Pancartas en español en el Viernes del 'Ni un paso atrás' en Iraq
Liberado Uday al-Zeidy mientras tres de sus compañeros permanecen desaparecidos


Paloma Valverde
IraqSolidaridad, 28 de enero de 2013

 


 

Ante la nula cobertura de los medios de comunicación, los iraquíes lanzan sus consignas en español, la cuarta lengua más hablada del mundo. Tikrit, Viernes del 'Ni un paso atrás', 25 de enero de 2013.


El mismo viernes, al caer la noche, Uday al-Zeidi fue puesto en libertad mientras tres de sus compañeros permanecen desaparecidos. Los detenidos fueron insultados y golpeados. Les robaron sus cámaras de fotos y teléfonos móviles, utilizando para ello la ley de Expropiación que permite, 'por necesidades de seguridad', robar cualquier pertenencia a los detenidos, estén estos acusados de algún delito o no.

La máxima preocupación de todas las organizaciones iraquíes e internacionales gira ahora en torno a los tres compañeros que fueron arrestados junto con el dirigente de las revueltas y quienes, según testimonio directo del propio al-Zeidi, están en paradero desconocido. Los desaparecidos son: el profesor Saad Tarar, perteneciente al Movimiento de Liberación del Sur, el activista Saad Mohamed Saidi Abu Tiba, originario de la provincia de Dhi Qar, y Omar Abdul Salam Mansur, de la ciudad de Safuan.

Esta es una de las prácticas de tortura habituales del gobierno de Maliki: la desaparición de los presos que pueden aparecen posteriormente asesinados o no aparecer nunca. La presión psicológica que supone para las familias la desaparición de uno de sus miembros es indescriptible; es un arma de tortura del gobierno heredero de la ocupación para provocar la paralización por el pánico y evitar que la gente salga a la calle. Según testimonio de un iraquí participante en las protestas y que no quiere ser identificado: "[...] Cuando salimos a la calle las personas mayores de la familia, que se quedan al cuidado de los niños, no temen que nos maten, temen que desaparezcamos". Tras la liberación, la CEOSI ha sabido que quienes perpetraron las detenciones fueron las milicias de Maliki que apoyan a Wilayat al Faquih pertenecientes, probablemente a un brigada bajo el mando del general Abdul Husseín al-Tamini.

El pasado 25 de enero, como todos los viernes, se esperaban manifestaciones multitudinarias y el gobierno, no tiene más arma que la represión. No hay que olvidar que en Faluya, tras comenzar las manifestaciones de forma pacífica, como han sido todas hasta ahora, las fuerzas de seguridad del gobierno intervinieron y asesinaron a diez manifestantes; el número de heridos se calcula en más de 100, y entre ellos hay varios niños y un periodista. A este respecto, y dando nuevas muestras de un cinismo incalificable, el viceministro de Defensa anunció que crearía 'otro comité' para investigar lo sucedido, el mismo personaje que fue el primero en enviar las tropas a al-Anbar en el primer día de las protestas para que impidieran las manifestaciones.
 


 

Omar Ani al-Ani, asesinado en Faluya por asistir a la manifestación del Viernes del 'Ni un paso atrás'.


Sin embargo, las detenciones arbitrarias y las desapariciones no van a hacer que el pueblo dé un paso atrás, como así han manifestado en diferentes comunicaciones con la prensa, lo que ha quedado más patente que nunca convocando el viernes 25 bajo el lema de 'Ni un paso atrás'. Los iraquíes han padecido y padecen una situación que es difícil imaginar cómo pueden resistir: a los asesinatos, las desapariciones, la detenciones generalizadas, la tortura y las violaciones, la carencia de servicios necesarios para llevar una vida normal (agua, electricidad, escuelas, centros de salud, etc.) se une la corrupción endémica y la total y absoluta falta de protección por parte del Estado y de su sistema judicial, podrido desde la raíz.

La oración del viernes 25 del 'Ni un paso atrás' fue dirigida por Mohamed al-Dulaimi quien advirtió al gobierno: "[Maliki] no puede ni seguir ignorando nuestras peticiones ni continuar violando nuestros derechos, de otro modo esto será como la erupción de un volcán".

Tras un mes de protestas, cada viernes aumenta el número de ciudades en las que los iraquíes salen a la calle en defensa de su derecho a la ciudadanía y a un Estado que actúe como tal. El pasado día 25 las manifestaciones más multitudinarias se produjeron en Ramadi, Samarra, Mosul, Faluya Bagdad, Kirkur y Bacuba, ciudad esta última en la que Hasan al-Zaidi, dirigente tribal afirmó que "[...] El gobierno debe responder a nuestras exigencias antes de que estalle una revolución que acabe con el gobierno". No podemos obviar que al poco de volver a estallar las manifestaciones las exigencias se centraron exclusivamente en una: la caída del régimen de Maliki. Por otro lado, todas las intervenciones de los máximos dirigentes tribales, producidas en las diversas manifestaciones por todo Iraq, señalaron el carácter no sectario de las protestas.

Por su parte, al-Maliki, como animal acorralado, actúa cada vez de forma más brutal y dictatorial, prohibiendo el derecho de la prensa nacional a informar de las protestas, de las que sigue culpando a 'los terroristas', a 'los miembros del Baaz' y a las 'potencias extranjeras en la región'.

 


 

Faluya, Manifestación del viernes 25 de enero de 2013.


Lamentablemente, la mayor parte de la prensa internacional, cuando informa, lo que hace muy raramente, sigue apoyando directa o indirectamente a Maliki, insistiendo ciega y tercamente - como, por otra parte, ha hecho desde el inicio de la invasión y ocupación de Iraq - en las 'protestas sunníes', cuando las imágenes muestran claramente quiénes se manifiestan y qué dicen sus pancartas. De hecho, todos y cada uno de los manifiestos leídos en las manifestaciones señalan, entre otras cosas, que las protestas exigen el fin de la corrupción y el sectarismo.