Ibn Taymiyya y el sufismo

           Los admiradores de  este jurista  y maestro de hadices de la escuela Hanbali lo citan como enemigo del Sufismo, y lo han erigido como la principal autoridad en la campaña de los "Salafis" responsables de crear el presente clima de fanatismo injustificado contra el Sufismo, así como animar a la ignorancia con respecto al mismo. No obstante, Ibn Taymiyya fue el mismo un Sufi. Sin embargo, los "Salafi" tiene bastante cuidado en no mostrar nunca al Sufi Ibn Taymiyya, lo cual hubiera dificultado enormemente su construcción de hombre puramente anti-Sufi.

 

         El discurso de Ibn Taymiyya está salpicado de contradicciones y ambigüedades. Se podría decir que aunque a pesar de sus juicios sobre los Sufis, fue incapaz, sin embargo de desmentir la grandeza del Sufismo que desde siempre la Comunidad de musulmanes le ha reconocido. Así podemos ver que unas veces minusvalora el Sufismo, critica a los Sufis contemporáneos, y que al mismo tiempo presume de ser un Sufi Qadiri, a través de una línea directa sucesoria desde el Shayj 'Abd al-Qadir al-Yilani, tal como demostraremos en las líneas que siguen.

 

         Debiera quedar claro que la razón por la que aportamos las siguientes evidencias no es que sea que consideremos a Ibn Taimiyya de ninguna manera un representante del Sufismo, bajo nuestro punto de vista no representa el Sufismo más de lo que lo representa a  la 'aqida de los Ahl as-Sunna. Sin embargo analizaremos sus puntos de vista para demostrar que su mal entendimiento por parte de Orientalistas y "Salafis", como puramente enemigo del Sufismo, no resiste el menor examen. A pesar de los deseos de uno u otro grupo, los hechos prueban claramente que Ibn Taimiyya no tuvo otra elección que aceptar el Sufismo y sus principios, y que no solamente sostuvo su pertenencia al mismo, si no que además manifestó haber sido investido con el manto (jirka) de la hermandad Qadiri.

 

         Ya hemos mencionado la admiración de Ibn Taimiyya por 'Abd al-Qadir Yilani, al cual concede el título de "mi Shayj" (shayjuna) y de "mi Maestro" (sayyidi) en su Fatawa. Las inclinaciones sufis de Ibn Taimiyya, así como su veneración por 'Abd al-Qadir Yilani, pueden verse en su comentario de cien páginas a la obra de aquel, "Futûh al-Gayb", que aunque sólo representan cinco capítulos de los setenta y ocho que componen el libro, demuestra su consideración por el Sufismo como algo esencial dentro de la vida de la comunidad Islámica.[1]

 

            En su comentario Ibn Taimiyya recalca que la primacía de la Sahri'a  constituye la tradición más auténtica dentro del Sufismo, y para sostener este de punto de vista cita más de una docena de maestros que le han precedido, así como otros contemporáneos suyo, como sus compañeros Hanbalis, al-Ansari al-Harawi y 'Abd al-Qadir, y el propio Shayj de este último Hammad ad-Dabbas. La rectitud entre los seguidores de la Senda, tal como los primeros Shayj (shuyuj as-salaf), como Fudayl ibn 'Iyad, Ibrahim ibn Adham, Ma'ruf al-Karji, as-Sari as-Saqati, al-Yunaid ibn Muhammad, y otros de los primeros sabios del Islam, así como Shayj 'Abd al-Qadir, Shayj Hammad, Shayj Abu al-Bayan y otros posteriores, como decimos, la rectitud de los mismos no permite a sus discípulos en la Senda del sufismo, apartarse de las obligaciones y prohibiciones estipuladas en la Shari'a, a pesar de que alguno de ellos hubieran podido volar por el aire o caminar sobre las aguas.[2]

 

            En otra obra, en su "ar-Risala as-safadiyya", Ibn Taimiyya defiende a los Sufis como aquellos que pertenecen al camino de la Sunna a la cual representan en sus escritos y enseñanzas. Los grandes Shayj mencionados por Abu 'Abd ar-Rahman as-Sulami en "Tabaqat as-sufiyya",  y Abu al-Qasim al-Qushayri en "ar-Risala", eran partidarios de la escuela de los Ahl as-Sunna wa al-Yama', y de la escuela de los Ahl al-Hadiz, tales como al-Fudayl ibn 'Iyad, al-Yunaid ibn Muhammad, Shal ibn 'Abd Allah at-Tustari, 'Amr ibn Quzman al-Makki, Abu 'Abd Allah Muhammad ibn Jazif ash-Shirazi, etc.; las enseñanzas de todos ellos se encuentran en la Sunna, e igualmente compusieron textos acerca de la Sunna.[3]

 

         En su tratado acerca de la diferencia entre las formas de 'ibada acorde con la Shari'a y las formas que constituyen una innovación, titulado "Risalat al-'ibadat ash-shari'iyya wal farq baynah wa bayn al-bid'iyya" (Tratados acerca de las 'ibadas conforme a la Shari'a y su diferencia con las innovaciones) Ibn Taimiyya de forma incontestable sostiene que lo conforme a la Shari'a es el método y camino de "aquellos que siguen la vía del Sufismo", o "la vía del ascetismo (çuhd)", o de aquellos que siguen "lo que se conoce bajo el nombre de pobreza y sufismo", es decir, los fuqara y los sufíes: "lo estipulado por la Shari'a es aquello por lo que nos aproximamos hacia Allah. Es la senda de Allah. Es rectitud, obediencia, buenas acciones, generosidad, y hermosura. Es la senda de aquellos que siguen el camino del Sufismo (as-salikin), el método de aquellos que dirigen sus 'ibadas y sus intenciones hacia Él; es el camino que recorre todo aquel que desea a Allah y pone en práctica la extinción de su ego (nafs), y que recibe el nombre de pobreza y sufismo, o términos similares."[4]

 

         En cuanto a la enseñanza de 'Abd al-Qadir de que el salik (aquel que emprende el camino espiritual) o el sufi debieran abstenerse de los deseos permitidos, Ibn Taymiyya comienza diciendo que la intención de 'Abd al-Qadir es que uno debería renunciar a aquellas cosas permitidas que no han sido ordenadas (su prohibición), porque podría haber en las mismas algo perjudicial. Pero, ¿como se establece el alcance de esto?, si el Islam es esencialmente conocimiento y actuar conforme a la Voluntad de Allah, entonces debe haber una vía para el buscador en la senda de poder determinar cual es la Voluntad de Allah en cada caso en particular. Ibn Taymiyya está de acuerdo en que el Corán y la Sunna no pueden abarcar todo acontecimiento específico y particular que pueda acontecer en la vida de todo musulmán. No obstante si el objetivo es la rendición de la voluntad ante Allah, debe haber una vía para el buscador de poder averiguar la orden de Allah en los casos particulares.

 

         La respuesta de Ibn Taymiyya es aplicar el concepto de "Iÿtihad" al camino espiritual, y específicamente la noción de "ilham" o inspiración. En su esfuerzo por alcanzar una conjunción de voluntades, el Sufi alcanza un estado en el que no desea mas que descubrir el bien supremo, y la acción que sea más deseada y amada por Allah. Cuando lo legislado no puede dirigirle en tales asuntos, entonces confía en las nociones sufis de "ilham", o inspiración personal y de "dzawq", percepción intuitiva: "si el sufi se ha esforzado sinceramente en la aplicación de las normas de la Shari'a, y no ve una solución clara de cual deba ser su actuación en una materia determinada, entonces puede ser inspirado, en la medida de la pureza de su intención y del temor hacia Allah, y elegir la acción más correcta. Esta clase de inspiración (ilham) es una indicación concerniente a la Verdad. Puede ser una indicación o señal aún más fuerte que analogías débiles, hadices débiles, argumentos literalistas débiles (dawahir), y débiles "istishaab", empleados por muchos de aquellos que debaten acerca de los principios, diferencias, y sistematizaciones dentro del fiqh."[5]

 

         Ibn Taymiyya basa su opinión en el principio de que Allah ha dispuesto en el ser humano una capacidad natural para la Verdad, y cuando esta capacidad natural ha sido alimentada en el campo del Iman e iluminada por la luz de la enseñanza coránica, y aún así el buscador a pesar de sus esfuerzos es incapaz de determinar una solución clara en un asunto determinado que sea acorde con la Voluntad de Allah, entonces su corazón puede mostrarle la acción correcta. Tal inspiración, sostiene Ibn Taymiyya, es una de las más fuertes autoridades posibles en la situación en cuestión. Es evidente que tal vez el buscador pueda errar, falsamente guiado por su inspiración o percepción intuitiva de la situación, de la misma manera que el muÿtahid también comete errores. Pero, dice él, incluso cuando el muÿtahid o el  buscador inspirado yerren, aún en este supuesto, permanecen dentro de lo que es acorde con el Islam.

 

         Apelar a la inspiración (ilham) o a la intuición (dzawq) no significa seguir los caprichos o las preferencias personales.[6] En su carta a Nasr al-Manbiji, califica a esta intuición como "percepción asentada en el Iman" (adz-dzawq al-imani). Su punto de vista, tal como sostiene en su comentario al Futuh, es que la experiencia de la inspiración es por naturaleza ambigua y necesita estar cualificada y cimentada por los criterios del Corán y la Sunna;  no puede proveer de una certeza absoluta bajo su punto de vista, si no dotar al musulmán de una base sólida que le ayude en la elección más correcta en un caso dado, y ayudarle a conformar su voluntad en los aspectos cotidianos de la vida, a la Voluntad del Creador y Legislador.[7]

 

         En otras obras suyas también abundan los elogios hacia las enseñanzas Sufis, por ejemplo en su obra "Al-Ihtiyay bi al-qadar", donde defiende el énfasis de los sufíes en el amor de Allah, y su acercamiento al Din del Islam basado más en la voluntad que en el intelecto como legítimo y acorde con las enseñanzas del Corán, los auténticos hadices, y con la comunidad Salaf (las tres primeras generaciones de musulmanes): "pues el énfasis de los sufíes por el amor de Allah, es más evidente en ellos que cualquier otro asunto. La base de su camino es la voluntad y el amor. La afirmación del amor de Allah es bien conocida en los discursos de los maestros sufíes, tanto en los de los antiguos como en los de los más recientes, tal como se afirma en el Corán, la Sunna y en la generación del Salaf."[8]

 

            Ibn Taymiyya también es conocido por su condena hacia Ibn 'Arabi. Sin embargo, lo que el condenó no fue a Ibn 'Arabi si no un pequeño tratado suyo titulado "Fusus al-hikam" (Engarces de la sabiduría), que es un pequeño volumen dentro de su vasta obra. En cuanto a la obra magna de Ibn 'Arabi, titulada "Al-Futuhat al-makkiyya" (Revelaciones de la Meca), Ibn Taymiyya fue un gran admirador de este imponente trabajo, tal como pudo serlo cualquier musulmán de la época, tal como lo declara en su carta a Abu al-Fath Nasr al-Munayji (d. 709) publicada en su volumen titulado "Tawhid ar-rububiyya", de su Fatawa: "Yo fui uno de aquellos que previamente solía mantener la mejor opinión de Ibn 'Arabi, y animaba a ensalzarlo y elogiarlo por todas las cosas provechosas y benéficas que había encontrado en sus libros, como por ejemplo, al-Futuhat, al-Kanh, al-Muhkam al-marbut, ad-Durra al-fajira, Matali' an-nuyum, y otras obras más".[9]

 

            Ibn Taymiyya continúa diciendo que cambió en sus opiniones, no a causa de algo que hubiera leído en estos libros, si no tras haber leído los Fusus.

 

         Regresamos ahora a la afiliación evidente de Ibn Taymiyya a la orden Sufi Qadiri tal como nos es relatado por su propio estudiante Ibn 'Abd al-Hadi (d. 909) el cual nos dice que aquel recibió la investidura de la "jirka" de la autoridad de 'Abd al-Qadir al-Yilani a través de una cadena de tres shayjs. Estos no son otros que los tres Ibn Qudamas, autoridades reconocidas dentro de la escuela Hanbali de fiqh. Esta información fue hecha pública por George Makdisi en una serie de artículos publicados en los años 70.[10]

 

            En un manuscrito de Yusuf ibn 'Abd al-Hadi al-Hanbali titulado "Bad' al 'ilqa bi labs al jirka" (Los comienzos en la investidura de la jirka), Ibn Taymiyya forma parte de un listado genealógico espiritual Sufi junto con otras autoridades de renombre dentro de la escuela Hanbali; los componentes de esta genealogía son, en orden descendiente:

            - Abu 'Umar ibn Qudama (d. 607)

         - Muwaffaq ad-Din ibn Qudama (d. 620)

         - Ibn Abi 'Umar ibn Qudama (d. 682)

         - Ibn Taymiyya (d. 728)

         - Ibn Qayyim al-Jawziyya (d. 751)

         - Ibn Rayab (d. 795)

 

         Tanto Abu 'Umar ibn Qudama como su hermano Muwaffaq ad-Din recibieron la "jirka" directamente del mismo 'Abd al-Qadir.

 

         Ibn 'Abd al-Hadi se refiera a Ibn Taymiyya afirmando su afiliación sufi tanto a la orden Qadiri como a otras órdenes sufíes: "He sido investido con el manto de los Sufíes por diferentes Shayj de diferentes táriqas (labistu jirkata at-taswwuf min tiruqi yama'atin min ash-shuyuji), entre ellos el Shayj 'Abd al-Qadir al-Yili, cuya táriqa es la más grande entre las conocidas". Más adelante sigue diciendo: "La vía Sufi más grande (ayall at-turuq) es la de mi maestro (sayyidi) 'Abd al-Qadir al-Yili, que Allah esté complacido con él".[11]

 

         Otras corroboraciones a lo anterior provienen del propio Ibn Taymiyya en uno de sus trabajos, tal como lo escribe en su "Mas-ala at-tabriziyya": "labistu al jirkata al mubarakata li Shayj 'Abd al-Qadir wa bayni wa baynahu izan": Tomé el bendito manto (jirka) de 'Abd al-Qadir, y entre él y yo había dos Shayj".[12]

 

         De este modo tenemos que Ibn Taymiyya afirma que era un lector asiduo de los "Futuhat al-Makkiyya" de Ibn 'Arabi; que considera a 'Abd al-Qadir al-Yilani como su propio Shayj, y que incluso llegó a escribir un comentario a la obra de aquel, "Futuh al-Gayb"; y que pertenece a la orden Qadirí así como a otras órdenes sufíes, pero, ¿ que dice acerca acerca del Sufismo y de los sufíes en general?

 

         En su ensayo titulado "As-Sufiyya wa al-fuqara'" publicado en el onceavo volumen de su obra "Maymu'a fatawa Ibn Taymiyya", dice: "El término sufi no fue bien conocido en los tres primeros siglos pero su uso ha sido bastante frecuente y conocido a partir de ese momento. Tan sólo unos cuantos Imames y Shayjs hablaban acerca del mismo, como por ejemplo, Ahmad ibn Hanbal, Abu Sulayman ad-Darani, y otros. Se dice que Sufyan az-Zawri lo utilizó, y otros sostienen que también lo utilizó Hasan al Basri".[13]

 

         Ibn Taymiyya prosigue diciendo que el Sufismo tuvo su origen en Basra entre las generaciones posteriores a los tabi'in, porque encontró que la mayoría de los primeros sufíes eran de allí, mientras que no encuentra evidencia de su existencia en otros lugares. En este sentido se equivoca al reducir el Sufismo a un tiempo y lugar específico, cortando sus nexos de unión con el tiempo del Profeta (s.a.s.) y sus Compañeros. Este es el concepto equívoco que ha dado lugar en nuestros días a las preguntas que plantean los "Salafis" actuales tales como: ¿"Dónde se menciona el Sufismo en el Corán y en la Sunna?; la respuesta se encuentra en Ibn 'Ayiba: "El fundador del Sufismo fue el Profeta mismo (s.a.s.) a quien Allah se lo enseñó por medio de la revelación e inspiración".[14] Con el favor de Allah hemos puesto esta cita aquí para que descanse en las pruebas que se han dado en la larga exposición que hemos hecho con anterioridad.

 

         Ibn Taymiyya continúa: "El Sufismo encierra realidades (haqa-iq) y estados espirituales (ahwal) que son mencionados por los Sufíes en su Ciencia...Algunos dicen que el Sufi es aquel que se purifica a sí mismo de todo aquello que pudiera distraerlo del recuerdo de Allah, y cuya reflexión permanece en el Ajira (la existencia tras la muerte), hasta el punto de que el oro y la piedra es lo mismo para él. Otros dicen que el Sufismo es la salvaguarda del interior del hombre frente a las pretensiones humanas de la fama, la vanidad y similares. Por tanto el significado del vocablo sufi alude al significado de la sinceridad "siddiq", o aquel que ha alcanzado la completa Realidad, porque los mejores entre los seres humanos tras los Profetas son los "siddiqin", tal como Allah dice en el aya: -Quienquiera que obedezca a Allah y su Profeta, está en la compañía de aquellos que son agraciados por Allah: los Profeta, los Sinceros, los Mártires, y los Rectos; ¡qué hermosa compañía! (4:69). Ellos consideran por tanto, que tras los Profetas no hay hombres más virtuosos que el Sufi, y el Sufi, de hecho, es una clase de hombre Sincero (siddiq) entre otras, que se entrega especialmente al ascetismo y a las prácticos de 'ibada (as-sufi huwa fi al haqiqa naw'un min as-siddiqin fahuwa as-siddiq alladzi ijtasa bi aç-çuhdi wa al 'ibada). El Sufi es "el hombre recto de la vía", de la misma manera que otros son llamados "los hombres rectos entre los 'ulama", o "los hombres rectos entre los emires"...(Aquí Ibn Taymiyya rechaza la pretensión de los Sufíes de ser los representantes de la Realidad tras los Profetas, y hace de su estatuto uno más entre muchos otros grupos de hombres rectos. Esto es consecuencia de la premisa de la que parte en considerar que el Sufismo se originó con posterioridad a la Sunna del Profeta (s.a.s.). Ya hemos mencionado que esta premisa es incorrecta. Todos los Sufíes consideran que la transmisión de su conocimiento y disciplina parte de los Compañeros, que la tomaron a su vez del mismo Profeta (s.a.s.). En este aspecto no hay diferencia entre los Sufíes y los Compañeros o los Sucesores de estos, aunque se diferencien en nombre y se le de precedencia a los Compañeros y a los Sucesores de estos de acuerdo con el hadiz del Profeta (s.a.s.).

 

         Por tanto, Ibn Taymiyya separa arbitrariamente a los Sufíes y a los 'Ulama en dos grupos aparentemente diferentes, cuando ya hemos visto que todos los Sufíes fueron grandes 'Ulama, y que muchos de los más grandes 'Ulama fueron sufíes. Al-Yunaid ya anticipó esta división arbitraria cuando dijo: "Este conocimiento nuestro es construido en el Corán y en la Sunna". Haciendo referencia a este error, y citando a al-Yunaid, ash-Sha'arani dice en su "at-Tabaqat al kubra": "Todo auténtico Sufi es 'ulama en Shari'a, aunque lo contrario no es necesariamente cierto".[15]

 

         "Alguna gente critica a los Sufíes y han dicho que eran innovadores y que estaban fuera de la Sunna...pero lo cierto es que ellos ejercen el "iytihad" con vista a someterse a Allah tal como otros siervos de Allah también lo han hecho. Entre ellos encontrarás a los "adelantados" del Corán (as-sabiq al-muqarrab) en virtud de su esfuerzo, mientras que otros están entre "la gente de la derecha" del Corán...y entre los que dicen pertenecer a ellos, se encuentran los que son injustos a sí mismos, rebelándose contra su Señor. Estas son las sectas de los innovadores y libre-pensadores (zindiq) que pretenden ser Sufis, aunque en opinión de los auténticos Sufis no les pertenecen, como es por ejemplo el caso de al-Hallay". (Aquí la desafortunada cita de Ibn Taymiyya es más propia de su mal entendimiento del Sufismo, que ilustrativa del punto de vista que está explicando. En realidad, tal como dijo 'Abd al-Qahir al-Baghdadi acerca de al-Hallay, "su caso (entre los sufíes) no está claro, aunque Ibn 'Ata Allah, Ibn Kazif y Abu al-Qasim an-Nasir Abadi lo consideran entre los sufíes".[16]  

 

         No obstante, ya hemos mencionado que grandes 'ulama de la propia escuela de Ibn Taymiyya rechazaron los cargos esgrimidos contra al-Hallay, y que llegaron a considerarlo como un gran sufi, como fue el caso de Ibn 'Aqil e Ibn Qudama. ¿Podría haber sucedido que Ibn Taymiyya desconociera todas estas opiniones que invalidarían su punto de vista?, o quizás, ¿fingió ignorarlas?.

 

         El Sufismo se podría clasificar en tres grandes apartados:

         a) Sufiyyat al-haqa-iq: los Sufíes de las Realidades, a los cuales nos estamos refiriendo en este artículo.

         b) Sufiyyat al-arzaq: aquellos sufíes que residen en madrasas o escuelas subvencionadas, y que no necesariamente han de formar parte del grupo anterior, es decir, de la Gente de la Realidad, aunque esto es bastante inusual.

         c) Sufiyyat ar-rasm: los sufíes en apariencia solamente, cuyo único interés está en llamarse sufi, o vestir como ellos.[17]

 

            En cuanto al "fana", un término utilizado por los Sufíes y que hace referencia a la extinción del yo, y a las alocuciones extáticas de los Sufíes, Ibn Taymiyya dice: "Este estado de amor es característico de mucha Gente del amor de Allah, y entre la Gente de los Buscadores (Ahl al-irada). Este estado consiste en el desvanecimiento del amante en el objeto de su amor, Allah, por la intensidad del amor que hacia Él sienten, a Él invocará y no a sí mismo, recordará a Allah y se olvidará de sí, tomará a Allah por testigo y no a sí mismo, existiendo en Allah y no para sí. Cuando alcanza aquel estado ya no siente más su propia existencia, pudiendo llegar a pronunciar en dichos estados frases como: "ana al haqq" (soy la Verdad), o "subhani" (¡gloria a Mi!), y "ma fi al-jubba illa Allah" (no hay nada bajo este manto excepto Allah), porque está embriagado en el amor de Allah que es un placer y una dicha que no puede controlar...En este asunto se puede dar tanto la verdad como la falsedad o impostura, no obstante cuando alguien entra en ese estado de fervor amoroso por Allah ("'ishq), se ausentará a sí mismo, y cuando entre en este estado de ausencia de sí, se encontrará en un estado de "Ittihad". Yo no considero esto como una trasgresión, antes bien hay que excusar al sujeto de dichos actos, y nadie puede sancionarle al no ser consciente de lo que está haciendo. El loco no puede ser condenado por sus actos, a menos que recupere la cordura y entonces cometiera las mismas acciones. Sin embargo cuando alguien se encuentra en ese estado y comete alguna trasgresión, se le debe aplicar la aya coránica donde Allah dice: "¡Oh Señor no nos censures y nos reprendas si olvidamos o erramos" (2:286). No hay censura sobre aquel que comete un error inintencionadamente.[18]

 

         "Se cuenta la historia de dos hombres cuyo amor mutuo era tan intenso que un día, uno de ellos cayó al mar, y el otro se arrojó tras él, al ver esto el primero preguntó al segundo, ¿por qué caíste al mar igual que yo?, y su amigo le replicó: -me ausenté en ti y deje de verme a mi mismo, pensé que tu eres yo, y que yo era tu-...por tanto en la medida en que uno se embriaga sin la utilización de sustancias prohibidas, su acción es aceptada, pero si la embriaguez se produce por la ingesta de sustancia ilícitas (es decir, mediando por tanto una intención insana), entonces en este caso no hay disculpa para su autor."[19]

 

         Las páginas expuestas ponen de manifiesto la familiaridad de Ibn Taymiyya con las líneas generales del Sufismo. Tal conocimiento formaba parte de todo aquel que quisiera aprender ciencias islámicas en su tiempo, y también en las épocas precedentes, y no constituía algo extraño o ajeno al gran corpus de ciencias islámicas; sin embargo los malos entendidos de Ibn Taymiyya acerca del Sufismo han pesado enormemente en la mala comprensión del mismo; este punto fue traído a la luz con una enorme precisión por el gran Sufi y Shayj Ibn 'Ata Allah en el debate que sostuvo con Ibn Taymiyya en la mezquita de Al-Azhar en el Cairo.[20]

 

            Traducido de "The Repudiation of "Salafi" innovations" (Kazi, 1996) p. 354-366. Shayj M. Hisham Kabbani.

 

 


 

 

[1]El comentario se encuentra en el volumen 10:455-548 de la primera edición de Riyad de la "Maymu' fatawa Ibn Taymiyya.

 

[2]"Maymu' fatawa Ibn Taimiyya 10:516.

 

[3]Ibn Taymiyya, as-Safadiyya (Riyad: matabi' hanifa, 1396/1976) 1:267.

 

[4]Ibn Taymiyya, "Maymu'at ar-rasa-il wa al mas-ail (Beirut: lajnat at-turaz al-'arabi) 5:83.

 

[5]"Maymu' fatawa Ibn Taymiyya 10:473-474.

 

[6]Ibid. 10:479.

 

[7]Ibn Taymiyya, "Maymu'a ar-rasa-il wa al mas-ail" 1:162.

 

[8]Ibn Taymiyya, "al-Ihtiyay bi al-qadar" (Cairo: almatba'a as-salafiyya, 1394/1974) p. 38.

 

[9]Ibn Taymiyya, "Tawhid ar-rububiyya in Maymu'a alFatawa al-kubra" (Riyad, 13811) 2:464-465.

 

[10]George Makdisi, "L'isnad initiatique soufi de Muwaffaq ad-Din ibn Qudama", in Cahiers de l'Herne: Louis Massignon (Paris: Editions de l'Herne, 1970) p. 88-96: "Ibn Taymiyya: A Sufi of the Qadiriya Order," in American Journal of Arabic Studies I (Leiden: E.J. Brill, 1974) p. 118-129; "The Hanbali School and Sufism," in Boletin de la Asociación Española de Orientalistas 15 (Madrid, 1979) p. 115-126.

 

[11]Ibn 'Abd al-Hadi, "Bad' al'ilqa bi labs al jirka", ms. al-Hadi, Princeton Library Arabic Collection, fols. 154a, 169b, 171b, 172a,; and Damascus University, copy of original Arabic manuscript, 985H.; also mentioned in at-Talyani, manuscript Chester Beatty 3296 (8) in Dublin, fol. 67a.

 

[12]Manuscript Damascus, Zahiriya, 1186 H.

 

[13]Ibn Taymiyya, "Maymu'a al-fatawa al-kubra" 11:5.

 

[14]Ibn 'Ayiba, "Iqad al-Himam" p. 6.

 

[15]Ash-Sha'arani, "At-Tabaqat al-kubra" 1:4.

 

[16]'Abd al-Qahir al-Baghdadi, "Usul ad-din" p. 3115-16.

 

[17]Ibn Taymiyya, Maymu'a al-fatawa al-Kubra 11:16-20.

 

[18]Op. cit. 2:396-397.

 

[19]Op. cit. 10:339.

 

[20]In sha Allah se ofrecerá una traduccción en esta página de dicho debate.