¿Cambiará ahora Francia su política hacia Siria?
Yusuf Fernandez
El mortal atentado contra la revista satírica francesa
Charlie Hebdo ha puesto sobre la mesa el tema de la lucha contra el terrorismo.
Casi simultáneamente, un ataque terrorista tuvo lugar en la frontera entre Iraq
y Arabia Saudí. Tres guardias saudíes, incluyendo el general Odah al Balawi,
fueron muertos por terroristas del EI, que estaban tratando de infiltrarse en el
reino. Ambos incidentes han subrayado la vulnerabilidad de ambos países ante la
amenaza terrorista.
Francia ha mantenido en los últimos años una postura muy ambigua sobre el
terrorismo en el mundo árabe. En sus discursos, los líderes franceses reafirman
una y otra vez su compromiso de luchar contra el terrorismo en todas sus formas.
Sobre el terreno, sin embargo, las cosas son distintas. Francia ha contribuido
con dinero y armas a los grupos terroristas que actúan en el norte de Siria para
derrocar al gobierno de Bashar de Al Assad. El propio presidente François
Hollande ha reconocido recientemente que Francia ha armado a los “rebeldes” que
lucha contra el Ejército sirio. La misma operación fue llevada a cabo con
anterioridad en Libia, donde Francia apoyó a las milicias armadas en su lucha
contra el régimen de Muammar al Gadafi.
En sus políticas en Oriente Medio, Francia se ha aliado con algunos regímenes
del Golfo Pérsico que patrocinan el extremismo y el terrorismo, tales como
Arabia Saudí y Qatar. Los expertos franceses afirman que Arabia Saudí ha
trabajado en Francia para convertir a los musulmanes al wahabismo, la religión
del estado saudí y la ideología de Al Qaida y el EI. Issa Ayyoubi, un profesor
de Derecho Internacional, señala que “Arabia Saudí no ha invertido nunca dinero
en el desarrollo de los musulmanes en Francia como comunidad, sino que sólo ha
buscado expandir la tendencia wahabí”. Tanto Arabia Saudí como Qatar han
invertido mucho dinero en Francia y han logrado una innegable influencia sobre
la política exterior francesa. Todos estos países han patrocinado a grupos
terroristas que luchan contra el estado sirio.
Asi pues, las políticas francesas y la propaganda sectaria wahabí han animado a
cientos de jóvenes franceses -y europeos- a ir a luchar a Siria. Sin embargo,
estas políticas se han vuelto contra sus patrocinadores. Dos de los terroristas
que llevaron a cabo el atentado contra Charlie Hebdo, Said y Cherif Kouachi,
llegaron recientemente de Siria, donde obtuvieron experiencia de combate, según
los medios.
Ahora los países europeos temen el regreso de sus nacionales que luchan en
Siria. Los servicios de inteligencia franceses -y de otros estados europeos-
están picando en las puertas del Damasco con el fin de establecer una
coordinación de seguridad con Siria. Según algunos medios libaneses, Siria ha
respondido positivamente a las demandas francesas, pero ha estipulado que
Francia debe restaurar sus relaciones diplomáticas con Siria con el fin de
establecer esta cooperación. Francia no ha respondido hasta el momento.
Desgraciadamente, el atentado de Charlie Hebdo será utilizado por los partidos
de extrema derecha, y sobre todo el neofascista Frente Nacional, para
incrementar su campaña demagógica contra los inmigrantes, y en especial contra
los árabes y los musulmanes. Este hecho demuestra que los intereses de los
extremistas (los neofascistas y los takfiris) convergen y los dos grupos se
necesitan el uno al otro con el fin de lograr su objetivo común: la destrucción
de la convivencia social y religiosa en Francia y Europa.
Asi pues, aparte de los empleados de la revista que fueron asesinados, la
víctima real del ataque terrorista de París será la comunidad musulmana en
Francia, que estaba ya sufriendo una aguda islamofobia antes del atentado. Los
ganadores reales son el partido de Marine Le Pen y todo el movimiento de extrema
derecha en Europa. De este modo, nadie puede excluir la posibilidad de que los
ataques de París fueran facilitados, e incluso instigados, por agencias e
intereses de los que los terroristas ni siquiera pudieron ser conscientes.
Significativamente, los terroristas parecen haber tenido una detallada
información sobre la revista. “Los atacantes estuvieron bien informados y
conocían que la reunión del equipo editorial tendría lugar el miércoles a las 10
de la mañana. Durante el resto de la semana no hay mucha gente alrededor”, dijo
otro periodista de Charlie Hebdo a Le Monde.
Dos opciones
En la actualidad, Francia tiene ante sí dos opciones, tal y como EEUU tuvo
después de los atentados del 11-S. El país puede llevar a cabo un serio proceso
para reforzar su posición política y de seguridad, lo que requiere un cambio
radical en su estrategia, o puede huir hacia delante y mantener sus erróneas
políticas que han llevado al crecimiento de grupos terroristas y de su ideología
no sólo en Siria, sino también en Europa y otras partes del mundo.
Francia está tomando parte en los ataques aéreos llevados a cabo por la
coalición liderada por EEUU en Iraq, pero, según los expertos, tales acciones
serán inefectivas en ausencia de una cooperación militar y de inteligencia con
los gobiernos de la región, en especial el sirio. El Ejército sirio es hoy la
más poderosa fuerza en la guerra contra el terrorismo en la región y la
arrogante postura francesa de no hablar con Damasco ha comenzado a volverse
contra la propia Francia.
La lucha contra el terrorismo requiere un compromiso más serio por parte de los
países occidentales y de Francia en particular. Los líderes franceses y
norteamericanos deben revisar su postura y abandonar todas las prácticas que
animan al terrorismo, como el entrenamiento y entrega de armas a los “rebeldes
moderados” en Siria, que no son ni moderados ni rebeldes sino terroristas
sanguinarios. Sólo el tiempo dirá si la infame masacre de la revista Charlie
Hebdo llevará a los líderes políticos y militares franceses -y occidentales- a
cambiar su política antiterrorista con el fin de mejorar la cooperación regional
e internacional en este tema con el fin de impedir futuros atentados tanto en
Europa como en Oriente Medio.
Source: Sitio de Al Manar en Español