Palestina; recuerdo desde el exilio 


        Cuando la palabra de Mariam Touma Abuhayar se oyó en Quito el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, los asistentes a la conmemoración sabían que iban a escuchar el testimonio viviente de una nación martirizada durante 54 años de ilegal partición. Esta palestina-guayaquileña es conocida en los medios por llevar la voz de la Autoridad Nacional de su país y por su destacada, valiente y tenaz defensa de los derechos conculcados a su pueblo.  

           

        Recordó la resolución 181 que dividió la tierra ancestral de sus padres y madres para "crear dos estados, uno para los judíos colonizadores que habían llegado de los más diversos confines del mundo y otros".

 

        A saber, la Carta de Naciones Unidas no estipuló nunca la atribución de dividir territorios y países. Seguramente los estados votantes no reflexionaron en aquel momento que habían colocado ya los leños y follajes secos para el inicio de una hoguera que podrá encender la Tierra si no se detiene el programa totalitario del general Sharon.


        Más allá de medio siglo "los palestinos hemos vivido todas las atrocidades en nuestro propio territorio cometidas por los colonizadores" decía Mariam ante un auditorio compuesto también por los indígenas solidarios que le comprendían más acá de la palabra.


        Cuatro millones de palestinos han emprendido un éxodo a campos de refugiados en el exterior y en su propio territorio, miles de mártires infantes, adolescentes y mayores han sido asesinados con total impunidad, se han demolido más de 8.000 viviendas, 13.000 presos continuan en las mazmorras de un total de 600.000 detenidos a lo largo de estos años, se ha decomisado el 83 % de los recursos hídricos de la Cisjordania para que los otros florezcan y den frutos en el 66 % de la tierra palestina expropiada, de la que como que fueran niños y niñas, también arrancaron 13.000 árboles.


        En el 22% del territorio que queda, los interventores no permiten que se restablezca el estado palestino e incumplen las resoluciones 242 y 338 (además de 86 condenatorias, descaradamente violadas) de la ONU que "exigen la retirada inmediata de Israel de los territorios ocupados en 1967" o sea de Jerusalén Este, Jordania, Gaza y el Golán Sirio- y en la "firma de un acuerdo avalado por Estados Unidos, la Unión Europea y los Países Arabes que garantice la seguridad de Israel y la existencia de un Estado Palestino viable".


        Ariel Sharon, quien protagonizó, rodeado de soldados y policías a su servicio, el "paseillo" aquel por la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén provocando la protesta popular que luego de ser ahogada en sangre dio comienzo a la segunda Intifada o "levantamiento", para decirlo en lenguaje ecuatorial, donde otro pueblo excluido del mundo -el indígena- también se sabe de memoria intifadas y pedradas por el elemental derecho a la existencia en la Tierra, como nos recordó ese Día el defensor de los derechos humanos Alexis Ponce.


        Enfatizó Ponce, con voz firme y alta, que es "Israel, cuyos asesores militares entrenaron a los aparatos del terror en Ecuador (con Ran Gazit) y en Colombia (con Yeir Klein) en las décadas de los ochenta y noventa, y que hoy brinda ayuda militar y desea otorgar asesoría paramilitar en el área andina, que se niega a dialogar, imbuido de la misma prepotencia de su victimario de hace medio siglo. Y a las piedras infantiles, a las valientes hondas de este imberbe David, Goliat responde con metralletas, tanques, cañones, bloqueos de alimentos, destrucción de viviendas, suspensión del servicio de agua a niños y madres, con torturas en las cárceles, con bombardeos y terrorismo, terrorismo de Estado, del que todos somos cómplices por ignorancia o encubrimiento voluntario" El general Sharon, tristemente célebre por haber comandado las masacres de Sabra y Chatila, que dejó amontonados para las fotos a los cadáveres de sus inocentes víctimas, como hicieron sus pares de ayer en Guernica, Auschwitz y Treblinka, en Hiroshima y Nagasaki, en My Lai y otros poblados de Vietnam, en Sudáfrica y Angola o ahora en Ruanda, en la ex Yugoeslavia y en Colombia, es quien dirige hoy los destinos de su país, aplica el apartheid contra sus "enemigos" que habitan desde siempre las tierras ocupadas por su ejército y se empecina en librar una guerra total.


        La campaña militar del cazafantasmas petrolero estadounidense contra su ex socio Bin Laden da "carta blanca" a que un extremista como Sharon aplique el terrorismo de estado para su campaña antipalestina que comprende el derrocamiento de las autoridades legítimas de Palestina, la ocupación total de sus territorios y el aterrorizamiento de quienes sobrevivan y deseen quedarse allí sin patria ni bandera.


        Ni la maniobra propagandística de Bush para tapar su safari afgano al proclamar el derecho palestino a establecer su estado, ni el clamor del Papa Karol Woyjtila para el cese de la agresión en Palestina, ni todos los actos mundiales de rechazo a las masacres y por la paz en esa "tierrasanta" para unos y "camposanto" para otros, han conmovido a una maquinaria guerrerista y conquistadora que quiere cosechar a río revuelto y que no respeta ni las súplicas del propio pueblo judío, de su inteligencia y su juventud, que han residido siempre en Palestina, conviviendo pacíficamente con sus hermanos.


        Estamos seguros de que algún día no lejano encontraremos la paz, para que nuestros niños vuelvan de los campos de refugiados a las fértiles colinas de Palestina, para que nuestros ancianos puedan cumplir su anhelo de dormir el sueño eterno en su Santa Patria, para que los deportados y exiliados puedan reconstruir sus vidas y cultivar nuestros fértiles campos, para que las familias se reunifiquen, para que vuelva la paz a la Tierra de la Paz, la Tierra Santa del Mundo, -concluyó, soñando una propuesta de vida, con sus pies en esta misma tierra,  Mariam.


        ¿Se cumplirá la profecía, entonces?:
        "La Guerra estalló en Palestina y sin embargo es en Palestina donde nacerá la Paz..."
        Que así sea y que la hoguera bárbara que encendió Sharon se extinga por voluntad del Mundo.


Altercom