Según el libro “Kitab al-Fiqh ‘ala al-madahib al-arba’a” de
Abderrahman al-Yaçiri:
Es makruh (algo se considera makruh en el fiqh cuando se entiende
que no es aconsejable realizar tal cosa, sin que por otro lado se pueda decir
que está prohibido) para las mujeres acompañar al cortejo fúnebre salvo que
se tema fitna (tentación o provocación) considerándose entonces haram
(prohibido) por los Shafi’íes y los Hanbalíes. En cuanto a los Hanafíes
consideran que el acompañamiento de las mujeres es siempre makruh; para
los Malikíes si la mujer es
anciana, acompañar al cortejo fúnebre es siempre yaíç (lícito);
si la mujer es joven también se
considera yaiç que acompañe al cortejo fúnebre siempre que su
vestimenta no se considere provocativa, sobre todo tratándose de
su padre, esposo, hijo o hermano, (en caso de que se tema que se pudiera
producir provocación se considera entonces que no es yaíç).
*
Opinión de Abu Bakr Yaber al-Yaçairi,
de su obra “Minhaÿ al-Muslim”:
Tras citar hadices en los que se declara aconsejable acompañar los cortejos fúnebres, Abu Bakr dice que está desaconsejado a las mujeres acompañar un cortejo fúnebre y cita las palabras de Umm ‘Atía: se nos ha desaconsejado seguir los cortejos fúnebres, pero sin insistencia.
*
Al-’urf (por
este término se entiende la costumbre y normas de uso de una sociedad): según
la obra de Abd-l-Wahab Jallaf “‘Ilm
usul al-fiqh”. Manual de la Universidad de Al-Açhar, Egipto:
El ‘urf no debe ser tenido en cuenta si contraviene cualquier argumento de la Sharí’a o anula cualquiera de sus normas. En el ‘urf se tiene que tener en cuenta si conviene a las necesidades de las gentes, de modo que si daña su forma de vida o es causa de alguna estrechez o molestia no debe ser atendido y debe considerarse nulo no dándosele ninguna circulación. Las normas deducidas del ‘urf cambian con los cambios de tiempo y lugar porque toda derivación depende de su fundamento, que es aquí el interés común. El ‘urf no es nunca un argumento legal independiente. Se tiene en cuenta en la legislación para particularizar los casos generales, pero nunca se aplica en analogía.
*
Según el Imam Al-Bujari: (aunque no está relacionado específicamente con el
tema que nos concierne he creído oportuno reflejar el siguiente hadiz):
El Salat del funeral debe ser ofrecido para todo niño, incluso aunque este
fuera el hijo de una prostituta pues ha nacido en el auténtico camino del
Islam. Si sus padres son musulmanes, en particular el padre, aunque la madre no
sea musulmana, e incluso si llora el bebé tras el parto aunque sea una sola vez
antes de su muerte (es decir, que el niño ha nacido con vida), en todos estos
casos debe ofrecerse el Salat del funeral. Si el niño no llora tras el parto,
ha de entenderse que nace muerto, entonces no debe ofrecerse el Salat del
funeral, considerándose este caso como un aborto. Abu Huraira ha narrado que el
Profeta (s.a.s.) dijo: “Todo niño nace en el auténtico Imán, son sus padres
quienes lo hacen Cristiano, Judío o Mazdeo; de la
misma forma en que cuando un animal pare un cachorro perfecto, ¿encontráis
en él defecto alguno?”. Después Abu Huraira recitó los versículos: “La
pura naturaleza Islámica de Allah en la que Él ha creado a los seres
humanos”. (30.30)
*
Narró Um ‘Atiyya:
Se nos prohibió acompañar a los cortejos fúnebres, pero no de una manera
estricta.
Traducción de la obra Fiq as-Sunna
de As-Sayyid Sabiq
* Sobre el permiso a las mujeres
para que acompañen a los cortejos fúnebres:
Umm ‘Atiyya ha narrado: “Se nos prohibió acompañar a los cortejos fúnebres, pero esta prohibición no tenía un carácter obligatorio”. Transmitido por Ahmad, Bujari, Muslim e Ibn Mayah.
'Abdullah
ibn ‘Amr narró: “En cierta ocasión en la que nos encontrábamos con el
Profeta (s.a.s.) este vio a una mujer a la cual pensamos que no había
reconocido, así que esperó a que ella se le aproximara. Se trataba de Fátima,
su hija. Le dijo, -¿qué motivo te ha hecho salir de casa?- y ella respondió:
-he venido a visitar la familia de esta casa para ofrecerles mis condolencias y
confortarles en la desgracia-, y él le dijo: -¿le acompañaste al
cementerio?-, ella respondió: -¡Allah lo prohíbe!, ¿cómo podría hacer algo
yo al respecto sabiendo lo que has dicho acerca de ello?-. El Profeta (s.a.s.)
dijo: -¡Si hubieras acompañado al difunto hasta el cementerio, no hubieras
entrado en el Yanna hasta que el padre de tu abuelo no lo hubiera visto antes!.
Transmitido por Ahmad, Al-Hakim, Nasa’i y Baihaqi. Los ‘Ulama, sin embargo,
cuestionan la validez de este hadiz, alegando que no se trata de un hadiz sano,
porque entre sus transmisores se encuentra Rabi’a ibn Saif que no es digna de
confianza.
Muhammad ibn al-Hanafiyyah ha transmitido que ‘Ali dijo: “El Profeta (s.a.s.) salió y vio un grupo de mujeres sentadas. Cuando les preguntó por qué se encontraban allí, les respondieron que se hallaban esperando un cortejo fúnebre. El les preguntó, ¿vais a lavar al difunto?, ellas dijeron: -No-. El Profeta (s.a.s.) les preguntó, ¿vais a transportar el féretro?, ellas dijeron: -No-. El les pregunto, ¿vais a colocar al cadáver en la tumba?, ellas dijeron: -No-. Entonces él les dijo: Entonces regresad a vuestras casas.” Transmitido por Ibn Mayah y Al-Hakim. No obstante, uno de sus transmisores es Dinar ibn ‘Umar, quien no es una persona fidedigna. Abu Hatim dice de él que no es muy conocido, Azdi lo describe como matruk (inaceptable) y Al-Jalili en su obra Al-Irshad le llama “un mentiroso.”
Ibn Mas’ud, Ibn ‘Umar, Abu Amamah,
‘Aisha, Masruq, Al-Hassan, An-Naj’i, Awza’i, Ishaq, así como los
seguidores de las escuelas Hanafi, Shafi’i y Hanbali, desaprueban que las
mujeres participen en los cortejos funerarios. Según la opinión de Malik, no
hay nada desaconsejable en que una mujer mayor participe en el funeral. En su
opinión, una mujer joven afectada por la muerte de un ser querido también
puede acompañar al funeral sin ningún problema, siempre y cuando su vestimenta
sea acorde con las normas Islámicas.
Ibn Hazm afirma que el argumento
presentado por la mayoría de los ‘Ulama no es correcto, y que es lícito para
una mujer acompañar un funeral. Dice Ibn Hazm: “No desaprobamos que las
mujeres participen en los funerales, ni les impedimos que lo hagan. Entre las
tradiciones que nos han llegado referentes a este tema no hay hadiz auténtico.
Los hadices que nos han llegado o bien son mursal (se dice que un hadiz
es mursal cuando ha sido transmitido de un tab'i,
es decir por uno de aquellos que pertenecieron a la generación siguiente
a los Sahaba, compañeros del Profeta, (s.a.s.) y que por tanto no lo conocieron
en vida, directamente del Profeta sin mencionar al Sahaba, compañero, que pudo
haberlo oído directamente de Muhammad (s.a.s.)), o bien son hadices maÿhul (desconocidos),
o bien se tratan de hadices que no pueden ser presentados como un argumento.”
A continuación menciona el hadiz de Umm ‘Atiyyah y dice: “Incluso
suponiendo de que se tratara de un hadiz sano, no prueba que exista prohibición,
sino que indica una mera desaprobación. De hecho lo contrario es verdad si
tomamos en consideración el hadiz transmitido por Shu’bah basándose en la
autoridad de Waki’, quien a su vez lo transmite de Hisham ibn ‘Urwah, quien
lo escucho de Wahab ibn Kaysan, quien lo escucho de Muhammad ibn ‘Amr ibn
‘Ata, quien lo transmitió de Abu Huraira quien narra que en cierta ocasión
el Profeta, (s.a.s.) se encontraba en un funeral cuando ‘Umar vio a una mujer
que estaba presente y empezó a increparla. El Profeta (s.a.s.) se dirigió a él
y le dijo: -¡Déjala, Omar!, en verdad sus ojos derraman lágrimas, su alma está
herida y la hora prometida se halla próxima.” La cadena de autoridades de
este hadiz es fidedigna. En un hadiz sano se dice que Ibn ‘Abbas no
consideraba que fuera desaconsejable la participación de la mujer en el
funeral.
* Igualmente en la misma obra de Fiqh as-Sunna se dice:
‘Abdullah
ibn Buraida ha narrado de su padre que el Profeta, (s.a.s.), dijo: “Os había
prohibido visitar las tumbas, pero ahora podéis hacerlo. Esto os hará recordar
la Otra vida.” Transmitido por Muslim y Ahmad.
Como se observará, la recomendación que hace el Profeta (s.a.s.) tiene un carácter genérico tanto para hombres como para mujeres, de lo contrario hubiera especificado o matizado lo que quiso decir.