El amor y la tolerancia del Profeta
hacia
la Humanidad
El Profeta Muhammad (s.a.s.) es descrito en el Corán con las siguientes
palabras:
"Y no te Hemos enviado sino
como misericordia para la humanidad" (Al-Anbiya': 107)
Este rasgo distintivo subraya el hecho de que el Profeta (s.a.s.) se
tratara de una expresión de bendiciones tanto en palabras como en hechos.
Según una tradición recogida en el Sahih
del Imam Muslim, cuando los oponentes del Profeta (s.a.s.) aumentaron las
persecuciones contra él, sus Compañeros le pidieron que los maldijera, a lo
que respondió, "No he sido enviado para maldecir a los hombres sino como
una bendición para ellos". Sus enemigos siguieron maltratándoles a él y
a sus Compañeros, pero siguió pidiendo por los mismos.
En cierta ocasión fue apedreado por sus enemigos de tal forma que comenzó
a sangrar por todo el cuerpo. Esto sucedió cuando se dirigía hacia Ta'if,
donde la aristocracia del Hiÿaz solía descansar en verano. Cuando les convocó
para que aceptaran el Islam, en vez de escuchar sus sabias enseñanzas,
convocaron a todos los golfillos de la ciudad los cuales le persiguieron y se
mofaron de él hasta el anochecer. Incluso en aquel momento, cuando se hallaba
exhausto y sangrando de pies a cabeza, todo lo que dijo fue, "¡Oh mi Señor,
guía a mi pueblo por el sendero recto, pues son ignorantes de la verdad."
Su corazón rebosaba amor por la humanidad independientemente de su rango
social, de sus creencias o del color de su piel. En cierta ocasión aconsejó a
sus Compañeros que consideraran a todo el mundo como sus hermanos y hermanas, y
añadió, "Todos vosotros sois criaturas procedentes de Adam y Adam nació
del barro."
Todo esto nos habla del tipo de conciencia que quería despertar en el
hombre. Su misión consistía en llevar a la gente a la realidad de que todos
los hombres y mujeres, que aunque habitantes de diferentes lugares del mundo, y
aparentemente diferentes unos de otros en cuanto a su color de piel, lengua,
vestido, cultura, etc. eran hermanos unos de otros. Por lo tanto solo sería
posible una relación adecuada entre todos los seres humanos si se consideraran
unos a otros como hermanos y hermanas, tan solo entonces se desarrollarían auténticos
sentimientos de amor y respeto en todo el mundo.
Según un hadiz, el Profeta (s.a.s.) dijo, "Un auténtico musulmán
es aquel con el que otros se hallan seguros. Uno que devuelve amor por
odio." El Profeta (s.a.s.) dejó claro que aquel solo devolvía amor por
amor estaba en un plano ético inferior.
En cierta ocasión el Profeta (s.a.s.) pidió prestado algún dinero a un
judío. Después de unos días, el judío fue a reclamar su dinero. El Profeta
(s.a.s.) le dijo que en aquel momento no tenía nada para poder devolverle el
dinero, entonces, el judío permaneció allí desde la mañana a la noche,
reteniendo cautivo al Profeta (s.a.s.). En aquel entonces el Profeta (s.a.s.)
era el gobernador elegido de Medina y podría haber tomado fácilmente medidas
contra él. Sus Compañeros naturalmente querían que le hubiera echado una
reprimenda y que lo hubiera expulsado de la casa. Pero el Profeta (s.a.s.) no
quiso y dijo, "El Señor nos ha prohibido hacer daño a nadie." El judío
mantuvo retenido al Profeta (s.a.s.) hasta la mañana siguiente. Pero con las
primeras luces del alba, el judío se conmovió ante la paciencia del Profeta
(s.a.s.) y abrazó el Islam. La noble conducta del Profeta (s.a.s.) tuvo tal
impacto en él que le quiso entregar toda su riqueza diciendo, "Gástala
como quieras."
Según otro hadiz, el
Profeta (s.a.s.) dijo, "Por Allah, él no es un musulmán, por Allah, él
no es un musulmán, por Allah, él no es un musulmán, pues con él sus vecinos
no están seguros." Este hadiz muestra cuanto amaba y se preocupaba por
todos los seres humanos. Una de sus enseñanzas fue que debíamos vivir entre
los demás como flores y no como espinas, sin perjudicar a nadie.
En otro hadiz el Profeta (s.a.s.) dijo, "Si un musulmán no es capaz de beneficiar a otros, al menos no debe hacerles daño." Esto demuestra que para el Profeta (s.a.s.) el hombre que es útil a los demás se conduce en la vida en un plano elevado, pero que si no es capaz de hacerlo al menos no debe crear problemas a sus compañeros. Para un hombre que de verdad se considere siervo de Allah, debe vivir en este mundo como una persona que no crea problemas. No hay una segunda opción.
El propio ejemplo del Profeta (s.a.s.) fue atestiguado por Anas ibn Malik,
quien estuvo al servicio de él durante diez años, y dijo que el Profeta
(s.a.s.) jamás le reprendió. "Cuando hacía algo, nunca me cuestionaba mi
manera de hacerlo; y cuando no hacía algo, nunca me preguntaba por qué no lo
había hecho. Era el hombre de conducta más noble entre todos los
hombres." Tal conducta le ganó incluso el respeto de sus enemigos, y la
permanencia de sus seguidores incluso en las circunstancias más adversas. Aplicó
el principio de igualdad de trato ante aquellos que habían seguido su senda
como ante aquellos que le habían hecho daño.
En el mundo actual, los pensamientos, gustos, actitudes, deseos y
aversiones no pueden coincidir plenamente. Por muchas razones, las diferencias
son evidentes en este mundo. Entonces, ¿cuál es la solución al problema?, la
solución reside en la tolerancia. La vida entera del Profeta (s.a.s.) fue un
ejemplo de este principio. Según su mujer 'Aisha (r.a.), "Él era la
personificación del Corán."
Es decir, el Profeta (s.a.s.) moldeó su propia vida de acuerdo con el
modelo de ideal de vida que presentó a los demás en la forma del Corán. Nunca
golpeó a un sirviente, a una mujer, ni a nadie en su vida. Pero por supuesto
luchó por aquello que era justo, no obstante cuando podía elegir entre dos
alternativas, elegía la más fácil, siempre y cuando, claro está, no
contraviniera los principios del Islam. Nadie era más atento en evitar la
trasgresión de los principios islámicos que él. Nunca buscó la venganza en
el daño que pudo haber sufrido, tan solo si las órdenes de Allah eran rotas
entonces sí aplicaba el castigo siguiendo la orden de Allah. Fue esta conducta
la que le hizo ganarse el respeto universal.
En los primeros tiempos de Meca cuando los enemigos excedían en mucho a
los Compañeros del Profeta, sucedía a menudo que cuando el Profeta (s.a.s.)
estaba de pie haciendo el Salat, sus detractores se le acercaban y le silbaban y
tocaban las palmas para distraerle, pero él (s.a.s.) jamás mostró cólera
ante tales actos. Siempre optó por la política de la tolerancia y evitar la confrontación.
Cuando la oposición se hizo muy fuerte, abandonó Meca y se dirigió
hasta Medina, y así un estado de guerra emergió entre musulmanes y no
musulmanes. El Profeta (s.a.s.) evitó la guerra a toda costa y por ello luchó
por alcanzar un tratado de paz entre él y los habitantes de Meca. Después de
grandes esfuerzos por su parte, los no musulmanes estuvieron de acuerdo en poner
fin a un periodo de 10 años de acuerdo de tratado de paz, redactado y firmado
en Al-Hudaybiyyah.
Mientras el tratado de Hudaybiyyah estaba siendo firmado la gente de Meca
llevaron a cabo gran número de provocaciones. Por ejemplo, el acuerdo
mencionaba el nombre de Muhammad como "Muhammad el Mensajero de
Allah", mientras que sus enemigos insistían en que la frase
"Mensajero de Allah" debía ser eliminada y reemplazada por "hijo
de Abdullah". El Profeta (s.a.s.) aceptó esta irrazonable condición y
borró con su propa mano la suya. De igual modo, sus enemigos estipularon que si
apresaban a un musulmán lo tomarían como rehén, pero que si los musulmanes
detuvieran a un no musulmán, habrían de ponerlo en libertad. El Profeta
(s.a.s.) incluso aceptó esta cláusula. Con el objeto de restablecer la paz en
la región, el Profeta (s.a.s.) aceptó una serie de cláusulas injustificadas añadidas
por sus enemigos.
En cierta ocasión el Profeta se hallaba sentado en cierto lugar en la
ciudad de Medina junto con sus Compañeros, y en ese momento pasó un cortejo fúnebre
por su lado, y al verlo el Profeta (s.a.s.) se puso en pie. Uno de sus Compañeros
hizo el comentario de que se trataba del funeral de un judío, y él (s.a.s.) le
replicó, "¿Acaso no era un ser humano?"
Este incidente ilustra de como puede instaurarse una atmósfera de amor y
compasión mutua en el mundo con solo levantarse de forma consciente por encima
de toda significación social, de color o credo. Tal y como hizo el Profeta
(s.a.s.), nosotros también debemos mirar a todos los hombres como a seres
humanos que merecen ser respetados todos
los niveles.
IslamOnline
Traducción: Musulmanes Andaluces