Me refugio en Allah (poema)

 

 

Me refugio en Allah, Verdad Primera y Última, contra las tendencias de mi
propio nafs y el de los demás. A todos aquellos que intimaron en el pasado,
los awliya con los que coincido ahora en el tiempo y a todos a los que en el
futuro el Favorecedor favorecerá, que Allah les conceda la luz del saludo y
el privilegio de seguir reconociéndose a sí mismos como emanaciones directas
del Rahmán, y que ello repercuta en beneficio nuestro, siervos velados que
aún en el camino se encuentran hacia el reconocimiento de lo múltiple como
siendo el sello y el garante de Su Unicidad.

Ya han llegado, son la Gente del saboreo.
Como por sí mimos lo han comprobado,
Las pruebas y refutaciones intelectuales
Son para ellos el pasatiempo
Con el que los de corazón velado
Entretienen sus días mientras que en sus noches
Permanecen ignorantes e ignorados.

El Se acuerda si te acuerdas,
Te Ama si eres amante sincero
En la búsqueda del que te colma
En tu vacío, del que te llena
Para hacerte morir desbordado.
El es Amante celoso que no tolera
Que tu amor disperses en inútiles
Quimeras y que andes errado.

Más tarde o más temprano reclama lo que Le pertenece;
El Creador y lo creado se añoran mutuamente
Y no dejan aproximarse hasta que se confunden
Dejando ya de estar diferenciados.
Poco a poco el amante y el Amado van retirando los velos
Que los hacen vivir separados.

El amante sincero en el velo no se ofusca,
Ni se distrae, ni la búsqueda abandona
Del que intuye al otro lado;
Al contrario, lo que le separa es motivo
De alegría para su noble corazón purificado
Ya que descorrer los velos hacia el Amado
Es su camino recto, su senda sagrada hacia el Siempre Oculto
Tras el velo de lo manifestado.

Su velo es El mismo pero no lo ve el separado.
Al final, cuando devenga libre del esfuerzo por alcanzar
Lo que por derecho propio le pertenece
Desde tiempo sin principio y hasta el después del final,
En su distancia celebrará Su reencuentro
Y en Su reencuentro la distancia no será
Sino como la ilusión de los reflejos de la luna en el agua
Que caprichosamente se dibujan sobre la cortina del mar.

Lo que a otros hunde al faquir agiganta
Porque en la prueba se vence a sí mismo
Haciendo de su derrota el mejor de los aliados.
Llenando su no-yo con el Soy desborda sus límites
Y abarca lo inabarcable, no por él mismo sino por El,
Aquel que le hace morir y resucitar a Su lado.

El es Allah, el que se oculta en Su velo que es El Mismo.
El es Allah, el que se muestra evidente en la huella de lo manifestado.
El es Allah, el que ama a su siervo hasta que su siervo deviene de El
indiferenciado.
El es Allah, el Uno-Único manifiesto.
El es Allah, el que reunifica Su obra
El es Allah, el que dispersa lo creado.
El es Allah, El es El.
El... Sin agregado.

En Su seno las formas se aniquilan,
Las luces se reabsorben,
Los universos se reconfiguran,
La vida y la muerte se suceden en vertiginoso cambio.
En EL el loco enloquece,
El pudoroso enrojece,
El viejo envejece,
El vil se envilece,
El peregrino busca su kaaba,
Y El mercader en esta vida su tajada
Y la otra la tumba que le espera engalanada.

Entre todos ellos el faquir,
Un Pobre infeliz abandonado.
Ausente a los mundos,
Presente siempre al cumplimiento del decreto
Que lo vacíe de sí mismo
Para ser vivido por el Amado.

Entre los brazos del Amado,
Su visión purificada ya no errará
Por las fronteras entre lo visto
Y su sí mismo que enfoca
Hacia las estelas que va dejando
El Majestuoso en su Inmensidad,
Sino que inevitablemente
Gozará despreocupada
De los gozos del Siempre Presente,
Solo ausente al empeñado
En afirmarse a sí mismo
Como algo separado de la Fuente Original.

No sacrifiquemos por baratijas
Las joyas que resplandecen
Al soltar el lastre del “yo soy”
En el seno de Su Radiante Belleza y Majestad:
La dulce muerte del wali,
Muerte que es vida
Para el siervo de Allah,
Para el que nada tiene,
Ni se conforma con menos que Su Faz.

Todas las bendiciones recaigan sobe al Profeta Amado
Que vino con la antorcha verdadera de La ilaha illa Llah,
Anunciadora del feliz reencuentro
Del esclavo con Su Califato,
Del incapaz con todo Su Potencial:
Muhammad, el Profeta Iletrado,
El que no rehuyó de su tiempo
Y se implicó hasta el tuétano con los suyos
Aceptando siempre la voluntad de Allah.
El que hizo olvido de sí mismo para recuerdo nuestro, su umma,
Musulmanes aturdidos en estos tiempos de oscuridad.

Que la Luz de la Verdad resplandezca siempre,
En toda circunstancia, en todo momento y en todo lugar.

 

(Uthman. Sevilla 27 de septiembre de 2006.)