al-Málik

EL REY

 

           Uno de los Nombres de Allah es al-Málik, el Rey. En árabe, el término Málik sólo es aplicable en su sentido pleno a Allah, porque en realidad designa únicamente a quien prescinde de todo mientras que nada prescinde de él. Sólo Allah cumple esa doble condición, por tanto, sólo Él es Málik en el pleno sentido de la palabra. Cuando se aplica a otro cualquiera, se hace un uso metafórico del término.

 

         Allah no necesita de nada ni de nadie, Él es suficiente para sí, por un lado, y, por otro, abastece a las criaturas de lo que necesitan, por pura magnanimidad. No debe nada a nadie, mientras que todo le debe todo. Su existencia es Él mismo, sus Cualidades son Él mismo y Él es Libre en sus acciones. Todo lo demás le debe la existencia, tiene las cualidades que Allah crea, y sus acciones están sujetas a la decisión de Allah. Para ser, Allah prescinde de todo; y las criaturas, para ser, necesitan de Allah. Esto es lo que hace de Él el Soberano, el Libre, al-Málik, mientras que la criatura es mamlûk, está sometida al Rey.

         Siendo así, todo lo que existe es de Allah y le pertenece: de Él viene todo lo que podemos ver, oír y pensar. De ahí que Málik también signifique Propietario. En este sentido, la creación entera es mamlûk de Allah, es posesión suya. El mundo es su reino, Mulk, su dominio, el espacio en el que se manifiestan su soberanía, su poder y su liberalidad.

 

         Nadie posee esas características, salvo Allah. Por eso decimos que el Nombre Málik le corresponde en plenitud a Él solamente. Ahora bien, puesto que una persona puede crecer en independencia respecto al mundo y a sus semejantes y proveer al mundo y a sus semejantes con sus bondades, -sin llegar jamás a alcanzar el grado de plenitud que corresponde en exclusiva al Creador de los cielos y de la tierra y sin poder en ningún momento prescindir de Él-, podemos afirmar que hasta cierto punto participa de la significación de la palabra Málik.

 

         Entre los seres humanos, merece el nombre de málik quien sólo posee a Allah y prescinde de todo lo que no sea Él, y junto a esto gobierna su reino, que es su corazón y su cuerpo, de modo que todas sus fuerzas y súbditos le obedezcan. Su verdadero reino es su corazón y su cuerpo, y sus ejércitos son sus pasiones, su ira, su apetito, y sus súbditos son su lengua, sus ojos, sus manos y el resto de sus miembros. Si gobierna todo ello y no es poseído por sus ejércitos y sus súbditos, si lo obedecen y no se le rebelan, ha alcanzado el grado de la soberanía en el reino de su ser.

 

         Si a ello uno prescindir de la gente mientras la gente no prescinde de él, necesitándolo para sus vidas y su espiritualidad, haciéndose generoso y maestro, entonces es rey en el reino de la tierra.

 

Ese es el grado de los profetas, pues prescindieron de todo salvo de Allah, mientras que la creación entera necesita de ellos. A los profetas los siguen los sabios, que son sus herederos, y el reino de cada uno de ellos es en función de su independencia y la capacidad con la que guían a las gentes.

 

Cumpliendo con las condiciones señaladas, el hombre se acerca al grado de los Malâika, los Ángeles (Málak, en singular) cuyo nombre en árabe deriva precisamente de la misma raíz que da forma a Málik. Los Ángeles son seres descarnados, libres de las dependencias que acompañan a la condición humana.

 

Se cuenta que un sabio fue recibido en audiencia por un príncipe que le dijo: “Pídeme lo que necesites”, y el sabio le respondió: “¿Cómo yo habría de pedirte nada cuando tengo dos esclavos que son tus dueños?”. Y el príncipe le preguntó: “¿A qué te refieres?”, y el sabio le contestó: “Me refiero a la ambición y al apetito. Yo los he vencido mientras que a ti te han derrotado. Yo los poseo mientras que a ti te poseen”.

 

Un discípulo pidió a su maestro un consejo y él le respondió: “Sé rey en esta vida y en el más allá”. El discípulo le interrogó sobre el significado de esas palabras, y el maestro le contestó: “Significan que elimines tu avidez y tu ambición y cortes el camino a tus deseos mundanales, entonces serás rey aquí y ante Allah. El dominio está en la libertad y la autosuficiencia”.