A finales de mayo, la Unión Europea
extendió sus sanciones contra Siria. Por su parte, EEUU inició en
esos días su programa para entrenar a elementos armados “moderados”
que deberían supuestamente luchar contra el EI, pero cuyo objetivo
real es derrocar al gobierno sirio.
La Unión Europea y EEUU afirman apoyar la guerra contra el EI, pero
ellos nunca mencionan al otro gran grupo terrorista, el Frente al
Nusra, que es la rama siria del movimiento terrorista global Al
Qaida. Todas las declaraciones de los países occidentales en las que
ellos declaran estar preocupados por la expansión del terrorismo en
Siria, Iraq y otros países de Oriente Medio nunca se refieren a Al
Qaida o a su afiliado, el Frente al Nusra.
¿Ha olvidado Occidente los ataques del 11-S? En 2001, Al Qaida era
el gran enemigo de las naciones occidentales y el objetivo de la así
llamada “guerra contra el terrorismo”. En la actualidad, Al Qaida
está cooperando abiertamente con algunos aliados estadounidenses en
Oriente Medio, que promueven abiertamente el terrorismo en Siria.
EEUU y la UE no están haciendo nada para detener este apoyo incluso
aunque sería muy fácil para ellos hacerlo. Parece haber un intento
por parte de algunos países occidentales, especialmente Francia y
EEUU, para recrear la fracasada estrategia puesta en práctica en
Afganistán en los años ochenta del pasado siglo, es decir, apoyar a
grupos terroristas contra sus rivales internacionales y regionales
sin que importen las consecuencias para los pueblos de la región y,
en última instancia, para los propios países occidentales.
Turquía, Arabia Saudí y Qatar se han convertido en los principales
patrocinadores del terrorismo en el mundo. Sin embargo, ninguno de
ellos ha sido incluido en una lista norteamericana o europea. De
manera cómica, la lista norteamericana incluye a Irán y Siria, dos
de los países, junto con Iraq, que son los principales actores en la
lucha contra los grupos terroristas en Oriente Medio, que están
apoyados por EEUU y sus aliados.
Recientemente, Turquía envió a miles de terroristas a través de la
frontera con Siria con el fin de lanzar una ofensiva en la provincia
de Idleb, cuyo territorio se encuentra ahora en las manos del Frente
al Nusra. Un reciente vídeo publicado por el periódico turco
Cumhuriyet muestra a agentes del servicio de inteligencia turco
participando en un contrabando de armas hacia los terroristas a
través de la frontera.
Por su parte, Qatar y Arabia Saudí han lanzado una campaña mediática
para intentar limpiar la imagen del Frente al Nusra. El pasado mes
de marzo, algunos medios árabes del Golfo Pérsico afirmaron que esta
organización podría “romper sus vínculos” con Al Qaida, liderada por
Aiman al Zawahiri, sin cambiar su doctrina y formar una nueva
organización apoyada por las monarquías del Golfo.
Según Reuters, que cita fuentes del Frente al Nusra, un oficial del
servicio de inteligencia de Qatar se reunió en varias ocasiones con
el líder del Frente al Nusra, Abu Mohammad al Yulani. Fue prometida
una generosa financiación si la separación era anunciada. Un nuevo
grupo paraguas sería creado con el fin de ocultar nombres como Al
Qaida o el Frente al Nusra tanto como sea posible. De este modo, el
grupo “Al Yaish al Fateh” (El Ejército de la Conquista) vio la luz
en el campo de batalla sirio. Él está compuesto, en realidad, por el
Frente al Nusra y otros grupos más pequeños. El cambio de nombre no
engañó a nadie.
El Frente al Nusra rechazó, sin embargo, distanciarse de Al Qaida.
Esta decisión fue hecha pública en una declaración recogida por
Reuters. A pesar de ello y de estar incluido en la lista de
organizaciones terroristas de la ONU, está claro que el grupo no ha
sufrido una interrupción de la ayuda de países como Turquía y Qatar.
La entrevista de Al Yazira
La pasada semana, el instrumento mediático del régimen qatarí, Al
Yazira, que ha sido acusada por muchos gobiernos de apoyar y
difundir propaganda terrorista, aireó una entrevista con Yulani en
la que él trató de dar “una nueva imagen” del grupo, conocido por
sus incontables atrocidades en el suelo sirio.
La entrevista buscó reforzar el estatus del Frente al Nusra en Siria
y hacerle parece como un socio “responsable” en la lucha contra
Damasco. En este sentido, él afirmó que su organización dirige su
atención a derribar al Estado sirio en lugar de lanzar ataques
contra objetivos occidentales.... al menos hasta que ellos puedan
tomar el poder. Éste es probablemente el mensaje que Al Yazira
quería difundir a través de esta entrevista. Yulani dijo, sin
embargo, que él no excluía ataques contra EEUU si los aviones
estadounidenses continuaban atacando a Al Qaida, señalando que el
grupo tenía “derecho a la autodefensa”.
En realidad, un cuidadoso análisis de la entrevista de Yulani
muestra la ideología siniestra y criminal del Frente al Nusra. Ella
pone de manifiesto el horrible destino que espera a los pueblos de
la región si en alguna ocasión caen bajo el control de los grupos
takfiris.
Durante la entrevista, Yulani afirmó que su grupo no era “un
elemento marginal” del “Ejército de la Conquista”, sino su “punta de
lanza” y añadió que “todo el mundo lo sabe”. Se trató de una
declaración reveladora que deja claro que los “combatientes
moderados”, apoyados por EEUU, son sólo meros instrumentos o títeres
de Al Qaida y otros grupos extremistas en Siria. Muchos de ellos
comparten incluso su ideología. De este modo, no existe una
“oposición armada moderada” en ese país.
Yulani amenazó a otros grupos si ellos se negaban a someterse al
Frente al Nusra y no quiso excluir la posibilidad de conflictos. Sin
embargo, rechazó criticar al EI, que comparte la misma ideología
wahabí, aunque lamentó que ese grupo hubiera adoptado una estrategia
que implica atacar al Frente al Nusra “con el fin de aprovecharse de
la situación”.
Por otro lado, Yulani rechazó una vez más todas las especulaciones
sobre una posible ruptura con Al Qaida. “El Frente al Nusra opera
bajo la guía del Dr. Aiman Zawahiri”, dijo. El grupo continua
recibiendo sus directrices estratégicas de Zawahiri, añadió Yulani.
Contra las minorías religiosas
El brutal enfoque de Al Nusra en el tema de las minorías religiosas
pudo ser visto claramente visto en la entrevista. Yulani buscó
asegurar que su grupo no eliminará a estas minorías “mientras se
muestren dispuestas a convertirse al Islam” wahabí. Los alauíes -un
grupo sincretista surgido del Islam shií- tendría, en un futuro
régimen de Al Nusra, que renunciar a su religión y “corregir sus
errores doctrinales”. Los drusos tendrían prohibido visitar las
tumbas de los santos porque eso es, según los wahabíes, una forma de
“politeísmo”. Los cristianos de Siria tendrían que pagar un impuesto
yizya y se convertirían en ciudadanos de segunda clase.
Si estos grupos religiosos se niegan a someterse, ellos se
arriesgarían a ser expulsados de sus tierras o incluso exterminados.
Por muy brutales que estos planes “moderados y tranquilizadores”
puedan parecer, la realidad es incluso peor. En diciembre de 2013,
el Frente al Nusra secuestró a 13 monjas y tres criadas en la ciudad
cristiana de Maalula en medio de una lucha en contra de las fuerzas
sirias. “Todos sabemos que si vienen cortarán nuestros cuellos sin
ninguna razón”, dijo un cristiano libanés de la ciudad fronteriza de
Qaa a la agencia Associated Press el pasado mes de septiembre. Él
añadió que había decidido unirse a los grupos de autodefensa con el
fin de luchar contra el terrorismo wahabí.
Un detalle revelador es que la palabra “Israel”no fue pronunciada
por Yulani ni siquiera una vez durante la entrevista. Claramente, el
estado sionista no figura en lo alto de la lista de prioridades del
Frente al Nusra, que recibe ayuda médica y otros tipos de apoyo del
Ejército israelí.
Responsabilidad occidental
De este modo, al permitir que sus aliados -Arabia Saudí, Qatar y
Turquía, un miembro de la OTAN- financien y armen a estos grupos, al
intentar debilitar a Siria a través de sanciones y al entrenar y
financiar a los grupos armados “moderados” que cooperan abiertamente
con Al Qaida sobre el terreno, EEUU y la Unión Europea son no sólo
culpables del asesinato en masa del pueblo sirio, sino también de la
creación de una enorme amenaza futura contra Occidente.
La aparición de dos pequeños estados terroristas, en Idleb y el este
de Siria, gobernados por Al Qaida y el EI respectivamente,
funcionará como un imán para los extremistas de los países
occidentales y permitirá a los grupos terroristas sirios construir
una disuasión contra cualquier futura acción internacional dirigida
a contener sus actividades.
Los países occidentales han promovido la peligrosa ficción de la
existencia de una “oposición armada moderada” en Siria. En realidad,
no existen tales “terroristas moderados” . Todos ellos comparten la
misma ideología extremista y quieren construir un estado extremista,
una dictadura wahabí que gobernaría Siria a través del terror.
Estados que han puesto, de forma correcta, al Frente al Nusra y a
otros grupos similares en su lista de organizaciones terroristas
están, sin embargo, apoyando su campaña mediática y militar con el
fin de derribar al Estado sirio. Éste es el caso de Francia, que ha
vendido su alma a cambio de unos jugosos contratos firmados por el
presidente François Hollande durante sus recientes viajes a Qatar y
Arabia Saudí. EEUU y Francia han enviado armas a estos grupos
“moderados” sabiendo que muchas de ellas terminarán en las manos del
Frente al Nusra y el EI.
Mientras tanto, es al gobierno, el pueblo y el Ejército sirio a los
que corresponde luchar y derrotar a los grupos terroristas. Ellos
saben que la única alternativa es convertirse en esclavos de
brutales grupos terroristas guiados por una no menos brutal
ideología. Siria está ayudada en su lucha por potencias responsables
como Rusia e Irán.
Recientemente, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov,
advirtió que el terrorismo en Siria no será derrotado por ataques
aéreos y que “para conseguir ese objetivo, las operaciones
terrestres son una necesidad”: “No creo que podamos hacer eso sin la
participación del gobierno sirio”, dijo Lavrov. Él también se
preguntó por qué Washington no ve al gobierno sirio como un socio en
la lucha contra el EI aunque no puso obstáculos cuando Damasco
cooperó con la comunidad internacional para el desmantelamiento de
las armas químicas.
Al Manar