¡Que vienen los talibán!
Público
“Estamos ante una amenaza global y
existencial”, dice la Clinton, mientras sus aviones lanzan toneladas de
bombas sobre las aldeas de la valle de Swat de Pakistán. Una nueva entrega
del negocio del miedo empapado del olor a petróleo que desprende Euro Asia.
Nos cuentan que unos mil taliban pakistaníes sin tanques ni aviones, tras
burlar el acoso de medio millón de soldados del país y de miles de militares
de la OTAN, podrán conquistar el Islam Abad y su arsenal nuclear, y con ello
chantajear al mundo civilizado.
Ahora en serio. El plan de Obama de aumentar sus tropas en Afganistán - ruta
obligada de trazar el gasoducto de Turkmenistán-Pakistán, hace aguas. El
motivo, el sabotaje a los vehículos que transportan ayuda logística a sus
militares en Afganistán, desde el Paso del Khyber en Pakistán, cortado desde
febrero. Por lo que el Presidente busca alternativas: utilizar la ruta de
Irán; pedir la cooperación de Uzbekistán previo permiso de Moscú; o hacerse
con el control militar de Pakistán. A pesar de que los convoyes de la OTAN
ya transitan por las carreteras iraníes, la desconfianza mutua enturbia la
perspectiva. En cuanto a Rusia, otro país no aliado, EE.UU. teme las
exigencias de Moscú a cambio: la no ampliar la OTAN hacia Georgia y Ucrania,
ni de escudos antimisil en Europa Este.
Queda la tercera opción: aplastar toda la resistencia en Pakistán,
auspiciando un régimen dictatorial, o balcanizar el país bajo el pretexto de
“federalizarlo”, que de paso sería un regalo a la India por su contribución
en retener el ascenso de China.
Planes que se ponen a prueba en Baluchistán, provincia con tan solo el 14%
de los 170 millones de habitantes del país, rico en gas natural y minas de
esmeralda, además de compartir fronteras con Irán y el Mar Arábigo. Por esas
aguas que pasa el 30% del petróleo del mundo, China ha reconstruido el
puerto Gwadar, enojando a la India, que vigila un Océano que lleva su
nombre. Controlar este enclave permite a Obama, además, paralizar la
construcción del gasoducto de Paz que conduciría el gas irani hacía Pakistán
e India, para sustituirlo con el oleoducto
Caspio-Afganistán-Pakistán, anulando las rutas de
hidrocarburo ruso-iraníes. Sueño que se convertirá en pesadilla por la
rotunda oposición de dichas potencias.
Advirtió Rogozin el enviado ruso ante la OTAN, “Mientras más acercan sus
bases a nosotros, más fácil nos es atacarlas”. Piensan lo mismo los iraníes.
Comienza la guerra, la verdadera.
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