LA CERRAZÓN CRIMINAL SALAFISTA LLEGA A EUROPA

 

Ayer, entre la hora del salatul maghrib y el salatul ‘isha, en Bruselas, en Anderlecht, un hombre penetró en el centro Imam Rida (P), la principal de las cuatro mezquitas shi’as con las que cuenta la capital belga. Armado con un hacha y un cuchillo y gritando consignas antishi’as y a favor de los grupos armados que se enfrentan al gobierno sirio, roció de líquido inflamable el local y le prendió fuego inmediatamente.

Rápidamente, un grupo de los fieles que se encontraban en la mezquita retuvieron al terrorista, otros intentaron apagar el incendio sin conseguirlo.

El resultado final fue la destrucción de la mezquita y el martirio de su Imam, muerto por el humo mientras intentaba sofocar las llamas.

Este tipo de escenas estamos acostumbrados a verlas en lugares como Pakistán o Iraq, donde el terrorismo salafo-wahabi está al orden del día y donde cada año cientos de musulmanes shi’as son martirizados por estos criminales. Pero en Europa esto es algo nuevo; hasta ahora todo había quedado en violentas arengas antishi’as en los centros controlados por estos depravados, propaganda difamatoria en Internet o como mucho amenazas, como las que también había sufrido el centro ahora destruido que incluso motivaron su protección policial durante el año 2007.

La supuesta ideología salafo-wahabi no se basa nada más que en el odio, el odio a cualquiera que no comulgue con sus planteamientos, religiosamente totalmente discutibles incluso mirándolos desde el punto de vista del sunnismo tradicional. Y el objetivo favorito sobre el que volcar ese odio son precisamente los musulmanes shi’as.

Al tal punto llega la cerrazón mental de estos individuos, por no decir simplemente la estupidez de los mismos, que incluso afirman que por cada shi’a que se asesine se tendrá una recompensa de 72 vírgenes en el paraíso, o que la recompensa por matar a un shi’a es superior a la de matar a 70 cristianos y multitud de diarreas mentales similares.

Es lamentable que en el mismo día que los sionistas bombardean Gaza una vez más, o que miembros del ejército estadounidense cometen una nueva masacre contra civiles indefensos en Afganistán, unos lunáticos que quieren arrogarse el Islam como propiedad exclusiva, se dediquen a quemar mezquitas y a matar a otros musulmanes.

Es una lástima que el dinero saudí y las conveniencias políticas hallan favorecido la proliferación de estos grupos. Y es una lástima para todos los musulmanes, no sólo para los shi’as sino también y tal vez principalmente los para sunnis, pues lo único que estos canallas han aportado al Islam además de muerte y destrucción es, hacia dentro desunión y hacia fuera empañar y tergiversar la verdadera imagen y el verdadero mensaje de la religión del profeta Muhammad (PBd).

Lo ocurrido ayer en Bélgica representa un peligroso salto cualitativo que las autoridades policiales del continente debieran tener muy en cuenta. No se trata de cohibir la libertad religiosa ni personal de los musulmanes sean de la escuela o tendencia que sean, no, hay que saber diferenciar. De lo que se trata es de la necesidad de perseguir a los criminales, ya sean materiales o intelectuales -y los de este tipo son fácilmente localizables-, y no, como desgraciadamente ocurre en algunos casos, ampararlos por determinados intereses políticos.

Mikail Alvarez Ruiz