La Mezquita de Córdoba será propiedad ‘eterna’ de la Iglesia en 2016

Las administraciones y la ciudadanía pueden evitarlo pidiendo la titularidad pública antes de dos años. El Obispado se valió, para ponerla a su nombre, de dos artículos de la Ley Hipotecaria de Franco. El tiempo juega a su favor, que ha borrado del mapa una mezquita como una catedral

El Cabildo de la Catedral elimina la palabra Mezquita de todas las señales en el interior de la Mezquita. // ENRIQUE GÓMEZ

Hace ocho años, en 2006, el Obispado de Córdoba privatizó, inscribiéndola a su nombre en el Registro de la Propiedad, la Mezquita más grande de Occidente. El profesor de Derecho Civil en la Universidad de Córdoba (UCO) Antonio Manuel Rodríguez denuncia la usurpación por parte de la Iglesia de un bien público que podría recuperarse si la Junta de Andalucía reclamara al Estado la titularidad pública del monumento registrado Patrimonio de la Humanidad con la denominación “mezquita” que la Iglesia esconde de la nomenclatura institucional del monumento.

El Obispado de Córdoba se valió, para poner la Mezquita a su nombre, de dos artículos de la Ley Hipotecaria aprobada por Franco y que da entidad de administración pública a la Iglesia católica y de funcionario a los diocesanos. Es decir, la sola firma del obispo es suficiente para registrar a nombre de la Iglesia un bien público no registrado hasta la fecha. Por este procedimiento, solamente en Navarra, la jerarquía eclesiástica se ha apropiado de más de 1.000 fincas. 

“Igual que nos hemos familiarizado con el término dación en pago, tenemos que familiarizarnos con la palabra inmatriculación”, aconseja Antonio Manuel Rodríguez

No obstante, es posible revocar el título de propiedad en los diez primeros años desde la inmatriculación del bien. Todavía estamos a tiempo, aunque vamos tarde. A la Mezquita de Córdoba le faltan dos años, hasta 2016, para que sea propiedad eterna de la Iglesia católica. Para ello, urge que una administración pública reclame la titularidad del monumento y que se modifiquen dos artículos legislativos, el 206 de la Ley Hipotecaria y el 304 del Reglamento que desarrolla el texto normativo de 1947. La Mezquita no es de la Iglesia católica, “es de los cordobeses, de los andaluces y de la humanidad”, recuerda, vehementemente, este jurista que habla de la Iglesia como un “lobby muy poderoso”.

Rodríguez, que impartió la semana pasada una conferencia en la Fundación Tres Culturas, considera que para resolver este “escándalo” se debe, por un lado, internacionalizar el conflicto y, por otro, que la ciudadanía local tome conciencia de la gravedad. “Igual que nos hemos familiarizado con el término dación en pago, tenemos que familiarizarnos con la palabra inmatriculación: registrar por primera vez un bien en el Registro de la Propiedad”, aconseja Rodríguez, quien cree que la ciudadanía tiene que introducir a su vocabulario el término jurídico que nombra lo que la Iglesia católica ha hecho con la Mezquita.

UNA MEZQUITA COMO UNA CATEDRAL

La Mezquita de Córdoba ha desaparecido como si la sola palabra “mezquita” fuera la encarnación del mal. Que el lenguaje construye realidades lo sabe muy bien la Iglesia católica, de ahí esté empeñada en llamar “catedral” a lo que es una mezquita como una catedral de grande.

Los folletos informativos no informan cuando dicen que el monumento que están visitando es una catedral con una “intervención islámica” en su interior. O cuando explica que la construcción del monumento islámico fue “por la gracia de Dios”, del Dios católico, por supuesto. Para esta nueva cruzada, que pretende “arrebatarnos la memoria y el sentido común”, todo vale: desde la página web, donde la mezquita figura como “la antigua Mezquita del Califato de Occidente” que fue salvada de su destrucción gracias a Fernando III, católico y castellano, faltaría más. 

“Las rutas guiadas nocturnas, financiadas con dinero público, son auténticas catequesis amenizadas con música gregoriana”

En la Córdoba andalusí no vivieron cordobeses, sino “clanes musulmanes” que se hicieron con el poder político. La página web del monumento se llama catedraldecordoba.es. Las entradas que te dan, después de pagar ocho euros, te indican que vas a visitar la “Catedral de Córdoba” y las rutas guiadas nocturnas, financiadas con dinero público, son “auténticas catequesis amenizadas con música gregoriana”, añade el profesor de la UCO.

Fuera de la Mezquita, los bares, hoteles, heladerías, ultramarinos o tiendas de souvenirs se llaman “Mezquita”, el apelativo que el Obispado cordobés está empeñado en ocultar a base de llamar “catedral” a lo que “en todo caso es Mezquita-Catedral, pero nunca solamente “Catedral”, enfatiza Antonio Manuel Rodríguez al centenar de personas que escucharon atentamente su conferencia, titulada Mezquita-Catedral de Córdoba: un paradigma en peligro.

GESTIÓN PÚBLICA Y TRANSPARENTE

El año pasado, la Mezquita facturó 13 millones por las visitas al monumento. Unos ingresos que no pagan IVA, IBI, ni ningún tributo, dado que la Iglesia católica está exenta de pagar impuestos en España. Lo que convierte a la Mezquita de Córdoba en un paraíso fiscal en virtud de los acuerdos firmados entre el Estado franquista y el Estado Vaticano. Solamente faltan dos años, si nadie lo evita antes, para que la Mezquita de Córdoba sea eternamente propiedad de la Iglesia católica y se borre su nombre de la historia. En manos de la Junta de Andalucía, del Ayuntamiento de Córdoba, del Estado, del Parlamento andaluz y de la ciudadanía está evitarlo. O de todos a la vez. El tiempo juega a favor del Obispado que ha borrado del mapa a la Mezquita más grande de Occidente.


 

Petición dirigida a: A la Iglesia Católica (Diócesis de Córdoba)

Esta petición será entregada a:

A la Iglesia Católica (Diócesis de Córdoba)

Ayuntamiento de Córdoba

 

A la Iglesia Católica (Diócesis de Córdoba): Que devuelvan la Mezquita de Córdoba a la ciudad

Petición creada por Ana Vera

Con 23.400 metros cuadrados, fue la segunda mezquita más grande del mundo en superficie, por detrás de la Mezquita de la Meca. Doce siglos después, el 2 de marzo de 2006, la Iglesia Católica inscribió el inmueble a su nombre en el registro de la propiedad número cuatro de Córdoba (tomo 2381, libro 155, folio 198). El trámite costó apenas 30 euros. Tal robo fue posible por dos milagros. El primero, que José María Aznar cambió la ley hipotecaria en 1998 para permitir a la Iglesia apropiarse de edificios de dominio público, aunque sean patrimonio de todos los españoles: basta con que el señor obispo dé fe y certifique que pertenecen a la Iglesia, sin necesidad de notario. El segundo milagro, que disponer de un edificio de 23.400 metros en pleno centro de Córdoba le sale gratis a la Iglesia: no paga el IBI y tampoco se ocupa de los gastos de conservación.
Este chollo le supone una ganancia a la Iglesia de 8 millones de euros limpios al año, ya que la entrada en la Mezquita de Córdoba cuesta 8 euros por persona y al año recibe más de un millón de visitantes. No te entregan factura y es dudoso que el dinero recaudado pague impuestos: se considera un donativo y, como tal, está exento de tributación. El obispado de Córdoba dispone de la Mezquita como su absoluta propiedad. También decide quién puede trabajar en ella como guía y quién no. No es raro que haya días en los que se cierre el acceso a los turistas porque hay, por ejemplo, una convención de sacerdotes en su interior. Sin embargo, los gastos de restauración y conservación no los paga la Iglesia: los cubre el Estado.

Desde 1998, la Iglesia ha inscrito a su nombre cientos de edificios, muchos de ellos financiados por los vecinos de cada pueblo o ciudad. Zapatero no cambió la ley en ocho años, Rubalcaba prometió reformarla en su programa electoral. Es improbable que tal abuso lo vaya a eliminar el PP pero, con algo de suerte, tal vez la Unión Europea obligue al Gobierno a cobrar el IBI a la Iglesia, igual que ha hecho con Italia. No es poco dinero. Que la Iglesia esté exenta de pagar algunos impuestos, un privilegio medieval, nos cuesta 3.000 millones de euros al año, según Europa Laica. Es una décima parte del déficit que le falta por recortar a Rajoy.

Otra cuestión a recalcar, debido a la actualidad (hace una semana el juez absolvió a los 8 musulmanes austriacos que oraron en la Mezquita en el 2010) es la prohibición de prácticas de religiosas alternativas a la católica por esta institución en la totalidad del recinto. Este monumento histórico debería convertirse en un lugar libre de cultos religiosos, abierto al encuentro entre culturas. Y en lugar de eso, ha pasado a ser un emblema de la ciudad arcaico, lleno de restricciones y socarroneria que dista mucho del sentir cordobés. Córdoba ayer, fué la ciudad de las tres culturas y sólo de nosotros depende que vuelva a ser así.

Para:
A la Iglesia Católica (Diócesis de Córdoba)
Ayuntamiento de Córdoba
 

Que devuelvan la Mezquita de Córdoba a la ciudad, y Córdoba os devuelve los 30 euros que pagasteis por ella.
 

Atentamente,
[Tu nombre]