Sobre la carne halal 

(3ª parte)

 

 Traducción de 'Abd l-Wahid Gutiérrez

 

 anterior

La carne de los Zoroastrianos y pueblo similares

 

         Existe diferencia de opinión entre los juristas en cuanto a la carne de animales sacrificados por zoroastrianos o persas (magos). La mayoría de juristas prohíben su consumo por considerar a estos pueblos como politeístas, mientras que otros califican su carne como halal atendiendo a lo que el Profeta (s.a.s.) dijo: “Tratadlos como tratáis a la Gente del Libro” (Transmitido por Malik y Ash-Shafi’i. La parte final añadida al hadiz donde se dice, “no casaros con sus mujeres ni comed sus carnes”, no se considera auténtica por los recopiladores de hadices).

 

         El profeta aceptó el yiçia de los zoroastrianos del Hayar, (transmitido por Bujari y otros)

 

         En el capítulo acerca del sacrificio del libro de Ibn Hazm, Al-Muhalla, vol.7, p.456, el autor dice: “Ellos también son Gente del Libro; por tanto todas las reglas aplicables a la Gente del Libro le son aplicables a ellos también”. Indudablemente la opinión de Ibn Hazm tiene gran peso ya que era muy escrupuloso en la aplicación de los textos del Corán y los hadices, a la vez que era un gran conocedor en lo referente a la historia de los pueblos y sus costumbres.

 

         Al-Bagdadi en su libro Al-Farq Bayna al-Firq, dice: “Los zoroastrianos dicen que Zoroastro fue un Profeta.” Algunos pensadores islámicos modernos que han llevado a cabo investigaciones de culturas antiguas, tales como Abul Kalam Azad, sostienen este punto de vista. De igual modo los Sabeos son catalogados por Abu Hanifa como pertenecientes a la Gente del Libro. Algunos investigadores contemporáneos han intentado extender el círculo de la Gente del Libro para poder incluir a idólatr como hindúes y budistas, no obstante esto es llevar demasiado lejos la cuestión. Véase por ejemplo Tafsir al-Manar, vol.6 sobre la interpretación de la aya, “El alimento de aquellos a los que les fue otorgada la Escritura es lícito para vosotros”, en el capítulo referente al alimento de los idólatras y al casamiento con sus mujeres.

         Regla: No debemos pedir pruebas sobre aquello de lo que no hemos sido testigos.

 

         No es necesario para el musulmán investigar sobre aquello de lo que no ha sido testigo, es decir, ¿cómo fue sacrificado el animal?, ¿reunía la forma de sacrificio las condiciones islámicas?, ¿se mencionó el nombre de Allah a la hora del sacrificio?. Si el animal fue sacrificado por un musulmán, aún cuando fuese éste un ignorante, o bien hubiese sido sacrificado por alguien de entre la Gente del Libro, su alimento es lícito para nosotros.

 

         Ya hemos mencionado el hadiz en el que se le preguntó al Profeta (s.a.s.): “La gente nos trae carne y no sabemos si han mencionado sobre ella el nombre de Allah o no. ¿Debemos comerla?, y el Profeta (s.a.s.) le contestó, “Mencionad el nombre de Allah y comedla”. En lo referente a la aplicación de este hadiz, los juristas dicen: esto es una prueba de que las acciones y prácticas de la gente son consideradas ordinariamente como correctas y apropiadas, mientras que la desviación y el error deben ser probados.

 

         La Caza

 

         Muchas tribus árabes y de otros pueblos han extraído siempre su sustento de la caza, por este motivo el Corán y la Sunna se han dirigido a los mismos en lo referente a este tema. Los juristas islámicos siempre han tratado este tema de la caza en un capítulo separado, explicando lo que es lícito y lo que está prohibido, lo que es obligatorio y lo que es recomendable, ya que muchos animales y pájaros cuya carne es saludable no están domesticados ni bajo control humano.

         Para considerar su consumo halal, el Islam no exige que las gargantas de tales criaturas sean cortadas o el hueco de las mismas sean horadadas, tal como se requiere para el sacrificio de animales domésticos. Basta con hacer algo similar a esto pero en grado menor en función de las circunstancias de la cacería.

 

         Los pueblos siempre han seguido sus instintos a la hora de cazar, y el Islam no se opone a lo que es natural e instintivo, sino que tan solo añade unas cuantas condiciones en relación a la caza, tal como lo hace con todos los asuntos de la vida cotidiana de un musulmán, de acuerdo con su sistema general de vida. Algunas de estas condiciones se aplican al cazador, otras a la cacería y otras al instrumento de caza. Estas condiciones son aplicables, naturalmente, a la caza en tierra, ya que en lo referente a la pesca Allah ha permitido todo sin excepción tal como fue mencionado con anterioridad: “La pesca en el mar es lícita para vosotros e igualmente su alimento es provisión para vosotros y para aquellos que navegan...” (Corán, 5:99)    

 

 

         Condiciones pertenecientes al cazador

 

         Las condiciones que ha de reunir un cazador son las mismas que se exigen para el carnicero, a saber: que sea musulmán, judío, cristiano, zoroastraino o sabeo.

 

         El islam enseña que el cazador no ha de cazar meramente por deporte, sino que su intención ha de ser el consumo o la obtención de algún provecho del animal muerto. El Profeta (s.a.s.) dijo: “Si alguien mata un gorrión por deporte, el gorrión gritará el Día del Juicio, ‘¡Oh Señor, aquella persona me mató en vano!, ¡no me mató por un propósito útil!”. (Transmitido por An-Nisai e Ibn Hibban en su Sahih). Y también dijo: “Aquel que mate un gorrión o algo mayor sin una causa que lo justifique, Allah le pedirá cuentas el Día del Juicio. Los oyentes le preguntaron, ¿oh Mensajero de Allah, qué causa puede justificarlo?, y él respondió, ‘que se mate para comer y no simplemente que le corte la cabeza y luego arroje el resto del cuerpo”. (Transmitido por An-Nisai y al-Hakim).

 

         Otra condición ha de ser que el musulmán no se encuentre en estado de Ihram  para realizar la Peregrinación mayor o menor, ya que en este tiempo se encuentra en un estado de paz y serenidad cuya esfera se extiende a los animales y pájaros de alrededor suya. Aunque se le presentara una presa a su alcance no le está permitido cazarla. Esto constituye una prueba y una enseñanza para el musulmán que le fortifica y aumenta su confianza, tal como Allah dice: “¡Oh vosotros los que os habéis abierto a vuestro Señor! No matéis mientras estéis en el estado de Ihram..(5:98)...y la caza es haram para vosotros mientras estéis en el estado de Ihram...(5:2)

 

         Condiciones pertenecientes a la caza

 

         Una de las condiciones pertenecientes a la caza es que debe ser de animales a los cuales el hombre no puede tener bajo control y que por tanto pudieran ser sacrificados correctamente, pues si así fuera deben ser sacrificados acorde a las normas ya antes vistas.

 

         Igualmente, si uno alcanza con su flecha a la presa o bien el perro de caza la captura y el animal conserva aún vida cuando llegamos hasta la misma entonces, debe serle cortada la garganta. No obstante, aunque cortarle la garganta es lo aconsejable, si el animal apenas tiene vida el cazador puede dejarle morir sin llegarle a cortar la garganta no habiendo en ello nada dañino.

 

         Según los dos Sahih, el de Bujari y Muslim, el Profeta (s.a.s.) dijo: “Cuando echéis vuestros perros de caza tras la presa mencionad el nombre de Allah. Si el animal alcanza la presa, y cuando llegáis hasta la misma aún conserva la vida, cortadle la garganta”.

 

Condiciones del instrumento de caza

 

         Los instrumentos de caza son de dos tipos:

a)     Armas, como espadas, flechas y lanzas, tal como se menciona en la aya: “...en la caza que hacéis con vuestras manos y vuestras lanzas...(5:97)

b)    Animales entrenados para la caza, tales como el perro o el leopardo entre los animales terrestres y el halcón entre las aves. Allah (s.t.) dice: “Di: Todo aquello que es bueno es lícito para vosotros. Y comed de aquello que han capturados vuestros animales entrenados para la caza, enseñadles tal como Allah os ha enseñado...” (5:5)

 

Caza con armas

 

Dos condiciones han de ser satisfechas cuando la caza se realiza con armas. En primer lugar, el arma debe perforar el cuerpo del animal efectuándole una herida., la muerte por un mero impacto no hace halal dicha carne. ‘Adi bin Hatim narró: “Si lanzáis el arma y ésta penetra en el animal, comedlo, pero si el animal muere por el impacto de la parte no cortante del arma, no comáis de él.” (Transmitido por Bujari y Muslim). Este hadiz prueba que lo que determina que una presa sea halal es que el cuerpo del animal sea perforado por el arma en cuestión, aunque ésta sea roma. De igual manera, la caza efectuada por un rifle,  una pistola o similares, se considera halal y a que el proyectil penetrará el cuerpo del animal incluso más que lo que pudiera hacer una flecha, una lanza o una espada.

 

         En relación al hadiz transmitido por Ahmad, “No comáis de lo que ha sido cazado con un ‘bunduqa’ a menos que lo hayáis sacrificado” y al narrado por al-Bujari proveniente de Ibn ‘Umar, que señala que el animal muerto por un bunduqa es similar a un animal muerto por un golpe, hay que decir que bunduqa aquí se refiere a una bola de arcilla y no se puede equiparar al moderno proyectil. El Profeta (s.a.s.) de la misma forma prohibió arrojar piedras al animal de caza, diciendo, “No sirve para la caza o para matar a un enemigo el arrojar piedras, pues con ello tan solo romperéis un diente o le saltaréis un ojo.” (Transmitido por al-Bujari y Muslim)

 

                  La segunda condición establecida para la caza con armas es que se debe mencionar el nombre de Allah cuando se dispara o arroja el arma, tal como el Profeta (s.a.s.) instruyó a ‘Adi bin Hatim, cuyas narraciones constituyen la fuente de material sobre este aspecto. Esto es igualmente válido para cuando la caza se realice con un rifle.

 

         Caza con perros y similares

Si la caza se hace con perros, halcones o animales similares, se necesita lo siguiente: en primer lugar, debe ser un animal adiestrado; en segundo lugar, el animal debe coger la presa para su amo y no para él mismo, tal como el Corán especifica; y en tercer lugar, debe mencionarse el nombre de Allah cuando se suelta al animal en busca de la presa. La fuente de estas condiciones se encuentra en la siguiente aya:

 

                  “Ellos te han preguntado (Oh Muhammad) que le es lícito como alimento. Diles: Todo lo bueno es lícito para vosotros. Y comed de aquello que vuestros animales adiestrados para la caza han capturado, enseñándoles tal como Allah os ha enseñado, y mencionando el nombre de Allah sobre ellos... (5:5 (4) )

 

         1. La definición de “entrenamiento” es bien conocida. Significa que el animal entrenado está bajo el control de su dueño de tal manera que cuando éste le llama aquel responde, cuando le manda a capturar la presa, va y la caza; y cuando le da una orden de que se detenga se para. Los juristas han establecido una serie de condiciones en este sentido, no obstante el sentido común es una guía más adecuada a la hora de decidir si un animal está o no entrenado para la caza.  

 

         2. La definición de “coger la caza para su dueño”, significa que el animal no debe comerse lo capturado. El Profeta (s.a.s.) dijo: “Si enviáis a un perro de caza tras la presa y se come parte de ésta, no debéis comer del animal, ya que el perro la ha cazado para sí y no para vosotros; pero si el perro mata a la presa sin comérsela, podéis comerla, pues entonces el perro la ha cazado para su dueño.” (Narrado por Ahmad; también ha sido transmitido por al-Bujari y Muslim)

         Algunos juristas hacen la distinción entre diferentes animales de caza como por ejemplo entre perros de caza y pájaros tales como el halcón. Su opinión es que comer de una presa que ha sido comida parcialmente por un ave de caza es lícito, mientras que no sería lícito comer de una presa que haya sido comida parcialmente por un perro de caza.

 

         La razón para el establecimiento de estas dos condiciones arriba señaladas es, en primer lugar, enfatizar que el perro de caza esté bien entrenado, siempre bajo el mando de su dueño, y en segundo lugar, preservar la dignidad humana al no permitirle al hombre comer de los despojos que han dejado otros animales. Finalmente hemos de señalar que un perro bien entrenado equivale a un arma inerte, como una flecha, en las manos del cazador.

 

         3. Mencionar el nombre de Allah cuando se suelta al perro para que capture la presa es como mencionar el nombre de Allah cuando se dispara la flecha, se arroja la lanza o se golpea con la espada. La orden coránica “mencionad el nombre de Allah” también es enfatizada en hadices tales como el de ‘Adi bin Hatim.

 

         El carácter obligatorio de esta condición también ha sido demostrado por el hecho de que si se encuentra otro perro en la presa que no sea el del cazador no es lícito comer de la carne. ‘Adi le dijo al Profeta (s.a.s.), “Supón que envío mi perro para que vaya a cazar pero que me encuentro con otro perro en la presa, y no se qué perro la capturó”, el Profeta (s.a.s.) le replicó: “No la comas, pues tu mencionaste el nombre de Allah sobre tu perro pero no sobre el otro.” No obstante, si uno olvidase mencionar el nombre de Allah cuando se dispara el arma o se envía al animal para que capture la presa, se puede subsanar este olvido mencionando el nombre de Allah a la hora de comer la carne, pues Allah ha disculpado a su pueblo de los actos cometidos por  olvido o error. El significado de mencionar el nombre de Allah sobre el animal no hace falta repetirlo aquí ya que fue explicado anteriormente en relación con el sacrificio de los animales.

 

         Puede suceder por otra parte, que a pesar de que el animal haya sido herido por la flecha logre escapar, y el cazador encontrarlo, varios días después incluso, ya muerto. En tal supuesto, la caza se considera lícita para comer bajo las siguientes condiciones:

1)     Que no se encuentre en el agua. El Profeta (s.a.s.) dijo: “Si matáis con una flecha a un animal podéis comerlo. Pero si lo encontráis en el agua, no sabéis si la muerte se ha producido por ahogamiento o por vuestra flecha.” (Transmitido por al-Bujari y Muslim)

2)     Que no tenga otras heridas más que las vuestras. ‘Adi bin Hatim le preguntó al Profeta (s.a.s.), ¿Qué pasa si mato con mi flecha a un animal y lo encuentro a la mañana siguiente con ella?”,  el Profeta (s.a.s.) le replicó: “Si sabes que tu flecha lo mató y no encuentras otra heridas hechas por bestias salvajes, puedes comerla” (Transmitido por at-Tirmidi, que lo clasifica como hadiz sahih)

3)     Que la presa no se haya descompuesto. La gente con un sentido sano del gusto le repele y asquea la carne descompuesta, y además su ingesta puede ser dañina. Se narra en el Sahih de Muslim que el Profeta (s.a.s.) le dijo a Abu Th’alaba al-Jashini, “Si matas a una presa con una flecha y la encuentras al cabo de tres días, puedes comer de aquella parte que no esté descompuesta.”

 

Fuente: Traducido del libro Al-Halal wa Al-Haram fil Islam (Lo lícito y lo ilícito dentro del Islam) de Yusuf al-Qaradawi