Hizbullah, el partido politico islamista y grupo armado libanés, se ganó el reconocimiento y respeto mundial en el verano de 2006, al lograr, por primera vez en mucho tiempo, derrotar al ejército de Israel. Pertenece a la rama chíi del Islam y se considera que es activamente ayudado por Irán, como lo es su organización hermana, Amal, por Siria. Hizbullah utiliza las armas sobre todo contra objetivos militares y sus acciones armadas son casi siempre respuesta a la ocupación israelí. En Líbano, la organización es apoyada no sólo por los chíes, sino que cristianos (80%) y sunnís (90%) también declaran estar del lado de Hizbullah en su lucha contra Israel. Recientemente el Parlamento libanés aprobó en pleno una moción resaltando el legítimo derecho de Hizbullah a garantizar la integridad territorial del país.
Además, Hizbullah desarrolla una encomiable labor social en Líbano,
regentando hospitales o dando ayudas a los más necesitados allí donde
gobierna. Es por esto, que aunque haya países, como USA o Israel, que
cataloguen a Hizbullah como "organización terrorista", la mayoría de Estados
lo considera un movimiento legítimo de resistencia. Si bien el Parlamento
Europeo trató de unirse a la postura de USA e Israel en marzo de 2005, la
Unión Europea no ha incluido a Hizbullah entre las organizaciones
terroristas.
Lo más interesante de la historia de Hizbullah resulta ver las causas de su
creación. En un momento en que los grupos armados proliferaban, como el caso
de Septiembre Negro o las guerrillas latinoamericanas -Sendero Luminoso, los
sandinistas...-, no se dieron las condiciones para la creación de Hizbullah
hasta 1982, a partir de cuando Israel ocupa el Sur de Líbano. Aunque es
cierto que aquellos jóvenes libaneses deseaban ya desde antes imitar el
modelo de la Revolución Iraní, es muy posible que sin la ocupación israelí
no se hubiesen dado las condiciones necesarias para su florecimiento.
Lejos de tratarse de una teoría conspiranoica, esta hipótesis fue
públicamente admitida por Ehud Barak, ex primer ministro israelí y actual
Ministro de Defensa, en una entrevista de julio de 2006 a Newsweek: "Cuando
entramos en Líbano, no había Hizbullah. Éramos recibidos con arroz y flores
por los chíies en el sur de Líbano. Fue nuestra presencia lo que creó
Hizbullah." También Isaac Rabin, en 1987, declaraba que "Israel había sacado
al genio de la lámpara."
No sólo la opinión de los políticos israelís corrobora esta tesis, sino
también las cifras. Durante los años de ocupación israelí de Líbano
(1982-2000), Hizbullah mató a una media de 25 soldados israelís al año.
Después de esto, entre 2000 y 2006, la media bajó a 2,5 muertes al año,
todas ellas en las zonas que aún quedaban ocupadas por Israel -Línea Azul y
Granjas de Shebaa-. (1) Este planteamiento queda resumido en el cartel de
unos manifestantes libaneses, cuando las tropas israelís abandonaban el Sur
de Líbano, que decía: "Si volvéis, volveremos."
También hay que destacar que, en lo que se refiere a daños inflingidos a
civiles y al uso del terror como arma política, Israel aventaja enormemente
a Hizbullah. Entre 1982 y 2000, por cada civil israelí muerto, Israel
asesinó 30 libaneses, superando en total las 500 víctimas civiles en el Sur
de Líbano. Y en 2006, durante el bombardeo israelí de Líbano, murieron otros
1191 libaneses, la inmensa mayoría civiles, por solo 43 israelís.
Todas las muertes, sean de musulmanes, cristianos, judíos o laicos son igual
de condenables. Lo que no es comprensible es la postura desigual de la
comunidad internacional ante hechos similares: por ejemplo, USA declara
"terrorista" a Hizbullah, defensor invadido, y se convierte en el máximo
donante de Israel, atacante invasor.
Paralelamente a esta labor de defensa del territorio contra las invasiones
israelís, Hizbullah desarrolla una enorme labor social en los municipios en
los que gobierna. De hecho, la villa de Ghubariyi, situada a las afueras de
Beirut y regida por Hizbullah, es puesta por la ONU como ejemplo de suburbio
en el que se ha logrado el acceso a la vivienda para las personas de bajos
ingresos, sin importar la religión que profesen.
La organización está magistralmente dirigida por su carismático líder,
Hassan Nasrallah, a quien Israel le mató un hijo de 18 años. Nasrallah fue
criado en un barrio de chabolas al este Beirut, y abandonó de joven su país
para estudiar en una escuela religiosa en Iraq. Fue expulsado por Sadam
Hussein, y continuó sus estudios de jurisprudencia islámica en Irán, donde
conoció a Jomeini y al padre del líder iraquí Muqtada Al-Sadr. Es Secretario
General de Hizbullah desde 1992, cuando tenía 32 años.
En definitiva, Hizbullah no es un grupo armado de radicales islamistas que
quieren destruir Occidente ni suponen una amenaza seria para la
supervivencia del Estado de Israel, por mucho que en algunos discursos,
ciertos extremistas llamen a la destrucción de Israel. Además, los líderes
de Hizbullah hacen la distinción entre sionistas y semitas. Desprecian el
sionismo, pero no tienen nada en contra, a priori, de los judíos. Otro de
los elementos de moderación es que han renunciado a la islamización de
Líbano, y se contentan con ser un actor político más, utilizando la
democracia para llevar a la práctica sus postulados.
No hay duda de que lo deseable es que nadie tenga que recurrir a la
violencia para hacer valer sus opiniones, y ello no va a ocurrir hasta que
Israel no deje de meterse en los asuntos de Líbano. En los últimos 28 años,
Israel ha ocupado el Sur de Líbano durante 18 años y lo acaba de bombardear
de nuevo hace tan solo 4 años. De seguir así, el odio a Israel se irá
enraizando en la población libanesa y será cada vez más difícil salir de esa
dinámica, pues todo el mundo tendrá un familiar, conocido o amigo asesinado
por Israel. Por el contrario, en el momento en que Israel se retire de las
granjas de Shebaa y del Golán, deje de ser la amenaza más seria para la
seguridad de Líbano y de participar en asesinatos de primeros ministros
libaneses, será más fácil que Hizbullah abandone sus postulados más
radicales y se dedique a lo que mejor sabe hacer: los servicios sociales.
(1) "Hezbollah", Augustus Richard Norton