LA MUERTE |
Todos los musulmanes de ahl al-Sunna wa al-Yama’ están
de acuerdo en que cada persona será interrogada tras su muerte, tanto si es
enterrada como si no. Incluso aun cuando fuera devorada por animales salvajes,
fuera quemada y reducida a cenizas y estas fueran esparcidas en el viento, o
bien que el cuerpo fuera arrojado al mar, en todos estos supuestos como decimos,
el o ella serán interrogados acerca
de su vida pasada, y tanto el cuerpo como el alma percibirán o sentirán las
consecuencias de sus actuaciones en su vida terrenal. Ibn al-Qayyim ha dicho: “La
primera comunidad de musulmanes y todos sus sabios sostuvieron que tras la
muerte, cada persona estará bien en un estado de dicha y gozo, o bien en un
estado de tormento, y esto tanto física como espiritualmente. El alma tras su
separación del cuerpo sufrirá los rigores del tormento, o bien un estado de
felicidad. En el Día de la Resurrección, las almas retornarán a los cuerpos
que se levantarán de sus tumbas y estarán ante la presencia del Señor de los
mundos. Tanto musulmanes como cristianos y judíos creen en la resurrección del
cuerpo. Al-Maruzi relató que el Imam Ahmad dijo, “El tormento en la tumba es
una realidad, tan solo aquel que ha errado su camino, o bien aquel que quiere
confundir a otros, tan solo estos individuos niegan dicha realidad”. Este
interrogatorio será realizado por dos Malaikas llamados Munkar y Nakir.
Existe la controversia entre los ‘ulama de si será sólo el alma, o bien será
alma y cuerpo quienes sufrirán estas experiencias, inclinándose algunos por el
hecho de que será tan sólo el alma y otros sostienen que tanto alma como
cuerpo serán sujetos pasivos de estas experiencias en la tumba, y lo que sí
puede ser afirmado por ejemplo es la constancia del hadiz auténtico donde el
Profeta (s.a.s.) afirma que “el difunto oye los pasos” de aquellos que están
alrededor suya, amén de otros hadices de los cuales se puede colegir que también
el cuerpo tendrá participación en estas experiencias.