡Oh Mensajero de Allah! El le prohibió hacerlo.

 

        A’isha relató que una joven de los Ansares que se había casado se enfermó y perdió su cabello. Su familia quiso ponerle pelo falso, entonces le preguntaron al Mensajero de Allah (s.a.s.) sobre esto. Y él maldijo a la que lo hiciera y a la que lo pidiera.

 

        A’isha relató que una mujer de los Ansares casó a su hija y ella se enfermó y perdió su pelo. Entonces fue al Profeta (s.a.s.) y le dijo: Su esposo quiere ¿Le puedo agregar pelo? Y el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “La mujer que se agrega pelo es maldecida”. Este hâdîz ha sido relatado por Nafi’ con la misma cadena de transmisores pero con una pequeña variación de palabras.

 

        Ibn Umar relató que el Mensajero de Allah (s.a.s.) maldijo a la mujer que se agrega pelo y a la que lo pide y a la que se tatúe y a la que pida tatuarse. Este hâdîz también ha sido relatado por Abdullah a través de otra cadena de transmisores.

 

        Abdullah relató: Allah maldijo a las mujeres que tatúan y a las que se hacen tatuar, a las que depilan la cara y a las que se hacen depilar y a las que se sacan los dientes para embellecerse cambiando lo que Allah ha creado. Estas noticias llegaron a una mujer de los Banu Asad, llamada Umm Ia’qub, que solía recitar el Corán. Ella fue a él (Abdullah) y le dijo: Que son estas noticias que me han llegado de que tu has maldecido a las mujeres que tatúan y a las que se hacen tatuar, a las que se hacen depilar y a las que se sacan los dientes para embellecerse cambiando lo que Allah ha creado. Entonces Abdullah le dijo: ¿Y porqué yo no debería maldecir a quien maldijo el Mensajero de Allah (s.a.s.)? Y que también está en el Libro de Allah. Y le mujer dijo: Yo he leído el Corán de tapa a tapa y no he encontrado eso. Dijo: Si lo hubieras leído cuidadosamente lo hubieras encontrado. Allah, Exaltado y Majestuoso, dijo: “Y lo que el Mensajero de Allah os da, tomadlo y lo que os prohibe, dejadlo”. (59:7) Y la mujer dijo: Pero si veo que tu mujer todavía tiene esas cosas. Dijo: Ve y mira. Y fue a ver a la mujer de Abdullah pero no le encontró nada de ese tipo. Entonces volvió con él y le dijo: No le encontré nada. El dijo: Si ella hubiera tenido algo de ese tipo nunca me hubiera acostado con ella.

 

        Mansur ha relatado este hâdîz con la misma cadena de transmisores con una pequeña variación de palabras.

        Este hâdîz también ha sido relatado por Mansur pero sin mencionar la historia de Umm Ia’qub.

        Este hâdîz ha sido relatado por Abdullah.

 

        Yabir ibn Abdullah relató que el Profeta (s.a.s.) rechazó que el mujer se agregue algo (cabello) en la cabeza.

 

        Abd al-Rahman ibn Auf relató que escuchó a Muauiia ibn Sufián durante la Peregrinación, sobre el púlpito y con un puñado de cabello en su mano que había estado en la mano de uno de sus guardias, decir: ¡Oh Gente de Medina! ¿Dónde están vuestros sabios? Escuché al Mensajero de Allah (s.a.s.) prohibir ésto y decir: “Los Banu Israel fueron destruidos cuando sus mujeres usaron ésto”.

        Este hâdîz ha sido relatado por Zuhri con una pequeña variación de palabras.

 

        Sa’id ibn al-Musaiib relató: Muauiia llegó a Medina, se dirigió a nosotros y sacando un manojo de cabello dijo: ¿Qué es lo que veo sino uno que hace lo que los judíos hacían? Cuando le contaron esto al Mensajero de Allah (s.a.s.) él lo definió como un engaño.

 

        Sa’id ibn al-Musaiib relató que un día Muauiia dijo: Os voy a relatar una mala costumbre. Y ciertamente el Profeta de Allah (s.a.s.) prohibió el engaño. Y llegó una persona con un bastón y sobre su cabeza unos trapos. Muauiia dijo: Atención, eso es un engaño. Qatada dijo: O sea cuando las mujeres aumentan sus cabellos con la ayuda de trapos.

 

 

XXVI

LAS MUJERES DESNUDAS AUNQUE ESTÉN VESTIDAS, QUE DESVÍAN DEL CAMINO RECTO Y EXTRAVÍAN A SUS MARIDOS

 

            Abu Huraira relató: El Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Hay dos tipos de habitantes del Fuego que yo no veo: Una gente con látigos como las colas de las vacas con las que golpean a la gente y mujeres vestidas pero que parecerán desnudas con inclinaciones (hacia el mal) y que desviarán (a sus maridos), sus cabezas serán como las jorobas de los camellos inclinadas hacia un lado. Ellas no entrarán en el Paraíso ni sentirán su olor, a pesar de que este se siente desde tal y tal distancia”.

 

 

XXVII

LA PROHIBICIÓN DE USAR LA VESTIMENTA DE LA FALSEDAD

 

            A’isha relató que una mujer dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! ¿Le puedo decir (a otra de las esposas de mi marido) que él me ha dado algo que de hecho no me ha dado? Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Hacer una afirmación falsa sobre lo que no ha sido dado es como usar la ropa de la falsedad”.

       

            Asmá relató que llegó una mujer al Profeta (s.a.s.) y le dijo: Mi marido tiene otra esposa. ¿Es malo para mi si yo hago como si mi esposo me dio algo que de hecho no me dio? Entonces el Mensajero de Allah (s.a.s.) dijo: “Hacer como que le dan algo que no le dan es como vestirse con las ropas de la falsedad”.

            Este hâdîz ha sido relatado por Hishám con la misma cadena de transmisores.

 

 


 

[1] La cortesía en Islam es que al estornudar se debe decir: Al-hamdu lillah (Las alabanzas son para Allah) y el que está cerca y lo escucha le dice: Iarhamak Allah (Que Allah tenga misericordia de ti)

[2] Era una tela fina de seda que se fabricaba en Egipto en esos días.

[3] Para Abdullah ibn Umar era posible ayunar continuamente, exceptuando los días de Id y los de Tashriq. Pero esta era su opinión que no está autenticada por la Sunna. 

[4] Esta es la opinión personal de Ibn Zubair, ya que hemos leído en los hadices anteriores que el Profeta (s.a.s.) regaló a algunos de sus Compañeros vestimentas de seda para que hicieran pañuelos para sus mujeres. Pero tanto la seda como el oro si bien están permitidos para las mujeres son bienes de lujo que contradicen un modo de vivir austero.

[5] El musulmán debe recordar que la riqueza que gana no es un producto de su esfuerzo sino un favor de su Señor y así gastar parte de sus bienes ayudando a los necesitados sin el orgullo de sentirse un benefactor sino con un sentimiento de hermandad. El debe ayudarlos antes de que ellos se lo pidan.

[6] Un tipo de tela persa con bordes de seda.

[7] Era una ciudad a 50 Km de Medina y su rey era Ukadir.

[8] Las Fátimas son: Fátima la amada hija del Profeta (s.a.s.), Fátima la hija de Assad, madre de Ali y Fátima la hija de Hamza.

[9] Eran mantos rayados.

[10] La tela que cubre el cuerpo de la cintura para abajo.

[11] Es una tela tosca.

[12] La palabra en árabe es Al-anmat que es el plural de Namat que significa la cobertura de una cama sobre la que se duerme o algo que se extiende sobre el suelo para sentarse o recostarse y también es la tela de lana que se pone bajo la silla de montar.

[13] Pronto los musulmanes hicieron grandes conquistas y obtuvieron vastos tesoros. La enorme alfombra del emperador de Persia fue llevada a Medina, cortada y distribuida entre los musulmanes.

[14] Esto no significa que no se pueda tener una cuarta cama, sino que el musulmán no debe buscar las riquezas de este mundo ni gastar su dinero en cosas que realmente no necesita.

[15] El usar largas túnicas es un signo de riqueza, especialmente lo era en esos días, entonces los ricos y poderosos arrastraban sus vestiduras orgullosamente para mostrar su opulencia.

[16] Esto no significa que todos arrojaron sus anillos sino que dejaron de usarlos como había hecho el Profeta (s.a.s.).

[17] En el Sahih Buhhari está señalada la posición de estas palabras. Muhammad estaba abajo, Rasul (Mensajero) en el medio y Allah arriba.

[18] El era el esclavo liberado de Sa’id ibn Abu al-As.

[19] Hay consenso entre los sabios respecto a que el uso del anillo de oro está prohibido para los musulmanes. En cuanto a los anillos de plata, están permitidos pero de acuerdo a algunos sabios no son deseables ya que el Profeta (s.a.s.) lo usaba por necesidad como hemos visto en el hâdîz para sellar sus cartas. Era un anillo oficial y prohibió a los musulmanes que imitasen el modelo.

[20] Con respecto a este hâdîz hay varias interpretaciones. Una de ellas es que fue el anillo de oro el descartado pero el narrador en lugar de mencionar el de oro mencionó el de plata. La segunda interpretación fue que el Profeta (s.a.s.) usó un anillo de oro, luego lo descartó y usó uno de plata en su lugar. La gente supo que estaban permitidos los anillos de plata y no los de oro, entonces descartaron los de oro. La tercera interpretación es que no hubo una omisión de parte del narrador sino que el Profeta (s.a.s.) descartó su anillo de plata para que la gente no se acostumbrara a ello. Está claro que todo aquello que tiene connotaciones de lujo como la seda y el oro están prohibidos, la plata está permitida para los hombres, pero no es algo que sea recomendado en el espíritu de la Shari’at. El anillo del Profeta (s.a.s.) con su sello de Muhammad Mensajero de Allah tuvo que ver con la necesidad de sellar sus documentos más que con su amor por la plata.

[21] El uso de calzado facilita los movimientos y protege los pies de la durezas y espinas del camino, por eso se lo compara con montar un animal.

[22] Como Abu Huraira relató muchos hadices y era muy escrupuloso en su narración, algunas personas comenzaron a decir que él los inventaba para guiar a la gente en el camino recto. Abu Huraira negó rotundamente estos cargos diciendo: ¿Cómo es posible que un vano intento de guiar a la gente por el camino recto yo mismo me extravíe y cometa un pecado que me llevaría al fuego del Infierno.

[23] Esto se llama Ishtimal y es envolverse con una tela de la derecha a la izquierda y de esta hacia la derecha de tal modo que no hay salida para los brazos.

[24] Esto se llama Al-Ihtibá, como los árabes del desierto no tenían algo en que apoyarse solían sentarse, levantar sus rodillas y enrollarse en una tela que sostenía su espalda con sus rodillas. Como en esta postura era posible que se viesen las partes privadas el Profeta (s.a.s.) la prohibió. 

[25] Si uno está usando para cubrirse una tela sin costuras alrededor de la cintura es posible que si se está acostado sobre la espalda se vean las partes privadas. Pero si se están usando pantalones o una tela que está cosida por el lado de la abertura y por lo tanto no hay peligro de que se expongan las partes privadas entonces está permitido acostarse de espalda.

[26] El motivo de la prohibición, como está explicado en la nota anterior, es no exponer las partes privadas. El Profeta (s.a.s.) hacía coser la abertura de su izar por lo tanto estaba bien cubierto y sin riesgo de exponer sus partes.

[27] Ese día Abu Quhafa iba a aceptar el Islam, entonces el Profeta (s.a.s.) para resaltar la importancia de ese día y para que él sintiese el cambio de una nueva vida ordenó que se le tiñese su cabello y su barba.

[28] Esto no significa que es obligatorio que todo musulmán se tiña los cabellos y la barba. Es un permiso para hacerlo. En aquellos días tanto judíos como cristianos estrictamente rechazaban el teñido y entonces el Profeta (s.a.s.) permitió que los musulmanes lo hicieran pero evitando el color negro. 

[29] Estas palabras de Ibn Abbas implican un permiso para pintar flores, ríos, paisajes, etc. Pero la forma en la que lo expresó significa que no es lo mejor. Esto no debe llevar a la conclusión de que el Islam se opone al arte, ya que este es la expresión de valores espirituales en formas de belleza. El arte es también un respuesta a la gloria de Allah, a la belleza de Allah. Tanto el arte como la religión son expresiones del significado espiritual del Universo para el hombre. Los artistas y artesanos musulmanes han expresado su genio artístico a través de la caligrafía, la literatura, la arquitectura, la cerámica, la poesía, con obras maravillosas que son orgullo de la humanidad.  

[30] Esto no es una prohibición sino algo reprobable. Si hay necesidad se pueden colgar campanas en los cuellos de los animales y llevar perros. La idea en el Islam es viajar con tranquilidad y paz para poder recordar a Allah sin ser molestado por ruidos innecesarios.

[31] En esos días los animales eran cauterizados por alguna enfermedad o con alguna marca para que el dueño lo distinguiese o por el gobierno para distinguir las diferentes categorías a las que pertenecían los animales ej. si el animal había sido reunido como Zakat o para el Bait al-Mal, etc.