Libia
Gadafi, el terrorista de Estado
Alencontre.org
Las manifestaciones contra el poder
dictatorial de Muammar Gadafi comenzaron el 14 de febrero. La represión
masiva y brutal se puso en marcha a raíz de las amplias movilizaciones,
impulsadas bajo el lema “Día de la ira” el 17 de febrero.
Desde entonces, la movilización se desarrolló en distintas ciudades.
Pero la represión tomó el perfil de una verdadera masacre. Así pues, Ali
al-Essawi, embajador de Libia en la India, que dimitió de su puesto,
indicó a la cadena Al-Yazira, (martes 22 de febrero), que se
habían utilizado algunos aviones de combate para disparar contra la
población civil. Este embajador no dudó en utilizar el término de
“masacres” y pedir que la ONU bloqueara el espacio aéreo de Libia con el
fin de “proteger a la población”. Hay que señalar que el embajador de
Libia en Australia cortó los vínculos con el poder de Gadafi, lo mismo
sucede para los embajadores en la India, Bangladesh, Malasia, Indonesia,
así como de los representantes de las embajadas libias ante la Unión
Europea y la Liga Árabe.
En Benghazi, segunda ciudad del país, las fuerzas antirrégimen parecen
haber tomado el control de la ciudad, en particular a raíz de la
deserción de unidades militares que se unieron a los manifestantes. La
violencia de la represión y el tipo de armas utilizadas resultan de las
declaraciones del Dr. Ahmed a la cadena Al-Yazira. Este último
indica que “cuerpos se encontraban en tres o cuatro partes. A veces,
solamente una pierna, a veces solamente una mano”. Sólo en esta ciudad
el número de personas asesinadas se eleva, según este médico, a más de
300. Este martes, durante la mañana, ninguna persona herida entró al
hospital. Este mismo médico, en el mismo sentido que otras fuentes,
destaca la falta completa de medicamentos y material sanitario. Según el
Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto, la pista del aeropuerto de
Benghazi se destruyó, lo que impide la llegada de cualquier avión.
Soldados que volvían a su cuartel encontraron el cuerpo de otros
soldados, asesinados, porque se habían negado a tirar contra civiles. La
represión parece haber tomado formas aún más violentas en la capital,
Trípoli. En los barrios de Tajoura y Fachloum, hombres armados y
paracaídas lanzados por helicópteros, disparaban contra los
manifestantes. Ante el pánico desatado, las mezquitas reclamaban ayuda
por los altavoces.
Muammar Gadafi dispone desde hace tiempo de un aparato represivo potente
y de milicias vinculadas al Comité Revolucionario. Estas estructuras son
la base efectiva de su poder, que parecen más sólidas en Trípoli y sus
alrededores. La represión brutal del poder impulsó la renuncia del
embajador de Libia en la ONU, Ibrahim Dabbashi, quien afirmó que el
régimen de Gadafi “había iniciado un genocidio contra el pueblo libio”.
Dabbashi y sus colegas reclamaron que el Tribunal Internacional de
Justicia de La Haya inicie una investigación inmediata contra Gadafi,
sus hijos y su clan, por crímenes de guerra y crímenes contra la
humanidad.
Será interesante conocer la posición del presidente Hugo Chávez sobre
este levantamiento popular en Libia y las matanzas de Estado que están
ocurriendo. ¿Qué dirá el presidente de Venezuela y lider del PSUV (el
partido de Estado de la “revolución bolivariana”) que, en octubre de
2010, firmaba cuatro convenios y cinco memorándums de acuerdo con
Gadafi?
Sobre todo teniendo en cuenta que en un discurso televisado -ciertamente
grabado antes y pasado al final de la tarde de hoy, 22 de febrero, donde
Gadafi aparece delante de la entrada del edificio oficial bombardeado
por Estados Unidos en 1986- el dictador declara: “Soy un combatiente, un
revolucionario beduino, yo no me voy a ir con esta situación. Moriré
como un mártir" (...) "Ni siquiera he comenzado a dar órdenes de usar
balas; si necesitamos emplear la fuerza, la usaremos". Ha llamado a sus
partidarios a defender su régimen y a luchar contra "las ratas" que
siembran los disturbios. "La lucha se llevará a cabo calle por calle
hasta que el suelo libio sea liberado. Los que queréis a Gadafi, formad
comités populares y atad a estos jóvenes en casa". Les pide a sus
simpatizantes llevar un brazalete verde para reconocerse.
Es decir, Gadafi declara abrir una nueva fase de la guerra contra todos
los que se oponen a su poder. Se asume el terrorismo de Estado.
El aterrizaje de dos aviones de combate en Malta, Mirage F1, controlados
por oficiales que se negaron bombardear a los manifestantes, abrió el
tema: ¿de qué armamento dispone Gadafi? En efecto, Trípoli había
comprado en los años setenta una cuarentena de Mirages F1 a Francia.
Debido al embargo internacional que pesaba sobre Libia, estos
aviones fueron vendidos por algunas empresas francesas privadas. Es
gracias a la venta del petróleo que el poder libio pudo, a partir del
final del embargo internacional en 1999, renovar el armamento adquirido
anteriormente en la URSS y en los países occidentales. Así pues,
ucranianos y rusos modernizaron una escuadrilla de Sukhoï-24 y los
helicópteros que se habían comprado en masa en los años setenta y 1980.
El lunes 21 de febrero de 2011, fueron helicópteros de transporte
Chinnok los que se vieron sobre Trípoli. Estos helicópteros fueron
construidos por la empresa estadounidense Boeing y armados y mantenidos
por la empresa italiana Agusta Westland. En 2006, para guardar las
fronteras y consolidar su acuerdo con Italia con el fin de impedir la
salida de “refugiados” africanos (trabajadores), Gadafi había comprado
helicópteros Agusta 109.
Desde 2007 se celebraba cada dos años en Trípoli una exposición de
armamento -el LAVEX (Libyan Aviación Conferencia and Exposición)- donde
los negociantes de armas esperaban colocar su material gracias a 45.000
millones de dólares de ingresos petrolíferos de Libia (aunque estos
últimos bajaron con motivo de la crisis de 2008-2009). Así pues,
Dassault esperaba colocar su Rafale (la Sra. Alliot-Marie está en Brasil
para intentar venderlo al gobierno de ese país); Sukhoï su benjamín, el
Sukhoï-35; el europeo EADS su Typhoon. El próximo LAVEX estaba previsto
para septiembre de 2011. Algunas dificultades se presentarán a todos
estos fabricantes; no debido a las masacres contra la población libia,
sino por la gran probabilidad de que Gadafi no pueda seguir haciendo sus
compras.
La naturaleza militar, policial y tribal del régimen Gadafi no deja
lugar a dudas sobre sus vínculos con los poderes económicos mencionados;
esos vínculos son reveladores del papel económico jugado por las grandes
potencias, desde hace mucho tiempo, para alimentar el aparato de
seguridad (represivo) del régimen libio. Por otra parte, es
significativo que la agencia calificadora “Standard & Poor” haya pasado
la nota de Libia de A para BBB +. Como forma de alertar a los acreedores
y esperen el regreso de la “calma de los cementerios”.
La solidaridad con el pueblo libio ya se manifiesta en Túnez, cientos de
jóvenes se manifestaron ante la embajada de Libia en Túnez. Este ejemplo
puede encontrar un eco, tanto en distintos países del mundo árabe como
en Europa.
Traducción de Ernesto Herrera
Fuente:
http://www.alencontre.org/