La edad oscurecida

 

    Siempre me ha llamado la atención que al caerse el imperio romano (476) comenzara una edad oscura a la que se llama edad media, hoy voy rebuscando por muchos sitios voy viendo que no fue tan oscura sino que fue intencional e interesadamente oscurecida.

¿La razón? La ocultación de gravísimos hechos históricos de inimaginables consecuencias.

 

    Para empezar no hay acuerdo sobre la fecha de su comienzo, para unos empieza en el 476, fecha de la caída del imperio romano de occidente, para otros en el 799 con la reposición del papa de Roma el católico León III en su sede de poder temporal y la afirmación del imperio carolingio. Estos tres siglos y pico es el periodo conocido como alta edad media, que por cierto es un término no relacionado con la altura de nadie sino con la palabra alemana “alt” es decir antigua. En realidad el imperio romano se había dividido en el 395 a la muerte de Teodosio I pero no es hasta el 476, fecha que se da como de la invasión de los pueblos bárbaros, como fecha de caída del imperio romano. Pero ahí es donde empieza la tergiversación, pues el que es invadido es el imperio occidental, pero el oriental no desaparecerá hasta el 1453 con la toma de Constantinopla por los turcos, fecha que además marca el final de la edad media europea. En España se considera el descubrimiento de América como hito trascendental.

 

    Lo mas trascendente de este periodo y que se pretende ignorar es el dominio de la practica totalidad del imperio romano por el emperador romano de oriente que unifica el desecho imperio en el año 533 bajo el gobierno de Justiniano I. La rivalidad sobrevenida entre oriente y occidente marcará en adelante la macro política del entorno mediterráneo, pues el poder temporal en occidente queda en manos del papado que llega a tener su expresión mas genuina en la creación de los estados pontificios.

 

    Si nos centramos en la península ibérica, estos pueblos invasores la ocuparon por zonas que de noroeste a sureste fueron los suevos, los alanos y los vándalos, estos últimos ocuparon la zona mediterránea y sur, así como las grandes islas del Mediterráneo (Baleares, Córcega y Cerdeña) y la zona mediterránea del norte de África, esto tiene su importancia porque en 533 y 534 cuando Justiniano recupera la parte occidental del imperio son precisamente los territorios ocupados por los vándalos los que recupera, no extendiéndose la ocupación hacia el Norte, ocupado en la península ibérica por los visigodos.

 

    En la península itálica ocurre algo parecido, en el 565 la practica totalidad de la península itálica pertenecía al imperio bizantino y en el año 1000 estaba totalmente ocupada por el, con los ostrogodos al norte. Aunque en el año 751 el imperio perdiera el Exarcado de Ravena a manos de los lombardos que pasó  posteriormente a ser parte de los recién creados Estados Pontificios. Por ello puede decirse que en 751 el papa Constantino V de forma totalmente voluntaria sentó las bases para la posterior creación del Sacro Imperio Romano Germánico, y este es el hecho fundamental que da lugar al “oscurecimiento” de la Edad Media. El enfrentamiento del papado con el imperio bizantino (romano oriental) da lugar a que este se alíe con los pueblos bárbaros para crear el Sacro Imperio Romano Germánico, dándole la espalda al Mediterráneo, entorno natural del imperio romano desde su nacimiento y creando una Europa que ve el mar entre sus tierras del Sur y las del Norte de África como una frontera hostil.

 

    El extraño interés de las autoridades europeas afectas al poder de Roma que pusieron mucho ahínco en la destrucción documental de posibles escritos que pudieran arrojar luz sobre muchos hechos históricos concernientes a las relaciones entre la Europa de pureza de sangre bárbara pero bendecida por Roma y los pueblos mediterráneos considerados por Roma como orientales y enemigos de su poder acogido a los pactos con los pueblos bárbaros que recibieron a cambio una legitimación divina de su poder y la corona imperial del cristianismo.

 

    Pero eso no debe de parecernos tan raro baste pensar que el 9 de noviembre de 2000, el Papa Juan Pablo II y el Catholicos Karekin II, jefe de la Iglesia apostólica armenia, firmaban en Roma un “comunicado conjunto” en el que se hablaba explícitamente del “genocidio armenio”, se manifestó contra el ingreso de Turquía en la UE, está muy claro que pese a ser polaco veía los genocidios judío y armenio con distinta óptica.

 

    Tal como expresó el inquisidor Mnsr. Ratzinger en sus declaraciones a la prensa del 16/08/04, en una entrevista concedida al diario francés Le Figaro, el Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, defendió la identidad cristiana de Europa al opinar que el ingreso de Turquía a la Unión Europea (UE) sería un error.

 

    Y Benedicto XVI en su discurso del 12/09/06 en la Universidad de Ratisbona, negando la relación de la cultura europea con el Islam y con el entorno mediterráneo, se vio envuelto en una controversia al citar al emperador bizantino Manuel II Paleólogo con la frase: “Muéstrame también aquello que Muhammad ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba”. El asunto provocó disturbios y protestas.

 

    Las cruzadas no fueron una casualidad sino que, aparte de su finalidad religiosa y usando la protección de los cristianos como pretexto, pretendían una aniquilación, manu militare, del poder en el Mediterráneo, incluso antes de la aparición del Islam y del poder del Imperio Uthmaní (otomano, al decir de algunos). Incluso alguna cruzada, la cuarta de 1204, estuvo específicamente dirigida contra Constantinopla, pretendiendo crear, como efectivamente se hizo un estado dependiente de los estados europeos. Así el enfrentamiento entre el norte y el sur del Mediterráneo es una constante  en las relaciones de los estados de ambas orillas de esta cuenca.

 

  

 Eduardo J. Padial, Investigador colaborador del                                   

Centro de Estudio de las Migraciones y las Relaciones Interculturales (CEMyRI)
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Universidad de Almería.