La catastrófica situación humanitaria en Chechenia

 

         Con una tasa de 60.000 a 100.000 muertos desde 1994, el 40% de los cuales son niños, una elevada masa de refugiados y desplazados, uno de los países del mundo con mayores problemas de minas, junto con un sistema de salud y de infraestructuras destrozado, Chechenia hace frente a una de las peores situaciones humanitarias del mundo. La ausencia de trabajadores voluntarios en la región debido a la falta de seguridad y de fondos económicos ha agravado la situación de la población civil inocente chechena.

         El conflicto entre Chechenia y Rusia puede datarse hasta el año 1853, cuando el deseo de Rusia de conquistar la región del Cáucaso en un intento por acrecentar sus límites territoriales condujo a la guerra de Crimea (1853-1856) contra el pueblo de Chechenia. Con su declaración de independencia de Rusia en Septiembre de 1991, la tensión entre los dos países creció de nuevo. En Diciembre de 1994 las tropas rusas entran de nuevo en Chechenia produciéndose un nuevo conflicto sangriento entre ambas nacionalidades. Después de cuatro años en los que se suspendieron las acciones militares de envergadura, las hostilidades se reanudaron en Agosto de 1996 responsables de la actual crisis humanitaria.

        

La plaga de las minas

         A lo largo de su lucha por la independencia de la Federación Rusa, el pueblo checheno ha sufrido tremendamente. Los civiles, y especialmente las mujeres y los niños, son los que mayor precio han pagado en este conflicto. Tanto rusos como las fuerzas chechenas continúan haciendo uso de las minas terrestres como arma fundamental. El uso extensivo de las minas terrestres ha sido un problema en particular para los 300.000 refugiados que han tenido que desplazarse hasta los campos de refugiado de la vecina Ingushetia. El miedo a tropezar con alguna de estas minas impide a la mayoría de estos refugiados retornar a sus hogares.

         Según el organismo internacional International Campaign to Ban Landmines, cuyo objetivo es la prohibición de las minas antipersonas en todo el mundo, se pueden encontrar en Chechenia más minas terrestres que en cualquier otra región del mundo. También ha informado este organismo, que a lo largo del año 2002 se registraron un total de 5.695 víctimas causadas por estas minas, una cifra dos veces superior a la registrada en el año 2001, 938 de las cuales fueron niños. El significado de estos números es claro si tenemos en cuenta el hecho de que la región tiene una población de menos de un millón de habitantes.

         Aunque es imposible dar un recuento cierto debido a la actual situación de inseguridad de la zona, ha sido estimado en el último año por Olara Otunnu, representante especial de las Naciones Unidas para los niños en los conflictos armados, que el número de minas terrestres plantadas en Chechenia es alrededor de medio millón, lo cual hace de Chechenia, “una de las zonas con más densidad de minas sembradas en el mundo...mucho más incluso que Afganistán, Angola y Sri Lanka.”

         Desde el comienzo del conflicto, se estima que el número de víctimas causadas por las minas y otros explosivos ha sido de más de 10.000, la mitad de los cuales han sido niños.

         Según Aida Ailarova, una experta de Naciones Unidas de UNICEF, con cargo en la Oficina Nacional de Mine Action en Vladikavkaz, “Ambos bandos usan de forma extensiva las minas antipersona. Aunque la guerra terminara mañana, llevaría años hacer de Chechenia un lugar seguro. Pero en tanto continúe el conflicto nadie empezará a limpiar de forma seria estas minas.”

         Se estima que alrededor de 100.00 hectáreas de tierra cultivable en Chechenia necesitan una limpieza de este tipo de minas antipersonas. Sin embargo, con la retirada de las pocas agencias internacionales que trabajaban en la limpieza de minas, la situación actual del país es la de un abandono total en proyectos de limpieza del terreno. La única acción que se está llevando a cabo actualmente es la distribución de postes de peligro de minas sobre todo dirigidos a niños y adolescentes.

         Con tan solo una clínica en la región del Cáucaso Norte capacitada para cuidados protésicos, y fisioterapia, las necesidades de tratamiento tanto en prótesis como en rehabilitación también suponen un gran problema en la actualidad.

        

         La grave situación de los desplazados y refugiados

         Desde el comienzo del conflicto, más de 350.000 personas han abandonado el país. Hay aproximadamente alrededor de 84.000 refugiados viviendo en campos de refugiados u otros asentamientos en la vecina Ingushetia. Estos refugiados, especialmente los 12.000 que viven en tiendas de campaña, son continuamente hostigados por las fuerzas rusas que los someten a registros arbitrarios, detenciones, secuestros y malos tratos y otras humillaciones con el objeto de forzarlos a regresar a Chechenia. Igualmente el acceso a los campos por parte de organizaciones humanitarias y de derechos humanos es negado arbitrariamente por las autoridades rusas.

         La situación sanitaria de los refugiados es deplorable. El hacinamiento y las condiciones insalubres ha conducido a una elevada tasa de enfermedades respiratorias, de piel, diarreas y otras enfermedades gastrointestinales, especialmente entre la población infantil. Igualmente las bajas temperaturas, habitualmente por debajo de los cero grados, junto con unas tiendas escasamente preparadas para estas temperaturas, hacen tremendamente difíciles las condiciones de vida de estos refugiados.

         Por otra parte, se registra también una falta de alimentos básicos, agua potable así como de instalaciones adecuadas para los residuos. Los centros de asistencia sanitaria que aún funcionan carecen de lo más elemental, incluyendo medicinas y material quirúrgico.

         En los últimos tiempos se ha incrementado la tasa de tuberculosis entre la población de refugiados y de otras enfermedades contagiosas. Un examen de la población infantil de Chechenia llevado a cabo por la Association of Women Doctors of Chechenia mostraba que más del 50% de los niños sufrían de un déficit patológico de Yodo, mientras que el 76% de los mismos sufrían de diferentes tipos de enfermedades y trastornos. La tasa de inmunización es extraordinariamente baja entre refugiados y residentes locales, ya que tan solo un 24.6% de los niños desplazados reciben vacunación.

 

         Efectos psicológicos de la guerra

         La guerra ha dejado una profunda huella entre los niños chechenos. Habiendo sido testigos de asesinatos, pérdida de seres queridos y muchas veces siendo ellos mismos víctimas de discapacidades, han quedado afectados tanto física como psicológicamente.

         Se estima que en Chechenia hay alrededor de 291.000 niños mientras que otros 40.000 viven en campos de refugiados en Ingushetia. Muchos de estos niños sufren de trastornos psicosomáticos o de efectos postraumáticos. Algunos de los síntomas que padecen son insomnios, pesadillas, comportamientos violentos, pérdida de interés escolar o de otras actividades en general, pérdida del poder de concentración y de comunicación así como ansiedad.

         Debido a la falta de profesionales así como a la casi ausencia de organizaciones internacionales de ayuda, el tratamiento de estos niños es bastante deficitario en la actualidad. Como en la mayoría de los conflictos y guerras, tampoco éste ha sido una excepción en causar el sufrimiento y el dolor a los inocentes.

 

         Autor: Aisha El-Awady, licenciada en Medicina por la Universidad del Cairo actualmente prepara su Máster y trabaja como profesora de Parasitología en la Facultad de Medicina.

         Fuente: Islamonline

         Traducción: Musulmanes Andaluces