INTRODUCCIÓN AL SALAT

 

          Estatuto (hukm) del Salât, su razón de ser (hikma) y su valor   

 

          1- El Salât es una farîda, es decir, un acto prescrito por Allah que el musulmán tiene la obligación de cumplir observando todas sus reglas. Allah menciona su obligatoriedad en muchos versículos del Corán: “Estableced el Salât. El Salât es, para los mûminîn, una obligación que deben cumplir en momentos precisos”. El Profeta (s.a.s.) confirmó el Corán cuando dijo: “El Islam se alza sobre cinco pilares: la pronunciación de la Shahâda, el establecimiento del Salât, el pago del Çakât, el ayuno de Ramadán y la Peregrinación”.

          2- El Salat, en sí, es Tahâra, es decir, purifica al corazón y lo hace digno de Allah. El Corán dice: “Estableced el Salât. El Salât aparta al ser humano de la deshonestidad y el mal”.

          3- El mérito y virtud (fadîla) del Salât aparecen reflejados en numerosos hadices: “El Islam es la cabeza; el pilar es el Salât; su cumbre es el Ŷihâd”. “El abandono del Salât es lo que diferencia al kâfir del mûmin”. Cuando se le preguntó a Sidnâ Muhammad (s.a.s.) cuál es la mejor de las acciones, respondió: “Realizar el Salât en su momento”. También dijo: “Los cinco Sâlats son como un río que pasase delante de vuestra casa, y cada día lo atravesarais cinco veces. ¿Creéis que toda esa agua dejaría en vosotros alguna suciedad? De igual modo, el Salât diluye las marcas del mal en el ser humano”. “Cuando llega el momento de hacer el Salât, y alguien hace las abluciones prescritas, se concentra y recoge, y cumple estrictamente con los gestos del Salât, todo ello se convierte en una kaffâra (expiación) de sus maldades anteriores (salvo si se trata de daño cometido contra alguien), y así toda la vida”.

 

          Fard, Sunna y Nafl

 

          1- Fard (obligatorio, prescrito e imprescindible) son los cinco Salâts: Zuhr (al mediodía), ‘Asr (a la media tarde), Magrib (a la puesta del sol), ‘Ishâ (entrada la noche) y Subh (al amanecer). Estos son los cinco Sâlats a los que no debe faltar nunca ningún musulmán.

          2- Sunna son Salats recomendados, y los hay de dos tipos:

          Muy recomendados (sunna muákkada), lo que los hace ser prácticamente obligatorios, y son los siguientes: 1- Witr (una sola rak‘a con la que se clausura el Salât de la noche); 2- Faŷr (dos rak‘as antes del amanecer); 3- ‘Îd (dos rak‘as en cada una de las dos fiestas); 4- Kusûf (para el eclipse de sol); 5- Istisqâ (cuando se necesite que llueva).

          Recomendadas en grado menor (gáir muákkada), y son las siguientes: 1- Tahíat al-Másŷid (dos rak‘as al entrar en una mezquita); 2- Rawâtib (son rak‘as que se hacen antes y/o después de los cinco Salâts obligatorios); 3- Dos rak‘as después de las abluciones; 4- Duhà (por la mañana); 5- Tarâwîh (durante las noches en Ramadán); 6- Qiyâm al-Láil o Taháŷŷud (durante las noches).

          3- Nafl son Salâts que se hacen de noche o de día al margen de las sunnas.

 

          Condiciones de obligatoriedad (shurût wuŷûb)

 

          Cuando se dan las siguientes circunstancias, el Salât es obligatorio (wâŷib):

          1- El Islam. Allah exige al musulmán que realice el Salât. En cuanto una persona es musulmana, el Salât se convierte en una de sus obligaciones con las que da forma y contenido a su Islam.

          2- La razón (‘aql). El que no sea dueño de sus facultades mentales no está obligado a realizar el Salât. Todo musulmán con discernimiento está obligado a hacer el Salât.

          3- La madurez (bulûg). El menor no está obligado a realizar el Salât. Se considera que se ha alcanzado la madurez con la pubertad. Todo musulmán en uso de sus facultades mentales y que haya alcanzado la pubertad está obligado a hacer el Salât.

          4- La llegada del momento prescrito para el Salât (dujûl al-waqt). A partir del momento estricto señalado para el comienzo del Salât, éste es obligatorio.

          5- Estar libre de la sangre de la menstruación y el puerperio. Toda mujer fuera del estado del periodo o la cuarentena está obligada a hacer el Salât.

          En resumen, cuando llegue el momento de hacer el Salât, éste es una obligación que incumbe personalmente a cada musulmán y musulmana que estén en uso de razón y sean adultos, y, además, en el caso de la musulmana, siempre que no tenga la regla o haya dado a luz y tenga flujos de sangre. Estas cinco son las condiciones de obligatoriedad del Salât (shurût al-wuŷûb).

 

 

          Condiciones de validez (shurût as-sihha)

 

          Hemos visto en qué circunstancias el Salât es obligatorio. Nos queda por saber qué condiciones hay que cumplir para que, además, sea válido:

          1- Tahâra. Hay que estar en estado de pureza, que se logra realizando las abluciones necesarias: wudû para la impureza menor (hádaz ásgar), gusl para la impureza mayor (hádaz ákbar), tayámmum si no se puede utilizar agua.

Además, tanto el cuerpo como la ropa del que vaya a hacer el Salât, así como el lugar en que vaya a realizarlo, deben estar limpios de inmundicias (jábaz).

          2- Satr al-‘Áura, que consiste en llevar cubiertas las partes íntimas del cuerpo. Se llama ‘Áura a la parte del cuerpo que debe ir cubierta de ropa. La ‘Áura del varón va del ombligo a las rodillas. La ‘Áura de la mujer es todo su cuerpo salvo el rostro y las manos.

          3- Istiqbâl al-Qibla, que consiste en orientar el cuerpo hacia la Qibla (la Mezquita Harâm). Esta condición no tiene por qué cumplirla quien no pueda determinar la orientación, no pueda moverse, o esté en un vehículo en movimiento, o cualquier otra razón de peso.

          En resumen, el Salât es obligatorio en las condiciones que hemos visto en el apartado anterior. Pero, además, hay que tener en cuenta que para que el Salât sea válido tienen que darse otras tres condiciones: que se esté en estado de pureza, que el cuerpo esté convenientemente vestido y que el Salât se haga con el cuerpo orientado hacia la Qibla.