A la memoria de los mártires de Palestina

 

Bismi lahi rahmani rahim

 

    Ante los trágicos acontecimientos que el pueblo Palestino está sufriendo a manos de la fuerzas de ocupación sionistas en estos días queremos dedicarle un par de artículos al noble y valeroso pueblo resistente palestino que día tras día deja su sangre en la defensa de las tierras santas del Islam, sirviendo su sacrificio como vergüenza y testimonio en el Día de la Resurrección del silencio de todos aquellos árabes y musulmanes que miran hacia otro lado, y que con la mayor de las hipocresías y desvergüenzas buscan el amparo y socorro en los propios verdugos del pueblo palestino.

 

    Allah ha dicho en el Corán: “Y no digáis de los que cayeron por la causa de Allah que están muertos; no, están vivos, pero no os dais cuenta.” (Sura Al-Baqara, 154)

¡Que Allah acoja a todos los mártires en Su Rahma y que devuelva la bendita tierra de Palestina a los musulmanes!.

Amin

 

 

A la memoria de los mártires de Palestina

     Si alguna vez llegaste a conocerle y conocer sus conquistas, habrás definitivamente comprendido el significado de lo que Allah Todopoderoso dice en un hadiz qudsi,

“Cuando amo a mi siervo, soy el oído con el que oye y el ojo con el que ve” (Al-Bujari)

 

 

Tiempos difíciles desde los orígenes

    Nacido en la villa de Al-Joura al sur de la Franja de Gaza en 1938, el Shayj Ahmad Ismail Yassin vivió una vida difícil desde su infancia. Su padre murió cuando él tenía 5 años. En la derrota de 1948, cuando no contaba más de 10 años de edad, Yassin y su familia tuvieron que alimentarse de los restos y despojos dejados por el ejército egipcio estacionado en la región. La tercera tragedia de su vida le aconteció cuando contaba 14 años de edad al sufrir un accidente cuando realizaba deporte con otros muchachos. Sufrió una fractura en su cuello cuyo resultado fue la parálisis de sus miembros. Se percató de que pasaría el resto de su vida recluido en el interior de su casa.

 

Determinación

    La calamidad que le sobrevino al Shayj Ahmad Yassin hubiera sido más que suficiente como para destruir la vida de cualquier persona. Sin embargo el Shayj no era el tipo de persona que caía en la desesperación. En 1958 terminó su formación escolar. Consiguió un trabajo a pesar de la discapacidad que sufría. Enseñó árabe e Islam y fue el Imam en diversas mezquitas de Gaza. Sus sólidos argumentos y su valentía al declarar la verdad le ganaron una reputación sin precedentes en la Franja de Gaza.

 

Después de la derrota de 1967, y a pesar de la ocupación sionista, el Shayj Yassin continuó animando los sentimientos de los musulmanes en sus sermones de la mezquita de Al-‘Abbasi. Además desarrolló toda una labor asistencial de ayuda a las familias de los mártires y detenidos. En 1973 fundó el Complejo Islámico en Gaza, del cual fue presidente hasta 1984.

 

    En 1983 las fuerzas de ocupación sionistas detuvieron al Shayj bajo los cargos de posesión de armas, establecer una organización militar e instigar al pueblo contra Israel. El Shayj fue juzgado ante una corte militar sionista que le sentenció a 13 años de prisión. Fue liberado en 1985 tras permanecer 11 meses en prisión como parte de un intercambio de prisioneros entre israelíes y el Frente de Liberación Popular de Palestina.

 

    Posteriormente, junto con otros musulmanes, adoptó la ideología de los Hermanos Musulmanes, fundando el Movimiento Islámico de Resistencia denominado Hamas en la Franja de Gaza en 1987. El objetivo del movimiento era el de resistir la ocupación israelí y liberar las tierras palestinas. Este movimiento jugó un papel fundamental en la Intifada palestina que estalló en diciembre del mismo año y que fue conocida como la “Intifada de las Mezquitas”. Desde entonces el Shayj se convirtió en líder espiritual del movimiento.

    Conforme la resistencia palestina aumentaba, Israel persiguió con más determinación al Shayj Yassin. En 1988, los israelíes registraron su casa y amenazaron con extraditarlo al Líbano. En 1989 le detuvieron junto a cientos de miembros de Hamas. En 1991, una corte sionista le sentenció a cadena perpetua; permaneció en prisión hasta 1997 cuando fue liberado por los acuerdos suscritos entre Jordania e Israel, como intercambio de dos agentes sionistas detenidos en Jordania tras un intento fallido de asesinato del dirigente de Hamas en Jordania Jalid Mashal. Israel continuó en sus intentos de asesinarle, sobreviviendo a un ataque por parte de helicópteros israelíes que bombardearon su apartamento en Gaza.

 

Diálogo

    El Shayj Yassin llamó de forma persistente a la unidad nacional.

 

    A lo largo de toda su vida adoptó una actitud flexible hacia la Autoridad Palestina y siempre se mostró respetuoso hacia sus líderes y dirigentes.

 

El Shayj Yassin fue conocido por su disposición al diálogo con todo el mundo. En cierta ocasión dijo, “Nosotros nunca hemos cerrado los canales de diálogo con ningún estado del mundo, ni siquiera con los Estados Unidos. El diálogo está abierto a todo el mundo.”

 

Fe

    El Dr. Abdul ‘Aziz Rantesi dijo en cierta ocasión, “Nunca he visto en mi vida a nadie que confiara sus asuntos en Allah más de lo que lo hacía el Shayj Ahmad Yassin.”

    A través de la dura vida que sufrió, la parálisis que le privó de sus años de juventud y los intentos de asesinato que sufrió, el Shayj Yassin depositó toda su confianza en Allah tal y como ilustran sus propias palabras:

    El secreto del éxito radica en la fuerza de voluntad, en la determinación y en la fe. Aquel que persigue este mundo perderá todo si lo pierde. Sin embargo una persona con la fe de estar luchando por conseguir el Paraíso tan extenso como los cielos y la tierra, se mostrará entusiasmado por pasar de una vida mortal a una vida de descanso, tranquilidad y reposo con el Señor de los Mundos. Espera ese día, peleando y luchando por ser uno de los ganadores cuando ese día llegue. Por esta razón es por la que permanece firme en el campo de batalla hasta su último aliento.

 

Martirio

    El lunes 22 de Marzo del 2004, al alba, el sueño tanto tiempo anhelado por el Shayj Yassin llegó a ser realidad. Poco después de realizar el Salat del Fayr en la mezquita, tres misiles israelíes le impactaron y a los que iban con él. Además del Shayj 8 palestinos más fueron mártires. De esta forma la historia de la vida del Shayj Yassin llegó a su término; pero otra historia comenzó: la historia de la generación que el Shayj había establecido mediante su sangre, su corazón, su mente y su fe.

 

Este es el hombre “inválido” que levantó y aún sigue levantado al mundo. Este es el Shayj Ahmad Yassin. Que Allah lo acoja en Su Rahma.

 

Dr. Kamal Al-Masri

Doctor en Política Internacional por la Universidad de Londres.

 

 

 

 

Las pruebas de Allah

 

    La vida de una persona en esta vida es inestable. La vida alterna periodos de felicidad y de dificultades, de fuerza y de debilidad, de riqueza y de pobreza, de salud y de enfermedad, etc. El auténtico musulmán es aquel que mantiene su nivel de certeza en el Islam de forma absoluta a lo largo de las fluctuaciones de la vida. Continúa con el recuerdo de Allah, a Él se le somete, y a Él le pide consuelo en su aflicción. Esto ha sido narrado por el Mensajero de Allah (s.a.s.) quien dijo:

        “En verdad es asombrosa la vida del musulmán; todo ocurre para su beneficio. Si la vida le sonríe se muestra agradecido, y esto es lo mejor para él. Y si es afligido por alguna dificultad, persevera, y esto es lo mejor para él.” (Muslim)

 

    Y Allah ha dicho:

        “Y os pondremos a prueba con algo de temor y hambre, y con pérdida de riquezas, de vidas y de frutos; pero dad la buena nueva a los pacientes. Aquellos que, cuando les aflige una desgracia, dicen: “en verdad, a Allah pertenecemos y a Él volveremos”, para estos son las bendiciones de Su Señor y Su misericordia, y son ellos los guiados por el camino recto.” (Sura Al-Baqara 2:155-157)

 

    De esta forma, un musulmán se muestra agradecido por todas las bendiciones que Allah le da, y se muestra paciente durante la enfermedad y la adversidad, el hambre y otras calamidades.

 

    Allah ha decretado que en esta vida la aflicción y los desastres golpeen tanto a musulmanes como a no musulmanes. Para un no musulmán son inconvenientes que el impiden el continuar con su vida cotidiana, por otro lado, para el musulmán, son momentos de reposo y recuerdo, pruebas que prometen una gran recompensa y una depuración del ego. Independientemente de la magnitud de la aflicción, toda aflicción conlleva un rango futuro en el Paraíso. Los sabios y rectos musulmanes que nos precedieron se satisfacían ante las aflicciones, viendo en ellas el toque y la benevolencia de Allah.

 

    Abu Hurayra (r.a.) narró que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Las dificultades y calamidades que recaen sobre el musulmán y la musulmana tanto en sus cuerpos, como en sus familias y propiedades depuran sus egos cuando llegue el momento del encuentro con Allah” (At-Tirmidi)

 

    Abu Hurayra (r.a.) narró que el Profeta (s.a.s.) dijo: “”Cuando Allah desea el bien para una persona, le somete a la adversidad” (Al-Bujari y otros)

 

    Abu Hurayra (r.a.) y Ka’b ibn Malik (r.a.) han narrado que el Profeta (s.a.s.) dijo:

        “El musulmán es como una plante tierna y húmeda; se inclina en la dirección del viento, y así hace el musulmán cuando la calamidad le llega; mientras que el hipócrita es como un cedro firme y rígido, no se mueve hasta que la fuerza del viento le arranca.” (Al-Bujari y Muslim)

 

    Los profetas y los hombres rectos son los que han sufrido las mayores calamidades en la vida y sus recompensas han sido las más altas. Sa’d (r.a.) narró que elProfeta (s.a.s.) dijo:

        “Los que más han sufrido entre la gente han sido los profetas, luego los mejores y luego los mejores. Uno es afligido de acuerdo a la firmeza de su  fe. Si su fe es firme, su aflicción será dura, si su fe es débil, su aflicción será ligera. De hecho, uno debería ser sometido a la adversidad hasta poder andar entre la gente con un ego totalmente depurado.” (Ahmad y At-Tirmidi)

 

    Anas (r.a.) narró que el Profeta (s.a.s.) dijo:

        “Cuando Allah quiere el bien para uno de Sus siervos, le aflige en  esta vida; y cuando quiere juzgarle lo confronta con sus imperfecciones en el Día de la Resurrección” (At-Tirmidi)

 

    Anas (r.a.) ha narrado que el Profeta (s.a.s.) dijo:

        “La cantidad de recompensa está en proporción a la cantidad de sufrimiento. Cuando Allah ama a alguna gente la prueba mediante la aflicción. Aquel que acepta el decreto de Allah alcanza la satisfacción ante Allah, mientras que aquel otro que se rebela a lo decretado por Allah es objeto de la ira de Allah” (At-Tirmidi)

 

    Abu Hurayra (r.a.) ha narrado que el Profeta (s.a.s.) dijo:

         “Cuando el musulmán es afligido por una enfermedad u otra desgracia, Allah le depura a través de esto, de la misma manera en la que un árbol se depura de sus hojas marchitas” (Al-Bujari y Muslim)

 

    Abu Sa’id al-Judri (r.a.) ha narrado que el Profeta dijo:

         “Cuando un musulmán es afligido por la calamidad, la enfermedad, el pesar, el daño o la depresión, o aún el simple pinchazo de una espina, Allah le depura mediante estas cosas” (Al-Bujari y Muslim)

 

    Sa’id dijo: “Estaba con Salman (r.a.) cuando éste fue a visitar a un enfermo en Kindah (Persia) y le dijo:

         “Espera el bien pues Allah hace de la enfermedad una depuración y un periodo de reposo. Sin embargo, cuando un no musulmán cae enfermo, es como un camello al que su dueño le ató y luego lo suelta, no entendiendo el camello porque fue atado y luego puesto en libertad” (Al-Bujari)

 

    ‘Aisha (r.a.) narró que en cierta ocasión el Profeta (s.a.s.) sufrió un dolor que le hacía dar vueltas en la cama a consecuencia del mismo. Ella dijo: “Si alguno de nosotros hubiéramos hecho esto le habrías censurado.” Él (s.a.s.) replicó:

        “El dolor se intensifica para los rectos. Cuando un musulmán es afligido por una desgracia, aunque sea un simple pinchazo, algo en él es depurado y su rango se eleva en el Paraíso.” (Ahmad)

 

    Habitualmente cuando el musulmán cae enfermo no puede hacer las mismas ‘ibadats que cuando está sano (Salat, ayuno, etc.), no obstante Allah en Su infinita bondad le sigue registrando los mismos hechos que ha debido suspender por la enfermedad. Abu Musa Al-Ash’ari narró que el Profeta (s.a.s) dijo:

        “Para aquel que está enfermo o viaja sus acciones serán registradas de acuerdo con aquello que solía hacer cuando estaba sano o no viajaba” (Al-Bujari)

 

    Anas (r.a.) narró que el Profeta (s.a.s.) dijo:

        “Cuando un musulmán es afligido por Allah, Él registrará sus acciones de acuerdo con aquello que solía hacer en estado de salud mientras permanezca enfermo. Así, si Él le arrebata la vida, Él le perdonará; y si le cura le depurará de sus errores” (Al-Bujari)

 

Shayj Salim al-Hilali