La Comisión Islámica de Melilla organiza un seminario wahhabi-salafista

(I)

 

La Comisión Islámica de Melilla ha organizado para estos días un ciclo de conferencias sobre la radicalización en el Islam. Es un tema importante, y ya es hora de que dentro de la comunidad musulmana se empiece a reflexionar en serio sobre este fenómeno, de evidente gravedad, estudiando sus causas, condenándolo y buscando soluciones. Es una buena iniciativa por la que debería felicitarse a la Comisión. La prensa local se ha hecho eco del evento.

Pero cuando se lee el listado de ponentes se descubre que se trata de unos cuantos conocidos showmen del wahhabismo local. Esto produce la misma disonancia cognitiva que el hecho de que un narcotraficante dicte una conferencia sobre lo perjudicial del tabaco para la salud.

Es bochornoso que una institución que pretende representar a los musulmanes dé cancha a la propaganda wahhabí, secta fascista, fanática y oscurantista que tanto daño está haciendo por todas partes, y más en un tema tan sensible como el de la radicalización y los crímenes que se están cometiendo por todo el mundo musulmán, y de cuyo sadismo y barbarie son víctimas inocentes miles de personas.

El wahhabismo o salafismo, como quiera llamársele, es el sustrato de toda una serie de movimientos que comparten la intransigencia y la irracionalidad como formas de analizar toda realidad, y que tienen el firme propósito de copar la representatividad del Islam, usando para ello técnicas proselitistas agresivas además de exhibir una absoluta falta de pudor como el de atreverse ahora a pontificar sobre el radicalismo. Es una actitud hipócrita y grotesca, un intento por no perder terreno cuando la avalancha de informaciones sobre los crímenes salafistas los pone en entredicho.

Invitar a los wahhabíes a que den una conferencia sobre el radicalismo y el fanatismo -sin contrastar lo que dicen- es darles la oportunidad de seguir eludiendo las verdaderas responsabilidades, que pesan sobre ellos, en el aumento de esas lacras. En esas conferencias no se dirá nada y se lanzarán balones fuera. Y, así, en lugar de fomentar un debate que ilumine la situación y permita encontrar salidas, se perpetúa entre los musulmanes la situación de absoluta inconsciencia sobre la gravedad del tema. Y así seguir medrando.

La noticia es indignante, vergonzosa y desalentadora, y más teniendo en cuenta de que cada día llegan a esta ciudad refugiados que huyen del terror que perpetran los salafístas en muchos países. Es toda una burla, y un desprecio a las víctimas de esos genocidios.


 

BLANCO Y EN BOTELLA

Si has asistido al ciclo de conferencias que la Comisión Islámica de Melilla ha celebrado el fin de semana pasado para concienciar a los musulmanes sobre la gravedad del radicalismo y el extremismo religioso, seguramente has aprendido muchas cosas. Compruébalo, si quieres, respondiendo al siguiente cuestionario:

Daesh, al-Qaeda, Boko Haram,...

1)¿Son movimientos pacifistas preocupados por el medio ambiente?

2)¿Son movimientos extremistas y radicales?

3) ¿Predican la tolerancia y la convivencia pacífica?

4) ¿Son psicópatas fanáticos y terroristas?

5) ¿Cometen crímenes sádicos contra los musulmanes y la humanidad?

6) ¿Abusan de la situación de los musulmanes para lavarles el cerebro?

7) ¿Defienden los derechos de la mujer? ¿Son movimientos feministas?

8) ¿Respetan a las minorías?

9) Su mayor preocupación es ¿el trabajador? ¿el parado? ¿el pobre?

10)  ¿Su principal interés es el bienestar y el progreso de los musulmanes?

11)  ¿Son un atajo de majaras que destruyen su propio patrimonio cultural?

12)  ¿En qué modelo se inspiran? ¿la Pantoja? ¿Marx? ¿Ibn Abdelwahhab?

13)  ¿Cuáles son algunos de los eruditos en los que se apoyan? Subraya sus nombres: a) Einstein, el jariyí; b) Bin Baz; c) Dalí, el pintor jariyí; d) al-Albani

14)  ¿Son ejemplo de musulmanes educados, cultos y abiertos?

15)  ¿Quién crees que les financia? ¿Camerún? ¿Liechtenstein? ¿Arabia Saudí?

16)  ¿Dirías que son una secta peligrosa y destructiva?

17)  ¿Creen que son los verdaderos musulmanes y los demás están en el error?

18)  ¿Cómo definirías su ideología? ¿Son comunistas?

19)  ¿Son chiítas?

20)  ¿Son sufíes?

21)  ¿Son asharíes?

22)  ¿Son salafíes?

23)  ... Y los conferenciantes, ¿son salafíes?

Si has podido responder a todas las preguntas, enhorabuena, realmente las conferencias te han sido de provecho.


 

LA CULPA LA TIENEN LOS JARIYÍES Y LOS PARADOS

        El título de este artículo resume las declaraciones del profesor Malik Benaisa al periódico Melilla Hoy en las que explica el contenido que tendría su charla en el ciclo de conferencias organizado por la Comisión Islámica. El objetivo de ese ciclo era analizar las razones del extremismo religioso, la radicalización de los jóvenes musulmanes y el terrorismo que asola al mundo islámico... Si usted sabe que la culpa la tienen los jariyíes y la crisis ya lo tiene todo claro ¿verdad que sí? Veámoslo:

Los jariyíes eran miembros de un conjunto de sectas y se extinguieron prácticamente hace mil años, de los que quedan algunos remanentes en Argelia (Mzab) y en Omán, los ibadíes, que conviven sin problemas con el resto de los musulmanes y son más pacíficos que Gandi. ¿Por qué buscar al terrorismo islámico un origen tan remoto e improbable? Para desviar la atención, claro. Pero sólo hay que recordar que los terroristas no son "jariyíes yihadistas", son "salafíes yihadistas". ¡Vaya!

¿Por qué no buscar sus orígenes en los orígenes del salafismo? Parece lo más lógico ¿no?... El fundador, Muhammad ibn Abdelwahhab, organizó a sus partidarios en bandas que asolaron la península árabe en nombre del "Islam puro", el suyo. Cometieron masacres, saqueos, redujeron a la esclavitud a sus prisioneros, destruyeron las pocas obras de civilización que había en los territorios que conquistaban, crearon un Estado medieval de cleptócratas... ¿esto no suena a nada? Hay que ser sordo.

Sólo hay que estudiar un poco de historia. E incluso en los textos escritos por los salafíes contemporáneos de los hechos se hace con orgullo el relato de todas esas atrocidades (léase, por ejemplo, 'Unwân al-Maŷd, o Târîj Naŷd, de lo poco sobre historia que los salafíes están autorizados a leer, y donde precisamente aprenden esas cositas)...

Y la culpa la tienen los parados, los desadaptados, los que están colgados a internet. Claro que sí, hombre. Siempre que hay una crisis económica la gente sale a degollar al vecino, eso lo sabe todo el mundo. En Japón, el país de los frikis, todos son terroristas jariyíes, no hay más que leer la prensa. Y en todos los países del mundo, los desadaptados se juntan y organizan ejércitos y sindicatos del crimen, y se ponen a destruir monumentos. ¿En qué estamos pensando? Está claro el tema del extremismo y el radicalismo. Queda zanjado. No esperen más...

Ah, no, se me olvidaba. La culpa la tiene también la prensa, según otro de los ponentes (da igual que los terroristas sean medio analfabetos)... Ah, no, perdón, hay más: la culpa la tiene que los musulmanes no respetan los protocolos a la hora de debatir entre ellos, según otro erudito... Y ¿cómo lo solucionamos todo? Pues, organicemos un taller.

Lo importante es no mencionar la palabra salafismo. Eso, caca. Los salafíes son buenos, sacan a los jóvenes de paseo y les dicen que no sean viciosos... Los sacan de la droga, claro, y después los mandan a Siria, ¡ala, poneos cinturones, que ya estáis rehabilitados!...

De la maldad del salafismo, ni palabra. ¡Arabia Saudí, su promotora! ¿Para qué mencionarlo? ¡Que de ahí vienen los dineritos!... Siempre están a mano los jariyíes, que no van a quejarse. Y, bueno, los jóvenes, los parados, los frikis, esos no se enteran de nada. Y balones fuera. Ya está.

 

PROPUESTA PARA EL PRÓXIMO SEMINARIO
SOBRE RADICALISMO Y EXTREMISMO EN EL ISLAM

Bueno, una vez que ya se ha dado oportunidad a los salafíes para que se explayen sobre el radicalismo y el extremismo, y ya han hecho sus análisis del tema disertando sesudamente sobre los jariyíes, las crisis económicas, las deficiencias de la pedagogía, la responsabilidad de los medios de comunicación,... y han propuesto soluciones como la realización de un taller, a lo mejor conviene dar la palabra también a las víctimas de la intolerancia aquí en Melilla.

Nos gustaría proponer a la Comisión Islámica que para la próxima vez invite, aunque sea para hablar sobre estos temas durante unos pocos minutos: a la mujer a la que un barba escupió en la calle por no llevar pañuelo, a algún adolescente al que su padre no le deje ir a la escuela para que no aprenda cosas que vayan en contra de su fe wahhabita, a alguna persona que haya tenido que aguantar insultos y amenazas por recitar el Corán en grupo o por llevar un tasbih, a alguien al que hayan llamado afeminado por no llevar barba,... La verdad es que gustaría saber lo que piensan de los jariyíes, de los problemas económicos de la juventud, de los "talleres" para solucionar el problema del radicalismo...

A lo mejor descubrimos que los barbas que se comportan como burros, no son discípulos de Bin Laden, ni de Zawahiri, ni de Abu Bakr al-Bagdadi,... aunque ya están a un paso de hacerse con el visado para Siria. Puede ser que hayan aprendido de algún boy scout wahhabí, de algún salafí de salón, que dice lindezas como que las mujeres que no llevan velo son fornicadoras (a lo mejor no todo el mundo entiende la elipsis; debo confesar que yo tampoco sé lo que es una elipsis, aunque lo he buscado en google, pero me da la sensación de que eso de la elipsis es una elipsis), porque hay mucha gente que escucha a quienes no se hacen responsables de sus palabras (salvo cuando hay amenaza de denuncia) y no todos son expertos en las sutilezas del profundo pensamiento wahhabí que no dice lo que dice sino que dice eso pero de otra forma que nadie sabe lo que dice cuando lo dice.

¿Hará eso la Comisión Islámica? Sería un paso adelante realmente de agradecer, y eso sí que aclararía el tema y sería el mejor "taller" posible... Claro que a lo mejor este planteamiento no sea del agrado de los que sesudamente ya han hablado sobre el radicalismo y el extremismo, y han zanjado el tema acusando a los jariyíes (es decir, a los jemeres rojos, para que nos entendamos; que ya puestos a tirar balones fuera, qué más da).